FEAR

Capítulo 30.

Bostece de aburrimiento, el profesor cree su voz monótona, no nos aburre y lo peor es que por lo menos fuera algo que debemos estudiar, nos cuenta de su vida; ¿Realmente cree que me interesa cuántas veces ganó un concurso de literatura? Espero que pronto se acabé su clase.

- Si, era muy bueno, tan bueno que ese poema no se le hubiera ocurrido ni a Alejandro Jodorowsky.

Este viejo si que exagera. La salvación vino cuando sonó la campana, y no es por exagerar, todos en el salón habíamos soltado un gran suspiro de alivio.

- Oye Marco - me habló Scarlett -. Charles quiere preguntarte algo.

Vino corriendo a nuestro salón Charles el cuatro ojos acomodando sus anteojos y dando se de aires de presumido.

- Mi querido amigo...

- No somos amigos - le contesté y Scarlett me miró molesta.

- Bueno joven Marco, me gustaría preguntarte - sacó una caja de su bolsillo y la abrió -. ¿Si ya habías visto mi broche?

- No te ofendas Charles pero...

- Eso es una estupidez - término Scarlett mi frase -, pensé que iba a ser algo más importante - Scarlett sacó un libro y comenzó a leerlo.

- ¿Por qué me insultas Scarlett? - dijo Charles a punto de chillar.

- Charles te quiero (porque eres mi amigo), pero a veces... - Scarlett soltó un suspiro no sabiendo que responder.

- Dices estupideces - contesté por ella y Scarlett río -. Vienes corriendo, no sé, yo pensé que iba a decir algo más importante o que te había ocurrido algo.

- Es ti es importante, no a cualquier alumno le dan un broche como uno de los mejores alumnos.

- Scarlett tiene uno, una lo presume como una excibiocionista - hablé entre dientes -. ¿Por qué no mejor vas a ver si ya puso la...

De repente sentí un pellizco en mi brazo.

- Lo que quiere decir Marco, Charles - habló Scarlett -, es que pronto comenzará tú clase ¿o no?

Miro su ridículo reloj de mano.

- ¡Cierto! - gritó Charles con voz chillona, provocando que casi me dejaba sordo -. A-ah y-yo me tengo que ir. Nos vemos luego Scarlett - dijo Charles algo nervioso y después se hecho a correr.

- ¿Lo corriste antes, por qué te empezó a hartar como a mí? Vamos admítelo, es bastante irritante.

- Si, pero habló en serio faltan como 5 minutos para la próxima y última clase - contesto Scarlett tomando de nuevo su libro.

Revisé mi celular y si efectivamente.

- Pero hoy no trajiste tu celular.

- Si, pero el reloj de Charles que siempre lleva en la mano derecha lo pude ver - contesto -. Y no fue por hacer que el se fuera sino porque sé lo mucho que le importa ser responsable y puntual.

- Scarlett yo...

- Sólo te diré que no puedes odiar a alguien hasta que lo conozcas - soltó su libro y me miró a los ojos -. Tu y yo sabemos eso mejor que nadie.

Me quedé callado.

- Jóvenes comenzaremos las clases...

La pregunta de Scarlett me dejó algo en que pensar en toda la clase. "No puedes odiar a alguien hasta que lo conozcas", sé bien lo que me quiso decir.

Al salir Scarlett estaba emocionada por ir a ver a Lili, a Sam y Jorge.

- Suenas como una niña - le dije y me reí, ella me dio un suave puñetazo (demasiado suave) en mi brazo.

- No te burles, me emociona porque tal vez está situación de el Kingdom se ponga peligrosa - se mordió ligeramente el labio -, detesto a Zachery pero solo lo hago por Lili.

- Me siento mal escuchar eso.

- ¿Por qué?

- Por... Nada, olvídalo - me rasqué la nuca -. Es sólo que si la situación se pone muy peligrosa.

- ¿Si?

- Tu y Sam no participarán en ello.

- ¿Eh? - preguntó confundida.

- No quiero verte que te pongas en peligro si...

- ¡SCARLETT EN PELI...- le tapé la boca a Charles antes de que gritará.

Scarlett y yo nos lo llevamos en el rincón cerca de la escuela, pero fuera de la vista de cualquier profesor.

- Bien lo puedes soltar, no hay moros en la costa - dijo Scarlett observando si alguien se acercaba.

El temblaba como un conejito asustado.

- No te haré nada malo Charles - me cruce de brazos.

Scarlett y se acercó a Charles, con una sonrisa en su rostro, pero se acercaba a él de forma amenazante.

- ¿Qué tanto oíste Charles? - me preguntó.

- To-todo - dijo los nervios eran bastantes notorios en Charles y me miraba como si verdad fuera hacerle algo malo. Charles no te odió tanto. ¡Cálmate por favor!

- Tranquilo Charles, Marco no te hará nada - Scarlett suavizó su voz.

- Scarlett, ¡N-no quiero que te ocurra algo! - dijo Charles elevando su tono de voz -, porque yo...

- No te preocupes Charles - le interrumpió Scarlett. Pobre Charles, no te sientas mal, Scarlett no es buena para entender los sentimientos de alguien -. Marco me enseñará a como montar una bici, porque no soy muy buena y él sólo estaba exagerando a lo mucho tendré unos raspones - mintió.

- Así que eso era - Charles agachó su rostro avergonzado.

- Pero me alegra que te hayas preocupado tanto por mi Charles - Scarlett elevó levemente el rostro de Charles -. Eres un gran amigo - le sonrió y esto hizo que Charles se pusiera mucho más rojo de lo que ya estaba.

- De nada - contesto finalmente y por fin nos dejó ir.

Gumaro llegó por nosotros. Scarlett estaba emocionada a más no poder, pero yo no puedo pensar igual, no sé cómo puede terminar esta situación, estoy muy nervioso de como resulte todo esto. Haré todo lo que esté a mi alcance para garantizar su seguridad.

Llegamos al gran portón de la casa de Lili y Zachery, que se abrió para dejarnos pasar. Al parecer en el jardín había mucha gente cortando arbustos, árboles, arreglando las plantas y flores del gran inmenso jardín.

- El olor de las plantas y de las flores - dijo Scarlett caminando por el amplio jardín con mucha alegría realmente notoria.

- ¿En serio te gusta las flores verdad? - y lo sé porque siempre en el jardín de mi casa se las pasa admirándolas por horas.

- Si, dan un dulce aroma además que me brinda un panorama muy fresco, lleno de color y además está lleno de árboles, es muy fresco - contesto.

Estos momentos en las sólo estamos nosotros dos, con bello paisaje a nuestro alrededor.

- ¿Marco, estás bien? - se giró a verme -. Estas sonrojado.

- Yo...

- ¡Scarlett! - al escuchar esa vocecita tan aguda e irritante, sentí que alguien me tiraba al suelo con una tremenda fuerza.

- Hola Lili - respondió Scarlett con una alegría desbordante. Cuando me levanté por fin del piso, Scarlett me ayudo a limpiarme -. ¿Qué fue lo que te ocurrió?

- Créeme yo también quisiera saberlo - me giré a ver a Lili queriéndola matar con la mirada.

- Marco, ¿estas bien? - preguntó Lili con voz inocente y con ingenuidad, me ayudaba "según" a quitarme la tierra encima -. Te estoy vigilando - me dijo en susurros con voz igual al de un demonio, pero lo disimulaba con una sonrisa.

- Gracias - traté de disimular mi TIC con una sonrisa.

- Marco das miedo - dijo Scarlett.

- ¡Hola! - ese saludo era proveniente de la voz de Sam, tan animada por cualquier locura que ocurra tomó a Scarlett y a mi por el cuello -. ¿Qué tal, mis chicos?

- Bien - contestamos ambos al mismo tiempo.

- Hola todo el mundo - habló Jorge acercándose a nosotros desde la portón.

- Ho-hola - dijo Lili con nerviosismo.

Scarlett se giró a ver a Lili.

- Lili tú uniforme escolar es muy bonito - dijo Scarlett adulando al pequeño demonio.

- Muchas gracias - se sonrojo al instante.

El uniforme de Lili tenía una falda de color oscuro y un tanto larga - le llegaba por debajo de las rodillas -, una camisa blanca y en su cuello tenía un moño de color morado.

Lili miró a Jorge que este le sonreía, pero no paraba de sonrojarse.

- ¡Príncipe! - al oír esto termine de nuevo en el piso.

Aunque esta vez no fue Lili la causante de que terminará aquí en el suelo de nuevo, sino Camille y Annette - las hermanas gemelas menores de  Zachery y Lili, la verdad son las únicas Blumer Gicquel que me agradan de toda esta familia, aunque su madre también me agrada.

- Hola niñas, ¿cómo están? - les pregunte y ellas se sonrojaron.

- Lo amó - dijo una de la pequeñas.

- ¡No yo lo amo más! - contesto la otra celosa niña rubia.

- ¡Mis princesas! - ese gritó chillón era proveniente de el llorón de Zachery -. ¡Yo soy el único príncipe de sus ojos! ¡No ese "Vil farsante"!

Se acercaba a nosotros con brazos abiertos - espero que para sus hermanas -.

- ¡NO! - gritaron la niñas al mismo tiempo, que hizo a Zachery pararse en seco, y no sé porque pero escuché un <<¡CRACK!>>, tal vez fue el corazón de el rubio.

Zachery se sentó en el jardín sobre la tierra tomo una pala de juguete y comenzó a cavar un hoyo.

- Hola niñas - dijo Scarlett sonriéndoles.

- ¡Blanca Nieves! - dijeron las niñas al mismo tiempo.

- ¿Niñas qué están haciendo? - preguntó Lili.

- Nos gusto ver como arreglaban el jardín.

- Así que decidimos ayudar, trajimos nuestras palas - contesto la otra niña.

- Niñas traten de no molestar a la gente y...- Lili miró a Zachery quien estaba cavando un hoyo cada vez más grande -. ¡ZACHERY DEJÁ DE CAVAR TU PROPIA TUMBA!

Zachery miró a sus hermanas y comenzó a llorar.

- Que patético - comentó Scarlett y Zachery se levantó.

- De menos podrías ser más educada al llegar a una casa - dijo Zachery ¿molestó?

- Hola - dijo Scarlett de manera sarcástica -. Tu tumba no está lo suficientemente grande aún.

- Eres...

Lili le dio un puñetazo a su hermano.

- Tenemos mucho que hacer para recuperar tu reino, pequeño idiota - le habló a Zachery quien no le respondía porque estaba inconsciente -. No tenemos tiempo de que hagas tonterías.

Se lo llevaba arrastrando.

- ¡Niñas pórtense bien!

- ¡Si! - contestaron las pequeñas al unísono.

Todos seguimos a Lili porque teníamos mucho miedo.

- Da miedo - les dije a Sam, Jorge y a Scarlett entre susurros.

- Si - contestaron Sam y Jorge.

- A mí me agrada - dijo Scarlett y de alguna manera siento que Sam, Jorge y yo pensábamos que Scarlett daba miedo.

Caminamos hasta el jardín, donde la primera vez nos invitó a tomar té.

- Bien tomen asiento - dijo Lili y todos obedecimos -. Bien, damas y caballeros. Hoy estamos aquí para combatir al enemigo y recuperar el Kingdom.

- Si, la duda es que hay muchos tipos "peligrosos" trabajando para los idiotas que seguían a Zachery - dijo Jorge.

- Exacto.

- Yo diría que entramos a la fuerza y le pateáramos sus traseros - dijo Sam tronando sus dedos.

- Yo pienso igual - dije -. Vayamos ahora mismo, los sacamos y ya a la chingada.

- Marco - me habló Scarlett en forma de regaño -. No puedes ir atacar sin antes una estrategia.

- Exacto - dijo Zachery y yo lo miré con ganas de matarlo -. Soy el menos calificado para hablar (yo fui el que Dio el Kingdom en primer lugar), pero para invadir Troya debemos ser cautelosos...

- Conocer al enemigo y medir su fuerza... - dijo Lili con rostro de terror.

- Después conocer su talón de Aquiles - comenzó a hablar Scarlett con la misma mirada de miedo que Lili -, conseguir los papeles del Kingdom y para el jaque mate... Atacamos.

- Suena bien - dijo Jorge.

- Si, será como de película y tal vez haya heridos (claro que me refiero a esos idiotas) - habló Sam con un ligero emoción en su voz.

- Si, pero ¿cómo entraremos allí sin ser descubiertos? - pregunté.

- Muy fácil - me contestó Lili y miró a Scarlett.

- Cuatro de nosotros entrarán ahí, disfrazados - contesto Scarlett -. Los demás estarán afuera, necesitamos a alguien más en el equipo, alguien bueno en sistemas y en computadoras - Scarlett se puso pensativa unos momentos -. Y creo que saber quién podría...

- ¡LILI, ZACHERY SALVENLA! - era el grito de una de las hermanas de Zachery y Lili.

- Camille, ¿qué te ocurrió? - preguntó Lili asustada.

- ¿Dónde está Annette? - luego preguntó Zachery.

- Está en el lago, se cayó porque estábamos jugando - comenzó a llorar la pequeña rubia, luego nos miró a todos -. ¡Necesita ayuda ella no sabe nadar!

Scarlett fue la primera en correr hacia el lago, todos fuimos detrás de ella después. Tratamos de correr con toda nuestras fuerzas, pero Scarlett parecía que era más veloz que nadie en esos momentos. Llegamos a lo que en realidad era, un estanque pero si era bastante profundo, claramente teníamos que ayudarla - sin embargo Scarlett no sabe nadar aún - y antes de que alguien comenzará a decir o hacer algo, Scarlett salto al estanque sin decir nada.

- ¡SCARLETT! - grité con todas mis fuerzas para detenerla, fue en vano porque ella ya se había lanzado, me quité los zapatos y mi playera de manera veloz, y me tiré al estanque.

Tenía que salvar a Annette y a Scarlett, no quiero volver a sentir que puedo perderla, quiero que permanezca junto a mi el tiempo que sea necesario, que lea sus libros llenos de misterios, que me regale cuando me comportó mal con Charles, que se divierta conmigo jugando videojuegos de carreras o de zombies. Scarlett es de las pocas personas que confían en mi y no quiero que eso cambié, que ella me haga reír mostrando sus caras chistosas y necesito tomar su pequeña mano frágil, porque quiero protegerla
A toda costa.

(...)

Salí del estanque con Annette y con Scarlett, las dos bien y respirando.

- ¡Annette! - se lanzó Camille a su gemela.

Lili y Zachery abrazaban a sus hermanas con tanta intensidad. Pero yo me sentía que iba perder la cordura.

- Gracias Scarlett - dijo Lili sonriendo y con lágrimas en sus ojos.

- No hay porque, pero si no hubiera sido por Marco ya no la contaba yo tampoco...

- ¿¡POR QUÉ FUISTE TAN IRRESPONSABLE!? -le grité molestó, frustrado y asustado.

- ¿¡POR QUÉ TE PORTAS ASÍ!? - preguntó con la misma intensidad que yo.

- ¡TU NO SABES NADAR!

- ¡SOLO PENSÉ EN SALVARLA!, ¿¡ACASO ESTA MAL PENSAR EN LA VIDA DE OTROS ANTES QUE EN LA TUYA!?

- ¡PUES MUCHO AYUDA EL QUE NO ESTORBA! ¡SI NI SIQUIERA SABES NADAR! - estaba fuera de mi y al parecer Scarlett también, porque después de lo último que le grité, ella me cacheteo llena de rabia en los ojos pero a la vez llenos de lágrimas.

- Tienes razón...

Scarlett corrió adentro de la casa de Gicquel, Lili y Sam fueron corriendo atrás de Scarlett corriendo.

Yo me tiré sobre el pasto, queriéndome golpear. No debí de haberle gritado así, pero es que tuve tanto miedo.

Scarlett corrió adentro de la casa de Gicquel, Lili y Sam fueron corriendo atrás de Scarlett corriendo, junto con las gemelas.

Yo me tiré sobre el pasto, queriéndome golpear. No debí de haberle gritado así.

- ¡Oye!

- ¿¡Qué quieres rubio!? - le pregunté a Zachery con la sangre que me hervía de rabia.

- No seas pendejo - me contestó Zachery.

Yo le enseñé el dedo de en medio, no tengo el humor para aguantarlo.

- Marco pareces un idiota (no te ofendas) - obviamente me ofende Jorge.

Gruñí, me siento demasiado mal conmigo mismo para hablar.

- ¡Hey! - me habló Zachery -. Si quieres sacar toda esa frustración, yo conozco solamente una manera de hacer que tipos tan dañados como nosotros puedan calmarse.

Sonaba interesante entonces lo escuché.

- Bien. Puedes quedarte ahí enojado como un niño chiquito cuando lo regañan...

- Ve al punto.

- No quiero que golpes nada, ni que rompas algo, tengo hermanas y no quiero que las asustes - ¿creo que de verdad me encuentro mal de la cabeza? No estoy tan dañado -, entonces harás algo mejor para calmar tus ansias - Zachery me señaló sus jardines (que estaba siendo arreglado por algunos jardineros) -. Ayudarás a arreglar el jardín de los Gicquel.

- Tu solo quieres un esclavo.

- No porque Jorge y yo también participaremos - dijo Zachery sonriente y tomando a Jorge de los hombros con uno de sus brazos.

- ¿Yo por qué? - preguntó Jorge con voz chillona.

- Porque esto es un concurso para hombres - el rubio nos tomó a ambos y nos llevó rumbo hacia sus jardines que estaban arreglando.

Vimos a un hombre algo anciano bastante enorme, con pantalones de mezclilla grandes que eran sujetados por un cinturón negro, tenía una camisa de color hueso, unas botas cafés, guantes de jardinería y un sombrero estiló norteño, con un bigote, era bastante moreno y tenía manchas en la piel que de seguro eran del sol.

Seco el sudor de su frente y nos saludo.

- ¡Joven Zachery! - habló con voz rasposa -. ¿Necesita algo?

- No, gracias Juan. Es todo lo contrario - dijo Zachery en tono muy cordial e amable -. Más bien nos preguntamos... Mis...

- ¿Amigos joven amo?

- Pues... algo así. Marco, Jorge él es el señor Juan, señor Juan ellos son Jorge y Marco - Zachery nos presento al señor Juan y el señor muy cordialmente nos saludo -. Bien, ¿nos preguntábamos sino había algún trabajo que hacer?

- ¿Cómo? - preguntó el señor Juan atónito.

- Si ya sabe algún trabajo forzado, queremos ayudar, pero que sea un trabajo pesado.

No sé de qué me ayudará en hacer esto.

- Pues si, pueden ayudar a mover la tierra y a llevar los sacos de fertilizantes - dijo el señor secándose el sudor de su frente, pero sonriente continuó -, pero les advierto por ante mano es muy pesado.

-  Se ve.

- No creó que sea difícil - dijo Jorge estirándose de brazos.

Zachery y él señor Juan se rieron en conjunto.

Primero teníamos que mover sacos de cinco kilos de fertilizantes.

- Vamos chicos, haber quién lo logra hacer más rápido - dijo Zachery se quitó el suéter de color marino oscuro y chaleco gris quedando solo con la camisa blanca de manga larga (se arremango las mangas) y su pantalón formal de color gris -. Aunque le debo admitir que yo soy muy bueno en esto - tomó uno de los grandes y pesados sacos sombre uno de sus hombros, sosteniéndolo con fuerza con ambos brazos.

Jorge se quitó su chamarra de mezclilla y tomó uno de los sacos.

- ¡Vamos Marco! - me gritó Zachery con un ligero entusiasmo en el tono de su voz.

Me pasé las manos en mi cabello alborotado y me lo peiné hacía atrás - ¡Maldición! - me lancé a tomar un saco, al parecer no se sentía tan pesado.

El sol estaba a todo lo que daba era muy intenso, provocando que después de llevar cinco sacos comenzará a cansarme, la intensidad del calor hacía que mi garganta se comenzará a secar y Jorge quién había comenzado con mucho ánimo ahora sudaba mucho.

- ¡Vamos! - gritó Zachery que al parecer lucía con mucho más ánimo y energía que nosotros -. ¡QUÉ PASA, QUÉ NO SON HOMBRES! - no sé que era peor, la mala manera en la que nos alienta, el sol que estaba a todo lo que da o la sed tan intensa que comenzaba a sentir en mi garganta.

- Vamos, jóvenes, que aún faltan 48 sacos más.

Siento que Zachery tiene un jardín innecesariamente grande, pero se ve que esta muy bien cuidado, al igual que el mío, pero algo en el ambiente de la gente que estaba trabajando era pacífica y a la vez divertida. No era para nada desagradable en absoluto.

- ¿Toda esta gente trabaja para ti? - le pregunté a Zachery tratando de seguir su ritmo, porque aún teníamos que llevar los pesados sacos.

- Si, todos trabajan aquí desde que era un niño de 3 años - contesto Zachery -. Todos son muy amables, gracias a mi mamá. Ella siempre cuida este jardín con mucho amor y cariño, y también trata muy bien a las trabajadores - el rostro de Zachery reflejaba a un chico totalmente diferente, a uno más feliz.

Jorge trataba de seguir nuestro ritmo, se encontraba muy atrás de nosotros.

- Lili y mis hermanas ayudan a mi madre a arreglar todo el jardín - se río bajo -, claro siempre plantan solamente las plantas y las riegan, hace dos años que yo no ayudo a mi mamá - llevamos los sacos con los trabajadores y fuimos por los demás.

La señora Fleur es muy bella físicamente, sus facciones son muy finas, es alta delgada, sus ojos de color zafiro son muy bonitos y combinan perfectamente con su cabello rubio, además que ama a sus hijos incondicionalmente - aunque el actitud que toma es igual al de una niña -, es una mujer que a la vista resalta elegancia. Desde que tengo memoria, siempre había pensado que no había mujer más hermosa que mi madre, pero veo que me equivoqué, y no digo que la belleza de la señora Fleur es más que la de mi madre, es sólo que siento que me hubiera encantado tener una madre como la señora Fleur que tan solo me amará.

(...)

Después de llevar los otros 48 sacos, las señoritas que trabajan en la mansión Gicquel nos trajeron aguas de limón con hielos, fueron muy amables.

- Muchas gracias - le dije a la señora que me dio mi caso de limonada.

- No es nada.

- Hace mucho calor - dijo Jorge quitándose su playera roja -. Y eso que muy pronto empezará hacer frío. El calentamiento global es un asco - comento.

- Yo diría que el humano es quien es más da asco, bueno - dijo Zachery y él también se quitó la camisa blanca, podría sentir una pervertidas miradas de algunas hojas de los trabajadores. Zachery dio un buen trago y dijo -. Hace mucho que no hacía esto.

- ¿Por qué? - preguntó Jorge.

Zachery giró su rostro.

- Ni idea.

También comenzaba a sentir el calor, así que también me quité mi playera, estaban las locas pervertidas mirándonos como si fuéramos algo que comer - daban miedo -, pero hacía demasiado calor, opté por ignorarlas. En la espalda de Zachery tenía el tatuaje de la mirada de un tigre, era un tatuaje bueno, casi increíble como el mío.

- ¡Ambos tienen tatuajes en la espalda! - exaltado y impresión se percibió en la voz de Jorge.

- ¿A sí? - preguntó Zachery sin interés -, ya veo.

- ¿Un tigre? - le pregunté.

- Si, larga historia... ¿Tu qué dices de tus tatuajes (del dragón y el fénix)? - giró toda la atención en mi.

- Me los hice el año pasado - contesté y me rasqué la nuca buscando las palabras para cortar la conversación -, los vi y me gustaron - habló cortante.

- Ya veo - contesto Zachery, me miró como si creyera en lo que dije.

- Yo jamás pude hacerme uno - habló de repente Jorge -. Mi madre estubo a punto de retirarme la herencia por tan solo mencionar la palabra tatuaje.

Cuando mire de nuevo el tatuaje de Zachery, me di cuenta que este tenía una cicatriz muy grande que atravesaba su espalda en diagonal casi imperfecta.

- ¿Qué fue lo que te ocurrió ahí?

Zachery me miró con ojos inexpresivos, tomó un sorbo al jugó de limón.

- Nada - contestó Zachery tomando una actitud más serena -. Mejor dime, porque si eres el que defiende tanto a esa niña...- no sé por qué siento que habla de Scarlett -. Scarlett, - le atiné - ¿por qué te enojaste tanto con ella?

Me rasqué la nuca, tratando de encontrar una excusa para contestar la pregunta.

- No te molestes en contestar sino quieres Marco, - dijo Jorge dándome una palmada en la espalda -, creo que no es justo que Scarlett se haya llevado un grito de tu parte, no hizo nada malo - Jorge miró al árbol que nos cubría de los agobiantes rayos del sol -. Ella es muy buena y dulce, creo que pensó primero en Annette que en ella misma cuando saltó al estanque.

Los ojos de Jorge se encontraban perdidos en el árbol y con brillo en ellos.

- ¿Te gusta Scarlett, verdad? - preguntó Zachery y Jorge se encontró de hombros y se sonrojo hasta más no poder.

- N-no...es solo que ella... Pues si, pero - comenzó a jugar con la tierra con una ramita que encontró.

- Yo no le encuentro nada especial a esa niña -  protesto Zachery -, debo admitir que tiene un bonito rostro y un cuerpo...

- Cállate - le amenacé -. Ella es mucho más que eso... Scarlett es inteligente, amable, tenaz y muy imprudente a veces, cuando piensa en la vida de los demás antes que en la suya y eso me asusta - comencé a temblar de miedo, y las lágrimas salieron sin avisar -, pensé que esta vez no podría salvarla a tiempo y... Y que terminaría muerta, no quise asustarla, no quiero que se muera, pero por sobretodo... No quiero que me odié - oh no estoy llorando.

Me cubrí el rostro, hace mucho que ya no lloraba así, como un niño completamente asustado, pero es verdad no quería volver a sentir que la perdía para siempre y exploté como un idiota, no hizo nada malo, sólo que quiso ayudar Annette. Sentí una mano en mi espalda.

- Tranquilo Marco - dijo Jorge sonriendo -. De milagro no pasó nada y apuesto que ella entenderá tu punto, después de todo es tu amiga, ¿no?

Me limpié mis lágrimas con rapidez.

- Es igual a Lili - dijo Zachery y yo lo miré como si fuera un chiflado -. Siento que no puedo desaprobar del todo su amistad con ella, en primer lugar Lili ya no es una niña en cual tenga que escoger a sus amistades, en segundo apuesto que Scarlett le valdrá verga si le digo algo sobre la amistad con mi hermana - (si, lo creó) -, y en tercer lugar desde son amigas, Lili es muy feliz desde que conoció a Scarlett.

- Scarlett también ha sido muy feliz desde que la conoció - lo dije aunque odié admitirlo, porque yo odió a esa bruja -. Ahora que voy recordando, ¿por qué Lili y tú usan uniformes muy diferentes?

Desde hace poco lo había notado, pero después lo que sucedió con Scarlett no quise darle importancia.

- Vamos a escuelas diferentes - me contestó Zachery tomando el último sorbo de su jugo de limón -. Lili va a una de señoritas y yo a una mixta, pero es una idiotez de escuela - contesto soltando un bufido de molestia.

- ¿Por qué?

- Nuestro abuelo así lo decidió, las mujeres en la familia Gicquel deben ir a un colegio para señoritas (nuestra familia tiene muchas reglas) - miró el árbol que brindaba una agradable brisa fresca con dureza -. Yo tengo un deber con el Kingdom, por ello Lili se ha encontrado sola desde hace... cuatro años creó. La verdad tengo muchas cosas que hacer como para poder estar con ella.

Jorge y yo lo mirábamos con seriedad.

>> La adoró, a ella, a mi madre y mis hermosas gemelas, pero yo no puedo estar con ellas, tengo un plan en mente y no puedo incluirlas... Tal vez por eso Lili no tiene muchos amigos cuando éramos unos niños ambos disfrutábamos la única compañía que teníamos uno del otro, cuando vivíamos en Moustiers-Sainte-Marie (un pueblo de Francia). Hasta que nuestro padre nos trajo aquí cuando nacieron Annette y Camille, y también surgieron algunos inconvenientes...

- Bueno en lo que a mí me concierne...- habló Jorge -. Ambos son unos idiotas con las chicas.

- ¡Tu eres el idiota aquí! - dijimos Zachery y yo al mismo tiempo.

- Aww, no se peleen por la corona por ver quién es el más idiota aquí, si con ustedes tres la competencia está bien reñida. Quedan empaté.

- Hola Sam - dije frunciendo el ceño.

Sam me pegó en la espalda con la mano abierta.

- ¡¿Y ESO POR QUÉ?!

- Te lo mereces - me dijo sin pestañear -. Scarlett lloró mucho porque piensa que ya no la quieres - Sam me tomó de los cachetes con fuerza y los pellizco -, y te querré mucho, pero Scarlett la quiero mucho más, porque a una mujer cuando se le quiere se le demuestra con cariño. Va te faire foutre! - me insultó en francés.

- Molto bene! Voy a hablar con ella - me levanté del piso y Sam me lanzó mi playera -. Me iré a disculpar.

- ¡Ese es un hombre! - gritó Sam con mucha energía y ánimo, pero después miró con extrañeza a Zachery y Jorge -. No me digan que intentaron hacer algo raro.

Corrí hacia la casa de los hermanos Gicquel, como si no hubiera un mañana, sentía que podría irse si no me daba prisa. Me topé con Lili.

- ¡Fíjate por donde vas desgraciado! - Lili me dio una mirada fría y afilada.

- ¿Y Scarlett...

- En mi habitación, pero no te diré...- sin permitir que terminará con su frase de bruja, corrí haciendo memoria de donde se encontraba el cuarto de Lili.

Llegué a la puerta y toque.

- Scarlett...- dije suavemente -. No tienes que hablarme sino quieres, pero solo quiero que sepas que no te odió y deseó que nunca llegué el día en que llegue hacerlo. Perdón por gritarte e insultarte, no debí hacerlo y si hay algo que pueda hacer para recompensarte...

Se abrió la puerta de la habitación con Scarlett, tenía el rastro de lágrimas sobre los ojos con su nariz roja al mismo tono que el de sus labios - hasta causaba ternura -, la culpa aún me carcome.

- ¿Me dejarás insultarte? - preguntó en una voz tierna en el cual no me pude resistir.

- Si.

- ¿Y puedo darte una patada?

Sé que me va doler.

- Si - dije y pasé saliva en seco.

- Idiota - me dijo y salió del cuarto, se acercó lentamente a mí y me pateó en la pierna izquierda. Traté de mantenerme en pie con la patada.

- ¿Contenta?

Me tomó de la barbilla y la miré a los ojos.

- ¿De verdad lo sientes?

- Si - oculte mi rostro sobre su hombro -. Me dolió tanto gritarte de esa manera, más de lo que me duelen tus patadas - ella me abrazó.

- Eres un torpe.

- Lo sé - le devolví el abrazo y toque su suave cabello -. Pensé que está vez...si te perdía - mi voz comenzaba a quebrarse.

Scarlett limpio mis lágrimas.

- Gracias por salvarme, fui muy dura contigo y yo una imprudente - me sonrió -. Ambos somos torpes - dijo tocando su frente con la mía.

Su celular sonó arruinando el momento.

- ¿Quién es?

- Charles

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