Capítulo 29 : TERRIFYING

"Si doy mi mano y espero tu corazón, mi egoísmo se convierte en un defecto. Llenando el vacío entre nosotros, llenando el corazón con más vacío. El toque de una estación que ya pasó, el aroma de un momento llena ambas manos. Me quedo quieto ante ti, ante mí. Estoy bien, no estoy bien…"

-WONWOO, MINGYU FT LeeHi


Yoongi decidió comprar un libro lo más frío que le resultase posible, de esa manera quizás las ganas de coquetear de su jugador se apagaran. Por lo que terminó con una bilogía de terror que no estaba seguro de si su base disfrutaría, pero que al menos prometía bajar esa manía que este había desarrollado por soltar frases inadecuadas por esa boca suya.

Tras consultar algunos detalles con el médico de Kim y asegurarse de que no habría ninguna complicación si decidían regresar a Daegu ese mismo día, Yoongi realizó una llamada esperando poder contactar con la madre de Taehyung. El número de teléfono que le había ofrecido no solía dar señal y cuando la daba difícilmente alguien respondía, por lo que estaba seguro de que sería simple cuestión de suerte que esa tarde la señora Kim pudiese ser informada acerca del regreso de su hijo a casa.

Y como era habitual, el teléfono al que estaba realizando la llamada había sido desconectado. Así que con el ceño fruncido en frustración Yoongi abrió la puerta de la habitación de su jugador sin molestarse en llamar antes y se giró por instinto en cuanto percibió que Kim estaba cambiándose para ponerse la ropa con la que había sido ingresado el sábado. Sus ojos no habían tenido el tiempo suficiente para percibir algo además de la piel morena del chico que ahora sonreía ávidamente debido a su acción infantil, él era un entrenador de baloncesto y eso implicaba que a menudo tenía que entrar en los vestuarios mientras muchos de sus jugadores se vestían con la equipación correcta para el partido. Aún así, ese día estaba en un hospital y no en un vestuario. Atreverse a mirar a su jugador no era correcto de ninguna manera, por mucho que este solo estuviera quitándose el pijama que le habían dado en el hospital para ponerse una camiseta y pantalón.

-¿Es el tipo de hombre tímido Min? - Kim bromeó, porque aquella siempre había sido su forma de escapar de las situaciones incómodas. Taehyung odiaba los silencios tensos y podría hacer lo que sea para evitarlos, incluso coquetear con su entrenador de baloncesto al cual por cierto había besado con anterioridad.

Sabía que se estaba hundiendo en un terreno pantanoso, ya era más que suficiente el haberle cedido una entrada para Bellum a Min… Jugar a coquetear solo porque odiaba los momentos fríos era un riesgo que no debería estar dispuesto a tomar. Pero la cuestión es que mientras trataba de evitar los silencios incómodos, el coqueteo con su entrenador se había convertido en algo que le agradaba. Habría sido diferente si Yoongi hubiese dejado claro desde el inicio que no le agradaba, Taehyung habría parado al instante si esa fuera la situación pero en su lugar el hombre ante sus ojos continuaba obteniendo una tez enrojecida por la vergüenza acompañada por una casi imperceptible sonrisa. Sin embargo, perceptible entre toda esa apariencia seria.

Y aquello estaba derivando en una especie de afición por lograr que el hombre serio que Min siempre parecía ser, se tornase en un hombre tímido por la atención de alguien.

-¡Kim! - Yoongi protestó, girando de nuevo su cuerpo y tratando de actuar con la mayor normalidad que le fuera posible.

¡Maldita sea! Él había visto muchos cuerpos y había disfrutado de muchas noches acompañado, ya no era un niño sin experiencia y el simple detalle de ver un torso masculino no tendría que haberlo hecho reaccionar apartando los ojos al instante. Pero el caso es que pocas veces antes tuvo un jugador tan atractivo como Kim Taehyung a su cargo y el caso también era que no estaba seguro de hasta donde era correcto que un entrenador viese a su jugador cambiarse de ropa sin apartar la mirada. Entrar a los vestuarios para decir un par de cosas antes y después del partido era normal, entrar en la habitación de hospital de su base y toparse con este cambiandose no lo era tanto. Él estaba seguro de que apartar la mirada era lo adecuado, a pesar del juego retador al que Kim parecía estar dispuesto esa tarde.

Su base podía ser insoportablemente insistente y cabezota, pero eso no quitaba que portase un bonito rostro que atraería la mirada de cualquiera con un poco de libido. Yoongi lo había percibido incluso antes de que la entrada a Bellum le ofreciera el dato de que su jugador no solo era bonito sino que también parecía bastante experto en el arte de besar. Y lo cierto es que él apreciaba aquello, estaba cansado de hombres que parecía sentir la necesidad de hacerlo atragantarse con su lengua. No tenía nada en contra de los besos franceses, siempre que estos fueran cómodos para las dos personas implicadas. Y con Kim lo había sido sin ninguna duda.

El entrenador Min sacudió su cabeza, obligando a su mente a encerrar el recuerdo de aquel beso antes de que sus ojos se posaran sobre los labios del implicado. Aquello definitivamente no estaba bien, él no tenía el derecho de pensar en su jugador como algo más que eso. Kim Taehyung era el base del equipo de baloncesto de la universidad de Daegu, nada más.

-Tus libros. - carraspeó tras obtener un levantamiento de cejas por parte del base. - No sabía qué género podría gustarte así que compre lo primero que se me ocurrió. Espero que no seas demasiado miedoso.

-Está bien, supongo que podré leer un par de capítulos mientras espero a que me concedan el alta definitivamente. El enfermero ha dicho que el doctor vendrá a verme después de revisar a algunos pacientes.

Taehyung no se quejó por la temática de la lectura que el entrenador Min había escogido para él, en realidad era jodidamente miedoso. Había una enorme cantidad de cosas en la vida que lo asustaban, pero las historias de miedo no eran una de ellas. Lo que más pánico le causaba era la vida real y la posibilidad de quedarse estancado en el mismo lugar durante el resto de sus días. Ese era su principal y mayor miedo, lo que lo paralizaba y lo obligaba a lidiar con pensamientos negativos a diario.

-Hay muchas cosas en la vida que asustan más que una historia de miedo. - susurró.

Yoongi pudo escuchar sin problema aquella frase que su jugador había dejado escapar de entre sus labios en voz baja, no necesitó hacer preguntas porque él mejor que nadie era consciente de lo terrorífica que la vida diaria podría resultar en ocasiones. Porque cuando tenía la edad de Kim él también sentía que el más mínimo contacto con otras personas era el principio de un potencial ataque de pánico. La vida, ciertamente, asustaba mucho más que cualquier historia de miedo creada por un autor con buena imaginación.

-No tengo nada que añadir a eso, por una vez estamos de acuerdo Kim. La vida real es más terrorífica que cualquier novela de ficción. Lo es porque no hay personajes implicados sino personas que sienten y padecen en función de las zancadillas que el mundo decida poner en su camino. - Yoongi hizo una pausa mientras se acercaba a la cama de su jugador y tomaba asiento a un lado de este. - Hay personas con mucha suerte que no comprenderán a lo que nos referimos, también hay seres humanos que parecen tener una vida perfecta pero su mente es un completo desastre. Hay familias unidas que son una mentira y familias rotas que de alguna manera se sostienen poco a poco. Hay infinidad de cosas y lo único cierto es que nadie es inmune al dolor.

Taehyung levantó la mirada del libro que había estado sosteniendo en un intento por revisar el argumento de este, la cara del entrenador Min había regresado a la expresión seria que habitualmente lo acompañaba a todos lados.

-Entrenador... - Kim sabía que estaba siendo demasiado atrevido al curiosear. - ¿Alguien le ha hecho daño?

Yoongi sonrió antes de girarse a mirar a su jugador, sus ojos quietos sobre los del muchacho que lo observaba con gran expectación.

-¿Hay alguien a quién no le haya hecho daño la vida? Ya sean decepciones, otras personas o sueños que descubrimos que no podremos cumplir nunca. ¿Hay algo que no nos decepcione desde el instante en el que comenzamos a crecer?

Taehyung se encogió de hombros, dejando los libros que el entrenador le había comprado a un lado.

-No preguntaba sobre la vida o las decepciones… Me refería a si…

-Lo he entendido Kim, te he dado mi respuesta. Depende de tí interpretar lo que significa pero creo que he sido bastante claro al respecto. - Yoongi no pudo evitar posar su mano por un instante sobre la espalda del base. - Puedes entender lo que prefieras.

Tras obtener el permiso final del médico que se había estado encargando de Kim durante los últimos dos días, Min se centró en pedir un taxi que más adelante cargaría a la cuenta de la universidad o sus nuevos patrocinadores.

Su jugador había estado especialmente decaído después de escuchar la noticia de que definitivamente podría seguir su recuperación en casa, lo que a Yoongi le resultaba extraño si tenía en cuenta que tan solo unas horas antes este estaba perfectamente bien con el hecho de que podría irse ese mismo día y las cosas no tendrían que retrasarse en exceso. Antes de que el médico se asomase a su habitación de hospital, Taehyung logró leer varios capítulos del primero de los libros que él le había comprado e incluso se mantuvo curioso con respecto a la charla que los dos habían compartido acerca de la crueldad del mundo real y lo terrorífico que era para muchos enfrentarse a este.

En cambio, en ese instante...

-¿Listo para regresar a Daegu? - preguntó Yoongi con la intención de romper el silencio incómodo. El camino desde la habitación del hospital hasta el aparcamiento había sido inquietantemente silencioso, Kim siempre era un dolor de cabeza porque no sabía mantenerse callado ni por un maldito instante y ahora simplemente no decía ni una sola palabra.

Yoongi se había estado quejando en silencio durante semanas debido a ese jugador que siempre encontraba algo que comentar o decir durante los entrenamientos, incluso le había comentado a Jin que ese muchacho lo ponía de los nervios por su charlatanería parecía no encontrar fin e incluso así, aún sabiendo que el Kim Taehyung que no dejaba de hablar a menudo le resultaba demasiado cargante… Ese era el base que Min conocía, el chico que ahora se encontraba ante sus ojos parecía perdido en una telaraña de pensamientos que no auguraba nada bueno.

-¿Debería ser sincero? - contestó, cediéndole la mochila al taxista para que este la colocase en el maletero. - ¿De verdad quiere eso? No, no lo quiere entrenador. A nadie le gusta tener que escuchar los problemas de otros y usted definitivamente no es el tipo de persona que se preste para consolar a uno de sus jugadores.

-Kim. - lo reprendió. - Hay un límite entre entrenador y jugador, no soy vuestro amigo y me empeño en que entendáis eso, pero no significa que no puedas hablar conmigo. Cualquiera de vosotros puede venir a mí si necesita un consejo.

-¿Y romper la línea que usted ha marcado claramente? ¿Escucharnos y darnos consejos no es algo cercano a la amistad?

Yoongi no sabía bien qué responder, él no era el tipo de persona a la que le importase el silencio pero se había sentido extraño caminar sin que su jugador lo molestase con alguna pregunta... Y sin ese coqueteo molesto que se estaba empezando a convertir en una mala costumbre para el base.

Tampoco tenía claro si lo que Kim le decía estaba basado en un reproche o en una simple visión de la realidad. Él no quería que sus jugadores confundieran su tarea de entrenador, había tratado de ser amable con otros equipos de baloncesto y eso le pasó factura en el pasado, por lo que aprendió a la fuerza la manera de mantenerse profesional. Un gesto serio y marcar una línea que no debía ser atravesada era su manera de hacerles saber a sus jugadores que él no era más que un entrenador y como tal merecía un respeto. Decir que no quería bromas en su cancha no significaba que no permitiese que sus jugadores se rieran, solo trataba de centrar los entrenamientos en ayudarles a mejorar. De la misma forma, decir que no era su amigo no implicaba que no se sintiese dispuesto a aconsejarlos si alguno lo necesitaba en una ocasión determinada. La puerta de su despacho siempre estaba abierta.
-¿Tienes fiebre todavía? - trató de bromear alzando su mano para tocar la frente de Kim. Los ojos de su jugador lo siguieron provocando que se quedase estático en el lugar por un instante.

¿Qué mierda estaba haciendo? A él no tendría que interesarle si su jugador estaba extrañamente callado o no, y por supuesto no debería echar de menos un coqueteo inadecuado. Si Kim quería contarle lo que le pasaba él estaría dispuesto a escuchar, sin embargo no era su tarea la de tratar de averiguar por qué motivo los ojos del base parecían tristes.

-Solo… sube al taxi. Puedes ser sincero o no, no es mi asunto de todos modos.

Taehyung se limitó a asentir en silencio. Estaba más que simplemente nervioso por el hecho de regresar a casa, ya que aunque para muchos volver a su hogar era sinónimo de felicidad para él siempre significaba encontrarse con una posible escena dolorosa. No sabía hasta qué punto su padre podría estar molesto, hasta qué lugar aquello habría derivado en un problema para su madre y por supuesto hasta dónde él tendría que tomar las consecuencias por haberse ido con el equipo de baloncesto cuando claramente sabía el motivo que había llevado a su progenitora a negarselo.

Así que no pudo decir una sola palabra, su mente estaba demasiado ocupada experimentando el pánico de la vida real sobre el que su entrenador y él mismo habían estado hablando horas atrás. Todo lo que hizo Kim Taehyung durante el viaje fue mantener la mirada gacha mientras jugueteaba con sus manos insistentemente.

-Kim. - el entrenador llamó su atención. - Deja eso, estás logrando que mis nervios se disparen. ¿Quieres decirme qué es lo que pasa? ¿Es por tu madre? Ella aceptó el hecho de que probablemente tendrías que quedarte hasta el lunes en el hospital.

El base alzó la mirada por un instante antes de volver a bajarla, pero no dejó que sus ojos se encontrasen con los de su entrenador. En lugar de eso se mantuvo observando las calles conocidas desde la ventana del vehículo por un par de segundos. Estaban en Daegu de nuevo.

-Es bueno saber que los chicos del equipo han podido ganar el primer partido sin su base, entrenador. - susurró Taehyung, todavía sin atreverse a levantar la cabeza a pesar de que sabía que ya estaban cerca del lugar en el que se encontraba su casa. - Es bueno saber que si no vuelvo a los entrenamientos eso no afectará a nadie.

Yoongi frunció el ceño, comenzando a unir piezas en su cabeza mientras sus ojos analizaban cada detalle del gesto triste de su jugador. Y de alguna manera él sintió rabia, sintió que conocía aquello por lo que su base parecía estar pasando en silencio y su mano volvió a posarse sobre la espalda de este en una pequeña muestra de apoyo.

-Kim, si alguien va a decidir si el equipo puede prescindir o no de ti ese soy yo. Ya no eres un niño, estás en la universidad y puedes tomar tus propias decisiones. - era hipócrita de su parte decir aquello. Lo era porque él estaba estudiando medicina mientras trabajaba solo debido a la presión familiar, era un adulto pero se parecía mucho más a una marioneta de sus padres. Aún así, aquello no evitaba que el ver a otra persona en una situación similar a la suya provocase una enorme necesidad en su interior por ayudar. A él nadie le había dado apoyo antes, así que él podría dárselo a su base. - No dejes que tu madre o tu padre decidan la vida que vas a vivir, yo cometí ese error y sigo pagando por ello.

Kim no lo miró, tampoco abrió su boca para hablar hasta que el conductor del taxi se detuvo cerca de su casa. Entonces su mirada fue hacia el entrenador y sus ojos llorosos le ayudaron a Min a entender que ese muchacho que siempre era un dolor de cabeza, no era del todo diferente a él mismo.

-Hay muchas cosas que usted no puede controlar, entrenador Min. - habló. - Y hay muchas otras que aunque me gustaría, yo tampoco puedo. Sigo bajo el techo de mis padres, no importa mi edad, estoy obligado a obedecer sus normas para poder tener una vida relativamente tranquila.

Aunque Min trató de responder no pudo hacerlo, su base se apuró a bajar del vehículo y cerrar la puerta rápidamente antes de correr hacia la cuesta que lo llevaba hasta su casa. Sin su mochila, ni los libros que Yoongi le había regalado horas atrás.

-¡Kim, olvidas tu mochila! - a pesar de que Yoongi bajó del vehículo y alzó la voz para lograr que Taehyung lo escuchase, y tal vez regresase de nuevo al taxi, su base solo siguió corriendo hasta llegar a la quinta casa a la derecha de aquella cuesta empinada.

Y la verdad es que, aquello, preocupaba al entrenador Min.

Tal vez más de lo que debería.





------------------

Hii!!

Nueva semana y nuevo capítulo. Es un poco más corto que los anteriores pero espero de verás que os haya gustado.

Como a estas alturas ya sabréis;

Un beso,
os amo
Mel
💜

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top