Capítulo 25 : HUMANS

" Solo somos niños tristes perdidos, no puedo moverme. Soy un niño que creció día a día. "

-TAEMIN
(Sad Kids)


Kim Taehyung nunca había estado en un hospital demasiado tiempo, cuando era un niño pequeño solía fingir que se enfermaba para no ir a clase debido a que por norma general eso no pasaba. En aquel tiempo en el que su casa no se sentía como una mazmorra, en esos años en los que había vivido una infancia feliz antes de que la nube de niebla lo cubriera todo con la realidad del mundo. Él tuvo que crecer rápido, los gritos constantes, golpes contra las puertas y problemas económicos, nunca le dejaron ser como el resto de personas de su edad. Así que sí, hubo un instante de su vida en el que estar en su habitación y recibir los cariñosos cuidados de su madre le encantaba. Taehyung incluso tenía la lejana imagen de su abuela en la cabeza. La anciana Kim había muerto cuando él era demasiado pequeño como para que sus facciones cobrasen forma completa ahora en su memoria adulta. Sin embargo los resquicios del olor de la sopa que esta le preparaba cuando de pequeño fingía tener fiebre, casi parecían llegar hasta su nariz en ese instante mientras con dolor en el pecho se preguntaba cómo habría sido seguir teniendo un hogar en el que sentirse amado.

Cómo habría evolucionado su personalidad si en lugar de escabullirse de casa incluso sintiendo que podría desfallecer con la fiebre, se hubiese quedado para descansar en un lugar cálido de familiaridad. Nada de eso existía para él, como ya no existían las mentiras piadosas de un niño que nunca se enfermaba de verdad cuando todo el resto de su clase sí.

Y precisamente la poca frecuencia con la que se enfermaba era uno de los motivos por los que cuando sucedía, se sentía tan sumamente irritable.

-La universidad ya ha avisado a tu madre. - Yoongi apartó la vista de su teléfono, durante la última hora solo hubo silencio en esa habitación de hospital. Kim no parecía del todo hablador y una especie de puchero infantil estaba dibujado sobre sus labios desde el instante en el que se despertó de una larga siesta.

Yoongi se había limitado a mantenerse sentado en el sofá que se encontraba cerca de la cama en la que los médicos acomodaron a su jugador tras la intervención. Tenía su teléfono y la carpeta de Drive repleta de esos libros de homoerótica que siempre leía a escondidas, podría haberse pasado la tarde entera leyendo sin abrir su boca para absolutamente nada… Pero la saga de Calluvia que siempre lo enganchaba, parecía no tomar forma en su mente debido a que era plenamente consciente de que un muchacho se mantenía estresado a solo unos centímetros de él. Así que ni siquiera esas historias de Alessandra Hazard que leía desde hace años, cumplieron su objetivo de entretenerlo.

Si tan solo pudiese aprender a no meter su nariz en los asuntos ajenos… Ya estaba allí, no tenía porqué quedarse al lado de su base y sin embargo había decidido que como entrenador su deber era más importante que cualquier otro plan adicional.

Le llevó varias miradas a escondidas y un par de intentos fallidos hasta que reunió el valor necesario para romper esa tensa situación de silencio sepulcral. Lo hizo llamando la atención del muchacho y siendo consciente de que algo rondaba los pensamientos de su jugador, ya que a medida que los minutos pasaban el rostro de este se tornaba más y más sombrío. Solo se le ocurrió decir algo que sonase como una cosa que definitivamente debía ser dicha.

Hablar sobre la madre del muchacho pareció ser la forma adecuada porque los ojos de Taehyung se abrieron levemente en respuesta y Yoongi notó la forma en la que la manzana de Adán de este se movía a medida que tragaba saliva con nerviosismo.

-Lo imaginaba. - suspiró. Taehyung apretó las sábanas de la cama de hospital entre sus manos. Su corazón estaba latiendo con demasiada fuerza, tanto que temía que el entrenador Min pudiese percibir el evidente nerviosismo que lo embargaba en ese preciso instante. - Realmente no podré escapar de eso, me he buscado el problema yo mismo. Quizás debí obedecer y quedarme en casa, Seúl no es tan interesante desde la cama de un hospital. Ni siquiera podré ver las luces en esta maldita habitación, creí que podría ver la noche brillar como en la televisión. - Taehyung negó, siendo consciente de lo absurdo que estaba sonando. - A veces me siento como un niño pequeño al que le están enseñando la realidad del mundo a base de circunstancias. Ya debería saber que no tengo permitido soñar pero el caso es que no dejo de empeñarme en hacerlo.

Yoongi realmente no era bueno para aconsejar, apenas podía decidir por sí mismo la mayoría del tiempo sin preguntarse si estaba cometiendo errores. Por eso decidió no meterse en los pensamientos de su jugador ni aportar ideas que pudiesen llegar a empeorar la situación, en su lugar se limitó a dar su sincera opinión acerca de lo que parecía carcomer la mente del base.

Porque tal vez las palabras de ese chico habían sonado muy similares a sus propios pensamientos diarios. Los sueños eran cosas que solo las personas afortunadas podían permitirse, los sueños eran un arma de doble filo para aquellos que sabían que jamás podrían cumplirlos y aún así se empeñaban en seguir creando mundos infinitos e historias ficticias donde el futuro sería de alguna forma mucho mejor que su asqueroso presente.

Los sueños eran en definitiva lo que mantenía a gente como él, en un laberinto de dolor constante. No importaba lo mucho que se empeñara por abrirse camino y llegar hasta la meta, al final siempre terminaba atrapado en el centro y sin ningún tipo de salida a la vista.

-No es malo que quieras experimentar cosas diferentes de las que tu madre trata de marcar. Debería haber un equilibrio entre lo que los dos queréis, si te sacrificas para darle todo lo que ella quiere nunca vas a poder ser feliz.

Y quizás era la experiencia la que hablaba, Yoongi todavía no era capaz de enfrentarse por completo a sus propios padres. Incluso si decidió ser entrenador de baloncesto, su sueño siempre había sido el de convertirse en un jugador reconocido que pudiese ganarse la vida tan solo a través de practicar el deporte que amaba. Alguien que pudiese triunfar bajo sus propias reglas y no a través de unas manos expertas en borrar defectos como lo eran las de sus familiares más cercanos.

Estaba estudiando medicina mientras trabajaba, únicamente porque no sabía cómo negarse ante sus progenitores e incluso si no sería el tipo de cirujano que a éstos les hubiese gustado… Todavía había cedido a pesar de que no era lo que él deseaba. Y por supuesto estaba ese incesante detalle de su homosexualidad, aunque trataba de actuar como si eso no fuese una parte de sí mismo... Lo cierto es que de vez en cuando todavía sabía que no quería ocultarlo o ignorarlo. Negarse a sí mismo era demasiado doloroso como para hacerlo más allá de lo necesario.

Min no era el indicado para aconsejar a Taehyung, porque ese chico ya era mucho más rebelde de lo que él había sido jamás. Kim se escabullía de casa los fines de semana para ir a un local conocido por la temática LGTBI+ del mismo, no parecía tener miedo a ser lo que deseaba y desde luego haber decidido subirse a un autobús en contra del deseo de su madre era de nuevo una muestra de esa personalidad retadora que formaba al muchacho.

A Yoongi le hubiese gustado tener al menos un poco de eso que caracterizaba a su jugador.

-Es malo cuando la consecuencia es que las personas que quieres se vean afectadas. - Taehyung sabía que no era bueno que su madre tuviese más estrés del que de por sí generalmente tenía. Parecía un poco egoísta causarle problemas por algo que estaba destinado a ser únicamente un hobbie en su vida. Porque desgraciadamente eso era lo que sería el baloncesto para él.

-A veces necesitamos querernos un poco a nosotros mismos también. - el entrenador Min guardó el teléfono en el bolsillo de su chaqueta, siendo consciente de lo hipócritas que podrían llegar a sonar aquellas palabras abandonando su boca. - Solo digo que jugar un partido de baloncesto es un deseo lo suficientemente inofensivo como para que tu madre pueda ceder un poco. No creo que sea sano que decidas vivir complaciendo a las personas que quieres solo porque el hecho de quererlas implica hacerlas felices. - suspiró, revolviéndose el cabello que caía sobre sus ojos antes de apoyar la espalda contra el respaldo del sofá. - Las personas necesitan ser felices por sí mismas, depender de alguien es el mayor problema del ser humano. Es genial tener apoyos pero es peligroso cuando no sabemos vivir sin la ayuda de los demás. Créeme.

Kim se mantuvo en silencio durante algunos segundos.

-Eso realmente suena interesante entrenador, sobretodo cuando todo lo que he deseado desde un tiempo es escapar del que se supone que es mi hogar. - Taehyung bajó la mirada. - No podría entender lo asfixiantes que unas simples paredes a veces resultan. Es como si… me atacase la claustrofobia en mi propia casa. Mi hogar hace que mis pensamientos caigan hacia el lado pesimista todo el tiempo.

Oh, por supuesto que Yoongi podía entender aquello. Él mismo detestaba tener que visitar a sus padres, esa casa en la que se había criado nunca le pareció un hogar durante su adolescencia y seguía sin parecerselo en la actualidad.

-Quizás te sorprenda Kim, pero puedo entender a lo que te refieres.

-Supondré que puede hacerlo entrenador. - Taehyung dejó finalmente ir las sábanas de la cama que había estado arrugando entre los dedos apretados de sus manos. - ¿Qué es exactamente lo que significa que usted crea que puede entenderme?

Yoongi se encogió de hombros, un poco confuso y curioso por la actitud gruñona de su base.

-¿No es reconfortante cuando la gente lo dice? Las personas sueltan esa frase en cada ocasión que la requiere : "Ei, te entiendo. " … "No te preocupes demasiado", "Mejorará con el tiempo"... - el entrenador Min volvió a llevar la mirada hacia su teléfono. - Se supone que debe ser reconfortante cuando otro confiesa que te entiende, ha perdido el significado porque ahora todos dicen libremente que entienden a otras personas. No importa si lo hacen realmente, el tema es librarse del momento incómodo que pueda ocasionar no decir nada cuando están sincerandose. - Yoongi miró las líneas del libro que se mantenía abierto en su teléfono. Otra mentira sobre el amor, aunque al menos aquella tenía algo agrio entre las líneas, seguía siendo una enorme mentira construida a base de utopías acerca de la pareja perfecta. - Estoy hablando con sinceridad hoy, cuando digo que te entiendo es porque lo hago. No estoy usando esa maldita frase de cabecilla que las personas se empeñan en seguir utilizando cada vez que un conocido trata de contarle sus penas. Te entiendo Kim, y eso es todo lo que importa. No busques un motivo o un beneficio, no lo hay.

Kim Taehyung no alzó la cabeza en ese instante, sin embargo asintió a las palabras de su entrenador. Se sentía un poco mejor, aunque la presión sobre su pecho siguiera hundiendolo en su desalentadora mente.

Jung no había mostrado problema en pasar la noche al lado de su mejor amigo, eso le dió tiempo a Min para poder llegar al hotel en el que el resto de su jugadores se encontraban. Antes de que la noche cubriera Seúl con las luces de las que su base le había hablado, pudo encargarse de reunir al equipo para organizar el modo en el que el juego tendría lugar la mañana siguiente.

-El objetivo del entrenamiento de mañana es preparar las jugadas sin llegar a cansaros demasiado. Practicaremos un poco y después podréis descansar hasta que el partido tenga lugar.

-¿Cómo está Taehyung? - la voz de Minhyun rompió el silencio que el resto de miembros del equipo habían mantenido. - Hoseok ha dicho que han tenido que operarlo de apendicitis y no podrá jugar el partido.

Bien, era normal que los compañeros de Kim se estuvieran preguntando qué pasaría con este.

-Está recuperándose, no podrá jugar el partido pero tenemos dos escoltas. Estoy seguro de que Jung agradecerá la oportunidad de jugar como base si llega a ser necesario. De todas formas, mañana podremos decidir todo eso…

-¿Podremos ir a visitarlo al hospital después de jugar el partido? - esa vez fue Chanyeol quién decidió romper con el silencio.

Yoongi solo asintió.

-Si eso es lo que queréis, podréis ir a visitar a Kim siempre que sus médicos accedan. No creo que pongan ningún problema mientras lleguéis dentro del horario de visitas.

Horarios… Yoongi sentía que tendría que modificar una y otra vez el plan inicial. Las cifras seguían bailando en su mente, si quería hablar con la madre de Kim tendría que asegurarse de hacer cuadrar aquello con el entrenamiento previo al partido. Su itinerario era en ese instante mucho más complicado de lo planeado, sabía que la madre de Kim llegaría por la mañana pero desconocía la hora exacta o su teléfono de contacto a pesar de que Jung le había informado de que probablemente la mujer llegaría durante la mañana.

Quizás eso fue lo que ocasionó que su noche estuviera recubierta de una sensación de nerviosismo que activó el insomnio que llevaba sufriendo recurrentemente desde que solo era un adolescente con la cara repleta de espinillas, tampoco ayudó ninguna de las infusiones de frutas del bosque o lavanda que decidió pedir en la cafetería del pequeño hotel. Los adultos no deberían sentirse nerviosos con tanta facilidad, pero Yoongi se decía a sí mismo que el problema radicaba en que tendría que hacerse cargo de charlar con el familiar de uno de sus jugadores como si en lugar de un entrenador del equipo universitario de Daegu fuese un profesor de instituto a cargo de niños.

Fuera como fuese, finalmente la mañana llegó y se obligó a sí mismo a tomar un taxi hacia el hospital en el que se encontraba ingresado su base tan pronto como el reloj de su muñeca marcó las ocho en punto. De alguna manera lo hizo con toda la seguridad que la noche pasada no había logrado encontrar.

No podía evitar aquello, así que al menos tendría que lidiar con la situación de la mejor forma posible.

-Buenos días. - saludó. Sorprendemente tanto Kim como Jung se encontraban plenamente despiertos, sin importar que fuese primera hora de la mañana. - Jung, puedes regresar al hotel para descansar un poco antes del partido. Puede que salgas a jugar si todo fluye bien.

Aunque Hoseok pareció dudar unos segundos, la sonrisa cálida que Kim le dedicó logró alentarlo a levantarse del sofá que había ocupado por toda una madrugada.

-Entrenador. - Hoseok estaba poniéndose la chaqueta cuando recordó la conversación que había mantenido por teléfono con su padre unas horas atrás. - La madre de Tae llegará en una o dos horas, mi padre se encargará de ayudarla a llegar hasta la habitación y…

-Gracias por el aviso. - interrumpió, sintiéndose de nuevo incómodo al recordar para qué estaba él exactamente ahí esa mañana. - Me tranquiliza que mi horario no vaya a modificarse demasiado. El partido es esta tarde, con un poco de suerte solo tardaré unos minutos en hablarle de la situación de Kim y entonces podré organizar un pequeño entrenamiento previo para resolver cualquier duda acerca de las jugadas.

Jung asintió, con una expresión un tanto fastidiada tras ser interrumpido.

-Tae, si necesitas que esté aquí cuando tu madre llegue sabes que puedes llamarme.

Kim negó mientras dejaba que su rostro mostrase una sonrisa ensayada que pretendía tranquilizar lo máximo posible a su mejor amigo.

-Estaré bien. Ve a descansar un poco, si puedes jugar hoy necesito que demuestres lo bueno que eres. - un pulgar arriba antes de esquivar la caricia cariñosa de Jung y Taehyung ya parecía un poco más sincero al sonreír. - Odio que hagas eso.

Hoseok se limitó a ignorar la protesta de su mejor amigo y llevó la mano derecha hasta una de las mejillas de este con el objetivo de apretarla.

-Por eso lo hago. - sonrió. - Llámame si necesitas una persona extra mientras tu madre suelta mierda por la boca. Estoy seguro de que no será fácil para ti hoy.

El base asintió, mostrando sus dientes con una sonrisa expresiva que de nuevo parecía pretender alejar la preocupación de su amigo.

-Okay. Ahora vete. - gruñó sin una pizca de amenaza en su voz. El tono huraño del día anterior parecía haberse diluido durante la noche.

Yoongi solo observaba, sin saber bien qué decir o hacer... Él realmente no pintaba demasiado en la habitación de hospital de su base a primera hora de la mañana, si su mente hubiese estado lo suficientemente despierta habría sentado su culo en uno de los asientos del pasillo más cercano.

-Iré a por café. ¿Te han traído el desayuno?

Taehyung negó.

-Siento que estoy a dieta.

-Bueno, te operaron ayer. No puedo ofrecerte nada más a parte de mi consejo de que obedezcas a los profesionales y no decidas comer nada que pueda afectarte negativamente.

Eso fue lo que dijo. Entonces no entendía del todo porque ahora estaba esperando a que la máquina del pasillo lograse llenar un vaso de cartón con chocolate caliente que él definitivamente no bebería. Ya tenía su café, podría volver a la habitación y fingir la seguridad que había querido tener desde la noche anterior.

Y de nuevo, aún con todo, no pudo evitar mostrar un poco de composición hacia un muchacho que había sufrido de apendicitis en el peor momento posible. Así que tras esperar un par de minutos a que el vaso de cartón se llenase hasta el borde de chocolate, volvió sobre sus pasos a la habitación donde su jugador estaba.

-¿Señor Min?

Mierda. Odiaba como sonaba eso.

-¿Si? - Yoongi se giró hacia el enfermero que se encontraba cerca de la puerta de Taehyung con una carpeta en las manos. - ¿Ha sucedido algo?

-Ayer le pidió al doctor Bae un documento en el que se especifícase cuál había sido el diagnóstico y procedimientos que el paciente del que se hace cargo ha recibido. - dijo. - Ya está listo. Puede leerlo e indicarnos si necesita algo más.

Yoongi se limitó a hacer un gesto con su cabeza hacia el café y chocolate que tenía en sus manos.

-¿Podría dejarlo dentro? Se lo daré a la madre de mi jugador en cuanto llegué.

El enfermero asintió.

-Puedo hacer eso. - una mirada más a las bebidas que el entrenador sostenía. - El paciente no puede tomar nada que el médico no…

-Sé bien lo que el paciente puede tomar. Nadie ha dicho que sea para él, es primera hora y todavía no he desayunado. ¿Hay algún problema con beber un vaso de café y otro de chocolate? - escupió.

Tal vez estaba siendo injusto con el enfermero, sabía que el hombre solo cumplía con su trabajo pero detestaba que las personas metiesen su hocico en los asuntos de los demás. Él podría haber querido beberse un vaso de café y otro de chocolate, y eso no habría tenido nada de malo.

No, en realidad estaba siendo un idiota sin cerebro además de injusto con un profesional que estaba realizando su trabajo de la forma adecuada. Taehyung no podía acercarse todavía al chocolate caliente con leche, no había pasado demasiado tiempo desde la operación y Min temía que aquella bebida pudiese causarle daño de algún modo.

-Lo siento por eso. - dijo antes de pasar a la habitación. - Entiendo que Kim no puede consumir cualquier alimento tras su operación. Todavía no ha desayunado pero ya está despierto… ¿Es posible que alguien le suba un desayuno adecuado para su correcta recuperación?

El enfermero sonrió levemente y asintió.

-Realizaré una pequeña inspección al paciente, después de eso informaré de que le suban algo para desayunar.

Yoongi dejó los dos vasos sobre la mesa cuando entraron a la habitación. Taehyung había regresado a la expresión apagada del día anterior ahora que Jung ya no estaba. Su tristeza y nerviosismo se podían percibir con enorme facilidad.

La energía desapareció de sus ojos y movimientos en cuestión de diez minutos. Min no había pasado mucho más tiempo que ese en el pasillo, quizás un cuarto de hora si tenía en cuenta la conversación con el enfermero que ahora se estaba encargando de revisar el estado de su base.

-¿Cómo te encuentras?

Yoongi se acomodó en el sofá y se llevó el café a la boca. Sus ojos siguieron las expresiones de Kim cuando esté posó las manos sobre su abdomen con una expresión atormentada.

-Me duele un poco todavía, pero supongo que estoy bien. No es nada que no pueda aguantar.

El enfermero asintió.

-¿Tienes apetito?

-Me muero de hambre. - confirmó Kim.

-Lo he dicho. - añadió Min desde el sofá. - Tiene hambre.

Y ahí estaba, de nuevo siendo impertinente con alguien que solo hacia su trabajo del mejor modo posible. No tenía nada que ver con el enfermero, sino con lo que los hospitales le ocasionaban después de toda una vida viendo a sus padres y abuelos ir y venir de estos.

-Lo siento. - se excusó por segunda vez aquella mañana, causando una pequeña sonrisa en el rostro de Taehyung sin tan siquiera pretenderlo.

-Mi entrenador tiene un carácter de perros. ¿No cree? - añadió el base. - Tendría que verlo los lunes por la mañana, nos hace correr todo el maldito tiempo alrededor de la cancha mientras él bebe su café caliente con total lentitud.

-Eso no es así. - Yoongi protestó automáticamente. - Es adecuado iniciar el entrenamiento con un buen calentamiento y… Además yo soy el entrenador, vosotros sois los que tenéis que echarle ganas. Yo puedo beber mi café siempre que haga mi trabajo del modo adecuado.

-Hipersensible. - Taehyung sonrió de forma amigable, fue entonces cuando Yoongi percibió la manera en la que el chico estaba siendo una mariposa social con el enfermero que ahora sonreía con comodidad. La tensión del ambiente se había disipado a través de esos comentarios tan inadecuados que el chico nunca evitaba. - Es un poco hipersensible también pero hace un buen trabajo, no puedo negar eso. Él me trajo aquí y averiguó lo que me pasaba después de hacerme un par de preguntas. Es frío a veces, pero supongo que tiene su lado humano.

A Min Yoongi debería haberle molestado el hecho de que uno de sus jugadores estuviese hablando así de él, en cambio solo logró sonrojarse ante el hecho de que Kim de alguna manera había reconocido su buen trabajo.

¿Qué mierda le pasaba?

Fue una hora después cuando la madre de su base finalmente llegó al hospital, Hoseok no se había desviado demasiado con su estimación del horario. La mujer era mayor de lo que el entrenador Min se había imaginado, las arrugas se extendían alrededor de sus ojos cansados, vestía con ropa amplia de color oscuro y las manos le temblaban mientras avanzaba del brazo de un hombre más joven hacia la puerta de la habitación de Taehyung. Charlaba sin demasiado ánimo con el enfermero que se encargaba del cuidado de su jugador.

-¿Señora Kim? - Yoongi trató de parecer amable, extendiendo su mano hacia la mujer tras dedicarle una reverencia de cabeza a modo de saludo educado.

Pero la mujer estaba más interesada en encontrar la habitación de su hijo que en su presencia, parecía especialmente nerviosa mientras se aferraba con fuerza a la mano del hombre que la acompañaba.

-Señora Kim, este es el señor Min. Se ha hecho cargo del cuidado de su hijo desde la mañana de ayer. - informó el enfermero. - El doctor Bae llegará en unos minutos para resolver cualquier duda que se le presente, dejaré que hablen mientras tanto.

La mujer asintió con confusión, sus ojos no tardaron en buscar los del entrenador Min quien se obligó a mantener su expresión lo más amable que le era posible. No estaba acostumbrado a tener que hablar con padres, esa era más la tarea de un profesor que la de un entrenador. E incluso si en otras ocasiones lo había hecho, jamás tuvo que enfrentarse a una madre que no quería que su hijo estuviese en el equipo o al menos viajase para jugar partidos con este.

Solía entrenar equipos universitarios, por lo que sus jugadores además de idiotas repletos de hormonas también eran bastante independientes de la figura de sus progenitores la gran mayoría del tiempo.

Taehyung no parecía serlo. Y la expresión demandante de aquella mujer le confirmó que una charla tranquila no sería del todo posible.

-¿Dónde está mi hijo? Quiero llevármelo ahora a casa.

Un suspiro. Bien, definitivamente tendría que dejar que su paciencia se encargase del asunto o de lo contrario acabaría cagandola. Por suerte Min Yoongi tenía muchos años de experiencia fingiendo ser lo que no era.

-Señora Kim, podrá ver a su hijo en solo unos minutos. Por favor, acompáñame a la cafetería del hospital para hablar. Taehyung se ha quedado dormido y necesita descansar debido a la cirugía que le fue practicada ayer mismo. - su voz sonó tan tranquila como lo era su expresión en ese instante. - Estoy seguro de que sabe lo importante que es el postoperatorio de una apendicectomía.

-Vayamos con el entrenador SunHee. - el hombre al que la mujer se había estado aferrando habló después de algunos segundos de tenso silencio. - Tiene razón. Taehyung necesita descansar.

Y para suerte del entrenador Min, la mujer pareció ceder ante las palabras de aquel hombre.







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Holiiii!!

Hoy he tardado más de lo normal en subir capítulo porque realmente no me gusta nada como ha quedado. Siendo sincera aunque ha sido algo más largo de lo normal, he sentido que no ha quedado cien por cien como había planeado de forma inicial.

Así espero que al menos os agrade un poco 👉🏻👈🏻.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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