Capítulo 43 : "GRATITUDE"

“La esperanza y el dolor han vivido dentro de mí. Hay oro en la tierra, pero nunca me tomé el tiempo para verlo. Sabía de su valor cuando caminabas a mi lado, y mi mano encaja en la tuya de la manera en que un pájaro puede encontrar la brisa.”

-Giants
(Dermot Kennedy)





-Pareces feliz.

Taehyung se giró hacia Hoseok cuando este tomó asiento a su lado en la cafetería de la universidad, no había visto a su mejor amigo tras el partido de baloncesto del entrenamiento de la mañana anterior pero eso no significaba que los dos no hubiesen hablado de lo sucedido. Tan pronto como su madre le confesó que estaba dispuesta a permitirle jugar, incluso si eso suponía salir de Daegu de vez en cuando, su reacción fue la de tomar el teléfono para contarle las buenas noticias a Jung.

No sabía bien qué era lo que había provocado un cambio de opinión tan repentino en su madre, y aunque él mismo se sentía un poco cohibido con respecto a ello no estaba dispuesto a arriesgarse preguntándole a esta si realmente estaba segura de su decisión. En su lugar prefirió darle un fuerte abrazo y prometerle que las cosas irían todo lo bien que fuese posible. Si su padre se enteraba, encontrarían la manera de arreglarlo juntos sin que las consecuencias fueran demasiado brutales para alguno de ellos. Podrían hacerlo, tenían que hacerlo. Y eso también formaba parte del trato, debían coordinarse para saber lo que decir en los momentos indicados.

-Sabes que lo estoy, todavía no me creo que mi madre haya aceptado el hecho de verme jugar fuera de Daegu. Hace solo dos días tenía un no como única y contundente respuesta, pero ayer cuando todos os fuisteis se acercó a mí para decirme que estaba equivocada e incluso que sentía lo mucho que probablemente su manera de actuar me había afectado. Ni siquiera necesité suplicarle o algo similar. - Taehyung hizo una pausa, quería ver a su entrenador. La necesidad de poder contarle lo bien que las cosas habían salido comenzaba a pulular alrededor de su cabeza. - Te juro que nunca habría esperado un cambio tan radical en ella.

Taehyung había esperado que la opinión de su madre se tornase un poco más favorable tras ver el entrenamiento, sin embargo nunca se imaginó que esta cambiase por completo de punto de vista. Y si hubiera podido agradecerle a su entrenador por la oportunidad lo habría hecho al instante, sin embargo Yoongi no se dejó ver demasiado después de que el juego del día anterior terminase. Este se limitó a pedirles que recogieran el material antes de ir hacia la zona en la que su oficina se encontraba.

-A mí todavía me sorprende que Min no pusiese pegas. No esperaba verla en las gradas de la cancha observandote jugar, es algo que no ocurría desde que…

-Desde que mi padre empezó a hundir su mente en el alcohol. Lo sé.- Taehyung volvió a sonreír, obteniendo uno de los sandwiches que Hoseok había conseguido comprar antes de que se terminaran como habitualmente sucedía cada día. - Yo tampoco pensaba que algo así podría llegar a suceder pero no debido a Min. El entrenador es mejor de lo que deja ver. - podía recordar cada una de las palabras que los dos compartieron en el vestuario y deseaba darle las gracias. Taehyung siempre creaba una vida ficticia alrededor de sus conocidos, Hoseok era de las pocas personas que conocían la verdad de aquello que sucedía tras los muros de su casa y se sentía tremendamente bien tener a alguien más que pudiese escucharlo comprendiendo la totalidad de lo que le ocurría. - Puedes creerme si te prometo que hay más preocupación de la que se puede observar a simple vista en el muro que generalmente construye alrededor de su persona durante los entrenamientos, él tan solo quiere ser profesional en su trabajo.

Hoseok sonrió, negando con su cabeza mientras obtenía el último de los sandwiches y abría su lata de Sprite. Era consciente de cada de las cosas que ocurrían en la vida de su mejor amigo, porque este siempre se lo contaba todo, del mismo modo en el que él solía hacerlo hasta que…

-El amigo del entrenador Min me ha pedido que le dé clases de baile. - confesó. - La última vez que fuimos a Bellum, justo después de que el entrenador y tú decidieseís pasar la noche juntos. Estaba caminando hacia mi coche cuando lo ví alzando una de sus manos para reclamar mi atención, en el instante en el que me acerqué me contó que pronto se casará y que no desea pisar demasiado a su prometida cuando le pida que bailen. Dijo que él es… Bueno, en realidad he notado que es bastante torpe en ocasiones y quiere remediar eso antes de que el día de la boda llegue. La chica tiene un concepto de boda de cuento de princesas Disney, con un enorme vestido y una enorme sala repleta de colorido. Eso por supuesto conlleva un vals que Namjoon teme estropear si no ensaya lo suficiente. - Hoseok mordió el sándwich y se llevó un trago de sprite a la boca antes de fijarse en la mirada curiosa de Taehyung. - Adelante, dime lo que opinas.

¿Lo que él opinaba? Taehyung no era un ejemplo de absolutamente nada, sus decisiones eran un constante rompecabezas que siempre acababa abandonado con las piezas desperdigadas por todos lados. Pero eso de alguna forma lo había convertido en un ser humano precavido.

-¿Por qué tú? - Tae había tenido esa pregunta en mente desde el instante en el que Hoseok comenzó a hablar. - Quiero decir… Sé que eres realmente bueno bailando, al igual que sé que deseas especializarte en ello y por eso te tomas muy en serio cada uno de los ensayos en la academia pero no puedo imaginarte enseñándole a un chico que conoces de tan solo un par de ocasiones a bailar un vals. Ni siquiera te he visto bailando algo así antes. ¿Qué le has respondido?

Hoseok se encogió de hombros, su mirada bajando de repente mientras los dedos de su mano derecha jugueteaban con la chapa de la lata de Sprite.

-Es un dinero extra que podré ocupar. Mi padre ha estado insistiendo en que debería buscarme un trabajo de medio tiempo para pagarme mis propias cosas, del mismo modo en el que tú lo haces. - mencionó. - El señor Kim ha prometido pagar cada hora que necesite para enseñarle, está dispuesto a trasladarse hasta aquí dos tardes por semana para aprender lo que sea necesario, a pesar de que actualmente trabaja lejos. Supongo que la quiere mucho. Debe amarla de verdad si está dispuesto a aprender a bailar a pesar de su conocimiento de que es torpe en ese aspecto, además conducirá después de una jornada completa de trabajo desde Ilsan hasta Daegu. - Hoseok volvió a alzar su mirada. Había una sonrisa picara en la cara de Taehyung, de esas que su mejor amigo usaba cuando él le decía que admiraba el cuerpo de Wonho desde un punto de vista completamente heterosexual. - ¿Qué pasa? No hay nada malo en eso. Le he dicho que sí porque me encantaría ganar dinero enseñándole a alguien a bailar. Es una buena, y además bonita, causa.

Tae era consciente del punto débil de su mejor amigo, no importaba cuantas veces este dijese en voz alta que era un hombre completamente hetero. Lo cierto es que Jung Hoseok sentía una atracción inevitable hacia los chicos de estatura alta, musculosos y con personalidad dulce. Aquella era una combinación que siempre mantenía la atención de este. El señor Kim podría ser definido como alguien alto y musculado, quizás también simpático si Hoseok estaba empezando a mostrarse solidario ante la causa de este.

-Lo es, de eso estoy seguro Hoseok. - Taehyung dejó el sándwich a un lado y miró directamente a su amigo. - Pero, ¿no crees que es extraño el hecho de que te quiera solo a tí como profesor de baile?

-El señor Kim nunca dijo eso. Él mencionó que no se le da del todo bien socializar y que ya me ha visto bailar, sabe que lo hago bien así que prefiere obtener consejo de una persona más o menos conocida mientras no encuentra un profesor que le permita sentirse completamente cómodo. También quiere algo privado, sin otras personas que puedan cohibirlo o causarle vergüenza debido a su notable torpeza a la hora de moverse.

-Venga Hoseoki, ese hombre podría pagarle a un verdadero profesional para que le enseñe en privado, sin tan siquiera tener que trasladarse del lugar en el que reside. Estoy seguro de que los organizadores de bodas incluso podrían arreglar algo así para que su prometida pueda aprender con él.

-Quiere que sea una sorpresa…

-¿No lo estás defendiendo mucho para ser solo un chico que hemos visto un par de veces en Bellum? - Taehyung era consciente de que su amigo sería feliz enseñándole a bailar a alguien y obteniendo dinero a cambio. Era lo que esté siempre había deseado, de lo que Hoseok siempre parloteaba cuando comenzaba a soñar en voz alta sobre convertirse en un coreógrafo reconocido en el mundo de la danza, pero de todos modos le resultaba apabullante que un chico al que casi no conocía le ofreciera algo así. - ¿Qué pasa si no es una buena persona? Pareces demasiado seguro de que irá bien, ¿qué hay si tiene las manos largas o si después no quiere pagarte a pesar de haberlo asegurado de palabra? ¿Te hará algún contrato?

Hoseok se encogió de hombros, su mirada decayendo un poco a consecuencia de las palabras de su mejor amigo.

-Hoseoki. - Taehyung suspiró. - No soy el mejor ejemplo, siempre hemos dicho que Bellum es un buen lugar para ser libres pero no el adecuado para encontrar una pareja de por vida. Así que dudo mucho que sea el lugar para establecer un acuerdo de trabajo, sobre todo con una persona que no conoces bien. Las cosas no suelen salirme bien, tengo mala suerte y eso me ha hecho precavido… Solo quiero que tengas cuidado porque ni siquiera eres plenamente consciente de tu sexualidad todavía, no al menos de forma abierta.

-Fui su entrada. - aquello fue lo único que Hoseok dijo a cambio.

¿Y qué pasaba si su amigo completamente homosexual decidía enamorarse de un chico completamente hetero? Porque Taehyung sabía que a Hoseok no le gustaban las chicas, no importaba lo mucho que este se encerrase en el armario. Había estado presente en cada una de las ocasiones en las que se esforzó por encontrar a una novia para complacer a sus padres, todas habían sido chicas con una personalidad hermosa pero ni siquiera eso le permitió a Hoseok durar con ellas más de una semana. Y los motivos de la ruptura coincidían en ser razones estúpidas: “No le gusta Harry Potter”, “Le aburre leer.” , “Cree que deberíamos ir de vacaciones juntos pero es demasiado pronto y he entrado en pánico.” … Su amigo podría encontrar cualquier razón en el mundo para dejar un noviazgo incluso si estaba saliendo con algunas de las mujeres más buenas y dignas de admiración que Taehyung había tenido el placer de conocer.

Y aquello era injusto, no solo para el propio Hoseok porque se empeñaba en ocultar lo que era sino también para todas esas hermosas chicas que iniciaban una relación con él sintiéndose realmente atraídas e ilusionadas.

-Y yo fui la entrada del entrenador Min. - murmuró. - Pero incluso habiendo tenido relaciones con él dos veces… Sigo sin conocerlo lo suficiente. Creo que es una buena persona a pesar de sus defectos, sin embargo no hay nada completamente seguro en este mundo. Tal vez me equivoque y tal vez no.

Hoseok suspiró, comenzando a dudar sobre la decisión que había tomado. ¿Qué pasaría si Taehyung tuviese razón y el amigo de su entrenador decidía no pagarle solo porque su trato era de palabra?

-Le pediré un contrato. - dijo finalmente. - Y le daré las clases en un lugar donde haya más personas hasta que pueda decidir que es de mi total confianza incluso si a este le parece vergonzoso. ¿Qué opinas de eso?

-Creo que es una buena solución. - Taehyung asintió con una pequeña sonrisa, tratando de no cortar la evidente felicidad que los ojos de su mejor amigo mostraban. - Es mucho mejor que temer que a mi amigo lo engañe un idiota. No importa si es el amigo de nuestro entrenador, no hay nada que nos asegure que es cien por cien decente.

Sí, pero de nuevo… ¿Qué podría pasar si un homosexual encerrado en el armario decidía enamorarse de un hombre prometido a una mujer que amaba? Era una fórmula creada para el desastre y él no quería tener que recoger los pedazos cuando todo estallase.

-Entrenador.

Taehyung llegó mucho antes de lo que debería al polideportivo esa mañana, lo hizo consciente de que la persona que quería ver desde el día anterior estaría allí. Las cosas salieron mucho mejor de lo que él creyó que podrían salir. En consecuencia ahí estaba de nuevo la necesidad de agradecer a la persona que lo ayudó a salir de la actitud negativa, pululaba a su alrededor y lo empujaba a ver a Min lo antes posible para agradecer aquello que el día anterior se le olvidó debido a la euforia provocada por la sorpresiva aceptación de su progenitora.

Compartir palabras con su entrenador antes de salir a jugar con su madre sentada en la cancha para ver el entrenamiento, supuso una enorme ayuda y logró que su cabeza se centrase en lo único que importaba. Jugaba al baloncesto porque ese deporte borraba los problemas de su vida por unos instantes, así que trató de mostrarle eso a la mujer que le dió la vida y probablemente lo hizo bien teniendo en cuenta el radical cambio de opinión de la misma con respecto a dejarlo jugar incluso fuera de Daegu.

No se equivocó en su decisión, su entrenador estaba sentado en la silla que se situaba tras el despacho de su oficina. La puerta se encontraba abierta mientras este mantenía sumida la mirada en un cómic de baloncesto que Tae logró reconocer con pasmosa facilidad.

-Slam Dunk. - sonrió, posando los nudillos de su mano contra el cristal de la puerta al recordar que no había llamado del modo adecuado antes de aventurarse a entrar en la oficina. - Hoseok y yo solíamos estar obsesionados con ese cómic, recuerdo que sus padres le regalaban un ejemplar todos los meses y lo releíamos constantemente hasta obtener el siguiente.

El entrenador Min dejó el cómic a un lado y alzó su mirada hacia Taehyung, no esperaba que el muchacho volviera a presentarse en su despacho con varios minutos de antelación pero que lo estuviera haciendo le provocaba curiosidad. La mañana anterior se había escondido en su oficina antes de lograr escuchar el veredicto de la madre de este, lo hizo porque temía haber sido un hándicap para su base tras dejar que por su boca salieran demasiadas cosas que deberían haberse quedado encerradas en sus pensamientos. Él no era nadie para hablarle del modo en el que lo había hecho a la progenitora de uno de sus jugadores, aunque no se arrepentía por completo. Ni siquiera se dejó una sola cosa en el tintero.

Había dicho todo aquello que necesitaba y sentía correcto. Taehyung merecía un poco más, de su madre y del mundo que lo rodeaba. El atractivo muchacho que ahora sostenía la mochila sobre uno solo de sus hombros mientras lo miraba con una sonrisa aparentemente sincera, merecía bastante más que una casa destrozada y una carrera que probablemente ni siquiera le gustaba. Yoongi lo sabía porque había visto a ese chico dándolo todo por sus compañeros, y aunque seguía pensando que su forma de ser solo terminaría en una situación de traición por parte de alguno de los miembros del equipo, todavía creía con vehemencia que la personalidad del base implicaba una solidaridad admirable.

Su base merecía que la suerte entrase a formar parte de su realidad de una maldita vez por todas, porque incluso después de las épocas más difíciles los estímulos positivos podían marcar una enorme diferencia entre el rendimiento total o la decisión de continuar adelante.

-¿Tienes buenas noticias? - ignoró el interesante detalle de que Kim solía leer uno de sus comics favoritos, todavía había detalles más importantes que deseaba aclarar. - ¿Qué ha dicho tu madre?

-¿No puede adivinarlo al observar mi vestimenta? - Taehyung se había puesto la camiseta del equipo que los nuevos patrocinadores les habían donado, porque a pesar de que no era necesario que la llevase en los entrenamientos a los que esas personas no asistían, todavía se sentía inmensamente feliz de saber que de una buena vez por todas podría jugar plenamente en un equipo. - Estoy llevando la camiseta que esos idiotas han diseñado para el equipo.

Yoongi sonrió levemente, las comisuras de sus labios curvandose a pesar de no mostrar los dientes. Era una reacción genuina, estaba claro que Kim no aceptaría al equipo de políticos que acudían de vez en cuando con la madre de Namjoon para hacerse un par de fotos con el equipo de universidad que prometían salvar durante sus actos de campaña. Un chico que disfrutaba de su sexualidad y la aclamaba abiertamente en un local de carácter LGTBI+ que precisamente la gente como la madre de su mejor amigo quería cerrar… Simplemente no podía pedirle a su base que fingiese respeto hacia esas personas. Ni siquiera a él mismo le gustaban demasiado, pero su jefe era quien había aceptado la oferta de promoción y dinero.

Quizás por eso no encontró la fuerza para llamarle la atención, en su lugar solo hizo un gesto con la mano para indicarle que entrase del todo en la oficina.

-¿Ha puesto alguna condición? - preguntó, levantándose de su silla para caminar hacía la parte delantera de su despacho. Un poco más cerca de su jugador y del brillo especial que los ojos de este mostraban. - ¿Alguna cosa que deba saber como tu entrenador?

-Nada que usted deba saber como mi entrenador, pero si me lo permite puedo confesarle que hay una condición privada, como a un conocido que a veces coincide conmigo en Bellum. - informó. - Tengo que encontrar una buena excusa en cada una de las ocasiones que mi padre note mi falta o al menos estar lejos lo suficiente para que el alcohol vuelva a turbar su mala memoria.

Yoongi apoyó su espalda contra la mesa de su despacho y cruzó los brazos sobre su pecho con la expresión de su cara tornándose pensativa.

-¿Has pensado en algo entonces? Sé que son muchas preguntas pero necesito saber a qué me estoy enfrentando al sacar de Daegu a un jugador que puede llegar a meterse en problemas con un padre alcohólico por el hecho de estar lejos de casa. - Yoongi no quería quitarle la ilusión al muchacho, y casi se sintió culpable cuando percibió la duda en la expresión de este. - Taehyung, yo…

-No lo he pensado todavía pero sé que podría quedarme con Hoseok o sencillamente dar un par de vuelta con mi bicicleta alrededor del vecindario hasta que el alcohol haga que mi padre se calme. - el base se encogió de hombros. - ¿No es curioso eso? El alcohol vuelve violento a mi padre pero también es lo único que lo calma. Después de su ira llega el sueño pesado y juraría que ni siquiera una bomba podría despertarlo en esas ocasiones… Mi madre y yo encontraremos la manera.

-Bien. - Yoongi se adelantó, impidiendo que Taehyung tuviese que seguir dandole explicaciones. - Bien. - volvió a decir. - Tendré que pensar en algo con vosotros, no puedo dejar que uno de mis jugadores se arriesgue a salir lesionado de su propia casa. Si te pone una mano encima quiero que me lo digas, si amenaza con hacerte algo dímelo y si llegas a casa tras un partido lejos de Daegu y resulta que él te ha descubierto… Llama a la policía y después infórmame. Quiero que tu madre y tú hagáis las cosas del modo adecuado Taehyung. ¿Puedes prometerme eso?

Promesas. Kim Taehyung las odiaba, sobre todo cuando no estaba completamente seguro de si lograría cumplirlas.

-Yo… Puedo intentarlo, Yoongisi.

Un segundo de silencio entre ambos y sus miradas conectadas. Taehyung no podía decir qué era lo que lo invitaba a confiar en su entrenador, porque a pesar de haberle mencionado a Hoseok que no estaba completamente seguro acerca de si este era una buena persona… Él… Él no podía evitar sentirse bien cuando esté lo observaba con ojos preocupados.

Con la mirada que en ese instante le regalaba.

-Entrenador. - Taehyung sujetó el extremo de su mochila con una mano, apretando la tela de esta mientras se animaba mentalmente a hablar. - ¿Vendrá a Bellum este fin de semana? Me gustaría verlo de nuevo en un lugar donde nuestros lugares como entrenador y base desaparezcan.

Yoongi dudó, por un par de instantes luchó con su mente para encontrar la respuesta correcta.

-Iré. Puedes estar seguro de que iré, Kim.

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Hii!!

Nuevo sábado y nuevo capítulo.  Como siempre espero que os haya gustado y sabéis que sois libres de dejarme saber vuestras opiniones o teorías sobre lo que creéis que sucederá.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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