Capítulo 3 : BENEVOLENCE
"Miles de dudas detrás de mí, aún más miles de desconfianzas. Pero voy ahora, siguiendo mis sueños. Atravesando la cuestión de la vida… "
- Given Or Taking
(ENHYPEN)
El primer día de entrenamiento con el equipo de baloncesto de su universidad, Taehyung volvió a pisar la plaqueta equivocada del suelo. El agua estancada de la lluvia salpicó por completo la piel de sus piernas empujándolo a maldecir prácticamente al instante. Había querido ahorrar tiempo llevando el pantalón corto de deporte puesto, pero aquello no le sirvió de mucho teniendo en cuenta que tendría que limpiarse las piernas y cambiarse los calcetines para poder corretear felizmente de un lado a otro por la cancha. Estaba seguro de que el entrenador Min no sonreiría precisamente si se atrevía a empapar con agua marrón el suelo de su gimnasio.
Lo único bueno al respecto era que al menos no se había manchado los pantalones con esa asquerosa mezcla de agua y tierra, incluso si no le gustaban los colores era la primera vez que lograba comprarse una de las equipaciones que realmente parecían duraderas. Hasta ese instante Taehyung había sobrevivido con el uniforme del equipo del instituto y algunos pantalones de deporte que combinaba con camisetas un par de tallas más grandes de lo necesario.
Un par de semanas más y también tendría unas zapatillas de deporte nuevas. Tres años, las suyas habían obtenido la jubilación después de tres años usándolas prácticamente todos los días.
-Al menos solo se han mojado tus calcetines. - bromeó Hoseok a su lado, poniendo las manos sobre sus hombros mientras lo empujaba hacia el interior de la cancha.
-Y el único calzado que tengo para jugar. Mi madre los ha tenido que secar con el deshumidificador. ¿Sabes cuánto aumentan la factura de luz esas cosas? Estoy completamente seguro de que el ogro va a notarlo.
Taehyung dejó escapar un suspiro, el sonido que hacían sus viejas zapatillas de deporte era casi ridículo ahora que se encontraban humedecidas debido a su traspié con la plaqueta movediza. Pronto tendría que juntar sus ahorros para comprar unas nuevas, lo que significaba que inevitablemente la charla de su padre acerca de que estaba malgastando su vida llegaría de manera inevitable.
El padre de Kim Taehyung era un hombre tradicional en el sentido más completo de la palabra. Para este no había nada más importante que el ser un buen ciudadano, y sin embargo seguía bebiendo botella tras botella hasta que todo el alcohol de la casa se terminaba en menos de una hora. Su padre tampoco era un hombre al que le gustase gastar dinero, a pesar de que él no trabajaba siempre estaba gritando acerca de lo muy necesario que era el que “ese chico inútil” encontrase un empleo bien remunerado en lugar de soñar despierto con un balón de baloncesto.
-Tu padre es un verdadero dolor en el culo. - Hoseok suspiró sin quitar las manos de sus hombros mientras continuaban avanzando a lo largo del polideportivo de la universidad. - No le hagas caso, no puedes jugar con esas zapatillas secas… mucho menos con ellas mojadas.
-Sigo ahorrando… - dijo sin prestar atención a la figura de su entrenador, quien ya se encontraba apoyado en la puerta de su despacho ojeando algunos papeles. - Pero si voy a comprarme algo, quiero que sea duradero.
Taehyung repartía leche con su vieja bicicleta cada mañana antes de entrar en la universidad, por las tardes se las arreglaba para estudiar mientras cubría un turno de tres horas en la gasolinera más cercana a su casa. Porque de nuevo, su padre no era un hombre trabajador pero sí tradicional, y eso lo convertía en una persona que se consideraba patriarca de la miseria de casa en la que vivían. En realidad su padre no era ningún patriarca, solo era un hombre que se empeñaba en fingir tener más de lo que en realidad tenían. Tae suponía que eso lo hacía sentirse importante en medio de la manada de amigos perdedores con los que este se movía, otros tres idiotas que también presumían de estar repletos de riquezas ficticias.
Su madre le había contado que en algún momento tuvieron una buena casa antes de que él naciese, eso también ocurrió antes de que su progenitor empezase a encontrar en el alcohol el alivio a la presión que obtenía como empresario. El ogro no siempre fue un ogro, pero definitivamente él no pudo conocer la faceta bonita de ese hombre que vivía hundiendo su boca en las botellas de soju.
Así que incluso si su madre le hablaba de tiempos mejores y un hombre bueno, para Taehyung su padre siempre sería el ogro del que trataba de escabullirse cada vez que tenía la oportunidad.
-Buenos días entrenador Min. - saludó Hoseok. Las manos de su amigo lo empujaron rápidamente al interior del vestuario, antes de que Taehyung pudiese saludar. Mas pudo ver como el hombre alzaba la mano por un segundo, para a continuación volver a bajarla. Un saludo corto y automático. - Mantén tu mente lejos de los problemas Tae, hemos venido a jugar al baloncesto y eso es lo que haremos. Permítete un descanso a ti mismo.
Kim Taehyung había llegado al mundo cuando su madre era demasiado mayor. Ella lo había llevado en su vientre con más de cincuenta y tres años de edad, tras vivir su vida creyendo que nunca podría quedarse embarazada. No había sido un niño esperado, tampoco fue un niño consentido.
A veces trataba de convercerse a sí mismo con la excusa de que su padre tenía casi sesenta años, y esa podría ser una buena razón para la muy anticuada mente de este. Sí, él trataba de pensar en eso pero siempre terminaba llegando a la conclusión de que ese hombre era simplemente malvado, un ogro. El tipo de ser humano que seguía creyendo en el castigo físico para educar y que llamaba “chica” a los hombres que llevaban ropa poco convencional o eran demasiado delgados. Por eso se aseguraba de mantener su cabello corto, Taehyung se lo rapaba siempre que crecía demasiado y solo dejaba que la zona de su flequillo creciera levemente.
-Parezco un maldito pingüino en este instante. - suspiró, dejando caer su chaqueta sobre uno de los alargados asientos del vestuario.
Hoseok era la parte positiva de su vida. A pesar de tener una familia anticuada y una economía pobre, Taehyung podía presumir de conservar un mejor amigo. La mayoría del tiempo eran ellos dos contra el mundo, ahora el sentimiento se tornaba incluso mayor teniendo en cuenta que el resto de sus compañeros de instituto se habían dispersado por otras universidades de Corea.
-¿Hola? - los dos amigos giraron su mirada para captar la presencia de un muchacho que se acercaba tímidamente hacia ellos, sosteniendo la mochila entre sus manos con una sonrisa diminuta. - Hwan Minhyun. Soy ala-pivot en el equipo, coincidimos en la prueba inicial.
Los dos amigos asintieron con una sonrisa automática.
Bien, era el momento de dejar volar esa mariposa social que Taehyung siempre fingía que era ante el resto del mundo. Sabía cómo fingir una sonrisa incluso si estaba atravesando el peor de los días.
-Kim Taehyung. - alzó su mano con amabilidad. - Soy el base, mi amigo Hoseok juega como escolta.
-En realidad soy el suplente del escolta oficial. - Hoseok dió un paso adelante, situándose a la derecha de Taehyung. - Encantado de conocerte Minhyun.
Min Yoongi era un ser humano impaciente, también era una persona ciertamente antisocial en el aspecto de que solo hablaba con aquellos que le causaban interés o se encontraban en un círculo cercano al suyo. Sin embargo, él no era ese monstruo del que los rumores hablaban y ser tachado como uno cuando ni siquiera había pasado una semana completa en esa universidad, ciertamente le dolía.
Él, y solo él, era consciente de lo muy cerrado que podía parecer en ocasiones. ¿Pero acaso la desconfianza era un pecado? Los años le habían enseñado que el mundo está lleno de depredadores por lo que no pretendía mostrarse como una presa fácil ante cualquiera.
-Levántate. - quizás su voz fue demasiado dura mientras observaba a aquel chico sujetarse la rodilla con expresión suplicante. - Si necesitas un descanso ve a sentarte pero estás causando que el entrenamiento se detenga para el resto de tus compañeros.
Yoongi desearía poder hablar con un poco más de dulzura, pero de nuevo él no quería ser una presa. Había intentado ser amable en sus primeros años como entrenador, en esos años en los que los alumnos ignoraban por completo sus consejos porque eran tan solo eso. Las órdenes tenían un mayor efecto sobre las personas, y él se acostumbró a tener que usarlas.
¿Por qué dar un consejo que sería ignorado cuando podía sencillamente ordenar aprovechando su postura de superioridad como entrenador? No estaba haciendo otra cosa que su trabajo, por lo que le pagarían la última semana de cada mes.
-Hwang. Levántate y ve a sentarte, quiero seguir con el entrenamiento y estás causando que este se detenga.
Yoongi no pretendía ser cruel y los ojos llorosos del chico estaban comenzando a hacer efecto en su pecho, pero realmente este no se había lastimado mucho. Lo vió resbalar, un golpe más doloroso en el orgullo del jugador que realmente físico.
Era su entrenador, no le estaría pidiendo que fuese a sentarse si esa pierna suya estuviese realmente lastimada.
-Eres un pequeño tirano lleno de acidez. - la voz de un chico concreto se coló entre el silencio que el resto de jugadores guardaban. - Minhyun se ha lastimado, no nos importa perder un par de minutos si con eso podemos ayudarlo.
Yoongi alzó la mirada. Sus ojos se movieron del avergonzado chico que continuaba tirado sobre el suelo de la cancha sujetándose la rodilla con las manos, a la alta figura del base de su equipo.
-Lo único que se ha lastimado es el orgullo por tropezar con sus propios pies en el intento de alcanzar la pelota. No estoy ciego Kim, he comprobado su rodilla y no hay nada malo con ella. Si no quieres jugar te invito a unirte al equipo de suplentes.
Taehyung se quedó quieto, no estaba avanzando hacia él. En realidad, parecía estar contemplando seriamente su siguiente movimiento.
-No eres médico, ¿cómo puedes saber que su rodilla está completamente bien?
Yoongi respiró profundamente, tratando de llevar aire a sus pulmones y recordándose a sí mismo que no quería ser considerado como un monstruo cuando no lo era.
-No sabes lo que soy o no soy. Lo único que te importa a ti es que como entrenador estoy asegurando que Hwang no se ha lastimado en absoluto.
-Si usted fuese tan observador entrenador, habría percibido que es mi culpa y no la de Minhyun. Son mis zapatillas de deporte las que han humedecido la cancha, él ha resbalado y se ha golpeado la rodilla por mi culpa. - protestó Taehyung.
-Que sea tu culpa no implica que sea un golpe sin importancia, los deportistas se caen todo el tiempo. - Yoongi apartó la mirada de Kim Taehyung, algo comenzando a bullir en su interior con cada palabra del muchacho. - Levántate y ve a sentarte si no quieres seguir, deja de interrumpir mi entrenamiento. En algún momento tendrás que aprender a sobrevivir por ti mismo, tu rodilla está bien. Es el orgullo lo que te duele, chico.
-¡He dicho que es mi maldita culpa! - Taehyung dió un paso adelante sin poder evitarlo. Sintiéndose realmente culpable por haber provocado que uno de sus compañeros resbalase.
Pero el entrenador Min ni siquiera le dedicó un vistazo. Cuando Hwang Minhyun se levantó del suelo con los ojos llorosos y la rodilla hinchada, Taehyung notó que el límite de su aguante se precipitaba sobre toda su cabeza.
-Él ni siquiera ha dicho que quiere sentarse, lo está haciendo porque no le ha dado un mísero minuto para recuperarse. - volvió a protestar.
Yoongi se detuvo un instante y alzó la mirada, sus ojos fríos clavándose en el fuego sentimental que eran las pupilas de Taehyung.
-Kim Taehyung. Una palabra más y jugarás descalzo. - Yoongi dejó escapar aire por su nariz. - ¿No dijiste que es tu culpa?
-Bien.
Eso fue todo lo que Kim Taehyung contestó antes de descalzarse, el entrenador observó esas asquerosas y rotas zapatillas de deporte caer contra el suelo de la cancha sin decir nada. A Min Yoongi le hubiese gustado saber retroceder, pero parecía que el chico no le escucharía incluso si le pedía que se calzase de nuevo. Así que solo sostuvo su silbato entre los labios antes de hacerlo sonar para que el partido iniciara en cuanto Hwang tomó asiento, lejos de sus compañeros y con la mirada alicaída.
Durante el resto del entrenamiento Taehyung recibió un par de pisotones sin importancia, nada que él dejase que destruyera su ánimo mientras jugaba al baloncesto.
-Tiempo. Seguiremos mañana, buen partido. - Yoongi sostuvo apoyó la carpeta sobre una pequeña mesa para apuntar los datos necesarios. Sus ojos no pudieron evitar notar de nuevo a Kim, sentándose sobre el suelo para ponerse sus destartaladas zapatillas de deporte antes de acercarse al chico que continuaba sentado con la mirada gacha en las gradas.
-Hei. Lo siento, te he hecho resbalar. - Taehyung rascó su nuca sintiéndose un poco avergonzado. - ¿Te duele mucho? Puedo conseguir un poco de hielo en la cafetería y…
Yoongi dejó escapar un suspiro antes de girarse y señalar con su bolígrafo de tinta verde a Taehyung.
-Kim, no entrenarás de nuevo con esas zapatillas de deporte. Trae unas nuevas en la próxima ocasión o volverás a salir a jugar descalzo.
Taehyung abrió la boca por un segundo, pero cualquier intento de responder murió cuando el entrenador Min volvió a hablar.
-Y te he dicho que Hwang no tiene nada grave. Deja de hacer idiota mostrando benevolencia sin motivo.
Mas Taehyung no respondió. En lugar de eso su cuerpo se giró hacia el muchacho que ahora esperaba a su lado, Yoongi recordaba que su apellido era Jung.
-¿Puedes conseguir un poco de hielo en la cafetería Hobi? Le ayudaré a Minhyun a ir hacia el vestuario, su rodilla parece un poco hinchada.
Min decidió no seguir escuchando. Después de todo, él sabía que nadie seguía los consejos. Las órdenes en cambio, eran otra cosa.
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Hiii!!
Voy a tener un viernes complicado en cuanto a tiempo, así que he decidido subirlo un poquillo antes. Espero que os haya gustado y prometo que poco a poco iréis empezando a ver más escenas entre Tae y Yoongi.
Un beso,
os amo
Mel
💜
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