Capítulo 60 : LOVERS

“La culpa me está matando pero finalmente he terminado de patear las voces de mi cabeza. Estoy harto de luchar contra todos estos invitados no invitados, desde que todos vinieron nos hemos acercado un poco. Voy a bailar con mis demonios. Si no puedes vencerlos, únete a ellos. Yo los conozco y ellos me conocen, juntos estamos viviendo la vida de mi fiesta. Corta los lazos con mi vergüenza, dale al miedo un estúpido nombre y derríbalo de rodillas. Destrípalo, déjalo sangrar.”

-Dancong With My Demons
(Blame My Youth)

Yoongi no pudo evitar sonreír mientras caminaba con Taehyung hacia el interior de su departamento. Si había algo que tendría que atreverse a agradecerle a ese muchacho en voz alta era sin duda alguna el detalle de que le estaba ayudándole a experimentar un tipo de adolescencia tardía que jamás pudo tener antes. Con Kim era sencillo perderse en el medio de una pista de baile, incluso con los labios de alguien de su mismo género pegados a su boca.

-Ha sido una buena noche. - Taehyung se dejó caer sobre su cama en el instante en el que los dos llegaron hasta la habitación mientras Holly los perseguía moviendo su cola de un lado hacia el otro.

-Lo ha sido.

Yoongi no avanzó, en lugar de eso se apoyó en el marco de la puerta y permitió que sus ojos vagaran sobre su jugador. El base había comenzado a quitarse la parte de arriba de su vestimenta con temática steampunk, sus mejillas todavía estaban rojas después de todo el movimiento que los dos habían tenido en Bellum a pesar de que las muletas de este tropezando con las personas que los rodeaban estuvieron a punto de hacerlo caer en multitud de ocasiones.

-Y mañana tendremos una comida con Jungkook y su entrenador. - estaba ilusionado por eso, por poder salir de Daegu de vez en cuando ahora que el yugo de la sobre protección de su madre no lo obligaba a mantenerse siempre en el mismo lugar. - Me muero de ganas.

Taehyung continuaba desvistiendose, completamente ajeno a los ojos que seguían sus movimientos con un enorme cariño en la mirada. Era inevitable, o al menos eso creía el entrenador Min. Su base era una persona con muchos problemas pero estaba repleto de buenas intenciones que le ayudaban a ganarse el amor de cualquiera que pasase un par de horas cerca de este.

-Sí, por eso deberíamos descansar bien esta noche pero para serte sincero no es algo que me preocupe en exceso. Podemos hacerlos esperar si por alguna casualidad nos despertamos más tarde de lo habitual.

-¿Más tarde? - Taehyung estaba en plena batalla con un pantalón ajustado cuando notó el modo en el que Min caminaba hasta posarse de rodillas ante la cama con la intención de ayudarle a tirar de la tela. No era la primera vez que le ayudaba a desvestirse pero al jugador de baloncesto seguía provocándole un cosquilleo agradable en el estómago cada una de las veces que lo hacía. - Todavía tienes que ayudarme a repartir leche mañana. No quiero perder ese trabajo.

Yoongi rodó los ojos, su expresión era mucho más calmada aquel día. Había dejado a un lado esa extraña manía por mantenerse frío hacia las personas desconocidas cuando estaba al lado de Taehyung, porque en realidad su base ya no lo era. Ese chico que tantos dolores de cabeza le había provocado durante los entrenamientos, era el mismo que ahora dormía a su lado todas las noches y lo asfixiaba con un apretado abrazo en el que sus piernas siempre terminaban enrolladas las unas en las otras. Porque este necesitaba mantener sus brazos abrazándolo para lograr encontrar el sueño y él en realidad no podía quejarse ni siquiera en los instantes en los que trataba de alzar sus barreras de auto seguridad impuesta.

-Más tarde. ¿No mencionaste que querías pasar un buen rato conmigo antes de que saliéramos hacia Bellum? Vamos a tener ese buen rato ahora. ¿Sí?

Taehyung alzó sus cejas como respuesta, una pequeña sonrisa repleta de travesura llegó hasta su boca solo unos segundos después de entender a lo que su entrenador se estaba refiriendo.

-Oh, vamos a tener ese buen rato entonces. Definitivamente podría inventarme una excusa para que mi jefe me perdone si por casualidad mañana no escuchamos la alarma.

-A eso me refería exactamente.

Yoongi relamió sus labios, quitando con éxito el pantalón de Taehyung antes de llevar las manos hacia la ropa interior de este. El base alzó la parte baja de su cuerpo al instante, cayendo en el importante detalle de que ahora se encontraba completamente desnudo hacia su entrenador a pesar de que este portaba toda su ropa.

-Ni siquiera me he dado cuenta hasta ahora de que todavía llevas tu ropa puesta y ese maquillaje. Debería sentirme ofendido. - Kim sonrió. - ¿Por qué no me dejas ver como te quitas todas esas prendas para mí?

Y Yoongi tampoco dudó, esa noche no. No después de haber reído hasta que su estómago dolía con Taehyung sujetándole la cintura y sus labios a tan solo un centímetro de distancia los unos de los otros.

Así que después de apartar a Holly para que se mantuviese tranquilamente en el interior de su cama con forma de león con la boza abierta, dejó caer su cuerpo sin fuerza sobre el de su base.

-¿Y qué pasa si hoy quiero llevar el control?

-Sucede que estoy completamente bien con eso. ¿Acaso no me conoce, entrenador Min?

La mano de Taehyung buscó la nuca del contrario y solo un segundo después de acariciar sobre los mechones de cabello ondulado que se desperdigaban sobre esta, tiró del chico hacia él. Le gustaba, era absurdo lo mucho que ese hombre había llegado a gustarle incluso cuando su vida estaba desmoronándose por todos lados.

Kim Taehyung era consciente de que probablemente lo correcto habría sido llamar a su madre para decirle que había salido a divertirse con sus amigos, que estaba sano y salvo en casa de su entrenador y que ahora los dos se irían a dormir. Pero sería ser un estúpido mentiroso, porque todo a lo que estaba dispuesto aquella noche era a sentir la piel de contrario contra la suya propia. Quizás ese fue el motivo por el que percibir la mano izquierda de su entrenador recorriendo una de sus piernas hasta doblarla lo hizo suspirar gustosamente.

A veces bastaba con eso. Tae era feliz con el simple detalle de poder besar los labios de Yoongi o el sentimiento de tener el toque de este sobre cualquier zona de él. Cualquiera. El cosquilleo surgía de la misma e intensa manera si lo que Min acariciaba era la palma de su mano, su nariz, mejilla, cadera o glande.

-Estoy empezando a hacerlo, Kim. Poco a poco y con mis defectos siempre dificultando el proceso, ahora te conozco lo suficiente como para apreciar tu amabilidad y honestidad. - Esas eran las dos características que tenían a Yoongi soñando con ese muchacho a todas horas. - Así que déjame demostrarte cuánto he progresado desde la primera vez que los dos estuvimos juntos.

Taehyung dejó escapar una risa llena de júbilo, echando la cabeza hacia atrás y permitiendo que en el proceso Yoongi depositase algunos besos sobre su manzana de Adán. Oh, maldita sea, que alguien lo pellizcara porque probablemente la única explicación para ese sentimiento de libertad que le llenaba hasta las entrañas fuese que estaba atrapado en el mejor de sus sueños. Uno en el que la mala suerte no se atrevería a tocarlo o a hacerlo caer de bruces cada vez que intentaba sobrevivir.

Un gemido fue atrapado en su boca cuando Yoongi lo besó mientras que con delicadeza acariciaba la parte de fuera de su entrada. El frío lubricante lo hizo estremecerse levemente bajo los brazos de su entrenador, la sensación era placentera incluso si todavía estaban empezando. Besuqueandose un poco, rozándose mutuamente, susurrando cosas en sus oídos o sencillamente dejando vagar las manos sobre la piel del contrario. Taehyung nunca había sido un gran fan de las posiciones cambiantes, a él en realidad le gustaba bastante tomar el control pero eso no significaba que no fuera flexible. No le importaban los cambios de vez en cuando. En realidad, hasta alguien como él al que le gustaba ser un poco mandón en la cama, podía necesitar ser atendido de vez en cuando.

Los labios de Min depositaron un largo camino de besos desde el centro de su abdomen hacia la punta de su barbilla, y cuando mordió juguetonamente sin causarle daño Taehyung sintió su pecho llenarse de esa nueva sensación de bienestar que le embargaba el cuerpo y lo poseía en cada una de las ocasiones en las que se sentía querido por la persona que le gustaba. Porque, oh, ni siquiera necesitaba jurarlo. A esas alturas cualquiera que lo viera cerca de Min Yoongi podría descubrir lo muy encandilado que estaba con este.

Le gustaba. Más de lo que le habían gustado otros muchachos en el pasado. A pesar de su complicada forma de ser y esos muros enormes que el entrenador construía para mantenerse al margen de escenas demasiado domésticas o íntimas. Él sabía que Yoongi no estaba completamente listo para comenzar a confiar, de la misma forma en la que era consciente de que este había avanzado mucho desde aquella ocasión en la que en su coche le había mencionado que no quería que algún tipo de sentimiento romántico surgiera entre ambos.

-Hazlo de una maldita vez. - el problema de generalmente ser un poco mandón en la cama era que su paciencia brillaba por su escasez. - Solo hazlo, Yoongi.

Habían pasado minutos, minutos en los que el entrenador continuaba acariciándolo sobre su entrada sin llegar a introducir ni uno solo de sus dígitos. Kim Taehyung se sentía húmedo y listo para recibirlo, sin embargo este realmente parecía entusiasmado con la idea de hacerlo suplicar un poco más antes de ceder.

-Yoon. - el base rodeó con sus manos la nuca de Yoongi y arqueó sus caderas como forma de provocación. En algún momento el entrenador Min se había desabrochado el pantalón pero no había tenido demasiado éxito en quitárselo por completo antes de terminar nuevamente entre los brazos exigentes de su jugador.  - Venga, preparame ya o esto se hará eterno.

Yoongi le respondió con una sonrisa repleta de sagacidad. Taehyung sabía que estaba planeando algo a juzgar por el modo en el que las arrugas de sus ojos le aportaban a sus facciones generalmente frías un aspecto de pillería casi infantil.

-Tú lo has pedido.

El base no logró preguntar nada, ya que mientras buscaba las palabras adecuadas comenzó a sentir el cabello ondulado de su entrenador entre los muslos de sus piernas. Sus besos no lo sorprendieron, pero sí lo hizo la lengua de este colándose sin prisa en su entrada mientras las manos de este le rodeaban las piernas en un intento por mantenerlo quieto en la posición que se le era requerida.

Taehyung obedeció, con su mano colándose entre los suaves mechones de su entrenador se permitió a sí mismo disfrutar y olvidar cualquier rastro de tristeza, ansiedad o culpabilidad que sobrevolara su cabeza haciendo que recordase que esa tarde no había telefoneado a su madre y esta probablemente estaría preocupada en consecuencia. Expulsó lejos de su momento con Yoongi hasta el más pequeño deber de mostrarse responsable.

-Yoon… - gimoteó, sus manos empujando levemente a este más cerca incluso si la lengua de su entrenador estaba todo lo dentro que podría estarlo. Maldita sea, el base no recordaba la última vez que su cuerpo había temblado de una manera tan intensa por un acto sexual. Que Yoongi le realizase un beso negro era tal vez mucho más excitante que la idea de follarlo hasta el amanecer como en ocasiones los dos hacían tras un día complicado para ambos.

Pero esa noche no había sido difícil, no. Esa noche había estado llena de risas y baile, de cantos en voz alta que los dejarían afónicos y de traviesos besos con lengua en medio de la multitud. Y quizás precisamente por eso debía ser diferente a cualquier otra ocasión.

Porque ese día ambos estaban felices, ninguno de ellos se encontraba buscando consuelo al dolor en los brazos del otro. En ese instante se apoyaban sí, pero ante todo se centraban en su sentimiento lleno de positiva alegría.

-Ya casi… Demasiado pronto… Yoon…

Yoongi sonrió de la manera en que pudo, subiendo su mano hasta alcanzar el miembro de Tae para a continuación acariciarlo. Su chico estaba completamente duro y el líquido preseminal resbalaba por toda la extensión de este haciendo que su necesidad por ir un paso más allá se hiciera evidente. Sin embargo decidió que no quería parar todavía, porque ansiaba ver el modo en el que Taehyung llegaba a su mayor punto de placer con tan solo su lengua y mano como motivo.

No falló en su objetivo, en tan solo diez minutos las caderas del base se arquearon y colapsaron un par de segundos después contra el colchón. El gelatinoso rastro de su semen cubría los dedos de Min y este sencillamente decidió llevarlo hasta su boca cerciorándose de que el contrario estuviese viendo cada uno de sus movimientos.

Taehyung gimió, algo exhausto pero todavía completamente necesitado de un poco más de esa noche mantenía a Yoongi tan sumamente diligente.

-Quiero que seas mi pareja. ¿Qué dices a eso?

La frase que había abandonado los labios de Yoongi se sintió como un eco en sus oídos, entre la sensación de placer Taehyung creyó escuchar esas palabras pero no logró estar al cien por cien seguro hasta que su entrenador se agachó para rozar su miembro contra su ya preparada entrada.

-Taehyung, respondeme. ¿Te gustaría salir conmigo? No puedo prometer ser el novio ideal, pero tal vez podríamos intentarlo juntos.

Yoongi no recordaba la última vez que había sido el primero en sugerir algo así, tampoco lograba pensar en una sola ocasión en la que hubiese estado tan nervioso y la par feliz como esa. Porque al fin y al cabo la mayoría de sus novios habían sido chicos que aunque increíblemente guapos, llegaban a su mente con el único objetivo de que sus padres aceptarán su sexualidad. Taehyung era el primero desde hace mucho que le gustaba a él. Sin importar la opinión de una familia que en realidad no parecía dispuesta a aceptar sus decisiones por muy meditadas que estas estuvieran.

-Yoongi… - Taehyung gimió el nombre de su entrenador cuando este comenzó a entrar, tomando su pierna sana con una mano para inclinarla en el proceso.- Claro que sí, maldita sea. Sabes que no he quitado mis ojos de tí desde hace un tiempo.

Mientras el entrenador Min comenzaba a hundirse en la cálida entrada de su base y se inclinaba para besar los labios de este, no pudo evitar pensar en lo diferente que era la felicidad de tener un novio porque quería y le gustaba. Había algo en aquello que lo hacía sonreír instantáneamente.

-Taehyung. - sus dientes rozaron levemente el labio inferior del mencionado. - Te sientes demasiado bien para mi propia cordura.

El base solo sonrió, tirando de su nuca hasta hacer chocar las bocas de ambos de nuevo. Y sí, definitivamente tendría que inventarse una excusa para su jefe, porque no planeaba terminar pronto esa noche de celebración ahora que por fin podía considerar su novio a ese hombre que respondía sus besos mientras movía las caderas en estocadas profundas haciendo que cada parte de él temblara en consecuencia.

Yoongi realmente se obligó a sí mismo a despertar cuando el sonido de la alarma de Taehyung comenzó a sonar con fuerza en la oscuridad de su habitación, tan solo habían dormido unas horas y los dos se sentían cansados después de su noche de diversión compartida.

Había estado bien, más que simplemente bien en realidad. Las manos de Min continuaban cosquilleando cuando se permitía rozar la piel del muchacho que descansaba tranquilamente a solo un par de centímetros de él. Taehyung era guapo, atractivo, un chico al que le resultaba imposible no ser visto o notado, pero ante todo era ese que lo estaba ayudando a confiar de nuevo en el amor sin tan siquiera pretender hacerlo.

Él era diferente. Y eso hacía que el corazón del entrenador Min se agitase continuamente.

-Taehyung… - con la mirada adormilada después de haber dormido tan solo por un par de horas, Yoongi se sentó sobre la cama y estiró su mano para menear el cuerpo de su ahora novio. - Despierta, si quieres que te ayude a repartir leche tenemos que comenzar a vestirnos ahora. - Yoongi relamió sus labios, todavía consciente de ese olor que los rodeaba. La esencia de su sesión de juegos para adultos continuaba presente y los rodeaba creando una inevitable sensación de cosquilleo sobre su piel. - En un par de horas saldremos hacia Seúl.

El base suspiró, frotando su cara contra la almohada antes de abrir uno de sus ojos. La mano de Taehyung que había estado bajo las mantas pronto fue hacia el estómago de su entrenador con el objetivo de acariciar sin prisa cada zona que las yemas de sus dedos tocaban.

-¿No dijimos que buscaría una excusa? - su frente fue hacia el hueco del cuello de Yoongi y su nariz rozó la clavícula de este impidiendole incorporarse del todo.

-Sí, pero la alarma ha sonado y ya estamos despiertos. No hagas que tu imagen de chico responsable y honesto se desmorone. - Yoongi sonrió un poco. - Venga, arriba. Haré algo de desayunar para los dos y con suerte podremos repartir por toda tu zona en solo una hora.

-¿No quieres seguir celebrando el hecho de que ya somos una pareja?

Los labios del chico sobre su cuello definitivamente estaban logrando que Yoongi se plantease un par de veces por segundo si realmente deseaba llevarlo a repartir leche esa mañana o no.

-No puedes perder ese trabajo, es importante para tí. - Taehyung siempre se lo decía. A pesar de que Yoongi había insistido en ayudarle económicamente mientras su pierna estuviera lesionada, este continuaba negándose tozudamente. Tan solo había aceptado ser llevado en coche en el proceso de reparto.

Taehyung se limitó a asentir antes de dejar ir el cuerpo suave de su entrenador para regresar a abrazar con sus manos la confortable almohada. En realidad no parecía tener demasiadas ganas de abandonar la calidez de la cama pero era completamente consciente de que no podía permitirse dejar o perder su trabajo. Si bien vivía con Yoongi ahora, lo justo era que cada uno de ellos pagase la mitad de lo gastado en la convivencia. Aquel había sido el trato desde el inicio, y quería mantenerlo incluso aunque sus muletas estaban provocando que el entrenador Min tuviera que poner su coche como medio de ayuda cada fin de semana. Él pagaba la gasolina gastada, sin importar cuánto el contrario se negase a aceptar aquello. Al fin y al cabo tenía un segundo trabajo que le permitía conocer perfectamente el costo de dar viajes de un lado a otro continuamente con el coche, no era barato.

Era sencillo atender a los clientes de la gasolinera durante las tardes a pesar de la lesión de su pierna, no lo era en cambio recorrer algunas calles de Daegu con cajas de leche de diversos sabores en función del pedido encargado por cada persona.

Por eso y a pesar de encontrarse lo suficientemente cansado como para dormir durante el resto de la mañana, Taehyung decidió salir de las sábanas calientes y caminar hacia el baño con el objetivo de tomar una rápida ducha antes de desayunar. Era curiosa la manera en la que las cosas habían comenzado a cambiar paulatinamente, la primera vez que había tomado una ducha en aquella casa la toalla que lo recibió era de color gris y en el estante del baño había productos para solo una persona. Ahora Taehyung tenía sus propias toallas de color verde persa, un par de mascarillas entre los geles para después del afeitado de Yoongi y por supuesto su propio cepillo de dientes.

Con una pequeña sonrisa y mientras el agua caliente lo ayudaba a despertarse por completo, el base recordó un detalle importante de la noche pasada. Yoongi había sido el primero en preguntar, su entrenador realmente le había pedido que formasen una pareja o al menos lo intentaran. Y aunque Kim Taehyung era plenamente consciente de lo difícil que el proceso sería para una persona que había sido traicionada por su primer amor, él deseaba que pudieran quererse bien. De una forma sana y llena de momentos cariñosos.

-¡Taehyung! ¡Ven a desayunar o llegaremos tarde!

Con una sonrisa el jugador de baloncesto asintió a pesar de que su entrenador no lo estuviera viendo. Iba a poner todo de su parte para hacer esa relación funcionar y de veras esperaba que el contrario hiciese exactamente lo mismo a cambio.

Park Jimin sentía sus piernas cosquillear mientras se dejaba caer sobre el sofá de la casa de sus padres, había pasado un tiempo desde la última vez que cruzó la puerta del hogar en el que creció. Las competiciones y los entrenamientos exhaustivos por los que pasaba para mantener su nivel, siempre terminaban con él demasiado agotado como para hacer algo distinto de tirarse en su cama y buscar comedias románticas que solo lograban que se sintiera completamente triste porque nunca lograría encontrar el amor.

-¿Todo bien, hijo?

Jimin había tenido suerte en el pasado. Antes de atravesar esa época en la que su deporte favorito ya no le aportaba absolutamente nada, había pasado por algunos años repletos de ilusión y felicidad. De la mano de su anterior entrenador logró contarle a sus padres la realidad sobre su sexualidad y aunque estos seguían procesando esa información un año después, al menos no parecían querer empujarlo hacia mujeres con tanta frecuencia como los meses posteriores a su confesión. Incluso parecía que estaba avanzando en hacerles entender que lo suyo no era una maldita fase que pudiera ser atravesada besuqueando a un par de hombres al azar.

-Todo bien, solo estoy un poco cansado.

-Parece ser más que eso.

Oh, Park Jimin podría engañar al mundo y a los periodistas con su brillante sonrisa pero definitivamente su madre era un asunto completamente diferente. Ella lograba leer a través de sus miradas.

-No es nada, solo estoy comenzando a aburrirme de mi rutina. La natación ya no me llena tanto como lo hacía antes y volver a una casa solitaria cada noche es una fórmula directa para sumirme en sentimientos depresivos. Me gustaría tener a una persona pero sabeís lo mal vista que la homosexualidad está en Corea, querer ser un atleta y a la vez…

-¿No dijo tu anterior entrenador que hay muchos atletas que son de hecho homosexuales y tienen una vida completamente estable con sus parejas incluso cuando el resto del mundo no lo sabe? - su madre sonrió un poco. - Realmente sigo queriendo nietos y una bonita chica a la que pasarle las recetas de tu abuela pero lo que más quiero es tu felicidad. Y últimamente tus ojos están repletos de tristeza.

Jimin suspiró, llevándose una mano hasta su cabello para revolverlo en un gesto nervioso.

-¿Cómo se supone que voy a encontrar a una pareja que esté dispuesta a vivir dentro de una mentira? Incluso si encontrase a alguien… ¿No sería egoísta pretender ante el resto del mundo que soy un chico hetero que no ha encontrado el amor mientras oculto a mi verdadero amor? - Jimin negó, pensando de nuevo en sus propias palabras. - No. Definitivamente no podría hacerle eso a nadie.

Su madre se mantuvo en silencio, observandolo sin abrir su boca para opinar en consecuencia de sus palabras.

-Mamaaa… - Jimin giró su cuello mientras dejaba caer la cabeza contra el respaldo del sofá. - No voy a mentir y decir que no lo quiero. Tú sabes mejor que nadie lo mucho que me apetece encontrar a un chico con el que compartir mi vida, es solo que es tan difícil.

-Bueno, nadie dijo que el amor fuese fácil.

No. Nadie lo decía, pero en realidad a Jimin le parecía que el verdadero amor debería serlo. Tendría que ser sencillo estar al lado de la persona adecuada. El tipo de amor que él deseaba con tanta intensidad, implicaba constantemente la comprensión y el compromiso compartido.

-Algún día. - suspiró. - Tal vez algún día pueda conocer a la persona adecuada, mamá.






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Hiii!!

Nuevo sábado y nuevo capítulo. Las cosas empezarán a ir más rápido en próximos caps. Espero que os haya gustado y no dudéis en darme vuestras opiniones.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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