Capítulo 39 : BY MY SIDE

"Quédate junto a mi. Quédate a mi lado. Solo quédate de esa manera, justo así."

-Stay Here (Gaho)

Diez minutos, ese fue el tiempo que le llevó a Kim Taehyung darse una rápida ducha y vestirse para a continuación salir del baño a paso apurado. A pesar de que todavía quedaba una señal del maquillaje que había llevado durante la noche anterior en las esquinas de sus ojos, era lo suficientemente leve como para que su madre no llegase a percibirlo si se la encontraba antes de poder llegar hasta su habitación. En su cabeza había completado al menos diez excusas y la mayoría de estas implicaban a su mejor amigo. Aunque a su progenitora seguiría resultandole inconcebible que él pasara la noche fuera de casa, decirle que había estado con Hoseok podría calmar bastante las aguas. Ella confiaba en el hijo del profesor Jung, siempre lo había hecho.

Yoongi se encontraba sentado sobre el sofá de la pequeña sala, el televisor estaba encendido con un volumen bajo y las imágenes de este iluminaban la estancia que se mantenía oscura debido a que estaba comenzando a amanecer y además la niebla cubría el cielo. El entrenador parecía concentrado sosteniendo una humeante taza de lo que Tae podía decir con claridad que olía a café mientras Holly mordisqueaba un hueso de juguete tumbada a su izquierda.

En realidad la casa no era demasiado grande, así que el olor que desprendía la bebida caliente se podía apreciar desde casi cualquier parte. Se había estrellado contra las fosas nasales de Kim tan pronto como este puso uno de sus pies fuera del baño.

-¿Quieres desayunar algo? - el entrenador Min se lo ofreció de forma completamente despreocupada, ni siquiera reaccionando cuando Taehyung tropezó con una dobleza en la alfombra que cubría la mayor parte del suelo de la sala de estar.

-Suelo comer algo cuando termino de trabajar, mi estómago no reacciona bien a la comida después de despertar y solo hace un cuarto de hora que…

-¿Se puede considerar dormir la media hora en que nos hemos quedado quietos mirando el techo de la habitación? - Yoongi posó la taza sobre la pequeña mesita que se encontraba cerca del sofá. - Deberías comer algo si quieres tener un pleno rendimiento durante tus horas de trabajo. ¿Nunca te han mencionado que el desayuno es probablemente la comida más importante de todo el día? Se debe a que necesitas recargarte de energía y vitaminas para poder desempeñarte por completo.

Taehyung miró a su entrenador, una pequeña sonrisa brotando de sus labios mientras caminaba hasta él para tomar asiento en la zona que quedaba libre entre este y su bonito perro.

-¿Tienes algo más que café? A veces lo tomo si necesito un chute de energía pero no es mi bebida favorita. - Taehyung llevó una mano hacia el pelo rizado de Holly, el perro parecía completamente centrado en poder mordisquear el hueso de goma azul. - Me conformo con cualquier cosa, no soy muy exigente si se trata de comida.

-Puedes ir a la cocina y servirte tú mismo entonces. Hay un poco de zumo de mandarina en el exprimidor eléctrico y puedes hacerte unas tostadas si te agradan. - Yoongi estaba diciendo todo aquello mientras miraba el televisor encendido, sin prestar demasiada atención al hombre del tiempo que señalaba el mapa de Corea con sus manos. No estaba acostumbrado a tener un amanecer tranquilo con una pareja, todavía menos a tenerlo con un chico que probablemente solo sería una follada de una noche. Había muchas cosas incorrectas en el detalle de encontrarse en esa situación con su jugador, más allá de su timidez o la sensación de no saber bien lo que decir o hacer. - O puedes servirte una taza de arroz… Ve a la cocina y decide por tí mismo. Si tienes prisa lo mejor será que te decantes por lo más rápido.

Taehyung cruzó una de sus piernas bajo la otra y dejó de observar a su entrenador para posar los ojos sobre la televisión. ¿Qué era eso que mantenía lejos de él la atención de Min?

-Parece que las lluvias regresarán. - mencionó, levantándose para caminar hacia la barra de la cocina que se encontraba a varios pasos del salón. - Me dificulta el trabajo pero lo prefiero a las altas temperaturas del verano. El otoño es mi época favorita por muchos motivos.

Min Yoongi se encogió de hombros y Taehyung solo pudo pensar que era un público difícil. Una persona completamente diferente de esa que había compartido cama con él durante dos horas completas, alguien diferente de ese chico que se dejó llevar y llegó a arañar la piel de su espalda sin tan siquiera pretenderlo.

Por supuesto él no podía saber que Yoongi estaba registrando cuidadosamente cada dato en su memoria, podía recordar que a su base le gustaban las fresas. Ahora también sabría que el otoño era su época favorita del año, a él le gustaba el invierno y aunque le hubiese encantado decirlo… Simplemente decidió mantener su boca cerrada.

-Me has arañado. - Taehyung rompió el silencio después de prepararse un par de tostadas, comenzando a rebuscar en las estanterías de la cocina hasta finalmente captar un bote de mermelada de frambuesas. - Incluso me ha escocido mientras me duchaba, necesitas cortar tus uñas. En contra de lo que el cine se empeñe en demostrar, no es sexy cuando alguien se comporta como un gato y deja salir las garras con cada sensación de placer.

Y Min reaccionó, al fin hubo algo en él que le demostró a Taehyung que lo estaba escuchando. La piel nivea de sus mejillas se tiñó levemente de un tono carmesí, al igual que sus orejas.

-Es… es porque me gusta tocar la guitarra. Mantengo algunas uñas largas para… Ni siquiera tengo que darte explicaciones Kim. Desayuna y sal, se te está haciendo tarde.

-Eso es sexy. Tengo una especie de fetiche con los chicos que tocan instrumentos, me hace pensar que serán especialmente buenos con las manos. - Taehyung sonrió y tras extender la mermelada sobre sus tostadas, caminó con estas y el vaso de zumo de mandarina hacia el sofá para volver a tomar asiento cerca de su entrenador. - En realidad es algo acerca de los artistas en general, si alguien puede dibujar bien o tomar fotografías inspiradoras, logrará tener toda mi atención. Aunque por supuesto también necesito una personalidad solidaria o mínimamente humana.

-Okay, no es mi asunto. - Yoongi trató de sonreír, sintiéndose un poco avergonzado ante el detalle de haber arañado la piel de su jugador.

- La próxima vez haré que cures mis heridas, tengo suficientes en mi cuerpo como para que me causes nuevas cicatrices. - Taehyung estaba tratando de bromear, y quizás hubiese funcionado si hubiera estado con Hoseok pero la mirada de Yoongi lo hizo sentir un poco frío. Los ojos de su entrenador estaban de repente sobre los suyos.

Lo cierto es que Yoongi se sintió un poco paralizado, no pudo evitar pensar en si tal vez aquel había sido el verdadero motivo por el cual el base lo había convencido acerca de lo interesante de la penumbra. Definitivamente hubiese sido mejor poder ver cada parte del cuerpo del chico mientras mantenían relaciones, sin embargo su jugador lo llevó a sentir curiosidad por el atractivo de la oscuridad sobre el que este había parloteado.

-¿Por eso quisiste tener relaciones sin luz? - preguntó, definitivamente apartando su mirada de la televisión para centrar sus ojos sobre los de Taehyung.

Y este sonrió de nuevo, como siempre lo hacía. A pesar de que la sonrisa de sus labios no parecía llegar por completo hasta sus ojos.

-Nah. - Taehyung le quitó importancia a la pregunta del entrenador. - La gran parte de mis cicatrices se deben a que soy un chico con mala suerte. Me he caído muchas veces repartiendo leche con mi bicicleta, también en la cancha o simplemente correteando cuando era un niño, incluso suelo pisar una plaqueta que escupe agua en la universidad constantemente. Si estás pensando en mi padre… él… Los cinturonazos suelen dejar moretones pero no cicatrices.

Ahora era Taehyung quién mantenía los ojos sobre la televisión, su mirada claramente incómoda hacia el tema de conversación.

-No quiero hablar de eso. - Taehyung respiró con profundidad. - Vamos a olvidar ese tema, ocurre de vez en cuando pero no es el centro de mi vida. A veces mi padre bebe incluso más de lo que lo hace a diario, y si ocurre que yo he cometido la idiotez de hacer una cosa que él no aprueba… Solo sucede. Y seguirá sucediendo hasta que pueda salir de aquí con mi madre, no es seguro enfrentarse a él cuando podemos cruzarnos por simple casualidad en cualquier sitio… pero lo será en algún instante. Cuando tenga el dinero ahorrado y un trabajo estable, juro que cumpliré con las promesas que te hice. No debido a que te dí mi palabra, sino porque no pretendo continuar mi vida viviendo al lado de una persona que me causa miedo y trata de controlar hasta el último detalle de mi existencia.

Yoongi podría haber vuelto a su faceta de entrenador, también podría haberse mostrado tan frío como siempre lo hacía si se trataba de sentimientos que lo superaban. Sin embargo esa mañana decidió olvidarse por un pequeño instante de los muros autoimpuestos que formaban su personalidad, así que sus brazos rodearon el cuerpo del base con una única intención.

Quería lograr que Kim se sintiese bien. Porque reconocía en las sonrisas forzadas de este las suyas propias. Negar el dolor no implicaba dejar de sentirlo.

-Acaba de comer las tostadas y bebete el zumo, te llevaré a casa.

A medida que el coche del entrenador Min avanzaba, Taehyung sentía que los nervios crecían en el interior de su estómago. Había estado realmente a gusto durante la noche, incluso lo estuvo cuando notó que estaba comenzando a amanecer… Pero ahora ya no lo estaba. Se sentía superado por la sensación de que las cosas se habían dado demasiado bien, a él nunca le solían salir las cosas de ese modo y por norma general cometía errores de forma casi continuada.

-Puedes dejarme en la cuesta, como la última vez.

Taehyung se refería a la ocasión en la que el entrenador Min se había encargado de llevarlo a casa después de su operación de apendicitis, aquella mañana en la que su padre solo necesitó verlo por un par de segundos antes de deshacer el nudo de su cinturón de cuero marrón.

Su madre había estado preocupada por un único motivo y él no la culpaba. Sin embargo era consciente de que si esta no se hubiese tenido que trasladar hasta Seúl, su progenitor probablemente ni siquiera se habría enterado de su ausencia. Su padre podía pasarse días gritando solo contra las paredes de la casa mientras él se mantenía en la habitación con el volumen de sus auriculares lo más alto que le resultaba posible. Pero este no podía comer o tan siquiera ducharse sin que su madre se encargase de cocinar o encender el calentador del agua.

-Puedo dejarte en la puerta de tu casa, no es un problema para mí. - en la voz del entrenador no había rastro de petición. En realidad este parecía completamente decidido acerca de cómo deberían suceder las cosas. - Avísame cuando deba frenar.

Antes de que Taehyung tuviese la oportunidad de escabullirse, Yoongi ya estaba conduciendo su bonito vehículo cuesta arriba. El barrio en el que residía Taehyung no era el peor de Daegu, sin embargo la falta de recursos para tratar las humedades de las paredes de su casa lograban que el aspecto de la vivienda fuese un poco desastroso en comparación con las de todos sus vecinos.

-Es una casa blanca, número siete. - informó, su voz baja y las sensaciones que abordaban su cuerpo logrando que se sintiera completamente pequeño. No podía dejar de juguetear con los dedos de sus manos.

Yoongi fingió que no había notado la evidente expresión de su jugador, trató de ignorar el detalle de que Taehyung parecía casi al borde de un ataque de nervios y prefirió fingir que todo iba absolutamente bien. A veces era complicado explicarle a personas ajenas lo que sucedía en el interior de un hogar roto, por eso no pretendía presionarlo.

Como entrenador era consciente de que su jugador necesitaba ayuda. Como humano sencillamente podría esperar hasta que Tae decidiese que confiaba lo suficiente en él como para abrirle un poco más su corazón. Yoongi sabía mejor que nadie lo arriesgado que era dejar que otros conocieran los puntos más débiles de uno.

Por eso cuando finalmente aparcó su coche delante de la casa que su base le había confirmado que pertenecía a su familia, decidió hacer algo que desde que había comenzado a trabajar como entrenador nunca antes había hecho.

-Estaré estudiando todo el fin de semana restante… Tengo… Bueno, digamos que estoy tratando de obtener una carrera a distancia. - Yoongi respiró con profundidad, sin entender realmente porque era tan difícil decir lo que ansiaba directamente. - Dame tu teléfono, quiero que tengas mi número personal en caso de que algún día me necesites. Si ocurre lo que sea, cualquier problema con tu padre o urgencia… Llámame sin dudarlo. Me encargaré de ayudar en la medida de lo posible. Es… mi trabajo. Soy tu entrenador, así que eres mi responsabilidad.

Min le había dicho muchas veces aquello, pero de alguna manera esa vez se sintió mucho más real que nunca. Como si realmente este estuviese ansioso por poder ayudarle.

Así que Tae no pudo evitar obedecer y tras sacar su teléfono del bolsillo de los pantalones de jogging que el entrenador le había prestado, permitió que este memorizase su número personal en la lista de contactos.

-Suelo usar un número para el trabajo y otro para las personas de mi confianza. - ¿Significaba eso que estaba comenzando a confiar en Kim? - Eres mi jugador… Por lo que trataré de darte mi apoyo y cuidarte. Ahora corre hacia tu casa, son las seis y diez de la mañana.

Taehyung sonrió en grande, una sonrisa que parecía mucho más real que todas las que le había mostrado a Yoongi durante la mañana.

-Muchas gracias, entrenador Min. - el base se inclinó para depositar un sonoro beso sobre la mejilla de Yoongi.

Min no pudo reaccionar, demasiado confundido como para decir una sola palabra se limitó a observar como su jugador escalaba hasta llegar a la ventana que probablemente correspondía a su habitación.

Cinco minutos después y tras comprobar que no había ruidos provenientes de la vivienda en la que residía Kim, arrancó el coche.

-Buenas suerte, Taehyung.

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Hiiii!!!!

Nuevo sábado y nuevo capítulo. Espero que os guste, siempre os lo digo pero quiero que sepáis que aceptaré todas las críticas. Siempre me ayudan a mejorar.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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