5 | The holes in my apologies.

Todos decían esto cuando Matt estaba creciendo, cuando su papá estaba en la cima de su carrera como boxeador y su mamá seguía aquí: cuidado con los chicos Murdock. Creciendo, esta frase no tenía sentido para él. Era extraño. Pero todos la decían.

Matt siempre estaba en todas las peleas, siempre estaba deseoso de apoyarlo. Su padre era fácilmente de los mejores boxeadores allá fuera, hubiese tenido una carrera bastante estable e interesante si hubiese sido más ambicioso, menos tibio, más avispado, o eso siempre decía su madre. Era rápido, era fuerte, era inteligente.

Pero su papá llegó a los cuarenta, era más lento, era más débil, incluso, menos inteligente. Al mismo tiempo, era más viejo. Y aunque aún había fuego en él, el mismo fuego que aparentemente estaba encendido en las entrañas de los Murdock, eso empezó a no ser suficiente. Su madre nunca fue buena ocultado lo que pensaba de que siguiera peleando, siempre dejó muy en claro que no consideraba que debiera seguir haciéndolo. Eso trajo un montón de peleas por un largo tiempo, discusiones que a veces eran demasiado fuertes y que dejaban a Matt sin ganas de salir de su habitación.

Cuando Matt tenía 14, su papá dejó de boxear. Y por un tiempo se veía bien con eso. No feliz del todo, se notaba lo mucho que extrañaba hacerlo, pero al menos las peleas entre sus padres habían acabado; su madre se veía más tranquila, su padre también, a pesar de lo duro que pudo haber sido renunciar. Su papá empezó a entrenar a niños y adolescentes para hacerse camino en el negocio del boxeo, y eso pareció llenarlo por un tiempo, por el suficiente para que Matt sintiera que todo estaba bien.

Pero entonces su mamá enfermó.

Y no era algo normal, no era cáncer, o esclerosis, o algo súper cliché como en las películas. Su mamá estaba enferma mentalmente. Matt probablemente puede entender un poco más sobre eso ahora que más años han pasado y sabe un poco más sobre su enfermedad, pero en su momento todo era extraño y no lograba entender que estaba pasando en realidad. Pero su mamá no dormía, o a veces, lo único que hacía era dormir. Tomaba pastillas, al principio en pequeñas cantidades, luego en unas muy grandes. Nunca parecía estar presente, siempre en un mundo alterno, disociando en un punto donde Matt ya ni siquiera se interesaba en hablar con ella y solo podía preocuparse. Preocuparse porque algo estaba mal con ella. Preocuparse porque estaba más muerta que viva en ocasiones. Preocuparse porque de repente, un día, se fue y nunca más volvió. Dejó una carta ese día. Era febrero. Su papá la leyó para él. En ella, su madre hablaba de pesadillas, de noches sin sueño, de deseos intensos de hacerse daño a sí misma. Ella no estaba bien, no se sentía bien, así que decidió irse a conseguir ayuda. Y por supuesto que Matt puede entender eso ahora, puede comprender como esa decisión pudo ser difícil para ella. Pero en su momento, nunca se sintió así. Por mucho tiempo, Matt se sintió abandonado. Se sintió dejado de lado. Su madre pudo haberse quedado, pudo haber recibido ayuda y permanecer aquí. Pero no lo hizo.

Su madre escribió cartas. Muchísimas, casi todas las semanas. Aún siguen llegando. Pero Matt nunca le ha pedido a su padre que se las lea, nunca ha hecho algo para demostrar que quiere saber de ella. Un mecanismo de protección, dijo uno de los psicólogos escolares que sus profesores y amigos habían insistido que conociera. Matt no cree que es sano que un niño debería sentir la necesidad de protegerse de su madre. En este momento, con dieciocho años, no está seguro de que puede significar que siga negándose a saber de ella. Tal vez es miedo, tal vez sigue siendo un método de protección. Pero Matt nunca ha intentado saber de ella, incluso cuando ella siempre intenta saber de él.

Su papá, obviamente, se lo había tomado aún peor. Era tan deprimente sentirlo así, confuso y aterrado de que su esposa nunca volviera, de que había hecho algo mal como esposo y no la había apoyado. Y esa culpa cada día parece querer acabar con él, todos los días, lentamente. Cuando su papá empezó a beber, en serio nunca creyó que sería tan serio y problemático como se ha vuelto, pero así fue. Al principio, solo eran tragos para dormir, emborracharse lo suficiente para dormir sin sentir cula, pero su padre empezó a beber todos los días, sin falta, después de llegar del trabajo. Matt no está seguro de cómo es posible que no lo hayan despedido, como es posible que la gente del gimnasio considere que está bien que su padre personifique cada estereotipo de hombre irlandés contra los cuales siempre peleó. Pero es lo que es: un borracho.

Ten cuidado con los chicos Murdock. Decía su abuelo. Decía todo el mundo. Matt puede entenderlo ahora. Hay demasiado fuego en ellos, demasiada pasión, demasiadas cosas que deberían ser peligrosas pero que te hacen sentir vivo. Matt no se sentía así desde hace tiempo, está seguro de que su padre tampoco. Pero todo cambia cuando Frank aparece en su vida. Cuando aparece Frank y sentimientos difíciles de entender, una necesidad insoportable de que todo sea perfecto, de estar con él, también aparece. Matt puede sentir ese fuego resurgir, aunque solo sea una pequeña chispa.

***

Matt deja a su padre seguir su vida caótica llena de botellas de Whiskey y poco sueño hasta el miércoles, donde se dispone a esconder cada botella de licor que hay en la casa. Su padre se queja, pero unas simples palabras de Matt (que probablemente son demasiado crueles y bruscas y hacen a Matt sentirse culpable después) son suficiente para que se calme.

Matt hace su tarea, investiga cómo mantener a un alcohólico sano y bien mientras está manteniéndose sobrio. Matt cocina con verduras y obliga a su padre a comer frutas y tomar mucha agua. Incluso cuando Matt está en la escuela y su papá trabajando, le quita el celular a Karen y se asegura de llamar y saber que esté bien, sano y estable. Su papá parece un niño castigado al que le han quitado los videojuegos, pero para el sábado en la mañana... Matt siente que es otro hombre.

Por supuesto, están todos los otros efectos de mantenerse limpio. Su papá come demasiado por las noches para mantenerse ocupado, también toma demasiado café. Pero Matt sabe que después de los dos días sin consumir alcohol, el sueño es mejor, los dolores se alivian, te sientes mejor. Y su papá verdaderamente parece sentirse mejor, incluso cuando le cuesta entender que está mejor.

_

Matt no recuerda la última vez que ha estado así de nervioso. Tal vez en la cita con el psicólogo aquella única vez, o cuando Carol se reía de algo que decía cuando era un preadolescente, o cuando Elektra y él por primera vez estuvieron juntos. Nada se compara a esto. Lo cual es tan tonto y exagerado de su parte, Frank ya lo ha visto en sus peores momentos, pero no alivia a Matt de sentir sus manos temblar y de pensar demasiado cada cosa.

Su papá está conduciendo. Matt sostiene una botella de vino rojo que compró esta tarde con ayuda de Karen (catadora número uno de vinos), la cual le prohibió beber a su padre en el transcurso de la noche. Matt no recuerda cuando fue la última vez que su papá ha conducido a algún lado, considerando que está ebrio todo el tiempo. Todo esto le trae recuerdos a Matt de pequeño, cuando su papá conduciría por la ciudad cantando y su madre en el asiento delantero. Le trae memorias de un momento de su vida que a veces se siente tan lejano e irreal.

Matt está sosteniendo con demasiada fuerza la botella entre sus manos. En la radio, se escucha alguna canción rock en pleno solo de guitarra, hace frío en el auto y en las calles aún más. Su papá está tranquilo y callado, hasta que finalmente: —A todo esto, ¿quién es tu amigo?

— ¿Cómo?

— ¿Quién es tu amigo? El papá de Karen nunca nos invitaría a cenar. Foggy y su familia no tienen idea de lo que es una cena que no sea pizza y comida china. Y Peter nunca nos invitó desde esa vez que supuestamente coqueteé con su tía-

—Estoy seguro de que no fue una suposición.

—No pudiste verme hacerlo. —dice él, riéndose con anticipo de su propio chiste antes de terminar de decirlo, lo que hace a Matt rodar los ojos— Pero, no entiendo, ¿quién es?

—No lo conoces. Es un... nuevo amigo.

Aunque no puede verlo, puede sentir la mirada de su padre sobre él, analizándolo.

—Es... ¿un amigo? —pregunta él— O... ¿un amigo?

Matt quiere pretender que el tono insinuante que está usando su papá no está ahí en los absoluto para no irse en vómito, muchas gracias. Aunque eso no lo hace evitar sonrojarse y moverse nervioso sobre el asiento.

—De verdad que no quiero hablar de eso-

—Entonces es un amigo-

—Papá, basta-

— ¿Es un buen amigo? ¿Un amigo agradable? ¿Atractivo?

— ¿Sabes qué? A partir de este momento doy por terminada esta conversación, ¿muy bien? Muy bien.

Su papá se ríe, como si esto fuera lo más gracioso del mundo. Como si avergonzar e incomodar a su hijo fuera lo más divertido. Matt sonríe, mientras lo oye reírse, porque eso es lo que los padres hacen. Los que los buenos padres hacen, hacerte sentir avergonzado y nervioso, hacerte reír en el asiento de copiloto. Matt no sabe cuándo fue la última vez que su padre se sintió como eso, como un padre, no como el inquilino molesto y enfermo que Matt evita cuando llega a casa. Se encuentra a sí mismo deseando que esto dure más que una noche.

_

Matt no siente que puede explicarle a alguien que puede ver lo que es oír una sonrisa. Es algo difícil de explicar. Pero siempre que escucha a la mamá de Frank hablar, puede perfectamente oír como sonríe, como hay una sonrisa que le da un toque agradable a su voz. Como su voz se oye feliz, cantarina y contagiosa.

Rossicci! È bello vederti stasera! ¡Hueles divino! —Es lo primero que dice ella a penas se abre la puerta, sus brazos atrapando con rapidez a Matt en un abrazo. Ella huele a ajo, salsa de tomate y vino— ¡Qué bueno que hayan podido venir! Sono molto contento! ¿Qué es esto?

Matt logra sacar la botella de vino que está atrapada entre los cuerpos de ambos por el abrazo. Ella hace un sonido alegre que Matt ha descubierto que solo la mamá de Frank puede hacer.

—Traje esta botella de vino rojo porque mi amiga me dijo que es bastante común comer carne roja en las cenas y este es un buen acompañante, así que-

Non era necessario! Pero muchas gracias, rossicci. —Ella ahora deposita toda su atención en Jack, que yace bastante fascinado de la presencia de esta mujer al lado de Matt— Usted debe ser el padre. Piacere di conoscerti! Mi nombre es Louisa, soy la madre de Francis.

Il piacere è mio. —dice el papá de Matt, de la nada, en un italiano perfecto que deja a la mamá de Frank tan sorprendida como él— Mi chiamo Jack, il padre di Matt.

Ovviamente! Sono identici! —ríe ella— Devo congratularmi con lui, suo figlio è fantastico.

Matt puede sentir la mano de su padre sobre su hombro, el cual lo acaricia con cariño: —Lo so, l'ha preso da sua madre.

— ¡Pasen adelante! Questa è casa sua. —Ella toma del brazo de Matt, para comenzar a guiarlo a dentro de la casa— Frank está adentro terminando de revisar la carne del ossobuco. Espero que tengan hambre, creo que me excedí un poco.

—Definitivamente se excedió un poco. —Matt escucha la voz de Frank y automáticamente siente como el nerviosismo vuelve a sacar lo peor de él, probablemente trayendo una sonrisa a su rostro que definitivamente se ve muy estúpida y grande— En serio espero que tengan hambre.

—Estoy seguro de que podremos con todo lo que han cocinado. —Matt siente como la madre de Frank afloja su agarre, pero rápidamente puede sentir a alguien más cerca de él, invadiendo su espacio personal con olor fuerte a tomate y vino blanco, también esa colonia que Matt comienza a reconocer incluso en una multitud— Buenas noches, Frank. Traje vino.

—No era necesario.

—Eso dijo tu mamá. Probablemente.

Una donna intelligente. —Frank se endereza y deja de centrar su atención en él. Matt no tiene que ver para saber ahora a quien se dirige— Buenas noches, señor Murdock.

—Solo llámame Jack, chico. Tú debes ser Francis.

—Solo Frank.

—Un placer conocerte. —Matt puede oír ese tono, el tono con el que su padre solía hablarle a sus oponentes para intimidarlo. Frank no parece ser el tipo de chico que es fácil de intimidar, pero quién sabe. Cuidado con los chicos MurdockMio figlio dice che sono amici.

Siamo amici.

Molto buoni amici. —Matt comienza a sentir la tensión crearse. Puede oír como la respiración de Frank parece cortarse y como su padre sigue en su papel de padre sobreprotector que no recuerda cuando fue la última vez que tomó.

—Déjalo en paz. —Se queja Matt, enojado, su mano buscando el brazo de Frank para sostenerlo con fuerza y brindarle confort.

—Yo no le estoy haciendo nada.

—Ignóralo. —dice Matt acercándose al oído de Frank, susurrándole— Solo juega contigo.

—Puedes sacar al luchador del ring, pero sigue luchando. —dice Frank, tratando de sonar tranquilo y calmado, riéndose para aligerar el ambiente. Pero Matt puede sentir lo tenso que está— Estoy bien.

Matt lo besa con delicadeza en la mejilla, sin importarle el hecho de que probablemente su padre y Louisa estén mirando. Frank parece calmarse con ello y ayuda a Matt a sentarse en la silla, para proceder a mover la silla a su lado para que Jack se siente. La mamá de Frank está hablando alegremente en la cocina, en italiano y español y siempre tratando de hacer a Matt y a su padre parte de la conversación.

—De verdad siento que cociné de más. —Vuelve ella a disculparse, como si no lo hubiese hecho antes— Es que ya saben, italianos.

—Conozco perfectamente como pueden ser. ¿De qué parte de Italia son? —pregunta su padre.

—Somos de Sicilia, vivíamos en la ciudad de Catania. Allí me críe con mis padres y hermanas, Frank también se crio ahí, nos mudamos cuando él tenía como ocho años. —Contesta ella, mientras sigue moviéndose de la cocina al comedor, acomodando los platos y la mesa junto con Frank.

— ¿Por qué se mudaron?

Matt sabe que es una mala pregunta porque todo el ambiente en la mesa parece tensarse, fácil de cortar con una tijera. La mamá de Frank tarda un poco en responder, algo que definitivamente no es normal en ella y el sonido de platos y cubiertos siendo colocados en la mesa se detiene por al menos un momento. Es como un parpadeo, pero Matt puede darse cuenta.

—Después del divorcio con mi esposo, nos vinimos a vivir para acá. —dice ella, su voz oyéndose temblorosa pero siempre amable, como ella es— Mi hermana mayor se había mudado unos años antes cuando Frank apenas era un bebé y ella nos recibió cuando decidí que debíamos mudarnos. È stato pazzesco, pero fue para lo mejor.

Todo el aire vuelve a sentirse menos tenso, su padre haciendo un rescate rápido a la conversación conversando con Louisa sobre lo hermosa que es Catania, mientras Frank sigue arreglando la mesa. Matt, en todo eso, piensa en aquella vez en la camioneta pick-up, después de comer tacos. Frank hablando con emoción y alegría sobre su madre, y con ambigüedad y algo de dolor sobre su padre.

_

Vuoi che ti serva il vino, mamma? —Es lo primero que pregunta Frank cuando la cena está servida y finalmente él y su madre están sentados. Louisa ha dejado de hablar, pero aún su vibra y presencia es alegre y burbujeante.

Si, amore mio. Al fin y al cabo, Matt lo ha traído para nosotros. —responde ella. Matt puede oír como sonríe mientras lo dice— Jack, caro, ¿tú también quieres?

—No. —Su papá responde demasiado rápido y con demasiada intensidad, tanta que Matt puede sentir como brinca en su asiento por la sorpresa. Casi quiere que se lo trague la tierra cuando toda la mesa queda en silencio, todos probablemente mirando a su padre con extrañez— Es que —su papá tose, como para salvar el momento—, debo conducir.

—Está bien. —dice Louisa, su voz agradablemente suave, siempre demasiado amable para hacerte sentir mal— Rossicci, espero que me acompañes a tomar un poco.

—Sí, está bien.

—Espero eso no te moleste, Jack.

—En lo más mínimo, Louisa. Todo bien. Él ya está grande, los tres pueden beber tranquilamente.

—Oh, mi Francis no bebe ni una gota. —ella ríe, mientras sirve en la copa de vino de Matt, para después tomar su mano sobre la mesa y guiarla hacia la copa, para que conozca donde está— Pero Matt y yo podemos con esta botella.

—Por supuesto que sí. —dice Matt, sonriendo, ganándose una risa por parte de Louisa, la cual choca su copa contra la de él.

—Espero seas un buen ejemplo para él, Frank, tu madre lo llevará por el mal camino. —dice su padre, riéndose por lo bajo.

—Normalmente no soy tomado como un buen ejemplo, pero haré lo mejor que puedo. ¿Quiere que le sirva algo de jugo de manzana?

—Sí, Frank, muchas gracias. Si vamos a estar sobrios, que sea con un buen jugo. —Jack dice, sonriendo abiertamente— ¿Cómo qué no eres un buen ejemplo? ¿Debería preocuparme?

—Me he ganado la fama de ser algo... —Frank busca por una palabra que no sea tan escandalosa, mientras sirve jugo de manzana en el vaso de Jack— complicado.

— ¿Complicado? A los Murdock nos gusta lo complicado.

Papá. —murmura Matt, con la suficiente fuerza como para que sirva como advertencia.

—No he dicho nada-

—Frank no es complicado. —dice Louisa, con severidad. Más seria de lo que Matt está seguro de haberla oído en algún momento. Toma con algo de rapidez de su copa de vino para después continuar hablando— Tampoco es un mal ejemplo o un chico problema. È una bugia, es un buen chico. Solo... tiene menos paciencia con personas estúpidas que nosotros.

—La paciencia es importante.

—No cuando las personas son demasiado estúpidas. —dice Matt, su mano tomando la copa de vino con algo de fuerza— Frank es un buen chico. Una vez me defendió de Wilson Fisk-

— ¿Frank es el chico que golpeó a Wilson Fisk? —Su papá se escucha honestamente sorprendido.

—Sí. También ha hecho lo mismo con Karen y Carol. Defender a personas, hace eso. Es un buen muchacho. —Matt toma de su copa de vino, el olor despertando su estómago y el sabor alertando sus sentidos— La gente comete la equivocación de juzgarlo sin conocerlo. Tú no deberías hacerlo.

Matt lo dice como si fuera nada, un simple comentario. Pero es una súplica, una petición. Jack puede ser un alcohólico y tener tantos problemas que a veces Matt se preguntar la normalidad de su relación con él, pero sigue siendo su padre; y Matt sabe que haría cualquier cosa por su aprobación, que se pondría de rodillas por ella. Que solamente quiere que a su papá le agrade Frank tanto como a él le agrada, que le guste tanto como a él le gusta.

—Bueno —dice Jack, después de un momento—, no lo haré. —Jack choca su vaso de cristal con el de Frank haciendo un brindis. Matt espera que la sonrisa que aparece en su rostro no sea tan tonta como se siente.

_

Como entrada, la mamá de Frank había hecho una sopa de minestrone con muchas verduras y un toque de ajo que hace el estómago de Matt querer más. Como plato principal, ossobuco, la carne tan tierna que se despega con facilidad del hueso. La madre de Frank también hace una lasagna, y después de su primera porción, Matt siente que puede explotar en cualquier momento. Ni siquiera puede creer como su papá logra comerse dos.

Para cuando Louisa habla de postre, Matt está lleno, algo ebrio y muy contento. La cena es deliciosa, la conversación es fluida y la compañía es la más agradable. Frank parece haber salido de su caparazón y ahora habla con más fluidez y alegría, sin que Jack pueda intimidarlo. Su papá está bien, ni siquiera parece estar en proceso de limpiarse de alcohol, se siente cómodo y bien. Louisa también parece estar un poco ebria, riéndose demasiado y aún más burbujeante. Matt no quiere que esta noche termine.

—Bueno, el tiramisú. —dice Louisa, después de vaciar su quinta copa de vino, levantándose de su asiento.

—Dios, ¿aún más? —dice Jack, como si se estuviese quejando, pero por supuesto que está listo para algo de postre.

Certo che c'è il dessert! El tiramisú es importante, así que les serviré postre.

—Bueno, ¿quiénes somos para negarnos? —dice su papá, alegremente, haciendo a Louisa reír. Mientras ella saca el postre de la nevera, Jack comienza a hablar— Cuéntame, Frank, la graduación está cerca. ¿Has pensado en qué quieres hacer después?

—Pues... No del todo. —dice él— Tengo algunas ideas. Tal vez algo relacionado con la protección o resguardo o no lo sé, soy bueno en eso-

—Como un policía-

—La situación con los policías es algo complicada. Definitivamente no quiero ser parte de eso.

—Eres un chico listo, sabrás que hacer cuando el momento llegue. —Lo alienta Jack, y logra escucharse genuinamente optimista— Matt quiere ser abogado. ¿Ese sigue siendo el plan, no?

—Ese sigue siendo el plan. —confirma Matt.

—Serás un buen abogado. —dice Frank, con honestidad, su voz oyéndose cálida como siempre cuando es dirigida a él. Matt puede sentir sus mejillas sonrojarse.

—Que lindos son ustedes dos. —dice Louisa, desde la cocina, su voz oyéndose contenta y risueña. Matt sonríe nerviosamente, su mano llevando la copa de vino otra vez a sus labios para tomar otro trago— Adorabile! No quise ponerlos nerviosos, solo pensé que ya podíamos dejar de ignorar el gran elefante en la habitación.

—No hay ningún elefante. —Trata de decir Frank, para matar el tema de conversación, pero Jack se ríe a su lado y se acomoda en la silla, fijando su mirada sobre Louisa

—Penso che sia tempo di trattare l'argomento, Louisa. —dice su papá, alegremente, en su perfecto italiano que Matt no tenía idea que existía hasta el día de hoy.

Anche io, Jack! Non sono nemmeno bravi a nasconderlo. —dice ella, riéndose, mientras trae la bandeja de cristal donde el postre reposa fríamente— Hai visto come si sono trattati l'un l'altro tutta la notte?

Mamma! —Se queja Frank, evidentemente incómodo.

—Si van a hablar mal de nosotros, ¿pueden hacerlo en español? —Se queja Matt, casi al mismo tiempo, casi tan incómodo.

—No hablamos mal de ustedes. —dice Jack, riéndose. Sonriendo como el gato que se tomó la leche.

— ¡Solo decimos cosas lindas! —ríe Louisa, mientras sirve las porciones de tiramisú en los platos limpios y de porcelana— A Francis piace da anni.

Veramente? Non ne avevo idea.

—Anche Matt non ne aveva idea.

Mamma, per favore, non dirglielo. —Vuelve a quejarse Frank, aún más incómodo que antes— Mi stai mettendo in imbarazzo.

Se è utile, piaci anche a Matt. —dice Jack, alertando a su hijo por la mención de su nombre, pero de nada sirve, no entiende nada de lo que están diciendo— È abbastanza ovvio. Se avessi visto quanto fosse nervoso. Gli piaci molto, Francis.

— ¿Qué está diciéndote, Frank? ¿Debería preocuparme?

Frank tarda lo suficiente en responder como para que Matt se ponga nervioso otra vez, pero parece calmarse cuando la mano de Frank toca la suya sobre la mesa y le da tres suaves apretones. Matt no sabe cómo lo hace, cómo es posible que su presencia pueda calmarlo tanto, pero así es. Hay confort en el apretón y la calidez de su mano, así que Matt respira con calma otra vez, poco importándole conversaciones en italiano que probablemente serán usadas en su contra en algún momento.

—Todo está bien. —dice Frank— No están hablando tan mal de nosotros.

Fanno davvero una bella coppia! —dice Louisa, riéndose, llevándose un pedazo de tiramisú a los labios para comerlo después de sentarse. Matt sonríe cuando su padre dice algo más en italiano y después la conversación se centra en lo delicioso del postre, la mano de Frank aun tomando la suya sobre la mesa.

_

A pesar de las quejas de ambos, Frank y Matt son corridos de la cocina y a ninguno se le permite ayudar a lavar los platos, dejando a Jack y Louisa haciéndolo, riendo mientras hablan en italiano y español, probablemente burlándose de sus hijos; lo que termina orillando a ambos a salir de la casa y terminar sentándose en el pórtico de la casa, con el frío alrededor de ellos, ambos lo suficientemente lejos de sus padres.

Hace bastante frío y Matt está definitivamente ebrio por el vino, demasiado arriba en las nubes y mareado para confiarse en decir algo que no arruine todo lo lindo que ha sido esta noche. Frank está a su lado, y su presencia es todo lo que siempre es, calmante, amable, cálida; una parte de él que Matt no conocía meses atrás pero que ahora es todo lo que conoce.

—Se llevaron bien, al menos. —dice Frank, bajito, riéndose un poco.

Demasiado bien, si te soy honesto.

—Ahora se van a dedicar a avergonzarnos todo el tiempo, en todas las futuras cenas.

—Yo nunca dije que aceptaría otra cena contigo.

— ¿En serio? Qué lástima, estaba contando con ello.

—Sí, bueno, no creo que pase. —Matt está sonriendo con demasiada fuerza, no sabe si por el vino, por la alegría o las mariposas en su estómago que parecen aletear con demasiada fuerza cuando Frank está cerca— Tendrás que insistir más.

—Eso haré. —La mano de Frank toma la suya y la acerca a sus labios, un beso sonoro y rápido sobre el dorso de su mano que hace a Matt reírse como un tonto. Pero ya no preocupa por verse demasiado tonto, demasiado ridículo. A este punto, no siente que eso importa más.

***

Louisa les da a ambos demasiados potes de tupperware con lagsana y tiramisú para que se lleven. Jack promete lavarlos y devolverlos lo más pronto posible. Matt en serio que no sabe cómo sentirse con la amistad que ambos están desarrollando, pero se siente pura y agradable; Matt no recuerda la última vez que su padre conversó con alguien que no fuera él por tanto tiempo y con tanta tranquilidad y Louisa tiene un alma amable y dulce, y aparentemente una amistad entre ellos cobra sentido.

Matt lleva unos tres potes de tupperware en el asiento delantero, su mano aún cálida donde Frank besó, la calefacción del auto encendida. Su padre conduce con tranquilidad por las calles y Matt sabe que quiere decirle algo, pero nunca lo hace.

Cuando ambos llegan a casa, Matt guarda cada pote en la nevera y está demasiado borracho y cansado para hacer cualquier cosa que no sea dormir; lo suficiente distraído para no darse cuenta de que su padre hace lo mismo. Sin tener que tomar nada de alcohol.

_________________________________________________

Nota 1: Hablemos de lo rápido que actualicé ¡!!!!!!!! Ni yo me lo creo.

Nota 2: No estoy muy segura de cómo es el proceso de limpieza para un alcohólico, pero lo que plasmo es lo que leí que pasa. Si algo se siente raro o extraño, una disculpa.

Nota 3: La mamá de Frank está fuertemente basada en la mamá de uno de mis mejores amigos la cual es lo mejor del mundo. Siempre haciéndome volver a casa con la barriga llena y algún pote lleno de cualquier comida que haya hecho. El papá de Matt está basado en mi papá que es un pendejo sobreprotector igual que él que solo sirve para intimidar a los pendejos que me echan los perros (algo por lo que estoy eternamente agradecida, love you)

Nota 4: Me dio hambre escribir esto.

Nota 5: Si hay alguien aquí que sí hable italiano y no necesite ayuda de Google Translator, una disculpa si algo se siente raro, traté de hacer que los diálogos en italiano fueran creíbles y correctos. Aprovecho para decir que si hay alguien sí hable y sepa italiano, que me enseñe, porfis:(

Nota 6: Cambien su contraseñas y protéjanse como puedan en caso de que el hackeo sea real. No sé cómo esto puede afectar a cuentas pequeñas como la mía o incluso de ustedes, pero por si a las moscas.

Nota 7: Quédense en casa. Cuídense. Ámense. Sea responsables; no hagan nada que yo no haría y en definitiva no hagan nada que yo haría.

Muchos besos y abrazos. Nos leemos pronto. Los y las amo. ♥♥♥♥

evelyn.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top