Capítulo 36 : LITTLE MADNESS
“No quiero ir a la facultad, solo quiero romper las reglas. Chicos y chicas de todo el mundo, poniéndose sus zapatos de baile, yendo a la discoteca, emborrachándose y echándose a perder. No quiero ir a la facultad, solo quiero romper las reglas.”
-Break The Rules
(Charlie XCX)
Yoongi dejó que sus ojos se posaran sobre el escenario, Taehyung estaba en lo cierto al haberle recomendado moverse hasta el piso superior para obtener una mejor vista de los participantes. En algún momento de la noche Namjoon y Hoseok se habían sentado en la misma mesa que ellos y charlar hubiese sido algo casi divertido sino fuese porque en su cabeza Min seguía pensando que no era del todo adecuado decirle a su jugador que estaba dispuesto a aceptar un beso. Incluso si todo lo que tenía pensado cederle era su mejilla.
Pero ya había hecho esa promesa, ahora sencillamente no lograría retirar sus palabras y estas eran demasiado recientes como para que Kim se olvidase de las mismas por una casualidad del destino. Él no tenía tanta suerte, en realidad su vida era un continuo cúmulo de cosas que salían de la forma contraria a como las planeaba. Su existencia por completo estaba cargada de mala suerte. Y aún con todo eso, ¿no resultaba hipócrita faltar a las promesas que uno mismo hacía? Yoongi era el tipo de persona que a menudo le daba vueltas hasta al hecho más sencillo, un efecto de vivir rodeado de familiares dispuestos a juzgar todas sus decisiones. Probablemente un hogar un poco más sano le hubiese ayudado a entender que podía negarse y cambiar de opinión a última hora, que todo lo que importaba era él mismo y no el resto de gente o lo que esta opinase Pero esa no había sido su educación, en realidad él se vio obligado a crecer en una casa donde los errores y las dudas estaban consideradas como una muestra de falta de personalidad.
Y por supuesto en todo aquello entraba la asquerosa masculinidad tóxica que a menudo aparecía como modelo de conducta en la sociedad en la que habitaba. Un hombre no debía faltar a su palabra, de lo contrario eso lo convertiría en un ser humano débil e indeciso. De la misma manera que un hombre no debería llorar, mostrar sentimientos de manera excesivamente abierta o ponerse ropa demasiado afeminada. O al menos aquello era lo que su padre opinaba. Yoongi estaba completamente seguro de que este tampoco estaría de acuerdo con el hecho de verlo acudiendo a un local LGTBI+, de la misma manera que tampoco había aceptado nunca el detalle de su homosexualidad. Para el reconocido cirujano Min, su hijo estaba confundido y tenía una naturaleza rebelde que lo inspiraba a mentir sobre su sexualidad para obtener un poco de esa atención que parecía necesitar en toneladas desde que era solo un niño.
Para su padre había muchas cosas que él no debería haber hecho nunca como un hombre, y quizás por eso en plena adolescencia decidió enamorarse de la persona equivocada debido a una personalidad endeble que sí, definitivamente buscaba obtener un poco de atención. Porque a pesar de su enorme incapacidad para demostrar sentimientos, a Min Yoongi todavía le agradaba sentirse querido de vez en cuando.
-¿Ocurre algo entrenador? - fue Hoseok quien realizó la pregunta, y en su frase se encontraba la clave principal de sus dudas. ¿Ocurría algo?
Él seguía siendo el entrenador de Kim, por muy atractiva que la cara de este le resultase o por mucho que le encantaría ser besado en el medio de la pista cuando la noche se encontrase en su punto álgido. Porque aunque se negase a admitirlo, las palabras de Taehyung habían encendido partes de él que llevaban un tiempo apagadas por miedo a dejar escapar al verdadero chico que se escondía bajo la capa de seriedad y la necesidad de hacerlo todo de un modo lo suficientemente adecuado como para no cagarla.
Odiaba su hogar pero vivía sintiendo la necesidad de demostrarle a sus progenitores y abuelos que él también podía lograrlo, que él sería alguien en la vida a pesar de su homosexualidad y escandalos del pasado. Por eso, tan solo debido a eso, había iniciado una carrera de medicina que le causaba dolor de cabeza y ciertamente odiaba más a cada día que pasaba. Ansiaba ver orgullo en los ojos de sus familiares más cercanos.
A pesar de aquel vídeo que lo hundió por completo, Yoongi planeaba demostrar que seguía siendo válido.
-¿Qué es lo que reciben de regalo los concursantes? - preguntó, tratando de alejar sus verdaderos pensamientos y dudas. Había mucho que quería preguntar pero pocas cosas se ligaban al concurso que sus ojos se encontraban observando.
Su curiosidad iba más allá de los hombres altos portando tacones o maquillaje escandaloso, su curiosidad estaba centrada en ese beso que le había prometido a Kim Taehyung y que en realidad deseaba tanto o más que el propio jugador. A Yoongi le gustaba el ambiente de Bellum, la música significativa que de algún modo todos los asistentes parecían conocer y el modo en el que nadie se peleaba a pesar de las bebidas alcohólicas que los ágiles barman preparaban para el espectáculo visual de los asistentes.
Nunca lo admitiría pero tenía más que un par de razones para haberse decidido a ir aquella noche. La primera y más importante de ellas se encontraba sentada a su derecha relamiéndose los labios tras dar un último bocado a un sabroso pastel de almendras caramelizadas. Con aspecto de demonio dispuesto a arrastrarlo hacia las profundidades del infierno para cometer todos y cado uno de los pecados capitales, con ojos de un ángel que conoce los dolores que la vida puede ocasionar cuando el lugar que debería ser un escape y refugio se convierte en la peor de las jaulas.
Kim Taehyung era una tentación, una que ya había probado y de la que no lograba olvidarse por mucho que se negase a sí mismo a caer en el peligro de cometer errores de nuevo. Dejarse llevar nunca derivó en cosas buenas para él, mala suerte, sin embargo parecía tan correcto cuando rememoraba la forma en la que los brillantes labios de Kim habían envuelto los suyos con movimientos casi expertos. La manera en la que las manos de este lo dirigieron sin dudas, dejándole a él la parte de disfrute al completo.
En aquel instante sus padres no habían importado, así como tampoco lo hizo su insufrible manía de fijarse en chicos que pudiesen cumplir las expectativas de sus progenitores aún sabiendo que estos no querían a su lado a doctores, miembros del ejército del aire o guardaespaldas. Sus padres deseaban para él doctoras, empresarias o economistas. Lo que fuese, pero con el género femenino siempre precediendo cualquier otro detalle.
-Dinero. - Taehyung habló. - Lo cual es una ironía porque la mayoría de ganadores usan el dinero ganado para nuevos disfraces y se vuelve un bucle interminable. En Bellum hay algunos dioses y diosas del Olimpo, sus estilismos y disfraces logran que el resto de personas nos sintamos como simples mortales. - Taehyung apartó con la mano izquierda el plato vacío en el que había estado la tarta de almendras. Yoongi siguió los movimientos del jugador cuando este pasó un dedo sobre sus labios para retirar cualquier rastro de dulce. - Pero cuando se bajan del escenario son tan mortales como nosotros, lo sé porque he probado unos cuantos.
-Parece que tienes experiencia en eso de probar a las personas… - Yoongi no sabía bien porque había dicho aquello pero estaba seguro de que Taehyung estaba entiendo a la perfección su insinuación.
-¿Qué hay de malo en eso? - el base se encogió de hombros. - A veces sucede que dos personas se atraen y a veces sucede que esa atracción es lo suficientemente fuerte como para acabar follando en un baño siempre que la protección sea adecuada, lo sabes tan bien como yo. Liberarse un par de veces por semana es sano, incluso los chicos buenos saben como divertirse a su propia manera.
-¿Hablas de chicos buenos disfrazado de demonio? - respondió Min, una pequeña sonrisa brotando por inercia de sus labios.
-Oh, Yoongisi. Te sorprendería lo malos que pueden llegar a ser en la privacidad los chicos buenos.
Taehyung estaba diciendo aquello con sus característicos ojos de angelito, pero Mín pudo ver surgir la intrigante sonrisa de sus labios. Una que ningún ángel lograría mostrar.
Cuando el ganador del concurso se hizo con el premio la música comenzó a estallar con fuerza en los altavoces casi al mismo tiempo en el que los cañones de confeti dejaron salir toda la carga de papelitos brillantes que ahora envolvía la mesa en la que se habían mantenido sentados los cuatro durante al menos la última hora.
-Es bueno que hayais venido esta noche.- Hoseok sonrió, posando una de sus manos sobre el hombro del amigo de su entrenador. - Incluso para los que no son habituales en Bellum, la coronación de un nuevo Dios siempre significa que la noche estará llena de diversión.
-Definitivamente han creado un pequeño mundo aquí. - Namjoon comentó, atendiendo a aquello que sucedía sobre el escenario del primer piso. - No sabíamos nada acerca del concurso y mucho menos sobre el detalle de que en Bellum hubiese coronaciones de dioses. ¿No es así, Yoon?
El entrenador Min se encogió de hombros, por extraño que sonase él conocía mucho menos que Namjoon acerca de ese sitio. No importaba si él pertenecía a la comunidad mientras que su amigo no, al fin y al cabo era mucho más sencillo dejarse ver en ese sitio para alguien que respondía completamente al modelo de hombre que su sociedad exigía.
Si lo reconocían, Namjoon podía afirmar que había sentido curiosidad y todos le creerían sin juzgarlo con demasiada fuerza. Porque Kim Namjoon era un chico con una carrera que le permitía vivir bien, en una relación estable con una preciosa chica que había estudiado periodismo y escribía para un interesante periodico, alguien a punto de casarse y con unos progenitores que en cierto modo eran respetados en Daegu debido a su influencia en la política del lugar. Una familia adinerada con hijos listos, tan listos que Namjoon y su hermana habían destacado sobre la media en todos y cada uno de los años que pasaron estudiando hasta seleccionar una carrera de su preferencia.
-La gente como yo no puede permitirse tomar la mano de su pareja por la calle sin recibir al menos un par de amenazas o insultos. Es comprensible que cuando nos ofrecen la oportunidad de ser libres, hagamos del lugar en el que podemos liberarnos un pequeño mundo a parte del real. - contestó, recordando lo que Taehyung había mencionado anteriormente sobre lo que ese sitio significaba para él.
-¿Es así de grave? - Namjoon sonrió, tratando de quitarle tensión a las reales palabras de su mejor amigo. Sabía que para la gente como Yoongi era complicado encontrar una pareja o mantener una relación duradera sin que la sociedad tradicional en la que vivían terminase influyendo. Y con gente como Yoongi no se refería a las personas que decidían amar a otras personas de su mismo género, él no compartía las antiguas ideas de sus padres acerca de que la homosexualidad podía ser considerada una enfermedad mental. Con gente como Yoongi se refería a personas que además de ser homosexuales, habían sido duramente lastimadas por ese motivo a través de aquellos que creían amigos o familiares. Era una suerte que él tuviese a su prometida, pues le gustaba ser abierto con respecto a sus sentimientos.
-Lo es. - Yoongi y Hoseok contestaron casi a la par, haciendo que el amigo del entrenador tuviera que cerrar su boca.
Taehyung dejó que una sonrisa sincera recorriera sus labios, completamente ajeno a la conversación que los otros tres chicos estaban manteniendo. Él sonrió, lo hizo en grande porque en Bellum podía permitirse enseñar esas expresiones que en su vida diaria trataba de controlar continuamente. El ganador del concurso de disfraces estaba felizmente dando su discurso subido a unos tacones de al menos veinte centímetros de aguja, con una enorme peluca negra repleta de purpurina y las sombras de sus ojos formando un precioso degradado de rojos que lograba que Tae sintiese de nuevo ganas de prestar más atención a la elección de su vestuario. Él no tenía el dinero suficiente como para alcanzar a aquellos que decidían presentarse en el local luciendo los estilismos más locos y llamativos, pero ser un Dios del Olimpo en Bellum llamaba su atención en cada una de las ocasiones que alguien recibía una corona de olivo dorada y un enorme cetro que le regalaba el privilegio de dirigir la temática del local por un mes completo.
-Además del dinero… - Hoseok habló en alto, tratando que su voz se pudiese escuchar sobre el alto volumen de la música mientras llevaba la conversación de nuevo hacia el concurso. - El ganador recibe el título de Dios del Olimpo por un mes completo y eso le permite dirigir la temática de las fiestas de Bellum. Él puede pedir lo que desee y los organizadores se encargan de hacer que el local tome el aspecto solicitado, también informan a los socios frecuentes con un mensaje directo.
Namjoon y Yoongi asintieron, dejándole saber a su amigo que habían escuchado la explicación mientras sus ojos continuaban posados con curiosidad sobre la figura del ganador que estaba siendo coronado y nombrado como Dios de Bellum.
-Los ángeles son sexis, los chicos buenos lo son en realidad. Lo más sexi de ellos es que sabes que no te lastimarán intencionalmente, incluso si en ocasiones pueden romperte el corazón. Con las chicas buenas funciona del mismo modo, al igual que con cualquier ser humano que tenga un corazón lleno de luz. - mencionó el nuevo Dios de Bellum. - ¿Pero sabéis qué es todavía más sexi? - la gente gritaba desde la pista de baile, gran cantidad de respuestas que se entremezclaban con el sonido de la música. - Los ángeles caídos, esos seres rebeldes que deciden enfrentarse a Dios a pesar de que implique perder las alas. Todos somos ángeles caídos en Bellum, en esta sociedad de mierda somos esos que se enfrentan a Dios sin importar cuánto duela el que nos corten las alas. Cada uno a nuestra manera pero… finalmente lo hacemos. De otra manera no estaríamos aquí esta noche. Así que la temática es “personas rebeldes” y vamos a empezar con los más atrevidos, esos que no tienen miedo a enfrentarse a su Dios. ¿Queréis ser mis ángeles caídos?
La masa volvió a gritar.
-Él es Key, ha sido coronado como Dios de Bellum en más ocasiones de las que puedes imaginarte. Su forma de hacer suya cada temática es… Realmente me gustaría probar algo así, ser coronado como Dios de Bellum y recibir en mis manos el cetro. Es algo absurdo, sobre todo porque no tengo suficiente dinero como para conseguir un estilismo que supere a los suyos, sin embargo siempre me ha llamado la atención el hecho de que Key usa cada ocasión para implementar una temática significativa. Aquí la gente lo respeta, las personas lo admiran más de lo que nunca me ha admirado alguien a mí más allá del simple físico o mi manera de jugar al baloncesto. Incluso si inicialmente su personalidad puede ser demasiado… fuerte, para alguien que no está acostumbrado a él. - Taehyung explicó, acercando sus labios al oído de su entrenador para explicarle el motivo de que le gustase tanto prestar atención a los concursos de disfraces. - Siempre intento escaparme de casa cuando hay un concurso, me gusta ver la coronación y en especial escuchar la explicación de la temática cuando es Key el que la selecciona.
-Deberías intentarlo. - Yoongi giró su cara, encontrándose de cerca con la mirada de Taehyung y percibiendo el modo en el que la nariz de su jugador casi se rozaba con la suya propia. - E...eres atractivo, supongo que puedes llevar bien un disfraz sin necesidad de usar demasiadas cosas. A veces lo simple también es llamativo. Quiero decir… Algunas personas preferimos las cosas sencillas.
Taehyung sonrió, su mano posándose sobre el muslo de su entrenador mientras sus dedos jugueteaban tranquilamente sobre la tela de los pantalones ajustados que este llevaba.
-¿Debería realmente? ¿Qué pasa si pierdo delante de toda esa gente? Creo que me sentiría como una mierda y eso es algo que me pasa habitualmente, no desearía que Bellum se convirtiera en un reflejo de mi vida diaria. Este es mi pequeño paraíso.
Yoongi se apartó un poco, sus ojos buscaron a Namjoon mientras trataba de alejar de su mente el detalle de que de alguna extraña manera el coqueteo de Kim no le resultaba excesivamente molesto. Este siempre parecía saber pedir permiso con su mirada, y el hecho de que fuese perceptivo con respecto a lo que estaba dispuesto a aceptar y a lo que no… Sumaba todavía más atractivo a ese rostro bonito que portaba.
-¿Cómo es la frase que siempre estás mencionando cuando quieres que te acompañe a hacer algo de lo que no estoy seguro, Namjoon? - Yoongi trató de obtener la atención de su mejor amigo.
-Si lo puedes soñar, lo puedes hacer. - Nam apartó sus ojos de Hoseok, quién le estaba hablando acerca de cómo funcionaba la selección de candidatos a Dioses de Bellum. - Walt Disney.
Taehyung no dijo nada, en su lugar se limitó a ponerse de pie y extender una mano hacia su entrenador. Recordaba el modo en el que este había dudado antes de responder positivamente al trato que le ofreció una hora atrás, por lo que ni siquiera le extrañaría si una vez más ese hombre ante sus ojos salía corriendo nuevamente. Como ya lo había hecho en otras ocasiones en las que sentirse bien lo obligó a preguntarse si estaba actuando de un modo adecuado o si por el contrario estaría sembrando la perfecta semilla para cometer un nuevo y garrafal error.
-Todavía tienes que cumplir una promesa antes de que acabe la noche, la fiesta acaba de empezar y la pista de baile está a rebosar. Ven, vamos a divertirnos un poco Yoongisi.
Pero en esa ocasión la mente de Yoongi estaba tan embriagada con el ambiente de libertad que Bellum mostraba, que tal vez le importó poco acceder. Acceder a tomar la mano de su jugador y a olvidarse de la vida real que ambos tenían lejos de ese local, acceder a bajar las escaleras del piso superior para ser arrastrado hasta el interior de la pista donde Taehyung posó las manos sobre su cadera y acarició su piel bajo la tela de su fina camisa. Acceder no solo a bailar sin prisa, a dejarse mover por su base o a recibir los roces de la cadera de este contra la suya de una manera provocativa pero nunca asfixiante, pues Tae sabía medirse y sin duda pocas veces antes Yoongi había tenido el placer de bailar con alguien tan respetuoso y coqueto a la par. También se permitió acceder a aquel beso que una hora atrás le había prometido pensando en que su boca no tendría porque ser la receptora pero deseándolo con desesperación ahora que los labios de Kim no buscaban los suyos.
“Electric lights blow my mind, I feel alright. Never stop, it's how we ride. Coming up until we die.”
Porque Kim Taehyung no estaba interesado en otra boca ese día. No, a él le interesaba el cuello de su entrenador y la forma débil en la que este se arqueaba con cada succión que realizaba sobre la sensible piel para dejar un camino de marcas que iba desde la zona inferior de su oreja derecha hasta el centro de su manzana de Adán y subía de nuevo en forma de leves lamidas hacia su boca. Allí donde volvió a succionar, tragándose un gemido precioso cuando Yoongi percibió la manera en la que el chico lo estaba provocando sin vergüenza alguna. El entrenador Min parecía pequeño entre sus manos a medida que estas acariciaban la piel que bordeaba sus caderas, pegándolo a su cuerpo mientras sus besos continuaban trabajando hasta lograr que Yoongi se sintiese tan necesitado como él.
-Tae… - Yoongi suspiró, necesitando los labios de su jugador completamente sobre los suyos.
Él mejor que nadie, debería saber que tomar decisiones precipitadas no era correcto. Pero Taehyung estaba en lo cierto al decir que Bellum era un paraíso en el que el mundo mundano no debería entrar jamás, por eso Min se permitía dejar que de su boca se escapase una petición que jamás hubiese realizado en sus plenos sentidos.
Allí, en el medio de la pista donde la gente saltaba y cantaba un himno propio en voz alta, Min Yoongi se permitió dejarse llevar en todos los aspectos por primera vez en muchos años.
“You catch my eye. Bitch, you wanna fly? I'm so alive Never stop, it's how we ride. Coming up until we die.”
-Basta de juegos. - gimoteó, su frente pegándose a la de Taehyung mientras sus brazos rodeaban la nuca del chico. Colgándose de su cuello al ser este unos centímetros más alto. - Vamos a mi casa.
“I don’t wanna go to school, I just wanna break the rules.”
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Holiiii!!
Perdón por la tardanza pero esta semana ha sido un poco dura para mí, mi gata ha estado mal y tras llevarla al veterinario el veredicto es que probablemente al cazar alguna rata estuvo en contacto con raticida por lo que sus síntomas eran de tener en el cuerpo veneno. Por eso no he tenido mucho tiempo ni tampoco la inspiración necesaria para acabar bien el capítulo hasta hoy. Siento el día de retraso baes.
Un beso,
os amo
Mel
💜
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