"Endurance is the word "

Capítulo 19.

La cara de Scarlett se quedó neutral, pensativa. No me es fácil hablar con ella sobre esto... Jamás se lo habría contado a alguien. Como mis padres me enseñaron a tragarme mis sentimientos para no demostrar afecto alguno, no sé cómo se lo tomaría.

- Y bueno... Y he me aquí - ella se puso atenta a mis palabras -. Por ti. He cambiado - al decir esto levantó una ceja incrédula -. Ahora quiero terminar de lidiar con esto del reinó y acabar con él idiota Marco de una vez por todas - ella río.

- Eso será imposible - me sonrió -. Será un milagro cuando dejes de ser un tonto.

- ¡Ja! ¡Ja! Que chistosa - reí sarcástico, ella me sonrió -. ¿Crees que soy malo? – dije rascando mi nuca con algo de nerviosismo. Bueno ahora sabe sobre mí pasado, me gustaría saber qué piensa sobre mí... Tal vez le parezco alguien que no merece perdón alguno por estúpido.

- Sólo quiero tengo una pregunta - quedé pasmado al escuchar lo que dijo -. ¿Qué sientes por las personas que les...arruinaste la vida? - me miró a los ojos con temor por mi respuesta... Causé tanto mal e incluso hice tanto dañó que hice que expulsaran a varios...

- Me...me arrepiento. Aún tengo el recuerdo de la mujer llenos de furia con sus ojos de furia deseando mi muerte. Ahora deseó golpearme más que otra persona y cuando veo que te molestan, te agreden o al ver como debes aguantar todos los insultos solo para terminar la preparatoria y tener una mejor oportunidad. Mientras yo fui como ellos metiendo herí a muchos y solo espero que estén mejor sin mi... incluso deseo lo mejor para Donna - ella me sonrió y me abrazó -. ¿Ocurre algo?

- No... - me hizo una seña para que me acercará a ella y me beso en la frente -. Estoy feliz de oír eso. Cometiste varias cosas horribles en su mayoría y puedo resumir que eres sigues y siendo idiota, pero quién no lo es en realidad, hay veces que llegamos a ser demonios, y volvemos a ser humanos cuando cambiamos, cuando nosotros decidimos hacerlo y yo no soy la causante de este cambio que llevas, yo solamente soy la amiga que no te dejará sola aunque el mundo este en contra de ti - me sonrió y mis mejillas se iban llenando de lágrimas -. Todos tus amigos, como Sam, Jorge, la señora Rosa y lo estarán contigo - sacó del bolsillo de su falda una nota -. Quería conocerte realmente, antes de hacer esto - al mirar mejor la nota era la que había escrito el año pasado drogado, cuando la insulte. Me sorprendí de que aún la tuviera yo ya me había olvidado de esa nota. Sacó un encendedor.

- ¿Qué haces? - pregunté desconcertado.

- Con esto pruebo que confío plenamente en ti y con esto es como si borraras a tu yo del pasado - quemo la nota, era como si algo en mi de verdad fuera a cambiar, era como si mi alma se purificará y me librará de unas grandes cadenas que tenía que cargar, porque poco a poco condenaba mi alma. La nota se consumió ante las llamas y se volvió cenizas, Scarlett se estiró - ¡Listo! Pero el cómo será tu vida de ahora en adelante lo decides solamente tú.

- Gracias - la miré a los ojos -. Por no dejarme sólo, al descubrir quién era - la abracé por la cintura.

- De ahora en adelante yo seré la que te discipliné - acarició mi cabello -. Eres un buen chico.

- No soy un perro - le dije en un tono molestó.

- Muy bien, tranquilo.

- Ya lo creó - su mente parecía flotar en las nubes -. Espero, escuchar música en tu tocadiscos, tienes buena música.

- Ya lo sé - dije con una ligera arrogancia y ella sonrió.

- ¿Qué discos escuchas en el? - preguntó muy emocionada.

- Lo que yo quiero - contesté algo avergonzado.

- ¿Cómo así? - me miró confundida.

- Metallica, AC/DC o The Cranberries... Como dije, todo lo que quiera oír, sólo pido que me hagan un disco de vinilo a mi padre, me lo consigue y listo - contesté y Scarlett parecía que se le iba el alma -. ¿Te encuentras bien Scarlett?

- Si sólo me sorprendió lo que dijiste - trató de sonreír -. Tú vida es tan diferente a la mía - se puso a ver las plantas  del jardín -. Es curioso que termináramos siendo amigos. Antes de conocerte, todos los chicos y chicas de la escuela hablaban de ti, para los chicos eras como una pesadilla y las chicas deseaban ser tuyas a toda costa; después de un tiempo, tú nombre se había vuelto como la peor gripe que jamás he tenido - si, sé que me hice mala fama en Ambrose Lovelace -. Y cuando leí la nota que me hiciste, sólo quería golpearte en el rostro - formó un puño y su expresión mostraba que realmente estaba molesta -. Luego la profesora de álgebra me obligó ayudarte en las clases, y también quisiste que fuéramos amigos, creí que sólo querías molestarme o hacerme caer a alguna trampa. Resultó que no era así, porque me ayudaste con ese trío de cuervos, con los idiotas que trataron de golpearme y cuando me querían hacer sentir mal en el taller de artes...tú me ayudaste, eres como mi caballero sin su caballo blanco - se recostó en el césped y yo me recosté junto a ella.

- Yo diría que soy un demonio con un corazón - ella se río ante el comentario.

- Sólo sé que ahora no estoy sola, tengo a Sam, a Jorge y a ti - me miró a los ojos, era como si buscará la seguridad en ellos.

- Siempre me creí que tenía que estar sólo para estar tranquilo pero, nunca encontré esa paz que tanto anhelé - miré al cielo -. El libro de Las luces de septiembre, me gustaría que luego me lo siguieras leyendo... Me gustan las historias de terror psicológico y suspenso. Pensé que a ti te gustaban los libros de romance.

- No, si he leído libros así pero, me gusta más de misterio, psicológico o de fantasía - soltó una leve risa -. Soy como un bicho raro, a veces ni yo me entiendo, bueno es más raro que me hubiera hecho amiga de un "Adonis" ricachón - cerró sus ojos sintiendo la brisa del viento.

- ¿Qué significa Adonis? - le pregunté.

- Vaya que inculto eres, Adonis significa joven de gran belleza - me explicó.

- Gracias pero, yo sé que soy muy atractivo - dije posando en una roca.

- A veces llegas a ser un tonto.

- ¡Idiota, Scarlett! - esa voz era de Sam - ¡¿Dónde están?! 

- ¡Aquí! - gritamos Scarlett y yo al unísono.

- Marco - Sam me pellizco mi mejilla -. ¿Qué estás haciéndole a la pobre Scarlett? Enfermó pervertido.

- Nada - contesté.

- Aquí están - habló Jorge -. ¿Donde se habían metido? - preguntó Jorge.

- Estábamos caminando, hablando de cosas, luego nos recostamos sobre el césped y mirábamos las nubes - Scarlett sonrió -. ¿Nos quieren acompañar, antes de que me vaya?

- Me gustaría estar más relajada, ¡Si! - dijo Sam como niña y se acostó en el césped.

- Sería bueno - dijo Jorge estirándose y también se acostó.

Comenzamos a mirar al cielo, no decíamos nada. Muchos recuerdos surgieron en mi mente de mi infancia, en este jardín, cuando yo y Sam teníamos cuatro años...

- ¡Corre Marco! - era la voz de Sam, cabello rubio largo casi rizado, un vestido azul a cuadros, manga corta y y su cabello atado en un listón blanco a punto de deshacerse el moño y corría en el jardín.

- ¡Espérame Sam! - era muy chillón cuando tenía cuatro años. Nuestros padres eran muy buenos amigos, y nuestras madres no nos querían involucrar con otros niños, entonces nos criaron como hermanos para que no nos sintiéramos solos. Mi tía Kiara nos daba clases particulares, así que el no ir a la escuela no era un problema.

- ¡Mira Marco, un nido! – era la voz de la pequeña Sam señalaba un árbol y comenzó a treparlo. Sonriendo aún sin sus dos dientes frontales.

- ¡Sam te puedes caer! - tenía mucho miedo a que se fuera a caer.

- ¡Lo que pasa es que eres un miedoso! - me sacó la lengua - ¡Además aquí arriba es muy bonito e incluso puedo ver el mar!

- ¡Mentirosa! - tenía ganas de llorar -. ¡Sam baja ya! - bajó del árbol, con su vestido todo arrugado.

- Marco, no pude encontrar ningún pajarito en el nido - se acercó a mí con sus manos en la espalda –, pero encontré algo mucho mejor - sonrió de forma malvada.

- ¿Y qué es? - hablé con miedo y me mostró lo que escondía, era un gusano, salí corriendo asustado y llorando.

- ¡Marco eres un llorón, sólo es un gusano! - me comenzó a perseguir por todo el jardín con el gusano -. ¡No te hará nada! - decía.

- ¡Niños! - gritó mi tía Kiara y corrí hasta ella -. Marco, ¿qué pasa mi niño? - habló con una voz dulce y trató de limpiar mis lágrimas.

- Sam tiene un gusano - me escondí detrás de ella, mientras Sam se aproximaba y tenía aún el gusano.

- Eres un chillón Marco, sólo encontré a este gusanito y Marco se asustó – Sam le enseñó el gusano.

- Sam no debes de traer el gusanito así, el pobre necesita estar en el jardín - soltó una risa -, y no asustando a Marco, así que por favor déjalo en ésa planta - le señaló la planta y le habló con una voz muy tierna.

- Si tía Kiara - Sam obedeció las indicaciones de mi tía Kiara, Sam cuando era pequeña le decía tía Kiara.

- Marco no debes de asustarte de un gusanito - me acarició la cabeza. Siempre deseé que mi tía Kiara, fuera mi mamá, ella era más dulce y cálida que mi verdadera madre.

- ¿Tía Kiara, soy un llorón miedoso? - le pregunté con lágrimas en los ojos.

- No mi niño, solamente eres muy pequeño aún, cuando crezcas serás muy valiente y fuerte, porque eres bueno y puro - me dio un beso en la frente -. Estaré contigo siempre, para cuando tengas miedo o tengas ganas de llorar, siempre estaré con los brazos abiertos para ti... Mi pequeño Marco.

Esos días de mi infancia se fueron volando y aquél dulce niño se convirtió en un demonio, que ahora quiere volver a cambiar. Terminar con lo que inició...

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