Capítulo 62 : CLUMSY
“Cariño, no te he superado. Solo estoy pensando demasiado en ti y es un atraso. Después de todo lo que hemos pasado pensé que te habías ido de mi mente por lo menos mil veces. Aún no te olvido, pero ya estoy pensando demasiado en ti.”
-Overthinking
(Mickey Valen ft MOTHICA)
A medida que pasaban las semanas las cosas parecían estabilizarse en la rutina de Taehyung, incluso si de vez en cuando todavía tenía que enfrentarse a un Yoongi demasiado frío para el concepto de vida en pareja que a él le hubiese gustado lograr. Pero no lo presionaba, era pronto todavía y juntos no sumaban más de un mes desde el inicio de su relación. Con los problemas de confianza que el mayor tenía, hacerle salir del cascarón de forma precipitada solamente podría terminar en desastre. ¿No usaban las tortugas sus caparazones para protegerse de posibles situaciones dolorosas? Bien, el base veía la forma de aislarse de Yoongi de esa manera. Si su novio quería tomarlo con calma, entonces él se mantendría a su lado esperando pacientemente y regalandole todo el amor que le fuera posible.
Tras insistir un poco el base logró tener una especie de reunión con esa chica que había conocido durante la inundación del polideportivo tiempo atrás, esta seguía completamente interesada en los rumores que envolvían al entrenador Min y por supuesto Taehyung ni siquiera se molestó en dejarle saber que él no iba a aclararle ni una sola cosa que envolviera la vida privada de su novio porque sencillamente no sentía necesario hacer tal cosa. La muchacha probablemente no sabía que eran pareja, solo aquello era suficiente para que sus sonrisas fingidas pudieran tomar el control de la situación incluso si de vez en cuando le hubiera gustado hacerla callar en las ocasiones en las que empujaba los temas de conversación hacia el hecho de que Min Yoongi probablemente era homosexual y que este había tenido un enorme escándalo en el pasado con un compañero del equipo de baloncesto en el que jugaba.
Por suerte, Kim Taehyung estaba dotado de cierta paciencia tras una vida entera de mala suerte. Oh, conocía mejor que nadie las malas jugadas que de vez en cuando el destino ponía ante las personas para hacerlas resbalar y tropezar.
-Bien. - sonrió. - ¿Entonces estoy dentro del club de periodismo?
Era realmente malo el hecho de que a pesar de que llevaban una hora completa hablando, él todavía no lograba recordar con certeza su nombre. Y quizás se debía a que no le gustaba del todo la personalidad evidentemente metiche de la chica, cuando alguien no le agradaba su cuerpo y mente se cerraban ante cualquier señal de posible contacto. Pero Taehyung quería ese puesto como redactor en el apartado de deportes de la revista de su universidad. Principalmente para lograr que la imagen general de su equipo cambiase un poco.
Nadie salvo él mismo parecía dispuesto a darle una oportunidad de brillar a sus compañeros. Así que, sin importar la poca experiencia que tenía en ese terreno daría lo mejor de sí mismo para hacerlo bien.
-Claro que lo estás. Es la primera vez que algún deportista dentro de los equipos que hay en nuestra universidad se ofrece a escribir una columna que se liga directamente con aquello que hace a diario. Estoy segura de que podrás darle un importante interés a nuestra revista.
Taehyung volvió a sonreír, con los hoyuelos clavándose en sus mejillas mientras que se repetía mentalmente que nunca añadiría a sus artículos ni uno solo de esos rumores que a ella tanto parecían interesarle. Si se trataba de una sección de deporte, entonces hablaría únicamente de eso. De deporte, de sus compañeros, de los logros lentos pero seguros de su equipo y por supuesto de lo bueno que era su entrenador en el trabajo que realizaba a diario.
-Oh, muchas gracias. - Taehyung bebió un poco de agua antes de llevar su mano hasta una de sus muletas.- No te decepcionaré, de veras me ilusiona este proyecto. Siempre me ha interesado la escritura pero he sido un poco cobarde en cuanto a la idea de entrar en algún proyecto. Ahora que me he lesionado, quiero ser útil para mi equipo incluso si no puedo jugar y el club de periodismo suena realmente bien. Podré seguir atendiendo al deporte que amo y a la par adquirir experiencia en otros ámbitos.
-Todo son cosas positivas. - la chica sonrió, levantándose a la par que Taehyung cuando este se estabilizó sobre sus muletas. - ¿Tienes que ir al entrenamiento ahora?
-Incluso si no puedo jugar, puedo tomar notas y ayudar al entrenador Min con papeleo. Así que sí, ahora mismo iré al polideportivo. Gracias de nuevo.
Taehyung solo alzó una de sus manos para despedirse antes de avanzar rápidamente con sus muletas hacia la salida de la cafetería.
Cuando esa tarde el base llegó a casa después del entrenamiento, una larga visita a la biblioteca de la universidad con Hoseok para avanzar todo el trabajo retrasado que tenía que entregar y tras finalizar su turno en la gasolinera, se encontraba del todo agotado y solo pretendía tomar una ducha caliente para combatir el frío del invierno que le calaba el cuerpo. Sin embargo, en el instante en el que entró se encontró a sí mismo siendo sorprendido al toparse con un desastre de cajas en el que Holly se revolcaba sin prestarle la más mínima atención.
Generalmente el perro de su novio hubiese corrido hasta él para recibirlo con un montón de húmedos y felices lametazos, pero ahora parecía tener una ilusión bastante más importante que la de saludar a la pareja de su dueño. A juzgar por todo el cartón mordisqueado y esparcido por el suelo, Yoongi probablemente había comprado muebles nuevos.
-¿Dónde está tu padre? - Taehyung apoyó sus muletas contra la pared de entrada y se agachó para revolver el rizado cabello del precioso animal. - ¿Y qué es todo este caos de cajas? ¿Nos estamos mudando o vamos a iniciar un proceso de redecoración?
Como si Holly hubiera entendido perfectamente sus dudas, unos segundos después de que Taehyung terminase de hablar, el animal correteó hacia la terraza cubierta del piso de su entrenador aportándole una respuesta al base acerca del lugar en el que se encontraba su novio. Con el gesto lleno de confusión, Taehyung apartó algunas de las cajas que llenaban el suelo y se movió a través del corto pasillo de la casa.
Tan pronto como llegó al salón pudo ver a través de las puertas de cristal a Yoongi, este se mantenía entretenido mientras revisaba algunos papeles con el ceño fruncido y el cabello despeinado. Parecía sentirse frustrado con lo que planeaba montar.
-¿Qué es todo esto?
El entrenador Min dió un pequeño respingo, siendo pillado completamente con las manos en la masa en el proceso de construcción de su pequeña piscina. Habría comprado un jacuzzi, pero eso se escapaba por completo de su nivel económico.
Así que ahí estaba él, con todas las piezas de su pequeña piscina spa en el suelo y un círculo de madera maciza que solo había sido capaz de llevar hasta su terraza con la ayuda del transportista. No debería ser difícil de montar, solo tenía que colocar unas piezas aquí y allá para instalarla completamente, pero aún así se encontraba perdido en ese instante.
-Una pequeña piscina, el doctor ha dicho que nadar en una velocidad lenta te vendría bien pero como el horario de la universidad en conjunto con tu trabajo en la gasolinera te complica la tarea de ir… Aquí no podrás hacer largos pero sí que podrás mover tus piernas en el agua para comenzar a aliviar la sensación de la lesión.
Yoongi podía aparentar ser una persona fría, este incluso se negaba de vez en cuando a recibir o dar cariño y aún así Taehyung lograba ver en algunos de sus actos la señal de que ese muchacho ante sus ojos tenía sentimientos mucho más profundos y bonitos de los que la gente podría averiguar a simple vista. Si él se hubiera limitado a ser su jugador, probablemente nunca habría llegado a ver esa faceta detallista de su pareja.
Min Yoongi era un chico desconfiado, con el corazón sensible y la bonita necesidad de aportarle felicidad a su pareja desde una línea de seguridad que lo mantenía a salvo. Si bien a veces rechazaba los abrazos o besos de Taehyung, al final del día siempre lo compensaba con palabras repletas de sinceridad y respeto hacia él. Le costaba pero nunca dejaba de intentarlo.
-Una pequeña piscina… - Taehyung sonrió, apoyándose contra el marco de la puerta de la terraza. - ¿Quieres que te ayude a montarla?
No hizo falta que su entrenador dijera nada, el desastre de instrucciones que tenía entre las manos le proporcionó una respuesta al base. En cierta forma esa imagen era hogareña y bonita, lo suficiente como para hacer que su corazón vibrase con cariño hacia la persona ante sus ojos.
-Me cambiaré rápido y vendré a ayudar, soy bueno montando cosas.
Ambos se quedaron en silencio por unos segundos antes de compartir una rápida carcajada.
-Ve. No tenemos que montarla hoy, probablemente estarás cansado y no hay forma de entender esto. Encontraré unas instrucciones más claras que estas en algún lugar. Preferiblemente en un idioma que los dos entendamos.
Min Yoongi no era el mayor fan de la vida en pareja, más todavía teniendo en cuenta el importante detalle de que la gran mayoría de las veces en las que se había atrevido a compartir un mismo espacio con uno de sus anteriores novios todo había terminado en un enorme desastre. Parecía que su brújula para el amor estuviese rota después de varios intentos fallidos con parejas aparentemente perfectas que terminaron hartas de su pésima actitud y mal humor constante. Por eso quería hacerlo lo mejor que podía con Taehyung.
Pero querer hacerlo y lograrlo eran cosas completamente diferentes. Él todavía se apartaba de vez en cuando si su base se acercaba para proporcionarle un poco de cariño o decirle palabras llenas de sentimentalismo al oído. Y aquello era algo que sencillamente no podía evitar, no estaba acostumbrado a tener una vida como esa después de pasarse años escabulléndose de la intimidad que una relación amorosa suponía. Aunque le gustaba todo aquello, su mente nunca dejaba de gritarle que terminaría saliendo herido si se dejaba llevar demasiado. Así que a veces frenaba sus ilusiones, con el objetivo de que estas no fluyeran demasiado rápido.
Pero todavía tenía días en los que agradecía poder tener a alguien a su lado dispuesto a ayudarlo a atravesar esos momentos difíciles que a menudo formaban parte de su rutina. El mundo podría llegar a pensar que él no tenía demasiadas carencias cuando miraban la perfecta imagen que su familia daba ante el público, pero la realidad era muy diferente que la del retrato que colgaba en el salón de la casa de sus padres.
Carencias. Eso era lo que más tenía él.
Carencias de querer y ser querido.
Carencias de amar y ser amado.
Carencias de confiar y que le proporcionaran confianza.
En general, demasiado ante lo que sentirse extraño y mal cuando la rutina habitual de su vida era dada completamente la vuelta por un chico con mucha más energía y esperanzas de futuro que las que él había logrado tener nunca.
Pero Kim Taehyung continuaba siendo una persona con la que no quería terminar de la misma manera en la que lo había hecho con sus anteriores novios. Ese chico era diferente porque él mismo lo eligió como su pareja pensando en sí mismo, no en aquello que le podría ayudar al retrato familiar de sus padres a ser incluso más irreal y superficial si es que esa opción existía. Nada de un policía fiel a su nación o un médico tan famoso que dejaría a sus propios progenitores encandilados. No. Lo que ahora quería era a un jugador de baloncesto con el que podría sentarse a ver un partido mientras los dos devoraban una pizza sin que ninguno de ambos se sintiera mal ante la idea de vaguear por un par de horas.
Kim Taehyung no solo implicaba algo nuevo dentro de su rutina, sino que también significaba un enorme cambio.
-Creo que le he encontrado el sentido a esto.- Taehyung estaba sentado en el suelo de la terraza cubierta de su apartamento, las muletas descansaban a su lado y un plato con comida todavía caliente se encontraba sobre su regazo mientras se llevaba un poco de pasta humeante a la boca. - Es una piscina normal y corriente, incluso si es de madera debería ser sencilla de montar. De lo contrario…
-Deberíamos llamar a alguien para que la instale. - Yoongi tiró lejos el libro con las instrucciones y suspiró, tomando de su propio plato un poco de esa deliciosa carbonara que había preparado mientras Taehyung se duchaba. - Sería mucho más sencillo y razonable. Estoy seguro de que si acabamos de montarla por nosotros mismos, el agua saldrá por todos lados.
Taehyung sonrió levemente y se mantuvo callado unos instantes, creando una imagen mental de lo que su entrenador le había mencionado. En realidad no era del todo descabellada su idea, era obvio que si estaban teniendo problemas para entender la dinámica del montaje lo más racional sería contratar a una persona que supiera como hacer las cosas de la manera adecuada.
-De verás necesitamos aprender a hacer estas cosas. ¿Quién montó la estantería que compraste para el baño hace unas semanas?
Yoongi se encogió de hombros y negó. Aquella maldita estantería le había supuesto una media hora de discusiones constantes con Taehyung antes de que ambos llegaran a entender que no podrían ser capaces de montarla ni con todas las herramientas del mundo.
No faltaban tornillos como el base había mencionado y las partes de la estantería tampoco eran defectuosas como él había llegado a pensar. En realidad sencillamente los dos habían hecho las cosas mal. Cuando llamaron a alguien para que les ayudara a realizar el trabajo ninguno pudo evitar mostrar sorpresa al descubrir que todo parecía mucho más sencillo cuando las manos expertas comenzaban a trabajar.
-¿Llamarás a alguien entonces?
-Mmm. - Yoongi asintió con la boca llena. - Definitivamente.
Si había algo que Park Jimin amaba además de la natación eso era la decoración de interiores. Le gustaba mirar esas revistas que su madre siempre compraba en las que las estancias de las casas aparecían bellamente estilizadas con materiales novedosos y llenos de vida, también disfrutaba inmensamente de sentarse en el sofá tras un agotador entrenamiento para ver algún programa en el que dos personas compraban una casa destartalada con el objetivo de convertirla en un hogar lujoso. Lo cierto es que si ganase el suficiente dinero nadando como para cambiar mensualmente la temática de su habitación, lo haría sin dudarlo por un solo instante.
-¿Qué tal ha quedado? - Jimin sonrió, observando la nueva librería de su habitación mientras le hacía una seña a su gata para que saltase a sus brazos.
Su nuevo mueble era sencillamente precioso, él mismo se había encargado de dibujar sobre las tablas de madera algunos detalles en tonos azulados que combinaban perfectamente bien con los demás objetos decorativos de la sala de estar. Lo había movido de un lado a otro tantas veces que ahora le dolía la espalda en consecuencia, aún así valía la pena.
-Es perfecto. ¿No lo crees?
A pesar de que su pequeña gata no parecía del todo interesada en la decoración de interiores, todavía le dedicó un maullido en respuesta que sirvió para hacer más brillante la sonrisa del nadador. Era muy pronto para planearlo, pero definitivamente cuando se retirase del mundo de la natación montaría un enorme taller en su garaje para poder crear sus propios muebles y quizás incluso hacer algunas figuritas de madera tallada para sus padres.
-Bien, ahora que le hemos encontrado un buen sitio… Ha llegado la hora de cenar. ¿A qué restaurante debería llamar? No quiero quemar la cocina de nuevo.
Su preciosa gata Sammy meneó la cabeza de acuerdo al instante. La palabra “cenar” definitivamente causaba sus mejores reacciones.
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