Capítulo 14 : NEUROSURGERY
“Puedes escucharme llorar, ver todos mis sueños muriendo desde donde estás. Por tu decisión, esto es tan silencioso… Y me siento tan frío. Esta casa ya no se siente como un hogar.”
-So Cold
(BEN COCKS)
Dos días después de que el temporal remitiera Kim Taehyung comenzó a sentirse un poco más enfermo de lo normal por mucho que trató de ignorar todos los síntomas. Tras un par de largas tardes ayudándole a su madre a limpiar la casa debido a que el agua se había colado en esta, dejando todo repleto de barro espeso a su paso, decidió tomarse un descanso de la universidad. De todos modos no era como si pudiese acudir tranquilamente a esta, la alerta roja por fuertes lluvias había prácticamente obligado a la gran parte de colegios de la zona a suspender las clases y a eso se le sumaba que gran cantidad de aulas quedaron casi tan destrozadas como su propia casa debido a las riadas de agua.
Y aunque para la mayoría de sus compañeros tomarse un descanso probablemente implicaría dormir mucho o aprovechar el mal tiempo para acabar de ver todas esas series o películas que habían ido acumulando a lo largo del año, para él significó aislarse en el trastero de Jung Hoseok en un intento de arreglar la vieja bicicleta que la hermana de este le había prestado para sustituir temporalmente la suya.
Ni siquiera el estar un poco resfriado pudo impedirle caminar hacía el lugar en el que los Jung residían, solo a unos metros de su propia casa. Su mente descansaba mucho mejor cuando se alejaba de los constantes delirios que su padre tenía cuando se emborrachaba, así que de la misma forma que su madre salía fingiendo tener que realizar algunos recados… él simplemente caminaba hasta el hogar de su mejor amigo y timbraba dos veces hasta que Hoseok salía por la ventana para asegurarle que bajaría en solo cinco minutos. Una rutina repetida a lo largo de gran cantidad de años.
-¿Crees que te servirá de algo? - la hermana de Hoseok se sentó sobre las escaleras de piedra de la entrada de su casa, sosteniendo la llave inglesa en una mano y un dulce Choco Pie a medio comer en la otra. - Hace años que no la uso, probablemente esté completamente oxidada.
Jung Hoseok y su hermana eran como dos copias idénticas con diferentes géneros y un par de años de diferencia, dos gotas de agua que tendían a moverse a la misma velocidad. Del mismo tamaño, con las mismas expresiones, sonrisas, ideas de vida, gustos e incluso manías. Taehyung no solo había crecido a lo largo de los años al lado de su mejor amigo, sino también en constante contacto con Jung Dawon. Ella era esa amiga que siempre parecía poner una gota de cordura a los planes que Hoseok y él creaban cuando solo eran unos chiquillos traviesos, en esa época feliz de su vida que significaba la infancia los hermanos Jung habían tenido un enorme protagonismo.
Por eso Taehyung le sonrió de forma amable, a pesar de que se sentía levemente agobiado ante la idea de que quizás podría haber perdido su propia bicicleta debido a esa asquerosa ciclogénesis explosiva que se había encargado de llenar de agua hasta el último recoveco de Daegu.
-Servirá. Estoy completamente seguro de que funcionará después de limpiarla un poco y ponerle grasa a la cadenilla. - Taehyung dió un paso hacia atrás para observar aquella bicicleta situada en la explanada de cemento que se encontraba delante del trastero de los Jung, justo a un lado de la entrada a la casa de estos. El día era de un gris azulado que los había obligado a encender la luz del lugar incluso si se encontraban en el exterior, por la que las luces anaranjadas del pequeño trastero iluminaban cada uno de sus movimientos. Esa tarde de finales de septiembre no llovía, mas las nubes que se acumulaban oscureciendo el cielo amenazaban con que pronto un chubasco comenzaría. - ¿Por qué no iba a funcionar? Recuerdo que la usaste para ir al instituto durante un buen tiempo, es de una buena marca y no tiene daños importantes. Yo he usado la misma vieja bicicleta desde hace años y hubiese seguido usándola de no ser por esta mierda de temporal.
-No tendrías que haberla llevado a la universidad, los avisos meteorológicos eran bastante claros. Pero supongo que ya es algo inevitable, ninguno esperaba que las lluvias fueran a adelantarse tanto. - Dawon acabó con su Choco Pie de un solo mordisco y alzó la mano para acariciar el cabello largo de Mickey, el perro de la familia Jung. - Puedes usar esa bicicleta todo lo que quieras, no la uso en lo absoluto ahora que tengo el coche. Quedatela, Tae.
Kim Taehyung podría no tener su vieja bicicleta de color verde metalizado pero al menos seguía teniendo a los Jung, y ese trastero repleto de trastos que el padre de Hoseok siempre les prestaba cuando se sentían demasiado perezosos para ir a algún salón recreativo. El lugar tenía cierto encanto, y quizá se debía a todos los pedazos de recuerdos que se podían hallar en cada esquina. Una enorme alfombra de formas se situaba sobre el suelo, allí donde también quedaban situadas las piezas de un juego sobre una pequeña mesa o la tienda de campaña que ellos habían disfrutado especialmente con diez u once años. Aunque el polvo cubría gran parte de la estancia, las piezas de construcción que el abuelo de los Jung le había regalado a su mejor amigo en uno de sus cumpleaños se mantenían intactas en la posición que Hoseok, Dawon y Taehyung las dejaron la última vez que decidieron jugar con estas. Probablemente con la intención de formar una especie de castillo que se había quedado en varias murallas con un par de torreones asimétricos.
También estaban todas esas botellas y vasos de plástico unidos con hilos, con los que fingían tener teléfonos. Al igual que ese bate de béisbol y la pelota con la que en una ocasión habían roto la ventana de la cocina de la casa de los Jung, había sido la ocasión perfecta para aprender a correr de verdad y desde entonces los hermanos Jung jamás habían dejado de comenzar carreras a su lado. Ellos estaban corriendo juntos continuamente, ya no importaba si se suponía que debían comenzar a actuar como adultos.
-Podríamos pintarla. - Hoseok se mantenía al lado de su hermana, sosteniendo a su perro sobre las piernas mientras miraba a Taehyung trabajar en esa pequeña bicicleta que llevaba enterrada en su trastero al menos tres años completos. - Parece un poco…
-Si funciona da igual que esté un poco vieja, no soy demasiado exquisito con esas cosas. - Taehyung dió un paso hacia atrás, bien, la bici estaba algo oxidada pero no se veía del todo mal. Incluso si no era del color verde que a él tanto le gustaba. - Dejad de ser tan negativos con esto. Es mucho mejor que tener que repartir leche andando, ¿cómo lo haré este fin de semana sin algo con ruedas?
-Podría llevarte en el coche hasta que encuentres una forma de…
-Es mi trabajo Hobi, se supone que soy yo quién debe levantarse pronto para llevar a cada casa su pedido de leche. No sería del todo justo que tú hagas parte del trabajo sin cobrar por ello y tampoco sé si a mi jefe le gustaría eso. - Taehyung suspiró, sintiéndose de nuevo un poco febril después de todo el estrés que los últimos días habían supuesto para él.
-La pintura es una buena opción. - interrumpió Dawon. - Creo que papá todavía tiene un poco de la última vez que arregló nuestras bicicletas, debería estar en una de las estanterías donde guarda todas las herramientas.
A pesar de que Taehyung trató de insistir en que no hacía falta demasiado, la hermana de Hoseok se levantó y siendo rápidamente perseguida por el perro de los Jung se coló en el trastero para rebuscar entre las estanterías repletas de polvo grisáceo.
-¿Te gusta el color púrpura? Es eso o naranja bombona. - Dawon sostuvo al pequeño perrito en brazos mientras regresaba hacia el exterior con un par de botes de pintura para metal en spray. - ¿Qué dices? ¿Crees que el púrpura podría servir?
-Es perfecto. Muchas gracias. - Taehyung asintió.
Solo una hora después la bicicleta que había sido de Dawon descansaba completamente pintada de púrpura sobre un cartón en el interior del trastero, la lluvia había comenzado de nuevo y las gotas de agua se desplazaban sin pausa sobre los limoneros del jardín. Taehyung no podía negar que en ocasiones, solo a veces, sentía envidia de la bonita familia que su mejor amigo tenía pero se sentía a gusto siendo amablemente alimentado con una enorme ración de delicioso bibimbap preparada por los señores Jung.
Min Yoongi no solía visitar a su familia a menudo, y probablemente no lo habría hecho si no fuese porque ese día Kim Namjoon se encontraba en Daegu para arreglar papeleo que tenía que ver con su futura boda, un compromiso al que Yoongi seguía viéndole muchas más cosas negativas que positivas a pesar del modo de actuar de su amigo. Y aunque el que Nam estuviese allí no implicaba obligatoriamente tener que ir hasta la casa de sus padres, no quería lidiar con las protestas de su madre si esta se llegase a enterar de que había conducido hasta la casa de sus vecinos sin molestarse en tocar el timbre de la suya.
-Oh, Yoongi. - su madre sonrió levemente, no era una mujer excesivamente cariñosa pero el entrenador Min se había acostumbrado de cierta forma a sus muestras de cariño decorosas. Si bien ella no lo abrazaba a menudo, sí dejaba un par de toques con los dedos sobre su mejilla en forma de caricia, le preparaba sus comidas favoritas o le revolvía el cabello como si siguiese siendo un niño pequeño. Eso era mucho más de lo que hacía su padre, quien siempre había sido demasiado estricto como para mostrar abiertamente sus sentimientos. - ¡Qué sorpresa! Han pasado al menos seis meses desde la última vez que pudimos verte por aquí, pasa. Tu hermano y tu padre están en la cocina charlando sobre algunas dudas de materias que Geumjae está cursando en su último año de su carrera, no sabíamos que vendrías.
Yoongi forzó una sonrisa, hundiendo con fuerza las manos en los bolsillos de sus vaqueros flojos mientras permitía que Holly avanzase hacia el interior de la casa tras quitarle la correa.
Seguía oliendo igual, el ambientador natural de hojas de lavanda recogidas en saquitos de tela que su madre siempre colgaba en las ventanas de la casa. Yoongi aún conservaba un par, ella misma se los había regalado. Aunque para muchos solo sería algo sencillo, un gesto normal entre una madre y su hijo, para él significaba que al menos su progenitora pensaba en él de vez en cuando.
-En realidad he venido a hablar con Namjoon pero he creído adecuado pasar a saludar. - su casa estaba pegada a la de los Kim, así que hubiese sido sencillamente absurdo el no “pasar a saludar”. Su madre se enteraría si no se dignaba a ir a su casa cuando estaba tan cerca de esta, de una forma u otra siempre lo hacía. Y probablemente la madre de Namjoon sería la principal culpable de la trasmisión de aquella información. - Estoy entrenando el equipo de la universidad de Daegu y he pensado en pedirle que se encargue de mis jugadores en el caso de que alguno de ellos se lesione, es un buen…
-Entonces deberías haber venido mucho antes. ¿Cuánto hace que ha iniciado el curso en la universidad? Al menos un mes entero ahora que septiembre ya se está terminando. - su madre frunció el ceño. - ¿Y qué ha pasado con tus propios estudios? Creí que el trato con tu padre era que estudiarías medicina mientras ejercías de entrenador de baloncesto.
Ese era el principal motivo por el que Min Yoongi detestaba tener que visitar su propia casa, aquello nunca se había sentido del todo como un hogar pero existían dos factores que lo hacían todo todavía menos agradable de lo normal. El primer factor residía en un vídeo demostrando su homosexualidad que lo obligó a salir del armario ante un par de miembros del consejo escolar y sus padres. El segundo factor de importancia era que había decidido escoger una carrera deportiva en lugar de centrarse completamente en la medicina como cada miembro de su aburrida familia había hecho durante varias generaciones, al principio su padre fue tan condenadamente insistente que Yoongi prometió comenzar a estudiar medicina una vez que pudiese entrenar a algunos equipos y sus horarios se equilibrasen un poco. Quería disfrutar del trabajo que él mismo había elegido durante un tiempo, pero en realidad ser el entrenador de equipos universitarios no se sentía del todo como un triunfo después de haber tenido que lidiar con muchachos de todo tipo.
-Estoy estudiando a distancia, todavía es mi segundo año pero lo estoy haciendo bien mamá. Iré a Seúl cada vez que sea necesario, simplemente estoy entrenando un equipo de baja categoría mientras tanto. - Yoongi hundió más sus manos en los bolsillos de sus vaqueros. - De esa manera puedo pagarme todo lo que necesito sin necesidad de molestaros.
Su madre dejó escapar un suspiro, sin embargo asintió. Ella siempre había sido la menos insistente de todos en cuanto a la obligación de estudiar medicina, su madre entendía su trabajo como una vocación propia. Su padre en cambio pensaba en el prestigio o el nivel social que un puesto como el de cirujano le proporcionaba.
Su madre había estudiado cirugía cardiotorácica, su padre neurocirugía y su hermano mayor parecía querer seguir los pasos de este. Él… había escogido cirugía pediátrica porque incluso si no le gustaban del todo los niños todavía eran mejores y más sinceros que la mayoría de adultos.
-Está bien Yoongi, es tu futuro del que estamos hablando. Eres mayor de edad y está en tus manos decidir qué es lo que deseas hacer con tu vida, solo espero que puedas entender lo importante que es para nuestra familia que continúes con el legado que hemos..
Su madre guardó silencio cuando su padre salió de la cocina, todavía con sus gafas de trabajo puestas y el ordenador en sus manos. Quizás esa escena siempre había sido lo que Yoongi más había odiado de su casa, aunque tenía a dos padres que se querían y un hermano que lo apoyaba… En algún momento todo en ese lugar se había tornado en trabajo constantemente.
Sus padres eran cirujanos, su abuelo lo era y por supuesto su hermano pronto acabaría la carrera para serlo también. Cada una de las palabras y conversaciones que tenían lugar entre esas cuatro paredes estaban conectadas de un modo u otro a la medicina, a lo importante que esta era en sus vidas o a los nuevos estudios que parecían salir cada día sobre los campos de trabajo en los que sus padres, primos, abuelos o tíos se habían especializado.
Era agobiante.
Era aburrido.
Era tan rutinario que hacía a Min Yoongi desear huir constantemente de un lugar que debería sentirse bien.
-Yoongi ha venido para hablar con Namjoon y se ha acordado de nosotros, ha pasado a saludar. - su madre caminó hacia su padre y envolvió su mano alrededor del brazo de este. - Nuestro hijo está entrenando un equipo en la universidad de Daegu y quiere que su amigo se encargue de las lesiones de sus jugadores.
Su padre lo observó por unos instantes, sin decir nada por el suficiente tiempo como para que Yoongi llegase a sentirse enfermo ante la mirada de su propio progenitor. Odiaba aquello, porque podía predecir lo que le diría antes de que las palabras abandonasen sus propios labios y aún así seguía queriendo gustarle un poco. Ansiaba que por una maldita vez en la vida su padre le dijese que servía para algo, que era una persona completamente válida o talentosa… pero aquello distaba demasiado de la realidad.
-Tú podrías tratar lesiones si…
Vuelta a empezar, siempre era lo mismo. Las mismas frases, palabras y rutinas.
-En realidad creo que se me ha hecho tarde. - Yoongi fingió mirar la hora en su teléfono. - Solo pasaba a saludar, he quedado con Namjoon en cinco minutos, así que debería irme ahora. Ha sido bueno veros…
-No servirá de nada que lo retrases. - su padre volvió a hablar. - Eres lo suficientemente mayor ahora Yoongi. ¿Hasta cuándo seguirás con ese pasatiempo tuyo? Deberías empezar a establecer unas buenas bases para tu futuro.
-Estoy estudiando medicina… - Yoongi protestó. - Lo estoy haciendo, así que déjame hacerlo a mi modo. Como has dicho soy lo suficientemente mayor, puedo tomar las decisiones por mí mismo ahora.
La última cosa que el entrenador Min hizo antes de abandonar aquella casa fue caminar hacia la cocina para hablar con su hermano, pero incluso la persona que siempre le había ayudado a sentirse un poco mejor en ese lugar estaba comenzando a hundir su cabeza por completo en los libros de medicina.
-Hei. - saludó, apoyando su espalda en la pared de la cocina mientras observaba a Holly tratando de captar la atención de la misma persona que él. Su hermano parecía no haberse enterado de su presencia mientras clavaba la nariz en sus apuntes.
-¿Yoongi? - por un instante la sonrisa de su hermano lo animó un poco, pero como todo en la vida de Min… lo bueno nunca le duraba demasiado. - Perdona, pero realmente estoy ocupado. El último año de cirugía no es ninguna broma, yo…
Y Min Yoongi se fue.
Simplemente se escabulló, con Holly caminando a su lado y la sensación de que odiaba ese lugar que debería ser un hogar.
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Holii!!
Nuevo sábado y nuevo capítulo de I Love U Mr Swag que espero de verás que os guste. Como siempre os digo, no dudéis en dejarme saber vuestras opiniones sinceras porque es algo que siempre me ayuda.
Un beso,
os amo
Mel
💜
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