Capítulo 37 : GLOOM

“Ves el mundo de colores, yo lo veo en blanco y negro. Píntame un cuadro fuera de las líneas en las que vivo todo el tiempo.”

-Love Me Like That
(SAM KIM)

En otra ocasión Min Yoongi se hubiese castigado a sí mismo por no pensar bien en sus palabras, pero de algún modo esa noche se sentía increíblemente correcto pidiéndole a uno de sus jugadores que lo acompañase a casa para hacer mucho más que sencillamente juguetear a coquetear el uno con el otro. El juego estaba bien y era en cierta forma divertido, sobre todo ahora que comenzaba a entender la personalidad de Kim, pero de repente quería más y no estaba dispuesto a ser llevado hasta uno de los baños de nuevo. No si de él y su mente dependía.

A esas alturas de la noche sería una estupidez tratar de convencerse a sí mismo o a cualquier otra persona que los hubiese visto interactuar, acerca del simple detalle de que el base no le gustaba. Porque le gustaba, mucho. Lo suficiente como para que el cosquilleo se encontrase provocando un leve tembleque en sus manos mientras continuaba siendo dirigido por Taehyung a través de la pista de baile. En algún momento creyó que solo había atracción entre ambos, una tan fuerte que los instaba a continuar interactuando ya fuese dentro o fuera de Bellum y sin importar si las palabras intercambiadas eran buenas o malas. Para discutir o para perseguir los labios del contrario, de alguna manera siempre acababan teniendo más contacto del que cualquiera en su lugar consideraría necesario.

Yoongi lo había llamado llanamente “atracción”, porque su instinto le decía que aquella era la razón real por la que nunca lograba pasar sus días sin que las facciones de su base se le presentasen como algo interesante en lo que mantener su atención. Sin embargo, ahora estaba seguro de que eso implicaba que el muchacho, que en ese momento sostenía su mano, le gustaba. No era tan descabellado. Después de todo Kim Taehyung era talentoso en el deporte que él amaba, un chico realmente guapo y una persona con las suficientes incógnitas como para hacer estallar su curiosidad instantánea. Incluso si seguía siendo su jugador, Min Yoongi no podía negar lo evidente.

Las personas continuaban cantando en voz alta y la música sonaba con fuerza cuando los dos llegaron hasta uno de los pasillos que definitivamente los llevaría hasta los baños donde el sonido de las notas era amortiguado y las luces de neón dejaban paso a los led azules que mantenían el sitio en una penumbra medianamente decente. Yoongi se detuvo, no dispuesto a repetir la fórmula de rápida follada en un servicio, no seguro del todo acerca de dejar que aquello sucediese de nuevo, que eso que inició esa extraña atracción que ahora notaba alrededor de su base se diese otra vez en un cubículo por el que probablemente pasaban una incontable cantidad de personas cada fin de semana. Taehyung se limitó a sonreír llevándolo contra una de las paredes.

-Entrenador. - habló el base. Una de sus manos jugueteando con la tela de la camisa de Yoongi sobre su pecho mientras que la otra sostenía su cintura sin fuerza. - Solo estoy buscando un sitio más tranquilo para hablar. Personalmente me encantaría ir a su casa pero hay un problema, olvida que mi libertad es falsa. Si mis padres descubren que he pasado una noche completa fuera entonces estaré realmente muerto. No puedo arriesgarme a pasar demasiado tiempo lejos de casa, la madrugada está bien porque sé que mi madre duerme y mi padre está demasiado borracho como para saber tan siquiera nuestros nombres… Pero si voy a su casa no seré rápido. Si voy a su casa es probable que me tiente a quedarme hasta el amanecer y eso es malo, lo es porque mi madre se despierta temprano y podría descubrirme escalando hacia mi ventana. Y lo es porque en el peor de los casos mi padre podría estar medianamente sobrio. - explicó. - Son las tres y media de la madrugada y no estoy seguro de si dos horas vayan a ser suficientes para mí si me tienta a acompañarlo a su casa.

Yoongi relamió sus labios. Taehyung se encontraba situado demasiado cerca, quizás con la intención de hacerse escuchar sobre el sonido de la música débilmente amortiguada por las paredes del pasillo que llevaba hasta los baños o tal vez solo en un nuevo intento de continuar con el coqueteo que él estaba seguro de que su jugador lograba controlar a la perfección.

-¿Propones que me deje follar en un baño de nuevo? - Yoongi protestó, siendo agradablemente aplastado contra la pared cuando Taehyung decidió probar sus labios una vez más esa noche. Sus manos envolvieron el cuello del base, sus pies se alzaron para alcanzarlo mejor y definitivamente su cuerpo respondió al estímulo dado. ¿Cuánto había pasado desde que se sentía tan bien besando a otro chico? ¿Se debía solo al modo atractivo en el que su jugador se comportaba o estaba ligado a que por fin estaba viendo más allá de un uniforme que pudiese aportar cierto prestigio ante su familia a la pareja que elegía? Fuera como fuese, Min no tardó más de un segundo en aceptar el beso de Kim. - Taehyung… No. No voy a ser follado en un baño de nuevo, no tengo nada en contra de quien decide hacerlo pero si puedo asegurarme una zona higiénica y cómoda entonces puedes estar seguro de que un baño por el que pasan cientos de personas no entra dentro de mis planes. Ni entrará en el futuro.

-Lo entiendo entrenador.

¿Lo entendía? ¿Entonces por qué su jugador había tomado una actitud tan confusa? Si bien él había sido el primero en exigir que se olvidasen de sus vidas en el exterior, ahora era quién estaba usando la palabra que borraba esa fantasía que Bellum les había regalado. Era Kim quien estaba recordándole lo que en realidad eran y aquello que no deberían ignorar.

-Lo entiendo. ¿Está bien? - Taehyung suspiró, pareciendo un poco frustrado mientras su mano descendía hasta el centro del estómago de Yoongi y apartaba su cara unos centímetros para poder mirarlo a los ojos. - Bien, acepto la invitación a tu casa. Pero tendrá que ser algo rápido… No podré…

-Lo que sea, seguirá siendo mejor que un baño en el que no sabemos quién ha estado follando antes que nosotros. Si quieres hacerlo, vamos. Te has arriesgado viniendo a Bellum esta noche y las anteriores, arriesgate un poco más y si tus padres te descubren escalando hacia la ventana de tu habitación… Seré el primer en ayudarte a inventar una excusa. - Yoongi se detuvo por un instante, consciente de que sus palabras podrían resultar confusas para el base. No estaba tratando de forzarlo o influenciarlo. - ¿Quieres venir conmigo o no? No voy a enfadarme contigo, sea cual sea la respuesta. - Taehyung se tomó unos segundos antes de finalmente asentir con la mirada clavada todavía sobre la suya. El entrenador Min llevó su mano hasta la de Kim, haciendo que este abandonase las lentas caricias sobre su estómago para sostenerlo. - Supongo que deberías avisarle a tu amigo.

-Confío en ti. - esas fueron las palabras que Taehyung dejó escapar de su boca antes de que Yoongi decidiera ignorar las advertencias de su conciencia. - Y confío en que podrás ayudarme si mis padres me descubren. Voy a arriesgarme un poco más de lo normal esta noche, yo propuse que te dejases llevar y creo que es justo que a cambio yo también lo haga.

Confianza. Él odiaba esa palabra, nadie debería poner confianza sobre una persona que no conoce por completo teniendo en cuenta el modo en el que incluso las personas que se mantienen al lado de otros durante años, pueden llegar a convertirse en enemigos. Y ellos dos, en realidad, casi no se conocían de absolutamente nada a pesar de que entre sus personas existiera una evidente atracción que los estaba llevando a cometer estupideces.

-No. No confíes en mí, puedo fallarte incluso sin pretenderlo y entonces el golpe será doloroso. Puedes estar tranquilo a mi lado o incluso sentir que soy agradable, pero no confíes en mí cuando ni siquiera yo lo hago. - Yoongi tomó una bocanada de aire. - De lo contrario solo terminarás sintiéndote lleno de decepción cuando no pueda cumplir con aquello que deseas obtener de mi parte.

Incluso si Kim Taehyung conocía el apartamento de su entrenador, el camino hacia el interior del mismo le resultó completamente nuevo y de alguna manera eterno. Llevaba leche cada fin de semana a esa casa, saludaba al perro de Yoongi cada sábado y domingo. Definitivamente era consciente del detalle de que no era demasiado grande porque él mismo había estado en el interior del mismo en una ocasión. La ruta desde Bellum hasta el lugar en el que Min residía no superaba a la que él mismo recorría con su bicicleta durante el reparto, pero los pasos por las calles resultaban inacabables mientras sus manos jugueteaban a chocar la una con la otra. Siendo completamente consciente de que incluso en la madrugada podrían toparse con las personas incorrectas, esas que sin duda atacarían su condición como si el amor fuese acerca de elecciones de género correctas o equivocadas.

Taehyung se había topado con mucha gente así, por suerte nadie había ido más allá de los insultos que tradicionalmente parecían ser usados en modo de bucle pero sabía que muchos miembros del colectivo tenían menos suerte que él. Las noticias de Corea no se abrían nunca con debates sobre porqué era necesario acabar con el acoso hacia las personas homosexuales o bisexuales, de hecho nadie parecía tan siquiera plantearse todavía el que el matrimonio entre personas del mismo sexo debería ser posible desde hace mucho. Y mientras los medios siguieran tratando su amor como una especie de delincuencia, ellos jamás podrían caminar tranquilamente con las manos entrelazadas. Mucho menos en un sitio tan pequeño como en el que residían.

-Min. - Taehyung observó las calles que llevaban hacia la zona en la que vivía su entrenador. Le llevó unos cuantos segundos lograr que el atrevimiento apareciese antes de situarse tras este para rodearle la cintura con los brazos mientras ambos caminaban. - En serio vives demasiado lejos. - susurró contra la piel de la nuca de Yoongi. - Hace frío y pareces haber olvidado que ni siquiera estoy llevando camiseta.

-Entonces cierra tu chaqueta. - Yoongi estaba protestando en voz alta, mas el agarre de Taehyung no le resultaba del todo molesto. La noche otoñal era fresca y la piel de su jugador estaba congelada. - Ya estamos cerca, un par de minutos Kim. Eso es todo lo que necesitas esperar, más te vale no enfermar antes del próximo partido solo por ese outfit de demonio sensual que has decidido llevar.

Taehyung asintió sonriente, sus manos fijas sobre la cintura de su entrenador incluso si eso parecía aminorar un poco la rapidez de sus pasos. La piel de Yoongi, al contrario que la suya, ardía.

-Bien, conozco el camino y sé eso. - el base sonrió levemente. - Dejaré de quejarme.

Esa noche el pasillo de la casa de Yoongi le resultó bastante largo, sin importar que el sitio solo estuviese formado por un par de habitaciones, un baño, una terraza con balcón decentemente grande y cocina.

Sería un sitio realmente acogedor en otras circunstancias, si el entrenador Min apartase algunos muebles o los colocase de un modo en el que realmente pareciera que le importaba la armonía de su hogar.

-Kim. - Yoongi susurró el apellido de su jugador mientras extendía su mano en un intento por llamar la atención de este. Podía escuchar las pisadas de Holly por toda la casa, su perro estaba contento de verlo de vuelta y además de eso parecía realmente entusiasmado debido a la presencia de ese repartidor de leche que cada fin de semana llegaba con un par de galletas con sabor a bacon en los bolsillos de su deteriorado chubasquero burdeos. - Estoy aquí.

Taehyung le sonrió y sin soltar su mano se tomó unos segundos para agacharse a saludar al bonito animal que había comenzado a ladrar exigiendo sus galletas.

-Tendrás que esperar hasta mañana amigo. - el base revolvió el rizado cabello que resbalaba sobre los ojos del perro. - No he traído galletas conmigo, ni siquiera esperaba verte.

Yoongi no pudo hacer nada a parte de sonreír, apoyándose en el marco de la puerta de su habitación mientras su vista recorría el cuerpo del muchacho que ahora se encontraba charlando tranquilamente con Holly. Era curioso, hace solo un par de semanas estaba deseando deshacerse de su base y de la pesada actitud que este siempre tomaba en la cancha.

Ahora se encontraba nervioso porque los dos estaban a punto de tirar hasta la más pequeña parte de la barrera que los separaba y marcaba una clara diferencia entre ambos. ¿Cómo podrían regresar a la cancha y mantener la normalidad después de aquello si decidían compartir una noche juntos? No sería una follada en los baños de Bellum, no importaba lo mucho que él se dijera a sí mismo que tan solo quería un poco de tranquilidad y por supuesto una zona higiénica en la que divertirse. Había mucho más en el acto de llevarlo hasta su casa de lo que estaría dispuesto a admitir jamás en voz alta.

Y quizás para Kim, esa mariposa social con una vida más dura de lo que cualquiera podría averiguar a simple vista, sería mucho más sencillo que para él fingir que todo estaba absolutamente bien. Yoongi ni siquiera sabía si su jugador ansiaba algo más a parte de una noche de placer lo suficientemente divertida como para repetir en otra ocasión. Y lo cierto es que su amor propio era tan pequeño que no podría culpar al chico si este decidiese irse para no regresar, después de todo era lo que cada una de sus parejas hacía.

Min Yoongi no era un buen lío de una noche, de la misma manera que no era un buen novio o un buen hijo. En muchas ocasiones tan siquiera podía ser un buen entrenador y su intento de expulsar a Taehyung sin molestarse en averiguar el motivo tras la actitud de su base en la cancha… Otro error que sumar a su interminable lista.

Pero esa noche no importaba. Porque la atracción que sentía por su jugador estaba ahí, y quizás con una pizca de suerte se haría mucho más fuerte poco a poco.

-Taehyung. - repitió, su voz aparentemente calmada mientras contemplaba el modo en el que Holly parecía responder perfectamente bien a las palabras del muchacho. - Ven aquí, no tenemos demasiado tiempo y Holly podrá esperar hasta mañana para obtener algunas galletas de su repartidor de leche preferido.

Yoongi no supo bien de dónde estaba sacando la energía para dirigirse hacia el base y tomar el control, después de tantos fallos con cada una de las personas que habían formado parte de su vida como parejas o simples compañeros de cama… Lo normal sería escabullirse de todo aquello que supusiera cometer de nuevo el mismo maldito error de siempre. Sin embargo sus manos sujetaron la tela de la chaqueta negra que el muchacho con atractivo demoníaco todavía llevaba, haciéndolo avanzar hacia el interior de su habitación. Una carcajada burbujeante abandonó la boca de Taehyung, quien ahora le mostraba las manos en señal de rendición del mismo modo en el que un bandido lo haría ante un policía.

-Deberías decirme directamente que no puedes esperar. - Kim acercó su boca a la de Min, sus labios se conectaron al instante. Un toque lento a pesar del hecho de que ambos sabían que tendrían que ir deprisa si no querían que el amanecer los atrapase. - De todos modos no podemos alargar esto tanto como a mí me gustaría, deberías prometer que habrá una próxima ocasión. Podemos saltarnos el encuentro en Bellum y venir directamente a tu casa….

-Callate. Va a ser rápido, no tengo problemas con esa parte del trato. Dos horas serán más que suficientes, después de eso podrás recoger tu ropa y correr a casa como lo haría Cenicienta.

Por el bien de Taehyung, debía llegar a casa antes de que su madre se despertase o tendría que olvidarse de Bellum por un tiempo. No le importaba ser una Cenicienta, se aseguraría de no perder ningún zapato y correría hasta su hogar para escalar hasta su ventana y entonces se cambiaría de ropa para salir a repartir leche en el mismo instante en el que su madre se estuviera colocando las botas de plástico para comenzar a recoger fruta fresca del huerto que esta cuidaba a diario.

No necesitaba una bonita carroza, tampoco un príncipe azul… Solo necesitaba sus viejos zapatos para correr por las aceras de Daegu.

-Rápido. - Taehyung solo repitió esa palabra antes de disfrutar de la sensación de hormigueo que le recorría el estómago al sostener la cintura de Min fuertemente contra la suya. A su entrenador parecía encantarle aquello pues la reacción era siempre la misma, su cuerpo era pequeño y fácilmente moldeable para alguien con una altura como la del base. Se arqueaba buscando mayor contacto, uno que pronto tendría con total plenitud.

Su primera vez juntos había sido inesperada e impulsiva. Ninguno de los dos logró ver al contrario con completa claridad, pero aquella noche pretendía ser diferente.

-Deja que encienda la luz. - Yoongi suspiró sobre los labios de Taehyung. Encantado con la sensación que el toque de las grandes manos de este dejaba sobre la piel de su espalda. - Tae… suéltame un segundo. Solo tengo que…

-Encender la luz. - Taehyung sonrió mientras asentía, haciendo avanzar sus piernas con las de su entrenador hasta llegar a la cama. -¿No tienes algún interruptor cerca de la mesilla? La luz encendida del pasillo es agradable. Me gusta la penumbra y el modo en el que las sombras de dos cuerpos parecen hacerlo mucho más interesante, ¿quién necesita más? De todos modos puedo…

Yoongi gimoteó cuando la mano de su jugador deshizo el nudo de su cinturón sin problemas para a continuación tirarlo sobre la cama. Debería sentirse ofendido, Taehyung era menor que él pero estaba comportándose como un idiota sabelotodo.

¿Y qué mierda era eso de la penumbra? A él le gustaba ver lo que sucedía con las personas que le resultaban atractivas. No solo era acerca del llamativo rostro de Taehyung o de las expresiones que este pudiese llegar a mostrarle mientras estaban juntos, de su risa embriagadora o sus ceños fruncidos extrañamente desquiciantes, sino de todo en general. Necesitaba esa vista de las manos de su jugador sosteniendo sus muslos o las caderas de este empujando contra las suyas. Había demasiado que la penumbra les quitaría.

-Ni siquiera necesito una luz para tenerte pero si quieres ver lo que sucede me parece bien, adelante. Puedo adaptarme a todo lo que quieras. Para mí la penumbra aporta intensidad, para tí la luz es necesaria. Podemos sencillamente buscar la forma en la que esto funcione para ambos, hoy tú eliges y quizá en el futuro yo pueda hacerlo si eres solidario. - Taehyung desabrochó el botón metálico de los pantalones de Yoongi. - Camisa fuera en cuanto encuentres ese interruptor, vamos a ver que tienes para mí, lindo.

Bien. Él estaba sonriendo ante las palabras de Taehyung, porque de algún modo la actitud del muchacho lograba aniquilar el nerviosismo habitual que llevar a alguien a su casa con la intención de compartir una noche juntos le ocasionaba. Claro que también sabía que con Kim tendría que enfrentarse a mucho más que verlo irse, con él tendría que enfrentar el no poder llevar sus sentimientos más lejos del placer.

Y si no había sentimientos de por medio, no podía ser lastimado. ¿No era así?

-Solo haz lo que quieras. - su voz abandonó sus labios en forma de suspiro mientras se deshacía de la camisa. La luz ya no era un detalle importante.

En la penumbra de aquella noche, Taehyung no sintió prisa mientras desnudaba a Yoongi y permitía que sus manos acariciaran hasta la más mínima parte de la piel suave de este. Tampoco lo hizo mientras aceptaba el lubricante y preservativo que su entrenador le ofrecía a tientas, con la puerta de la habitación arrimada dejando pasar rayos de luz que iluminaban sus cuerpos de vez en cuando y revelaban las expresiones de sus caras, o las partes enrojecidas de piel pellizcada.

Definitivamente no hubo prisa en la delicada forma con la que Tae instó a Yoongi a abrir las piernas antes de inclinarse para lamer su entrada tras ser conocedor de que esa tarde, temprano, su entrenador había decidido estar limpio para él aún sin tan siquiera saber que algo así ocurriría de nuevo.

-Kim. - la mano del entrenador Min se hundió sobre la piel de los hombros de su jugador, sintiendo por primera vez en su vida a alguien llevar su boca hasta la parte posiblemente más íntima de su cuerpo. Había tenido algunos novios, muchos de ellos le practicaron felaciones o le besaron los muslos con cariño pero nunca antes alguien lo tocó y besó del modo en el que Tae lo estaba haciendo en ese preciso instante. No había asco, ni tampoco tabús en sus actos, nada que le indicase que debería apartarse a pesar de que aquello le provocaba placer.

La mano del base recorrió el estómago desnudo de su entrenador antes de pararse sobre su glande con la intención de acariciarlo, descubriendo el rastro de un cuerpo perfectamente trabajado a pesar de no ser excesivamente musculoso. Yoongi era bonito en muchos aspectos, lo era cuando gemía casi en silencio echando su cabeza hacia atrás y siendo iluminado con los rayos de luz naranja que atravesaban la puerta de la habitación. Pero también lo era mientras preguntaba en voz tranquila si aquello era molesto. Si quizá Taehyung estaba haciendo algo por el placer de otro que en realidad no los hacía disfrutar a ambos.

-Está bien, me gusta cuando puedo hacer que la persona que está conmigo se sienta bien. - respondió el base.

-Estás logrando eso.- Yoongi relamió sus labios, abriendo sus piernas todavía más para que Taehyung pudiese continuar besando allí donde nadie más lo había hecho.

Solo cuando el entrenador parecía encontrarse cerca del borde, el base decidió que sus dedos y boca habían finalizado la tarea de prepararlo para recibir su miembro.

-¿Listo, Yoongisi?

Solo un instante de duda, dos pares de ojos intercambiando miradas y cuatro manos unidas con los dedos completamente entrelazados sobre las sábanas blancas de una cama sencilla.

-Listo, Tae.





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Hiii!!!

Mañana madrugo pero como tendré un día complicado en cuanto a tiempo, decidí acabar y subir el cap hoy. Así que aquí lo dejo antes de irme a mimir.

Espero que os guste y lo hayáis disfrutado. Iba a ser más largo pero me moría de sueño.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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