Capítulo 6 : BABY BEAR

“Algo en mí te está llevando más altoy nunca vas a bajar. Estoy encendiendo tu fuego y nunca se apagará.”

-Bet you wanna
(Blackpink, Cardie B)



Min Yoongi nunca había sido una persona excesivamente estúpida en lo que a su vida respecta. Por eso cuando ayudó a aquel muchacho a levantarse del suelo, se dijo a sí mismo que no cometería la idiotez de comenzar a tenerle cariño solo porque el chico tenía un puchero infantil en los labios y su ropa estaba empapada de leche de fresa. La situación era sencilla de algún modo: su perro no tenía la culpa de la caída de Taehyung pero inevitablemente había influído en ello, por lo que se limitaría a echarle una mano de la misma forma que cualquier humano decente lo haría.

Él era un ser humano decente, uno que no sabía bien cómo lidiar con las personas excesivamente ruidosas o las pérdidas de tiempo, alguien que se escabullía de las multitudes y bajaba la cabeza cuando veía a alguno de sus conocidos lejanos en el supermercado… pero aún así, un humano que podría detener su caminata para ayudar a quien sea que se resbalase ante su mirada. Le gustaba el silencio, la tranquilidad de su casa y las tardes de música con un libro entre sus manos. Adoraba muchas de las cosas que se basaban en él mimandose a sí mismo con el disfrute del arte que tantas emociones le transmitía, incluso si nadie esperaba eso del inutil entrenador de baloncesto que su familia creía que era.

Pero de nuevo, si él no se mimaba y se quería a sí mismo… ¿quién lo haría?

-Entra, no puedo dejar que uno de mis jugadores se enferme porque ha salido a la calle repleto de leche de fresa en un día lluvioso de por sí. - el entrenador Min se apartó de la puerta de entrada al apartamento, dejando un espacio para que Kim pasase.

A Taehyung en realidad le tomó unos segundos entender si la oferta de su entrenador era bondadosa o más bien todo lo contrario, sin embargo decidió seguir a esa parte impulsiva de su organismo que a menudo derivaba en mala suerte. Bien, él metía la pata constantemente porque tendía a pensar con demasiado entusiasmo pero de alguna manera había aprendido a lidiar con cada uno de sus errores tarde o temprano.

Los años le habían enseñado que todo acababa volviendo a su punto natural, como el cauce de los ríos o las mareas del mar.

-¿Eso es preocupación, entrenador Min? - la máscara bromista era eso que Kim Taehyung lograba mostrar con mayor facilidad. Era sencillo sonreír incluso cuando su interior se sentía un poco hundido al respecto.

Así que lo hacía, simplemente colocaba sobre sus labios esa cuadrada sonrisa que a todos parecía gustarles y se obligaba a pensar que todo estaría bien en algún momento. Que quizá en un futuro cercano las cosas podrían mejorar incluso si en el peor de los casos él seguía encerrado en ese pequeño lugar rural de Daegu, con todas esas personas de mente tradicional que no parecían dispuestas a aceptar a aquellos que salían del armario.

Era una suerte que su armario tuviese tantos escondrijos, al menos Tae intentaba entretenerse mientras se ocultaba de aquellos que podrían juzgar su necesidad de ser libre.

-Puedes entenderlo como prefieras Kim, ahora entra a cambiarte antes de que decida dejarte en la calle con la camiseta repleta de leche de fresa. - Yoongi alzó a Holly en sus brazos, evitando que el perro se manchase con los rastros de leche que se mantenían sobre el suelo del portal. - Más tarde tendré que limpiar todo este desastre, así que hazme caso y entra antes de que mi humor cambie por completo.

Incluso si el entrenador Min se dió la vuelta para entrar en el apartamento, Taehyung continuó hablando. Demasiado incómodo con la presencia de alguien que prácticamente era un extraño como para permitir que el silencio se hiciese con el control total de la situación. Oh, esos asquerosos silencios que de alguna manera lo invitaban a sentirse mal consigo mismo por no saber de qué hablar o qué decir. Era mil veces mejor dejar que de sus labios se escapasen las mayores tonterías.

-Tu casa no queda muy lejos de la mía aunque la diferencia de nivel es obvia… ¿Es eso una foto de Magic Jhonson firmada?

Yoongi fue lo suficientemente rápido en su proceso de llegar hasta su jugador para evitar que este tocase el preciado marco que descansaba sobre la librería del salón de su casa.

-Puedes mirar pero no tocar, tus manos también están cubiertas de leche. El baño está al final del pasillo, ve directo ahí mientras busco algo de ropa que pueda servirte. - era extrañamente difícil resultar una amenaza para un chico que media bastante más que él, Yoongi casi odiaba no haber nacido un poco más alto. - Y cuando digo directo, es exactamente en línea recta Kim. Sin pararte a ver que hay en el resto de las habitaciones.

Bueno, Taehyung podría ser una persona naturalmente curiosa pero en sus planes jamás habría entrado el atentar contra la privacidad de su entrenador.

-¿Acaso eres drácula y estás escondiendo en algún lado a tus víctimas? - un nuevo intento de broma se escabulló de los labios del jugador de baloncesto, en ocasiones simplemente ocurría. Estaba acostumbrado a ser esa persona que basaba su vida en tratar de hacer sentir bien a los demás, y aunque el entrenador Min no le dedicó ni una mísera carcajada… al menos su boca se curvó levemente en una especie de mueca divertida.

-Sí, y serás el siguiente si sigues manchando mi casa. Avanza. - la mano de Yoongi se posó solo por un par de segundos sobre la trabajada espalda de Taehyung para empujarlo hacia el pasillo.

-Lo que usted diga entrenador Min. - respondió el base, con esa sonrisa tan característica pululando alrededor de sus labios rosados.

Mientras el chico cerraba la puerta del baño, Yoongi se apuró a caminar hacia su habitación. Toda su ropa era un poco más grande de la talla que realmente usaba, por lo que por suerte podría encontrar algo que le quedase decente a Kim Taehyung. El tiempo en el exterior no era excesivamente frío, después de todo Septiembre se estaba acabando pero el otoño ni siquiera había comenzado todavía. Por lo que finalmente se decidió por una simple camisa de franela de manga larga, una camiseta de manga corta y esos pantalones negros que ya no se ponía porque detestaba la sensación de avanzar mientras pisaba la tela de los mismos.

Con una mano repleta de ropa y la otra sosteniendo una toalla limpia, Yoongi volvió marcha atrás hacia el pasillo para encaminarse hacia el baño. Mas con solo tratar de abrir la puerta recibió una exclamación de negación bastante clara acompañada de un portazo en la cara que logró hacer brotar su mal humor a través de su casi nula paciencia.

-Abre la maldita puerta. ¿Tienes cinco años, Taehyung?

El chico tardó al menos un minuto en contestar.

-No me gusta que un desconocido se acerque a mí cuando estoy medio desnudo en el baño. - incluso si su voz pretendía bromear, a Yoongi no le resultó del todo difícil apreciar un cambio en el tono con el que este hablaba.

-¿Qué ocurre? - suspiró, ese no era su problema pero de nuevo estaba metiéndose de cabeza en donde nadie lo había llamado. Como era habitual en la vida de Min Yoongi. - Oye, puedo simplemente dejar la ropa en la puerta e irme. ¿Eso te convence?

Taehyung asomó la cabeza por la puerta tras abrirla levemente y sus labios rosados se curvaron en una sonrisa escasamente ácida pero casi por completo tímida.

-Ni siquiera me gustan los vestuarios del equipo, me siento incómodo con gente cerca cuando estoy cambiandome. Eso es todo lo que ocurre, simple vergüenza, soy humano después de todo… ¿no?

-Lo que sea. - uno de los dedos de Yoongi se posó sobre la frente de Taehyung y empujó sobre esta hacia el interior del baño. - Dejaré la ropa en la puerta e iré a encargarme de algunas cosas en la cocina. Lávate, cambiate y cuando estés listo podrás irte.

Taehyung sonrió, entrando en el baño y pensando en el hecho de que tal vez el entrenador Min no era excesivamente malo. Puede que sólo pretendiera serlo a través de esa posición a la defensiva que siempre portaba consigo, pero sus ojos eran los de alguien que en alguna parte de su persona mantenía un corazón bondadoso.

Con la ropa de entrenador Min sobre su cuerpo y sus prendas manchadas de leche de fresa en una bolsa, Tae avanzó a través del pasillo de la casa hacia la cocina. El perro del entrenador estaba tranquilamente acomodado sobre el sofá.

-Siempre he querido tener un perro. - dijo Taehyung, sus piernas doblandose mientras se ponía de cuclillas para acariciar el cabello del animal. - Pero a mis padres no le gustan demasiado.

-Yo creía que no me gustaban hasta que adopte a Holly. - el entrenador Min comentó, solo un corto pasillo separaba la sala de estar de la cocina. - Así que quizás deberías intentarlo.

Aunque asintió, Tae se dijo a sí mismo que eso sería una misión sinceramente imposible. Su padre no era el tipo de persona que pudiese aceptar con facilidad a los animales, aunque él nunca lo había visto dañarlos no pretendía arriesgarse. Era algo que sinceramente lo aterraba, la posibilidad de adoptar algún animalito y que ese hombre pudiese hacerle algo… No, simplemente no pondría en sus planes algo como eso.

-No todas las personas están abiertas a modificar sus pensamientos. Mi padre es un hombre tan antiguo en edad como en mente, no planea salir de su idea tradicional de la vida porque él cree que no hay nada malo acerca de quién es o cómo actúa. - incluso si a su padre nunca le importaba nada demasiado, no era el tipo de persona dispuesta a modificar sus pensamientos. No importaba si se trataba de su único hijo, de su mujer o de cualquier otra persona. Todo lo que el ogro necesitaba para ser feliz era una botella de alcohol en su mano y sentarse a jugar con sus amigos en la mesa del bar más cercano a su casa. - Mi madre podría cambiar de opinión, pero no mi padre. Él es un gran dolor en el culo la mayoría del tiempo.

-Supongo que teneís eso en común. - Yoongi dejó que sus pies se arrastrasen por el alegante parquet del suelo de la sala de estar, el humo que desprendía la sopa que portaba en un recipiente de mármol provocó que Taehyung olisquease inevitablemente.

-Mi padre y yo no tenemos nada en común, puedes pensar que soy un mal hijo si quieres pero estoy perfectamente bien con el hecho de no compartir con él ni tan siquiera uno solo de sus medievales ideas. - Taehyung suspiró, llevando ahora sus ojos hacía el tazón que rebosaba sopa.

El jugador de baloncesto casi podía imaginarse la encantadora sensación del tofu sedoso que llevaba el sundubu jjigae de su madre. Ella solía hacerlo mucho cuando él era un niño, la recordaba canturrear mientras metía los ingredientes en la burbujeante olla casi como lo haría alguno de esos hechiceros de los dibujos animados. Antes de que su padre fuese un ogro, cuando este tenía un trabajo y Taehyung no escapaba de su presencia… cuando no lo odiaba, cuando no era miserable y deseaba escabullirse de esa asquerosa casa en la que vivía.

A veces, cuando la ocasión lo ameritaba, su madre habría puesto marisco o carne en el guiso sabiendo que eso haría realmente feliz al pequeño, ese niño que un día de hace muchos años Taehyung fue. El que siempre correteaba por la casa con su chaqueta de osito marrón, se entretenía dejando que las mariposas se posasen sobre sus manos o sembrando las semillas de la huerta a la que su madre le ponía un especial cariño. Oh, y también estaba el kimchi jjigae del que tantas veces le había presumido a Hoseok. Su madre solía ser realmente buena logrando que casi cualquier plato supiese como un paraíso cuando Tae no era más que un niño inocente.

Aunque ahora… Taehyung se preguntaba si su madre había perdido el don para la cocina o si tal vez el niño con el abrigo de osito había crecido, probado cosas nuevas y atravesado la barrera de la inocencia. Ahora su paladar reconocía los sabores intensos en muchos más lugares que los sabrosos platillos de su anciana madre.

-¿Por qué pensaría mal de eso? No todos los hijos se llevan bien con sus padres, es algo que simplemente ocurrre.

Porque Yoongi lo sabía mejor que nadie, era odiosa la forma en la que algunos padres pretendían convertir a sus hijos en una copia de ellos mismos. Juzgandolos por cada decisión realizada.

-¿No es eso lo que todo el mundo hace aquí? Daegu es un asco, este sitio es un asco… la maldita universidad en la que estoy es un…

-Si crees que precisamente tú habrías sobrevivido en otro sitio que no fuese Daegu entonces…

Taehyung dejó escapar una sonrisa irónica de sus labios rosados.

-¿Qué es lo que sabe usted de mí? - sus pasos se acercaron al hombre que ahora lo observaba y Tae volvió a colocarse de cuclillas, esta vez para observar a los ojos al hombre que comía sentado sobre un mullido sofá de color negro. - Solo sabe que juego al baloncesto, que siempre piso la plaqueta equivocada y que reparto leche. Usted, Min Yoongi, no sabe una mierda acerca de mí y por lo tanto no sabe si yo hubiese sobrevivido en cualquier otro lugar diferente de Daegu.

La mirada de Taehyung se posó sobre los labios de su entrenador, donde una gota de sundubu jjigae resbalaba sin prisa. Su mano se extendió para limpiarla.

-No puedes juzgar a un libro por su portada. - Taehyung lamió la gota de sopa que su dedo índice había recogido del labio inferior de su entrenador. - Porque si ese fuera el caso entonces yo podría llamarte monstruo sin sentimientos de la misma manera en el que el resto de personas lo hacen. - los ojos del jugador de baloncesto siguieron la mirada inquieta de su entrenador. - ¿No conoces la frase todavía, Yoongi? Si vis pacem, para bellum.

-¿Qué mierda… - Yoongi se echó hacia atrás observando al chico ante sus ojos. - ¿Qué significa eso?

-Averigualo por ti mismo, en este sitio esa frase es la única entrada a la libertad que me interesa. Ha sido un placer entrenador, le devolveré la ropa limpia el lunes.

Yoongi estaba todavía demasiado sorprendido como para preguntar de nuevo, los ojos de Taehyung y su forma de hablar habían cambiado en un solo instante. De la misma forma en la que la piel de los camaleones, Kim se protegía.

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Holiiii!!!!

Con unas horas de retraso pero aquí está el nuevo capítulo. Está siendo una semana algo estresante pero he intentado que el capítulo fuese lo suficientemente decente.

Dejadme saber qué opináis baes.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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