“Así que bésame en la boca y libérame, pero por favor no muerdas. Puedes sacar el frío de mí, cúbreme con tu calor. El éxtasis en la oscuridad me pone a gusto, el ojo ciego de la tormenta. Vamos a dar un paseo por la Calle Fácil, donde tú puedes renacer.”
-BITE (TROYE SIVAN)
Años atrás Min Yoongi le había entregado su corazón a una persona que decía no ser homosexual a pesar de que besaba sus labios siempre que tenía la oportunidad, después de eso decidió que debía superarlo y en el proceso de intentarlo sus ojos se fijaron en el chico que más daño le había causado hasta el presente. Aquello probablemente explicaba bien su falta de confianza, así como su frialdad ante todo lo que envolvía el concepto de relación amorosa. Por mucho que en el fondo sintiese que necesitaba en su vida a alguien de confianza con quién poder compartir sus momentos felices o sus quebraderos de cabeza, sencillamente no lograba abrirse a sus novios de la misma manera en la que ellos lo hacían con él.
Quizás no estaba hecho para el amor, a pesar de su miedo a morir en soledad. Existían personas predestinadas a jamás encontrar a esa media naranja de la que tantos libros y películas presumían. ¿No era así? El mundo real distaba bastante de todos los romances escritos por autores que tras el ordenador tenían vidas mucho más desastrosas que la de los personajes que creaban con sumo cuidado. Eso en cierta forma lo consolaba un poco, el pensar que quizás el mundo era un lugar asqueroso y él no tenía por completo la culpa de que todos sus novios acabaran rindiéndose ante la tarea de mantener una relación estable a su lado.
No había manuales sobre cómo aprender a amar, no al menos para esas personas que tenían un nivel de sobreprotección propia elevado hasta el cielo. Por eso mientras sus ojos y los de Kim Taehyung se encontraban en la penumbra de su habitación, tan solo con la luz naranja del pasillo logrando que sus pupilas brillasen, se prometió que no caería de nuevo en la engañosa trampa del amor verdadero. Incluso si el chico le gustaba y le parecía realmente atractivo, plantearse algo más allá del disfrute sexual y quizás algunos besos puntuales… Era arriesgado en su caso.
Más todavía cuándo sabía que cada una de sus relaciones estaban destinadas al fracaso y quién ahora acariciaba su estómago sin prisa era uno de sus jugadores. No pretendía arriesgar su puesto como entrenador, tampoco quería hacer las cosas más difíciles para un chico que de por sí estaba encerrado en una vida deprimente.
¿Cuán difícil sería para los dos seguir encontrándose en la cancha si decidían intentar algo que finalmente no funcionaba? Yoongi no podría tratar a Taehyung con la misma objetividad que al resto de jugadores y probablemente su base no se encontraría completamente cómodo siguiendo sus indicaciones. Aunque a decir verdad, Kim nunca parecía estar del todo feliz teniendo que seguir indicaciones si estas no eran completamente de su gusto y esa era otra de las cosas en las que Min planeaba trabajar ahora que sabía todo lo que la vida privada de este acarreaba.
Sabía que Taehyung vivía en un hogar de papel, así que pretendía cederle una mano para que la cancha siguiese siendo un refugio cómodo en el que olvidarse de los problemas por al menos una hora.
-Hazlo ya. - gimoteó, todavía notando el modo en el que el base continuaba manteniendo sus miradas entrelazadas. La conexión entre sus ojos era algo que lo ponía nervioso, se debía a los bonitos iris de su jugador y por supuesto también a las facciones que incluso en la penumbra destacaban. Kim Taehyung era un chico guapo, en todos los malditos aspectos que ese concepto contemplaba.
-¿No es curioso como incluso nuestra sociedad se cuela en nuestras camas? - Taehyung sonrió, una zona de su labio superior se mantenía más alta que la otra y aquello extrañamente aportaba un aspecto sensual a sus expresiones de por sí atractivas. Yoongi se empezaba a preguntar si el muchacho era consciente, sí quizás usaba toda esa diversidad de gestos adrede. - Rápido, siempre rápido. ¿Qué hay del disfrute de lo lento? Cuando obtengo un delicioso pastel de fresa con crema, me gusta disfrutar de cada parte sin apurar su final.
Bien. Le gustaban los pasteles de fresa y las bebidas del mismo sabor.
Yoongi se relamió cuando el base usó un dedo para acariciar desde el centro de su pecho hasta su bajo abdomen, casi jugueteando en el proceso.
-No quiero hacer esto rápido, incluso si tenemos dos horas me gustaría aprovecharlas. He follado en muchos baños de Bellum, siempre con la protección adecuada y una charla previa para saber qué es lo que la otra persona busca de mí. - aclaró su jugador. - Pero hacerlo bien, en un lugar cómodo sin el miedo de que mis padres puedan descubrirme… eso es algo que pocas veces se ha presentado ante mí y me encantaría tomarme el tiempo necesario para empaparme de la sensación que los dos podemos llegar a crear juntos esta madrugada.
Quizás el chico tenía razón, pero Min Yoongi estaba acostumbrado al hecho de que la sociedad que los rodeaba se colase en su vida constantemente. Ya fuese por su familia o debido a su entorno laboral, la cultura de hacerlo todo lo más rápido posible ya formaba parte de su personalidad. Se había colado en su ADN.
-Taehyung. - así que solo pudo protestar, aún deseando en silencio que realmente aquel chico de mirada bonita se tomase el tiempo necesario para aprenderse hasta la más pequeña parte de su cuerpo. Sonaba mucho mejor de lo que estaría dispuesto a admitir nunca, como tantísimas cosas con respecto a Kim Taehyung. - Tenemos poco tiempo, has empezado esto. Tienes que acabarlo.
Pero Taehyung reaccionó encogiéndose de hombros, con su cuerpo desnudo sobre el de su entrenador y sus erecciones fuertemente alzadas rozándose. Su dedo volvió a acariciar, esta vez jugueteando con la barbilla de su entrenador mientras sus labios depositaban algunas lamidas de carácter inocente cerca de sus clavículas. Casi como lo haría un gatito saboreando su manjar favorito.
Lograba encender a Min, incluso si no estaba acostumbrado a dejar que las cosas fluyesen con lentitud. Aquello lograba que un cosquilleo de excitación se depositase sobre su bajo estómago, era el hecho de saber que era deseado. Ser conocedor de que su base quería disfrutarlo como a ese pastel de fresa que había mencionado, sin prisa por acabar aunque el reloj marcase un límite de horas para ellos dos.
-Ta...Taehyung. - y el entrenador lo llamó de nuevo. Instándole a ir un poco más rápido.- Ya hemos tenido un buen juego previo, creí que los dos queríamos lo mismo. No nos quedará mucho tiempo si sigues así.
-Juego previo. - Taehyung sonrió. - Oh, definitivamente tú lo has tenido pero yo no he conseguido demasiado. Por supuesto que me ha excitado verte gemir debido a mi boca, sin embargo hay muchas zonas que no he probado de tu cuerpo y me encantaría ver cada una de las reacciones que intentas controlar con tanto ahínco.
Yoongi solo pudo estremecerse, notando como el base atrapaba uno de sus pezones entre esos brillantes labios. Sus manos se posaron sobre la espalda de Taehyung y entonces decidió que si la norma para esa noche era dejarse llevar, podría hacerlo por un poco más.
-¿Otra zona sensible, Min? - Taehyung llevó su mano izquierda hacia el pezón de Yoongi que no estaba recibiendo atención y acarició levemente la zona con la yema de su dedo pulgar, sin llegar a pellizcarlo. A él le gustaba jugar, disfrutaba descubriendo qué era eso que encendía a las personas pero sobre todo le encantaba saber que sus actos provocan tales reacciones.
Kim Taehyung no se consideraba bueno en demasiadas cosas, pero en el terreno del baloncesto y la cama lograba dejar que su personalidad se presentase sin máscaras y aquello lo hacía sentir como el mejor del mundo incluso si eso no era del todo así. Era la libertad de poder elegir lo que lo envolvía en una sensación de utilidad que distaba mucho de lo que generalmente ocurría en su vida diaria.
En la cama no necesitaba dinero o ropa bonita, allí no tenía que fingir ser feliz aún estando triste y por supuesto con la penumbra de su lado ni siquiera tenía que esconder las expresiones de su cara que tanto le molestaban a su padre. Podía sonreír, llorar, gemir o hacer lo que le viniera en gana, de la misma manera en la que lo hacía en la cancha cuando corría hasta que sus pulmones quemaban. Cada vez que tocaba a alguien de la manera en la que estaba tocando a su entrenador, lo único que debía usar eran sus grandes manos y la capacidad de su cuerpo para responder a los estímulos que le provocaba la persona contraria.
Con una pierna entre las de Yoongi y la espalda levemente arqueada en una curva casi imperceptible que le permitía hacer que sus miembros se rozaran con cada pequeño bamboleo de sus cuerpos, Taehyung continuó besando y jugando con los pezones de su entrenador hasta que estos se enrojecieron debido a la sobreestimulación. Él era quién había hablado del límite de horas que los dos tendrían que respetar y él era también quién lo estaba ignorando ahora que sus besos se movían hacia el centro del pecho de Yoongi y bajaban hasta el ombligo de este.
-Tae… - a Yoongi le hubiese encantado que Taehyung siguiese manteniendo ese cabello largo y repleto de rizos del que Hoseok le había hablado en su oficina. Podía sujetar los hombros de su base o clavar las yemas de sus dedos sobre la espalda fibrosa de este, sin embargo la necesidad de enterrar sus dedos entre largos y suaves mechones comenzaba a aparecer en su imaginación a medida que Kim continuaba depositando besos por todo su cuerpo con el único objetivo de provocarlo una y otra vez hasta hacerlo suspirar por puro instinto.
Oh. Esos bonitos labios no se detuvieron en ninguna zona de su piel, recorrieron desde su barbilla hasta sus rodillas y pantorrillas. Logrando que su estómago se estremeciese con el hormigueo del placer a cada segundo que transcurría.
Estaba expuesto, más de lo que le solía gustar. Tan expuesto que sus piernas se mantenían plenamente abiertas para Kim mientras este saboreaba y probaba cada parte de él con la única intención de saber qué provocaba el roce de sus labios sobre determinadas zonas. Tanto que ni siquiera le importó un poco cuando el base lo hizo alzar las piernas para depositarlas sobre sus hombros en una clara invitación para que el tono de juego avanzase un poco más. Y entonces esos labios brillantes dejaron un húmedo camino de mordidas juguetonas desde su rodilla hasta el centro de su muslo derecho.
-Me gusta el hecho de que tu piel sea suave. - Taehyung susurró. - No pareces el tipo de hombre con piel suave pero en realidad todo de tí me provoca la necesidad de besar, pellizcar, morder y acariciar.
No se esperó sentir la forma en la que su jugador mordía levemente la piel de su ingle inclinándose de una forma que lo obligó a encantar sus propias piernas alrededor de la nuca del contrario, de la misma forma que tampoco esperó sentir lamidas en esa zona. Incluso si su jugador había llevado la boca con anterioridad hasta su propia entrada, tenerlo completamente atrapado entre sus muslos se sentía arrolladoramente afrodisiaco para su libido.
-Delicioso. - Taehyung no mostró ningún reparó en relamerse, de la misma forma en la que ya lo había hecho un par de veces antes. Y su dedo volvió a acariciar una vez más, un trazo lento y tortuoso que jugueteó con la piel de las inglés del entrenador por al menos dos minutos antes de centrar la atención en una nueva zona.
A esas alturas debería saber que Kim Taehyung era un muchacho bastante impredecible, pero el caso es que su mente estaba en las nubes antes de que en un movimiento rudo del base hiciese girar su cuerpo hasta mantenerlo boca abajo para comenzar una nueva ronda de interminables besos y mordidas sobre la piel de sus omoplatos, caderas y glúteos.
Y sentir la mano de este manteniendo su cabeza contra la almohada tal vez debería haberlo asustado un poco, en cambio no lo hizo. No cuando a pesar de la rudeza de sus manos, los besos que le estaba dedicando eran tan hipnotizantemente suaves.
-Pareces lo suficientemente listo.- Taehyung se relamió los labios, alcanzando el condón y lubricante que el propio Yoongi había obtenido del primer cajón de su mesilla unos veinte minutos atrás. - Aún así recuerda avisarme si voy demasiado profundo.
-Al fin. - la voz del entrenador fue un suspiro. Era hipócrita fingir que la larga sesión de besos por todo su cuerpo no lo había encendido completamente, pero no le importaba. No estaba dispuesto a dejar que Taehyung viese lo mucho que unos labios aparentemente expertos podían llegar a causarle. Por lo que se decidió a fingir que sentía prisa por llegar al acto central de aquella noche. - No te he traído hasta aquí solo para obtener algunos besos.
Taehyung sonrió, él realmente lo hizo y Min pudo captarlo a pesar de la escasez de luz que los rodeaba. Pudo notar como la esquina izquierda del labio superior de su jugador se alzaba un poco, en una sonrisa que aportaba un aspecto irónico a su expresiva mirada.
-Estoy seguro de que lo has disfrutado. - el base se aseguró de empapar sus dedos de lubricante antes de acariciar la entrada ya dilatada de su entrenador. - En mi opinión el juego previo siempre marca la diferencia entre el buen y el mal sexo. ¿Debo recordarte que tú lo has obtenido todo? Si fueses una persona solidaria harías por mí lo mismo que yo he hecho por tí, pero supongo que podemos dejarlo para la próxima ocasión.
Yoongi no dijo nada, su faceta de entrenador desaparecía con mayor intensidad con cada nuevo toque de Kim sobre su entrada. Estaba preparado, después de haber recibido la boca y dedos de este durante varios minutos podía afirmar que incluso se encontraba en el límite a pesar de que su jugador ni siquiera estaba dentro de él todavía.
¿Y qué podría decir? Él estaba siendo un cobarde mentiroso al no atreverse a admitir que la atención que Taehyung le había dedicado, provocaba mucho más en su cuerpo que cualquier follada rápida.
-Bien, la próxima vez yo te torturaré con la espera.
-¿Es eso un trato, entrenador Min? - Taehyung dejó escapar una leve carcajada con sus largos dedos todavía centrados en empapar bien la entrada del chico ante sus ojos.
El entrenador Min era una persona extraña, pero eso no impedía que Taehyung sintiese una enorme curiosidad por aquello que lo envolvía. Lo detestaba en cierto modo, pero también se sentía agradecido ante el hecho de que este estuviese dejándose llevar tan solo para cumplir con una absurda petición que él ni siquiera debería haber tenido el derecho de exigir.
-Es un trato, mocoso.
-Buena respuesta. - la voz de Taehyung sonó como un susurro contra el oído de Yoongi cuando este se colocó por completo sobre su cuerpo. Su fuerte erección colocándose entre sus nalgas todavía sin entrar. - No te gusta divertirte, o al menos no de la misma forma que a mí. Aún así, quizás podamos encontrar algunas cosas en común esta noche.
Y de nuevo Yoongi no respondió, porque la sensación de comenzar a ser llenado se llevó hasta la más mínima intención de charlar. En cambio sus labios dejaron salir gemidos tranquilos, silenciosos incluso cuando su cuerpo estaba al borde de la revolución por la forma en la que Kim lo trataba con un cuidado que él no se merecía.
-¿Tan callado? - Taehyung llevó sus labios hasta la nuca del entrenador y jugueteó con una mano entre su cabello por unos instantes. - Estamos en su casa entrenador, debería poder ser escandaloso.
-Yo...yo no… - Min Yoongi no era escandaloso hace mucho tiempo, porque incluso en su forma de ser la estricta educación de sus padres y los errores del pasado parecían hacer mella. - No me gusta cuando… las personas gimen en alto… Es…
-Es la muestra de que hay placer de por medio. -Taehyung cerró la mano entre el cabello de su entrenador con la delicadeza suficiente para marcar el punto intermedio entre la rudeza y la consideración. - Gime si lo necesitas, puedes estar seguro de que me encantará escucharte. ¿No gemiste acaso en el baño de Bellum cuando tus facciones estaban escondidas detrás de una máscara?
¿Lo había hecho? Yoongi realmente no se acordaba, aquella noche era un borrón de placer camuflados como otro error que debería estar solventando en lugar de…
-Tae… - pero gimió, olvidando lo que había pasado o no en aquel local. Sus labios se abrieron levemente y giró un poco la cabeza sintiendo el cuerpo del contrario completamente pegado al suyo y la fricción de las sábanas de su cama como único consuelo para su dolorosa erección. - Taehyung.
Kim hizo sus estocadas un poco más profundas, sin embargo no más rápidas. El ritmo duro pero tranquilo parecía ser una combinación perfecta cuando se trataba de Min Yoongi, todo su cuerpo parecía gritarle que aquella era la manera correcta de tratar al chico que ahora se arqueaba a pesar de encontrarse aplastado por su propio cuerpo contra la cama.
Dentro. Fuera. De nuevo. Sin prisa.
El modo en el que Taehyung parecía saber cómo complacerlo sin importar el detalle de que solo habían estado juntos de esa forma una vez antes, era algo que lograba que Yoongi sintiese una especie de burbujeo confortable recorriendo cada una de sus extremidades. El base encajaba con eso que le gustaba pero que tan difícilmente lograba encontrar, con él era complicado que el miedo habitual a fallar fuese más importante que la sensación de bienestar.
Labios. Roces. Mordida. Caricia.
Min Yoongi sentía que estaba perdiendo la cabeza. Y Kim Taehyung era con total seguridad el principal motivo de aquello.
-¿Todo bien Yoongisi? - se aseguró el base.
-No podría ir mejor. - contestó.
-¿Es una apuesta eso, entrenador?
-Tal vez…
¿Acaso Kim Taehyung podría realmente hacerlo mejor de lo que lo estaba haciendo? Si ese fuese el caso, a él le encantaría probarlo. Mientras la noche siguiese manteniendo sus cuerpos juntos en la penumbra de la luz anaranjada que se colaba por la puerta de la habitación, ellos dos también podrían fingir ser esas personas que ansiaban ser pero no eran.
-Puedo hacer más que esto, te lo demostraré pronto.
Y el susurro de Taehyung se pareció mucho a una promesa.
¿Cuánto había pasado? Yoongi no lo sabía con exactitud, pero sí era consciente de que la luz del amanecer estaba entrando por la ventana de su habitación a pesar de que había tratado de despertar a Kim en varias ocasiones.
Ni siquiera se habían movido después del orgasmo que provocó que ambos se dejasen ir completamente exhaustos, los dos continuaban en la cama con la sensación del sueño pululando alrededor de sus cuerpos complacidos. Él boca abajo y Kim medianamente sobre su espalda, con una mano envolviendo su muslo derecho y la otra posada bajo la almohada. Sus piernas estaban envueltas las unas en las otras junto al revoltijo de sábanas que resbalaban desde el colchón hacia el suelo.
-Kim, se hace tarde para ti. Está comenzando a amanecer. - Yoongi se giró, poniendo su espalda sobre el colchón. El agarre de la mano de Taehyung en su muslo solo se fue por unos segundos antes de regresar a la posición inicial.
No era la primera vez que Taehyung dormía con alguien, pero sí la primera que pasaba la noche con una persona con la que había mantenido relaciones. Ni siquiera se trataba de una de esas estúpidas formas de reaccionar con asco a la intimidad tras el sexo, él no era ese tipo de chico que usaba a otros para obtener placer y después desaparecer en silencio. Sin embargo, después de un tiempo teniendo como único refugio para su búsqueda de placer los baños de Bellum… Una cama se parecía a aquello con lo de vez en cuando se atrevía a soñar en silencio.
Porque en el fondo, y a pesar del pésimo ejemplo de matrimonio que sus padres eran, a él le gustaba la idea de poder encontrar un novio estable con el que compartir una vida. Y quizás, solo tal vez, podría atreverse a ser lo suficientemente libre como para adentrarse en una relación con alguien de su mismo género cuando lograse asegurar un buen hogar para su madre. Lejos de ese hombre peligroso que su progenitor era cada vez que llevaba una gota de alcohol hasta su boca. Algún día, el base estaba casi seguro de que en el instante de que pudiese obtener un trabajo estable tras terminar sus estudios podría aportarle a su madre un hogar más estable que la casa repleta de trampas constantes en la que los dos se veían obligados a residir. Ella por el miedo a separarse y él por el pánico a dejarla sola con un hombre que ya ni siquiera podía distinguir quienes eran los miembros de su familia cuando alguna bebida se interponía en su camino.
Aún con todo aquello, Kim Taehyung era un chico romántico. Lo era desde que tenía memoria y no sentía reparos de reconocerlo ante esas personas que formaban parte de su zona segura.
Si no fuese un romántico empedernido quizás nunca se habría sentado al lado de la hermana de Hoseok para atender a cada nuevo drama coreano que saliese con Lee Minho o Ji Chang-wook como personajes protagónicos. Aunque tal vez había mucho más que simple gusto por las historias de amor agridulces en el detalle de que desde sus doce años acudía siempre que podía a la casa de los Jung para sentarse en la suave alfombra de Dawon con la intención de captar con sus ojos cada una de las expresiones de sus actores favoritos mientras esta divagaba acerca de la falsa imágen de hombre coreano que creaban las series televisivas. Tae solo sabía que le gustaba ver la forma en la que los protagonistas de algún modo llegaban a amarse de forma incondicional, a veces incluso lo emocionaba y lo hacía saltar de sorpresa. Aunque en ocasiones las historias no fuesen tan intensas como las que él quería ver, con aquellos besos tan sumamente falsos que se parecían más a un roce obligado que a lo que se supone que los personajes de los actores sentían tras la pantalla.
Pero aún así, Taehyung lograba obtener continuamente libros en la biblioteca de Daegu que se adecuaban bastante más a su sueño de relación amorosa perfecta, y gran parte de estos narraban los sucesos de parejas que tras atravesar un sin fin de adversidades terminaban felizmente juntas. Y eso quisiera él para sí mismo, encontrar a un hombre con el que poder compartir su vida a pesar de todos los handicaps que su camino probablemente tendría.
Alguien que lo quisiera incondicionalmente. De una manera sana y repleta de cariño, con la confianza como principal característica.
-Lo sé, me está costando levantarme después de haber obtenido tan solo media hora de sueño en toda la noche. Discúlpeme por eso, entrenador. - Taehyung abrió los ojos con el resquicio de un bostezo llegando hasta sus labios. - Todavía tengo que correr hasta mi casa, ducharme para deshacerme del maquillaje, vestirme y tomar mi bicicleta para pedalear hasta la panadería para obtener varias cajas de leche entre las cuales se encuentra tu pedido.
Yoongi dudó antes de hablar, la mano de Kim quemando levemente sobre su muslo ahora que la luz del amanecer aportaba mayor visibilidad de sus pieles expuestas y cuerpos desnudos.
-Puedes tomar una ducha aquí. - suspiró, aquello estaba siendo demasiado íntimo por lo que en consecuencia se sentía incómodo. Para alguien con problemas de confianza, tener en su casa a un chico que solo conocía debido a los entrenamientos de baloncesto era… Extraño. - Y puedo dejarte algo de ropa, en caso de que llueva. Incluso podría acercarte a tu casa si eso ayuda al hecho de que tu madre no te descubra llegando después de haber pasado la noche fuera, pero no iremos más allá.
-¿Olvidaste la promesa que hicimos mientras estábamos divirtiéndonos? Dije que te enseñaría todo lo que sé hacer, ¿ya no sientes curiosidad? - Taehyung golpeó sin fuerza el muslo de Yoongi con sus dedos, imitando el toque de las teclas de un piano sobre la piel suave de su entrenador.
-No debería… Ninguno de nosotros dos tendríamos que haber llevado las cosas tan lejos, pero ha sucedido. Y no sé si sucederá de nuevo, lo que sí sé es que ha amanecido y ahora puedo afirmar que tú eres mi jugador y yo soy tu entrenador. Esa es la realidad fuera de Bellum, eso es lo que seremos cada vez que nos veamos en la cancha.
Sí, Taehyung sabía aquello de la misma manera que sabía que era arriesgado permitir que su imaginación volase hasta la posibilidad de llegar a tener una pareja bonita y estable mientras estaba compartiendo cama con su entrenador de baloncesto. Pero él vivía cometiendo errores.
-Aceptaré esa ducha, y definitivamente sería una ayuda llegar a casa con ropa simple. En el caso de que mi madre o mi padre me vean escalar hacia mi ventana, será más fácil encontrar una mentira sin llevar pantalones ajustados y una chaqueta sin nada que cubra mi torso. - Taehyung dejó que una sonrisa automática se posase sobre sus labios. - Debo verme como una mierda ahora mismo, creo que he usado demasiada sombra de ojos en mi estilo demoníaco. ¿Ya soy un mapache?
Yoongi arrugó levemente el ceño, tratando de averiguar a qué se estaba refiriendo su jugador. Finalmente se limitó a negar, en realidad el muchacho no se veía nada mal a pesar de no haber dormido más de veinte o treinta minutos. Incluso si bajo sus ojos se podía apreciar una evidente señal de cansancio.
-Debe ser algo de personas atractivas. - el entrenador Min hizo una seña con su mano señalando la cara de su base. - Pero creo que te ves bastante bien teniendo en cuenta que aún no hemos dormido nada.
Taehyung sonrió, su cuerpo parecía negarse a abandonar la calidez de aquella cama.
-Tengo que ir a ducharme… - susurró, tratando de convencerse a sí mismo y gritándose en silencio que lo que había pasado esa noche no era ni sería nunca nada más que un juego de placer y diversión en el que dos personas se habían puesto de acuerdo.
-Prepararé algo de desayunar. - Yoongi respondió en un susurro, imitando la voz de su jugador como si los dos estuviesen contándose secretos. - Ve… Puedes usar la ropa que te sirva, no te preocupes demasiado por devolvermela. No hay prisa en ese aspecto.
Yoongi fue el primero en levantarse de la cama y en su camino hacia el armario para encontrar algo de ropa, logró notar que Holly se encontraba recostado tranquilamente en el pasillo con el hocico hacia el interior de su habitación. La puerta estaba arrimada, de la misma forma en la que dos horas atrás Taehyung y él la habían dejado.
-Mi perro se ha ganado que el chico de la leche le traiga algunas galletas extra, generalmente duerme en ese lado de la cama.
Y Taehyung sonrió con ganas, palmeando el colchón a su lado hasta llamar la atención del peludo animal que no se lo pensó demasiado antes de corretear hasta él para acomodarse en la cama.
La imágen habría sido realmente bonita.
Lo habría sido si Min Yoongi pudiese derribar esos muros que llevaba construyendo alrededor de su persona durante al menos una década.
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Hiiii!!!
Aquí os dejo el nuevo capítulo. No me ha dado tiempo a repasarlo, así que si veis algún fallo no dudéis en decírmelo.
Espero de verás que os guste.
Un beso,
os amo
Mel
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