Capítulo 13 : REPLACE
"Jugaste a ser la víctima mientras eras la serpiente. Esto es todo tu culpa, así que no me digas que necesitas ayuda. ¿Realmente tengo que decirte cuál fue la verdad? Es simplemente que yo te estaba cubriendo las espaldas porque creí que no eras un mentiroso. Me arrepiento del tiempo que pasé contigo. Oh, que amigo."
- FRI-END
(Without A Sin)
-No es necesario. - Taehyung observó su destrozada bicicleta por un instante antes de llevar su vista de vuelta hasta el entrenador Min. - Yo... puedo regresar a casa andando. De veras, aprecio mucho la oferta pero...
Hoseok a su lado le dió un pequeño empujón mostrando su total desacuerdo ante esas palabras, si iba a ser complicado poder llegar a casi cualquier sitio en coche entonces ir andando supondría una total idiotez.
-Oye, no quiero llevarte la contraria pero eso sería absurdo. - añadió en un susurro, consciente de la presencia del entrenador a solo unos pasos de ellos. - Min no es mi persona favorita pero admito que la idea de llegar a casa con las piernas secas es mucho más atractiva que la de caminar entre el fango que ha ocasionado la lluvia. Venga, es eso o esperar a que mis padres puedan llegar hasta aquí.
Taehyung giró su cabeza para conectar su mirada con la de su amigo, este había contactado con sus padres tan pronto como se les informó de que podrían regresar a sus hogares pero estos no lograrían recogerlos de la universidad en ese instante por muy dispuestos que estuvieran. El primer piso de su casa había sido afectado por la riada, de la misma manera que el polideportivo durante la noche. La familia de Hoseok tendría que encargarse de quitar la mayor parte del agua acumulada antes de finalmente poder acceder al garaje.
-¿Qué te hace pensar que si tus padres no pueden arrancar el coche debido al volumen de agua, Min podrá llegar hasta la puerta de tu casa? - Taehyung observó de nuevo a su entrenador. Más allá de querer o no que lo llevase hasta su casa, estaba tratando de evitar que este se topase con la estampa de su familia destartalada. Sencillamente no quería que él viera su realidad. - Min, de veras agradezco la oferta pero por mi parte estaré bien caminando. No tengo problema alguno en pisar un poco de barro.
Yoongi observó a los dos muchachos ante sus ojos con fingida paciencia, habían pasado más de diez minutos desde la oferta de llevarlos a casa pero estos seguían discutiendo acerca de ello como si él no se encontrase ahí mismo. Se habría librado de ellos con cierta rapidez sino fuese porque comprendía que su actitud del día anterior había sido de alguna manera desmesurada y basada en gran parte en detalles de su pasado que ninguno de esos chicos conocían.
-Bien, tenéis un minuto para darme una respuesta definitiva. - después de todo, su perro había pasado el día anterior completamente solo y eso creaba una sensación de ansiedad y prisa en el entrenador Min. Muchos podrían pensar que él no se adecuaba al prototipo de dueño de perro obsesionado con los cuidados de este, sin embargo lo era. Desde la elección de pienso hasta el peluquero canino que elegía para que le cortase el pelo, todo estaba repleto de importancia cuando se trataba del ser vivo que le ayudaba a seguir levantándose de cama todas las mañanas.
-No seas cabezota. - Hoseok envolvió la muñeca de Taehyung con su mano y tiró levemente de este. - Venga, quieres llegar a tu casa lo antes posible. Tanto como yo o incluso más, puedes sencillamente pedirle que te deje a unos metros...
Taehyung suspiró sin saber qué hacer. Sus labios temblaron un poco mientras buscaba la manera de negarse a la oferta una vez más, pero sus pies siguieron el movimiento de su mejor amigo quien ya lo empujaba hacia el interior del coche todoterreno del entrenador Min. Muchos pensarían que lo adecuado en una situación como la suya era de hecho dejarle saber al mundo quién y cómo era su padre, denunciarlo tal vez... Sin embargo Tae estaba avergonzado la gran mayoría del tiempo acerca de la situación que su madre y él mismo atravesaban.
Todos sabían quienes eran ellos, muchos conocían al señor Kim y se reían de su alcoholismo y pobreza continuamente. Sus vecinos fingían no escuchar los gritos, nunca quejándose a pesar de las miradas de asco y las pintadas sobre su buzón que siempre narraban "casa de locos". Taehyung estaba cansado a esas alturas, harto de tener que ser juzgado por las decisiones de un padre que nunca se había preocupado en lo más mínimo por cuidarlo. Incluso si en las memorias de su niñez la imagen de ese hombre era amable, con el paso de los años sus gestos se habían tornado oscuros e incluso violentos. La bebida lo transformó en un monstruo que nunca dejaba libre a Kim Taehyung.
Y lo que menos quería era que su entrenador viese en primera línea lo que su casa era. Su padre detestaba el baloncesto, este argumentaba que eso nunca le ofrecería un futuro certero a Taehyung pero probablemente todo lo que le importaba era que no obtendría dinero de su hijo para comprar unas cuantas botellas. El señor Kim no soñaba con una vida plena para Tae, sino con una llena de dinero del que lograr aprovecharse. Un dinero asegurado por una profesión asegurada.
Lineal y simple. Sin riesgos.
-Decidme la dirección.
La voz del entrenador Min logró sacar a Taehyung de su pequeña burbuja de pensamientos. Por mucho que se había negado, la presencia de Hoseok había terminado por empujarlo hacia ese coche. La insistencia de su amigo y el modo en el que siempre sonreía pidiéndolo todo con los ojos repletos de brillo, eran el mayor hándicap para cualquiera que tratase de anteponer sus ideas.
Jung Hoseok sabía cómo hacerse con el cariño y el corazón de aquellos que lo rodeaban, así que usaba ese poder en su propio beneficio. A veces era suficiente con un par de palabras bien ordenadas y una sonrisa sincera.
Así que Kim Taehyung apoyó su espalda contra el cómodo asiento trasero y observó la manera en la que las manos de Min se acercaban hasta su teléfono para seleccionar una playlist musical. Varios minutos después el coche del entrenador atravesaba la capa de barro creada por la riada de agua sin demasiada dificultad, algunas gotas de lluvia resbalaban todavía sobre los cristales y durante el trayecto los nervios del base se dispararon al comprobar que el agua seguía acumulandose a medida que se acercaban a la zona donde Hoseok y él residían.
-No tiene buena pinta. - el entrenador Min detuvo el vehículo por un instante para bajar la ventanilla, tras sacar la cabeza por esta comprobó el estado de las ruedas y suspiró. - Bien, podré seguir avanzando por ahora pero si el coche corre el riesgo de atrancarse tendréis que recorrer la distancia restante a pie. Parece que la corriente del agua no es demasiado fuerte y ahora mismo no está lloviendo, deberíamos aprovechar la oportunidad.
-Estoy bien con eso. - añadió Taehyung, podía ver su casa desde la zona en la que se encontraban. En medio de una cuesta empinada que hacía resbalar el agua hacia la carretera principal, las luces de la cocina y la habitación de su madre estaban encendidas lo que lograba tranquilizarlo en cierto modo. - Puedo subir sin necesidad de usar el coche, no es la primera vez que esta zona se inunda por las lluvias torrenciales.
El entrenador Min echó un vistazo a su alrededor antes de girarse hacia el muchacho que se encontraba en el asiento trasero de su coche. Taehyung no solo parecía más nervioso de lo habitual sino que sus mejillas se encontraban completamente enrojecidas, estirar la mano hacia su frente fue un movimiento casi reflejo del que el entrenador Min no se arrepintió tras confirmar que el chico estaba lo suficientemente cálido como para tener algunas décimas de fiebre.
-Probablemente estás enfermando, ayer fue un día bastante complicado y tanto tú como Jung estuvisteis centrados en ayudar. Mi consejo es que te quedes lo más lejos del agua que te sea posible.
Sin embargo Taehyung no pudo evitar reaccionar apartándose de esa mano que continuaba sobre la piel de su frente y de la extraña mirada de preocupación que su entrenador le dedicaba en ese preciso instante, casi como si aquel toque estuviese revelando una debilidad suya que lo avergonzaba. Sí, no se encontraba del todo bien pero eso no le daba derecho a nadie a opinar sobre lo que debía hacer o no. ¿No es cierto?
Quizás en otra ocasión su personalidad hiperactiva lo hubiese llevado a bromear de forma juguetona, pero con su casa tan cerca y el coche del entrenador justo al final de la cuesta que debía subir para llegar hasta esta, todo lo que ansiaba era librarse de él y poder correr hasta su madre para comprobar que ella estuviese bien.
-Puedo cuidarme. - respondió con la voz calmada. - Y puedo subir una cuesta para llegar a casa sin mayor problema que el de arruinar mi calzado. Probablemente la fiebre es un efecto secundario a todo el estrés que la situación ha supuesto para mí, es por eso que la mejor cura será llegar a casa y ver a mi madre. No se preocupe entrenador Min, como le he dicho sé cuidar de mí mismo.
Yoongi dejó caer su mano de nuevo sobre el volante, generalmente él no era el tipo de ser humano insensible por mucho que las personas que no se molestaban en conocerlo lo afirmasen. A menudo se preocupaba demasiado por gente y cosas que ni siquiera tenían demasiada importancia. Si supiese cómo ser más expresivo quizás el resto del mundo comenzase a mirarlo desde una perspectiva distinta.
Y quizás precisamente fue eso lo que aquella mañana lo llevó a comprobar la temperatura de la frente de su jugador, de cualquier modo se obligó a sí mismo a olvidarse de las decisiones imprudentes que tomase el chico. Había un límite entre preocuparse por uno de sus jugadores en la cancha y preocuparse por un ser humano en la vida general de este, y aunque la línea era muy difusa Yoongi había aprendido hace algunos años en que zona de esta debía mantenerse.
La respuesta era lejos. Lo más lejos posible del ser humano que habitaba en esa figura de jugadores con los que se encontraba a menudo en las canchas.
-Bien. Entonces ve, pon tus pies sobre el agua y sube esa cuesta hasta tu casa si es lo que quieres. - contestó, sus ojos centrados en el frente a pesar de que podía escuchar los movimientos de Kim en la parte trasera del coche.
-Lo haré. - Taehyung sonrió un poco. - Soy un chico joven y sano, mi madre siempre dice eso. Así que... si puedo repartir leche durante todo el invierno, puedo subir una maldita cuesta durante dos metros hasta mi casa. ¿No cree? - el entrenador Min se limitó a encogerse de hombros, su mano moviéndose hacia el embrague del coche. - He pasado casi toda la noche entre agua, lo único que puede pasarme a estas alturas es que desarrolle branquias.
Y tal vez Kim Taehyung no sabía del todo bien porque estaba dándole explicaciones a su entrenador pero el hecho de que este se hubiese ofrecido a llevarlos a casa e incluso hubiese notado su estado febril, parecía en cierta forma suficiente.
-¿Hoseoki? - Taehyung miró a su amigo, el cual estaba lo suficientemente decidido a permanecer en el interior del seco coche como para pulsar los nervios de Taehyung. - Tu casa está bastante más cerca que la mía, ¿qué opinas de bajarte del coche ahora?
-Mmm... Supongo que un escolta nunca abandona a su base. - sonrió.
Taehyung imitó el gesto de su mejor amigo, extendiendo su mano para ayudarle con la mochila.
-En realidad. - el entrenador Min continuó hablando. - Un escolta puede sustituir al base con más facilidad de la que crees. Incluso se podría jugar un partido sin base, pero eso es algo que probablemente ya sabéis. Un escolta no solo puede abandonar al base, sino que puede quitarle su lugar.
Un par de segundos fueron suficientes para que los dos chicos abandonasen su coche. Yoongi no pudo evitar observarlos, con las manos apretadas sobre el volante mientras las imágenes de aquel que había considerado su mejor amigo por un tiempo regresaban hasta su mente.
Hace 9 años.
Yoongi sonrió, dejando que sus dientes se mostrasen mientras correteaba detrás de Kihyun hasta las gradas de la cancha, permitiendo que este le rodease la mano con sus dedos suaves. Muchos creerían que su relación era extraña, y quizás lo era en cierto modo porque para él su mejor amigo significaba muchísimo más que solo eso. Yoo Kihyun era la persona con la que soñaba despierto constantemente, sus rasgos eran preciosos y esos ojos que generalmente mostraban amabilidad podían convertirse en la clara imagen del poder mientras jugaban al baloncesto.
A Yoongi ni siquiera le importaba tener que decir que era el mejor amigo de Kihyun, después de todo él era el primero de los dos interesado en ocultar lo que escondían porque sus padres jamás lo comprenderían, ni siquiera lo intentarían. Y quizás ese chico de diecisiete años necesitado de cariño que Min Yoongi solía ser, creyó que el secretismo aportaría más pasión a todas esas cosas que estaba comenzando a experimentar en cada una de las ocasiones que su "amigo" lo apretaba contra la pared del gimnasio más escondida y con el amparo de la sombra de las gradas lo besaba hasta que sus labios se enrojecían por completo.
-Kihyun. - Yoongi se relamió los labios, notando sus labios comenzar a sentirse un poco hinchados tras una larga sesión de besos sin freno. - Aquí no.
Pero solo negó una vez, no se atrevió realmente a detener a su "mejor amigo" cuando este dejó que su mano se colara bajo su camiseta para acariciarle la cintura antes de seguir descendiendo. Más y más abajo, hasta que sus piernas temblaron y el gemido hizo eco entre las paredes de esa cancha que tantas veces habían pisado durante los partidos de baloncesto.
-Ei, silencio. - Kihyun sonrió, con esos ojos amables en los que Yoongi había creído tantas veces antes. - No queremos ser descubiertos, ¿no es cierto? Ni tus padres ni los míos quieren saber lo que somos.
¿Qué eran? Dos chicos que se gustaban escondiéndose en la excusa de que eran mejores amigos para poder abrazarse de vez en cuando después de anotar un triple durante su partido de baloncesto. Los mismos que no podían evitar besarse cada vez que la gente desaparecía de su alrededor y la intimidad aparecía para tentarlos.
Eso era lo único que eran, incluso si Yoongi siempre pedía un poco más. Presionar a Yoo Kihyun no funcionaría pues este estaba completamente decidido a casarse y tener hijos a pesar de no sentir atracción por las mujeres.
-¿Sabes? - Yoongi apoyó sus manos sobre los hombros de Kihyun, disfrutando del modo en el que este lo había levantado para permitirle enrollar las piernas alrededor de su cintura. - He estado pensando en que es un poco cruel el que quieras tener novias e incluso esposa en el futuro, ellas no deberían ser parte de esta mentira.
Kihyun suspiró, dejándo a Yoongi de nuevo sobre el suelo antes de dar algunos pasos atrás.
-¿Mentira? - Kihyun negó. - ¿Crees que alguno de nosotros dos podremos ser algo si el mundo descubre que nos gustan las malditas pollas? Despierta Yoon, eso nunca pasará. Estamos destinados a vivir en una mentira por el resto de nuestros días, puede que no vaya a sentir atracción por mi futura esposa pero aprenderé a sentir aprecio por ella. Y por supuesto amaré a mis hijos cuando los tenga...
-Entonces no solo estarías siendo cruel sino que también egoísta. Kih, ¿crees que será justo para la persona que decida amarte? ¿Te vas a limitar a qué? ¿Un simple matrimonio sin amor del que probablemente tus hijos salgan afectados?
Kihyun dió otro paso atrás.
-Ya lo hemos hablado antes Yoongi. Nunca voy a decirle a mis padres que soy homosexual y apuesto a que tú tampoco lo harás. - Kihyun suspiró antes de acercarse para depositar un suave beso sobre su boca, mas Yoongi apartó su cara al instante. - ¿No estaba claro desde el inicio? Siempre hemos sido sinceros, esto no es algo a largo plazo porque no hay un futuro sobre el que podamos sostenernos. Te quiero pero no puedo...
-Sí, lo sé. No puedes admitir que eres homosexual ante tu familia. Supongo que lo entiendo pero no pienso del mismo modo que tú acerca de obtener una familia de papel con la que puedas envolver todas tus mentiras. No importa cuánto te esfuerces, al final solo estarás fingiendo ser una persona que no eres.
Dos meses después de aquella conversación Kihyun y Yoongi dejaron de ser "mejores amigos". Y él definitivamente cumplió con todo lo que había planteado cuando no dijo una sola palabra en el instante en el que el escándalo sobre un vídeo homosexual de Min Yoongi follando con otro alumno en las duchas del gimnasio comenzó a recorrer la espalda.
Yoo Kihyun se mantuvo en silencio porque después de todo su cara no se veía en ese vídeo. Tres meses después de haber roto su relación el escándalo que recorría todo el instituto de Daegu, obligó a Yoongi a retirarse del equipo de baloncesto en respuesta a los continuos insultos que sus compañeros de equipo le proferían en los vestuarios. Solo un día después Kihyun tomó su lugar como escolta en el partido final entre los institutos de la zona.
Sí, él había tenido un mejor amigo en algún momento del pasado. Y sí, él sabía que los bases podían ser sustituidos por un escolta en la cancha de baloncesto con más rapidez que la de un parpadeo.
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Hii!!
Mejor tarde que nunca. Me he retrasado más de lo habitual porque estoy teniendo una semana complicada pero espero que os haya gustado.
Un beso,
os amo
Mel
💜
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