"But you see, it's not me 3"
Capítulo 47
Las tardes a la espera de un cumpleaños, últimos días calurosos y secos donde la sed está a la orden del día y de la noche también por un clima que a nivel global está peor a cada segundo. En casa de los
Gicquel que era un bello paraíso de flores a pesar del terrible calor. Esto era lo que pensaba Diana al ver la ventana, con un cumpleaños cada vez más cerca.
— It's not cool — (Esto no es genial) al decir esto solo se da un leve golpe elñn la frente —. I really wish this birthday would never come — (Realmente desearía que este cumpleaños nunca llegara).
En frente de ella hay unas tijeras, la conversación de Marco y la petición de Sam le dieron mucho en que pensar, se toma un mechón de su cabello, y lo desliza suavemente entre sus dedos. Tan fácil que es tomarlas y terminar con todo...
Se escucha de repente un ruido en los pasillos, que hace la saque de sus pensamientos. Asoma su cabeza y observa un pequeño y delgado chico que estaba a la par de la estatura de Lili, siendo arrastrado, bueno, tomado del brazo de la susodicha.
— ¡¿No dolerá?! — pregunta con mucha preocupación el chico de gafas.
— Por supuesto que no, ¿Acaso alguien a muerto por un cambio de imagen?
— No sé y no me gustara averiguarlo tampoco.
<<¿Muerte? ¿Cambio de imagen? Suena divertido, justo lo que una chica joven como yo necesita>> Diana los sigue con pasos silenciosos, con ojos curiosos y una sonrisa traviesa.
— Vamos Charles, en cuanto me lo pediste supe que era por una chica, ¿No es así?
El chico mira por la ventana. Por un momento observa a un par peleando como gorilas desalmados por una banana - Marco y Zachery discutiendo -, cerca de ellos una chica de cabello oscuro de labios rojos que se ríe de ellos, una encantadora sonrisa a vista de cualquiera.
— Si — contesta el chico.
— ¿Es por ti? — habla Diana firme y decidida, ambos chicos se sorprenden de ver a la castaña que cambia su semblante de golpe —. Cambiar por alguien no asegura en nada en conseguir su afecto, cambiar por amor es ridículo y...
— No es por amor solamente — Diana se queda callada al ver la respuesta del chico. Él suelta un suspiro —. Me siento débil, que me quedo atrás de la punta de salida, toda mi vida se siente así con una meta que es inalcanzable, ella es un potenciador de energía que me invita con una sonrisa a continuar.
— ¿Le gustan los chicos lindos?
— No lo sé, pero creo que todos lo hemos hecho una vez. Cambiar para...
— ¿Para?
Charles mira a la linda chica castaña de ojos verdes. —Es por mí, es más por mí que por aquella persona. Simplemente es que es fuerte, divertida, capaz y muy lista y bueno es muy hermosa, yo tengo mucho en contra, sobre todo si compito contra el "rival" — se quita sus gafas, para verse reflejado, insignificante, pero escondido, de alguien quien en verdad quería ser, una versión de él con el que este contento —. Quiero obtener la mejor versión de mí, uno más seguro de si mismo. ¿Cómo alguien puede ser visto, si uno no es capaz de mirarse?
La chica sonrió, más personal para obtener fortaleza. Para Diana este chico era digno de admiración por su parte, algo que ella debió tener desde un comienzo.
Cambiar en esencia lo que soy por alguien me hizo mucho nadie.
— Déjame ayudarte, soy una modelo desde que tengo memoria, te dejaremos increíble.
— Serias de gran ayuda Diana — hablo Lili con alegría —, pero voy a tener que añadir a alguien en el equipo, alguien que nos ayudará con el corte del chico.
Charles paso en saliva en seco por la sonrisita siniestra de la rubia.
— ¿Conoces un buen estilista? —pregunta Diana.
— Pues si, aunque este estilista no nos cobrará por nada si esta bajo amenaza.
(...)
Charles estaba temblando en su asiento al sentir la afilada mirada del rubio de ojos zafiros. — Liliana yo no hago milagros, esto no tiene remedio — señala al pobre chico que deseaba desaparecer en su silla.
— ¿Este era el dichoso estilista del que hablabas Lili? — susurraba Diana, si ver en el rubio las ganas de cooperar.
— Créeme esto va a funcionar — estaba segura, el rubio ayudaría quería o no —. Zachery sé que si te digo que es por una buena causa, no nos ayudaras.
— Me conoces bien mi linda hermana, solo ayudare si se trata de una linda chica de rostro angelical.
— Eso lo sé, mejor que nadie. Chicas lindas de bellos atributos — la chica hizo una seña vulgar con sus manos simulando una gran "personalidad" sobre su pecho —. Sobre todo las de esa chica pelirroja, ¿Cómo se llamaba? Ah, cierto Trix.
El chico se puso rojo.
— También esa rubia que usaba mucho escote, fue tu favorita por mucho tiempo la trajiste muy seguido, pero cuando trajiste a Sally, esa que llevabas cada noche en tu cuarto a escondidas, supe en ese momento que te encantaba las morenas experimentadas — el chico miro sorprendido a su hermana, preguntándose ¿Cómo es que sabia todo eso? Se aseguro que siempre alguna chica que fuera su favorita a escondidas a la casa.
— ¿Cómo es que sabes...
— No eres tan disimulado como piensas hermano, incluso si muchas de ellas se ponían a gritar como si las estuvieras lastimando — ahora ambos chicos veían lo que decía Marco, esta chica era digna para ser la hermana, no, la princesa del averno. Aquella que podía dominar al terrible chico —. Tranquilo yo veía y yo callaba, te cubría la espalda aun cuando mamá estaba ahí — pasa por detrás del chico como una bruja maquiavelica a punto de convencer al mismo diablo —, aunque sabes... Mi silencio puede quebrar en cualquier momento y mami lloraría y eso no sería bueno.
— Liliana espero nunca te dediques a los negocios, no me gustaría tener una buena competencia (y más porque tu me causas miedo de verdad) — el chico se toca la cien y suelta un pesado suspiro —. Bien les ayudaré.
La rubia miró a Diana y Charles y les guiño un ojo e hicieron una nota mental de nunca molestar a la chica.
Sin más preambulo, Charles pasó a tomar asiento en un a terciopelado banco y muy bien acolchado.
— Ahora qué haré — dijo el rubio tomando una caja extraña que salió de quién sabe dónde.
Saco sus tijeras, un peine, un shampoo con acondicionador para el cabello del chico, además de un atomizador, unas tijeras con peine, unas medianas y otras tijeras más pequeñas.
— Zachery, yo estaba pensando en algo así — la hermana le enseño a su hermano un teléfono —. A es perfecto. El corte de un idol coreano le queda, su nariz no es tan fina, pero tiene buena simetría, su rostro.
Charles estaba tenso, ambas chicas lo toman por los hombros, pero fue Lili quien se acercó a su rostro para pedirle con ternura que se calmará y tan solo se deje llevar por el sueve sonido del tratamiento especial del cabello.
Su atrevido acercamiento de la chica hizo que el muchacho se encogió de hombros, esto ayudo a relajarse y sonrojarse. Esto puso a pensar a Diana ¿Si realmente llegaba a amar a esa chica por quién hacia (en parte) esto?
— Primero se debe mojar y lavar — hace que el muchacho se recline un poco la rubia lo sostiene con una mano y con la otra sostiene un gran bowl.
El chico saco una manguera de la caja y empezó con gran destreza a mojar y lavar el cabello del chico con el shampoo y acondicionador.
— ¿Esa manguera tiene agua si está en esta simple caja? ¿Y Lili sostiene a Charles y un bowl al mismo tiempo sin dificultad alguna? — Diana puso un rostro de sorpresa ante todo esté extrañó asunto.
— Es mi caja de belleza de emergencia, contiene agua que lleno cada vez que se usa. Tiene todo lo que un estilista profesional necesita para los trabajos de emergencia para las pasarelas de mamá o entregas de premios de una agenda saturada.
— Además la fuerza de una dama hace lograr milagros de las increíbles habilidades de su hermano.
Lo que dijo Lili no tenía sentido y la caja mágica del gemelo era algo completamente absurdo. Estaba emocionada en su vida había conocido a gente tan divertida como los amigos de su mejor amigo Marco.
En cuanto al cliente percibió toda la destreza del chico. Primero la frescura de un agradable tratamiento de lavado de cabello, después la suavidad de un peine que entra en su cabello sin impedimento alguno, no hay jalones ni preocupaciones, la delicadeza hacía sentir al chico en su zona de confort. Una biblioteca, silenciosa que se encuentra cerca de una agradable cafetería con el aroma al té que se cuela por una parte y el aroma de libros viejos que le encanta leer.
Luego tocó turno a las tijeras. ¡ZIP! ¡ZAP! Hizo uso de las tijeras medianas, corto grandes cantidades de cabello, peina y corta, de un lado a otro. Zachery se quedaba viendo un rato cuando analizaba que hacer, luego volvía a cortar. Avanzo el tiempo, hizo uso de las tijeras con peine y de las chicas por los pelos rebeldes.
El niño bonito comenzaba a sudar — Liliana.
— Tranquilo, ya lo tengo — limpio el sudor de su frente —. Cuando estás en el punto culminé de tus obras siempre sudas hermanito.
— Ustedes dos son raros chicos — afirmó la castaña.
Tres cabellos largos y rebeldes y ahí estaba su obra terminada. — Ya está — dijo el muchacho ojiazul orgulloso de su trabajo.
Toma la bata que posaba en el chico castaño y la quita abruptamente encima del chico y en el proceso lo hace girar para de forma exagerada y dramática dar frente a "frente" del espejo. Charles se observa en el reflejo de la proyección del rebote de luz que llegaba a capturar sus ojos con una enorme sorpresa.
T
Era Charles, con un nuevo look, apenas se podía distinguir, se veía borroso ante sus ojos.
— Aquí tienes Charles tus anteojos — Lili le devolvió sus gafas que guardo en cuanto dio comienzo su corte de cabello —. ¿Acaso no te ves muy bien?
El chico abrió sus ojos, pues su sorpresa era grande al ver su nueva apariencia.
— Me veo... — toca su rostro con incredulidad —. Increíble.
— Lo sé gafas — dice Zachery donde su ego sube un escalón más arriba —. Simplemente no me digas lo obvio.
— Zachery eres malo.
Los gemelos comenzaron su discusión, para Charles no le interesaba, su nueva apariencia lo hacía sentir diferente. Ya quería que fuera mañana, sábado en la noche demostrando a su rival que estaba dispuesto a luchar y que a Scarlett le guste su nuevo look, tanto como a él le gustó.
Ahora se sentía seguro, se notaba en su sonrisa que se dibujaba por sus labios y los brillos en sus ojos. Diana quería sentir algo parecido, esa libertad y tal vez lo haría en su fiesta mañana.
Solo necesita unas tijeras.
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