Capítulo 19 : UNDER THE LIGHTS

" Y he estado pensando en ti toda la noche. No quiero pelear, todas estas otras chicas al azar quieren matar mi ambiente (sí). Que perdida de tiempo. "

-So What
(Jxdn)

Yoongi no pudo evitar girarse por completo cuando comprobó que su base parecía tener la intención de dirigirse hacia Namjoon y él, en sus mejillas permanecía todavía un pequeño sonrojo debido a los pensamientos que no lograban abandonar su mente incluso cuando el volumen de la música era mucho más alto que estos. Por eso se escabulló no solo de la mirada de Kim Taehyung, sino también de las intenciones que este parecía tener de empezar una charla innecesaria.

Maldita sea, él no debería haber permitido que sus labios rozasen los de su jugador ni por un solo instante. Y no solo dejó que aquello sucediese cometiendo un enorme error, sino que también lo disfrutó después de un tiempo sin tener el más mínimo contacto de ese estilo con un hombre. Yoongi generalmente no era débil ante algo tan sencillo como un par de labios rozándose pero lo fue esa noche. Cuando Kim le dió aquella invitación a Bellum él sencillamente se dejó hacer, ahora se maldecía un poco a sí mismo en silencio porque era consciente de que sus pupilas se habían posado quizás por más de un par de minutos sobre ese chico que con una sonrisa lo perseguía a través del local hasta las escaleras que llevaban al piso superior de Bellum. El entrenador Min continuó caminando entre varias mesas que se encontraban acomodadas para la clientela que buscaba una calma que la pista de baile definitivamente no aportaba.

-Deja de seguirme.

Las luces del local chocaban contra el brillante maquillaje de Taehyung mientras este jugueteaba a perseguir a su entrenador por toda la planta superior del lugar, la madrugada había llegado a Bellum y la música explotaba con fuerza en cada uno de los enormes altavoces colgados del techo. Desde su posición era mucho más sencillo percibir el tumulto de gente que se apegaba en el medio de la pista de baile levantando los brazos al ritmo de la música, susurrando cosas al oído de aquellos que le parecían interesantes o sencillamente divirtiéndose con su grupo de amigos.

Bellum podía parecer una utopía atractiva y una distopía aterradora a la vez. Era el único lugar que Yoongi podría considerar una manifestación total del mundo LGTBI+ dentro de la zona de Daegu en la que él residía. También era el único sitio en el que las ganas de poder ser una persona diferente lograban que su garganta doliese un poco debido a la ansiedad. A él le gustaría poder perderse entre el gentío como muchos hacían allí, amaría lograr abrir su boca para cantar sin reservas y conseguir a uno de esos chicos que le gustaban.

Sin embargo él no era así, y quizá eso significaba que no se merecía poder apreciar en primera persona la experiencia que suponía aquel sitio. Porque su cuerpo temblaba cuando había demasiada gente a su alrededor, sus manos sudaban cuando pensaba en acercarse a alguien para pedirle el teléfono y la música alta sonaba con mucho más estruendo que las veces en las que conectaba su lista de Spotify al altavoz del salón de su apartamento.

Incluso le costaba respirar. Mientras sus ojos recorrían la estampa de ese chico que seguía moviéndose de un lado a otro, rodeando las mesas del piso superior de Bellum y soltando sonoras carcajadas cuando estaba a punto de atraparlo. Estaba sintiendo que su respiración se volvía más dificultosa, la carrera no cesaba mientras Taehyung mantenía ese estúpido juego de pilla pilla completamente activo.

Yoongi ya ni siquiera sabía si debería dejarse atrapar por las grandes manos de su base o si lo correcto sería aumentar la velocidad de su carrera hasta la zona más apartada. Allí donde Kim no pudiese encontrarlo. Pero tal vez era un poco masoquista porque lejos de hacerle caso a su cerebro decidió que sus pulmones estaban rogando por un poco de oxígeno y que detenerse sería una decisión completamente razonable. Así que frenó sus pasos y sencillamente se limitó a observar a Taehyung con sus defensas subidas. Estaba dispuesto a arañar o morder si su jugador rompía la seguridad que le regalaba la distancia que le ofrecían un par de mesas.

-¿Ocurre algo entrenador? No lo he visto en la pista de baile, uno realmente no puede aceptar una invitación a Bellum para sentarse a beber alcohol en una barra. ¿No cree que eso es demasiado aburrido y predecible? El alcohol… no puedo entender realmente lo que las personas ven en ello pero no me agrada del todo cuando la gente decide venir aquí tan solo para emborracharse. Algunos chicos creen que es divertido o que funciona como una extraña cura para las penas de amor, yo solo creo que una bebida que estropea el higado y te hace actuar como un idiota convierte al que la bebe en precisamente eso. Aquellos que vienen aquí solo para beber hasta perder la noción de lo que los rodea son solo idiotas, prefieren olvidar los bonitos colores en lugar de apreciarlos con todos los sentidos funcionando perfectamente bien. - el base siguió su camino a través de las mesas hasta llegar a su entrenador, su sonrisa creció en el instante en el que Min se escabulló una vez más. Con esa frecuente expresión de poca paciencia fluyendo a través de su mirada y los suspiros desplazándose de sus decorados labios.- Venga, es noche de hadas y estoy seguro de que desde esta zona del local no podrá captar lo que le interesa. Hay muchos hombres bonitos ahí abajo.

Los había, Yoongi sabía eso y aquella era otra de las cosas que lograban asustarlo por completo acerca de Bellum. Porque en esa pista que se apreciaba especialmente bien desde el segundo piso, infinidad de chicos jovenes, hombres maduros e incluso ancianos habían decidido besarse libremente de la forma en la que por desgracia no podían hacerlo en la calle sin ser juzgados.

La libertad lo paralizaba, él nunca había sido libre de todos modos. No necesitaba aquello, podía permitirse ser un gato aterrado y esconderse en las zonas en las que nadie podría llegar a captarlo.

-¿Qué te hace pensar que me gustan los hombres? - la expresión de Yoongi estaba repleta de un miedo automático, los años de encierro en el armario habían convertido aquel pánico a ser descubierto en algo real aún cuando ni siquiera se escondía completamente. Él… solo era discreto. Eso era todo. ¿Podían acaso culparlo cuando residían en un país en el que gran parte de la población seguía considerando la homosexualidad como una trágica enfermedad?
Taehyung se encogió de hombros, a solo unos pasos del entrenador Min y escondiendo las manos en los bolsillos de sus muy apretados pantalones. La persona que se encontraba ante su mirada no se parecía demasiado al chico que jugaba baloncesto en el polideportivo de la universidad.

Pero lo cierto es que a Min no le había llevado demasiado tiempo comprobar el efecto que ese lugar parecía tener en las personas, con toda esa masa de gente repleta de colorida purpurina bailando en una pequeña pista mientras chillaban, en lugar de cantar, cada frase de la canción que sonaba con gran estruendo.

-I was thinking about you all night. (He estado pensando acerca de ti toda la noche.) - Taehyung bromeó, imitando el comportamiento de aquellos que se encontraban en el primer piso del local. - Venga, yo me ocuparé de enseñarle la esencia de Bellum. No tiene nada de lo que preocuparse entrenador Min.

Yoongi negó rápidamente.

-No me gustan las muchedumbres, y la verdad es que no entenderé jamás cómo es posible que a cualquier otra persona le puedan llegar a gustar.

-Bien, puedo aceptar eso. Sin embargo, tiene que admitir que no está disfrutando demasiado de este bonito lugar. - Taehyung avanzó algunos pasos hasta acercarse del todo a Yoongi.- Bellum significa libertad, ¿necesita que pida una canción concreta para usted? ¿Eso le ayudará a entender lo gratificante que es cantar hasta que la garganta quema? Le prometo que es la mejor de las terapias, y notar como el resto de personas comparte la misma energía que tú… es casi placentero. Vamos entrenador, no puede malgastar su invitación de esta manera.

Yoongi colocó las palmas de sus manos sobre el pecho de Taehyung, apartando al base de su cuerpo. Este se había acercado demasiado en un intento de hacer sonar su voz sobre el alto volumen de la música.

-Tienes un enorme problema con mantener la distancia, las personas necesitamos nuestro propio espacio.

Kim sonrió levemente mientras daba un paso hacia atrás con las manos alzadas.

-Lo siento por eso, no soy el tipo de chico al que le gusta acorralar. En realidad creo que eso es un poco injusto para la otra persona y a menudo rechazo a quién usa técnicas tan desesperantes. Intentaba hacerme oír sobre la música, si lo ha entendido mal me disculpo entrenador Min.

Yoongi no habló, ni siquiera dijo una sola palabra para permitirle saber a su jugador que había entendido desde el inicio que este solo se había acercado tanto con una clara intención de evitar tener que hablar a gritos.

-Tampoco soy el tipo de chico que encuentre en la insistencia una cualidad bonita, así que puede estar seguro que no insistiré en convencerlo de algo que no desea, entrenador. Si no quiere bajar y sumirse entre la muchedumbre eso está bien, pero no se emborrache en una barra de bar cuando Bellum está tan lleno de colores y disfraces de diferentes tipos. Hay cosas mucho más atractivas que la bebida entre estas paredes. - Taehyung sonrió levemente.

Yoongi todavía mantenía sus labios sellados cuando el chico ante sus ojos se giró y alzó la mano para despedirse. La bonita peluca de rizos negros brillaba por algún motivo, antes de que pudiese volver a protestar su base desapareció por las escaleras que lo llevarían de nuevo al primer piso del local.

El entrenador Min suspiró, caminando con pereza hacia los pasamanos de metal en los que solo unos segundos después apoyó sus codos. Pudo ver a Kim dar un pequeño salto para terminar bajar las escaleras, también notó la purpurina que flotaba en el ambiente mientras los clientes se amontonaban en la pista esperando lo que parecía ser algún tipo de actuación en el pequeño escenario y supuso con una pequeña sonrisa que ese era el motivo por el que la piel y peluca de su jugador habían parecido brillar con tanta intensidad bajo las luces rosas de Bellum.

Yoongi extendió su mano en el aire con la palma hacia arriba, la purpurina de colores no tardó demasiado en pegarse a sus dedos. Quizás más adelante, tal vez cuando sus oídos lograsen acostumbrarse a la ensordecedora música y sus piernas no temblasen ante la idea de perderse por completo entre el gentío de la pista de baile.

Jung Hoseok analizó levemente lo que lo rodeaba y bajo de la plataforma sosteniendo algunos billetes en sus manos, no todo el mundo daba propinas a los bailarines en Bellum pero siempre se podía obtener algo cuando eras lo suficientemente bueno como para captar la atención de aquellos que observaban.

Ahora que la madrugada estaba entrando en la hora de más afluencia el local abría paso al escenario a aquellos grupos musicales que ponían la nota principal de las noches temáticas. Por eso estaba retirándose, no serviría de nada bailar mientras la gente ponía sus ojos sobre algunos atractivos muchachos que mantenían guitarras o baquetas entre sus manos.

-El grupo está a punto de comenzar a tocar. - las manos de Taehyung sobre sus hombros no lo asustaron, a pesar de que su amigo pareció salir de la nada con esos tirabuzones negros que su hermana le había conseguido moviéndose ante los ojos de este.

-Por eso he bajado de la plataforma, ha sido una buena noche pero ha sido más que suficiente por hoy. No podré concentrarme en el baloncesto el lunes si tengo agujetas.

Taehyung sonrió levemente antes de tomar su mano para tirar de él hacia la primera fila, allí donde las personas parecían amontonarse como si no hubiese más espacio.

-¿Por qué no subimos arriba? - ofreció Hoseok.

-El entrenador Min está arriba, creo que lo he increpado tratando de lograr que se divirtiera un poco. No me gusta cuando las personas se limitan a beber alcohol, yo…

-Lo sé. - Hoseok asintió, sin necesidad de escuchar las palabras que probablemente Taehyung fuese a comunicarle, lo sabía. Conocía cada uno de los aspectos que envolvían el profundo odio de Tae por aquello que supusiera el más mínimo referente a las bebidas alcohólicas.

La mirada de Jung se alzó levemente, como su Taehyung había confirmado el entrenador Min se mantenía en el segundo piso del local y de la misma manera también lo hacía el amigo de este al que él le había cedido una invitación aquella misma noche.

Quizás si Kim Namjoon no tuviese miedo de su verdadera sexualidad y Jung Hoseok no tratase de evitarla a toda costa de la misma manera, ambos hubiesen notado que no había nada rutinario en la forma en la que sus ojos se encontraban continuamente a pesar de la muchedumbre.




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Hiiii!!!

Nuevo sábado y nuevo capítulo de I Love Mr.Swag. Espero de veras que os haya gustado, yo estoy disfrutando de escribir esta fic.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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