3 | My seat's been taken.

Cuando Matt entró a secundaria, Carol Danvers llegó como una nueva estudiante. Venía de alguna parte de Alabama, tenía el cabello rubio, lacio y largo y olía a sandía y fresas. A penas entró a la clase de matemáticas en la mañana, ya todos estaban hablando de ella, todos querían ser sus amigos y todos los chicos de su salón parecían enamorados de ella.

La cosa es que, Carol es lo que cualquier hombre promedio llamaría una mujer difícil. Hace chistes sarcásticos, no se impresiona con facilidad y a pesar de su apariencia de buena chica de los suburbios, hay un fuego y una confianza brillando en ella que normalmente hace que cualquiera de los que se acercara a ella se echase atrás. Matt tiene trece años la primera vez que escucha a alguien decir que es una perra incogible y se molesta tanto que Foggy tiene que agarrarlo del brazo antes de que diga algo que pueda meterlo en problemas.

Todos esos motivos que hacían a los demás chicos alejarse de Carol y murmurar cosas a sus espaldas (como los rencorosos y misóginos que son), fueron los motivos por los cuales Matt quiso empezar a acercarse a ella en secundaria.

Ella era tan atrevida, y tan refrescante de ver en un lugar así donde todos parecen ser copias los unos de los otros. Matt se encontró a sí mismo tratando de tropezar con ella por "accidente" en los pasillos y de siempre lucir presentable y cordial para ganarse algún saludo en la cafetería a la hora del almuerzo que él respondería con nerviosismo. Carol es amable con él. No amable como si él le gustara, solo amable como una persona decente y normal saludaría en la secundaria. Pero Matt es joven y tonto y hormonal y Carol huele a fresas y es la primera chica que le gusta lo suficiente como para encogerse nervioso en su asiento.

Pero entonces, cuando está acabando el segundo año de secundaria, empieza a correr el rumor de que Carol es lesbiana. Y Matt no cree que sea cierto al principio, cree que es solo un rumor que alguna chica se habrá inventado porque en serio aún hay gente que cree que la homosexualidad es una enfermedad. Pero después, empieza el último año de secundaria y Matt escucha como María Rambeou (la chica morena. Matt estudió con ella en primaria) y Carol Danvers hacen una pareja de ensueño y como Karen dice aw, son muy lindas y como Foggy dice que tiene sentido que estén juntas. Así que Matt supera su crush en lo que queda de año. Trata de no sentirse como un tonto porque Carol nunca se mostró interesada en él, en lo más mínimo, pero igualmente Matt sigue siendo joven, tonto y hormonal y escucha I Found a Girl de The Vamps como si fuese su nuevo himno.

Después llega la preparatoria, después Matt tiene 16 años y después llega Elektra, como una nueva estudiante. Y el mundo de Matt se pone patas arriba una vez más.

Así que aquí se encuentra, cuatro años después de haber conocido a Carol Danvers, un año después de conocer a Elektra Natchios, a pocas semanas del baile de graduación, sin tener idea de qué hacer con su vida. Porque Matt sigue siendo joven, tonto y vergonzosamente, hormonal.

Está en clase de química, y la profesora habla de algo que Matt verdaderamente no le importa porque ya se graduó (prácticamente) y no tiene por qué hacerlo, cuando le llega el olor a goma de mascar de sandía.

—Hey, tú. —Saluda Carol Danvers, y Matt sonríe a la que (en su mente de pre adolescente) iba a ser la madre de sus hijos y su adorada esposa— ¿Puedo sentarme aquí? Veo que estás solo como yo.

—Por supuesto que sí, ¿Qué pasó con tu compañera de mesa?

—Okoye está enferma; lo cual es irónico porque es la mujer más dura que conozco, pero ha estado con fiebre toda la mañana. Me escribió para avisar. ¿Qué tal tú? ¿Dónde está Karen?

—Tenía cita en el odontólogo hoy.

Carol asiente con lentitud, y por un momento, todo se mantiene tranquilo. Ella anota lo que le parece importante de todo lo que la profesora dice, pero también se ve fastidiada y con ganas de irse lo más pronto posible de aquí. Es lunes, al fin y al cabo, y es la primera hora.

Entonces Carol se acerca a él después de explotar una bomba de goma de mascar y comienza a decir: —Oí que tú y Castle son amigos ahora. —Hay algo en la manera que ella dice eso que hace a Matt sentirse algo atacado, como si estuviera ocultando un secreto— Christine Everheart los vió irse juntos de la fiesta de Wade, y también en el súper ayer, aparentemente. Y sabes cómo es, probablemente todo el jodido país sabe ello ahora mismo. —Matt escucha el sonido de una bomba de goma de mascar explotando— Pero mi punto es que... No sé, quería confirmarlo contigo.

Matt dura demasiado rato callado, pensando que puede decir. Puede escuchar el sonido de Carol mascando y el marcador acrílico haciendo un chillido molesto contra la pizarra.

—No sé si podría decir que somos amigos. —dice Matt, sinceramente. No está seguro de lo ocurrido los últimos dos días, si es completamente honesto consigo mismo— Pero sí te puedo confirmar que estuvimos juntos ayer... —Matt puede sentir como Carol le mira con diversión, incluso cuando es incapaz de verla. También puede sentir el sonrojo crecer en sus mejillas. Debido al silencio de ella, Matt añade, vergonzosamente— Pero no como estás pensando.

— ¿Qué crees qué estoy pensando, Murdock? —dice ella, probablemente sonriendo, un tono burlón y juguetón que hace a Matt sentirse con en la secundaria otra vez, demasiado joven y demasiado tonto— No estoy pensando nada.

—Pareciera que sí.

—No, no, no. A mí solo... Me asombra un poco. —Matt puede respirar finalmente cuando los ojos de Carol ya no están sobre él— Siempre has parecido bastante... distante de él. —Carol es lo suficientemente amable para no usar la palabra asustado.

—No lo conocía tan bien antes.

— ¿Y ahora sí?

Matt no lo sabe, pero ha conocido al menos una pequeña parte de él. Una que es amable, dulce y agradable; que cuida a su borracha persona y que se preocupa lo suficiente como para escucharlo. Y esta parte de él es una sorpresa, una buena. A Matt le gustan las sorpresas.

—Al menos un poco.

Carol explota otra bomba de goma de mascar. Puede sentir como ella lo mira, casi como si lo analizara. Por la manera en la que dice: —Que bueno. —sospecha que está sonriendo.

Incluso antes de que Matt se siente en la mesa de la cafetería, sabe lo que viene. Así que cuando sus nalgas tocan el banco de metal, ni siquiera se sorprende cuando de la nada Foggy aparece (con Karen detrás de él, por supuesto).

— ¡Pensé que estabas muerto! —dice él, tirando encima de la mesa de metal la bandeja con su almuerzo, Karen diciéndole al mismo tiempo que sea más cuidadoso, por Dios— Gracias por contestar mis mensajes de voz con tanta efusividad-

—Solo me enviaste un mensaje-

— ¡El cuál no respondiste!

—Traté de llamarte-

— ¡Obviamente no lo suficiente!

—Eres tan dramático. —dice Karen, probablemente rodando los ojos, comenzando a comer del trozo de pizza con champiñones— Matt, ignóralo, ha estado así todo el día de ayer y esta mañana-

— ¡Sí, he estado angustiado y preocupado por mi mejor amigo!

—Estoy bien. Cálmate. —Matt estira su mano sobre la mesa, y rápidamente puede sentir como Foggy toma de ella— Estoy seguro de que la fiesta estuvo buena sin mí.

—Fue una locura después de que te fuiste. —Matt sonríe al sentir como el tono de voz de Foggy cambia para mejor, aliviándose un poco.

—Wanda y Natasha terminaron. —dice Karen, y su voz puede escucharse algo triste mientras sigue comiendo de su trozo de pizza.

—Y Wade le vomitó encima a Peter. —dice Foggy, completamente divertido.

—También llegó la policía.

Matt comienza a comer y puede sentir como se ahoga cuando los trozos de pizza se van por el mal camino por una risotada mal aguantada. Karen se ríe mientras se cubre la boca, Foggy aplaude mientras lo hace. Después de un rato, Matt escucha a Peter llegar a la mesa y no tarda en ser interrogado por Foggy sobre lo ocurrido con Wade para que le cuente a Matt.

—No quiero hablar de eso. —dice Peter, seguro por un momento, para después tener que hablar de ello de todas maneras por la insistencia de Foggy.

También llega Claire, en algún momento, sentándose al lado de Matt y preguntándole sobre su fin de semana para después empezar a hablar sobre universidades y pruebas como siempre.

Lo curioso es que, en algún punto, Claire deja de hablar y dice, murmurando lo más bajo posible: —Peter, ahí viene Wade.

—Oh, no. —Peter suspira con demasiada fuerza y comienza a moverse nervioso en en banco de metal. Claire le dice que se calme, Foggy ya se está burlando de él, Karen le dice a Foggy que se comporte. Matt siente algo de ansiedad empezar a crisparle el estómago— Por favor, escóndanme-

—Estoy segura de que ya te vió. —dice Karen, sonriendo mientras habla, viendo como Peter trata de encogerse en su asiento.

— ¡Hola, chicos! —saluda Wade, llegando a la mesa como si dominara el lugar. Sus manos se colocan con fuerza sobre la mesa y Matt se ríe cuando escucha a Peter quejarse por lo bajo. Wade actúa como si acabara de notar a Peter, como si no hubiese tenido sus ojos sobre él toda la mañana— Hola, Peter-

—No me hables. —dice Peter, automáticamente, sus manos tapando su rostro.

—Oh, vamos, sé que la situación no fue ideal. Pero piénsalo de esta manera, las risas no faltaron. —Wade trata de aligerar la situación, su voz oyéndose un poco divertida. Matt puede oír a Peter quejarse una vez más y pedir que lo deje en paz— Oh, vamos-

— ¿Hay alguna razón para qué estés aquí qué no sea acosar a Peter, Wilson? —dice Matt, para salvar a Peter de que se le reviente una vena por lo incómodo y amargado que está.

Wade hace un sonido con la garganta y Matt puede oír cómo ha recuperado la compostura.

—Sí, de hecho. Mi vida no gira alrededor de Peter-

—Dios, ¿qué haces aquí todavía? Termínate de ir-

—Vine aquí para hacerles una invitación. —Continúa Wade, levantando su voz sobre la interrupción de Peter— Es que hoy nos reuniremos en casa de David- El David que es hijo del profesor Xavier, así que no sé, sería cool que fueran-

—Yo no pienso ir-

—Oh, vamos, Peter. No habrá alcohol esta vez, lo prometo.

—Yo no iré, debo estudiar. —dice Claire, y es una especie de mantra. Matt siente que ha oído eso salir de la boca de Claire todos los días.

—Siempre tienes que estudiar. —añada Wade, diciendo lo que nadie más en la mesa se atreve a decir.

—Claro que no. —dice ella, bajito, algo a la defensiva. Wade la mira con expectación por unos momentos, hasta que ella dice, completamente segura— ¿Sabes qué? Iré.

—Cool. A Luke le gustará que vayas. —Por la manera en la que Wade dice aquello, Matt está seguro de que Claire debe estarse sonrojando— ¿Qué tal ustedes?

—Si Claire va, yo voy. No pienso perderme eso. —dice Karen, y si Karen va, por supuesto que Foggy también.

— ¿Qué tal tú, Matt? Será divertido. —dice Wade— Estoy seguro de que Frank estará feliz si vas.

Lo gracioso es que, Wade dice aquello más o menos con el mismo tono con él que le habló a Claire sobre Luke, y Matt siente como sus mejillas se sonrojan, avergonzadamente. También puede sentir la mirada de todos en la mesa sobre él y eso solo hace la situación peor. Matt se siente como un tonto cuando dice, casi en un murmullo: —Claro. Dile que iré.

Puede sentir la mirada de Wade analizarle, casi podría incomodarse porque Wade tarda demasiado en decir algo. Cuando dice un tranquilo nos vemos para después molestar a Peter por última vez y marcharse, Matt siente que puede respirar.

Al menos es así, hasta que Foggy comienza a interrogarlo.

— ¿Cómo qué Frank estaría feliz de qué fueras? —Pregunta Foggy, confundido— ¿Acaso lo qué dijo Everheart es cierto? ¿Desde cuándo tú y Castle son amigos?

—Déjalo en paz, tiene derecho a tener los amigos que quiera. —dice Claire, antes de que Matt pueda decir algo.

—Sí, además, Frank es un buen chico. Lo llevó a salvo a su casa después de la fiesta. —añade Karen.

—No es como si fuera un asesino serial. —murmura Peter. Graciosamente, hay algo de duda en su voz.

—Es que no es eso, no es nada de eso. Es que... —Puede sentir la mirada de Foggy sobre él, su voz se escucha tan confundida— Todo fue muy de la nada.

—Pues a mí me parece genial. —dice Karen— Frank es genial y el miedo que todo el mundo le tiene es ridículo-

—Pero igual, ¿qué significa todo eso de él estará feliz de verte? Acaso tú y él- —Foggy no termina la pregunta, pero es más que obvio el punto que quiere tocar. Matt puede sentir una vez más los ojos de todos sobre él.

— ¡Déjalo en paz, Foggy! —dice Karen al ver que Matt tarda demasiado en decir algo. Molesta, Matt puede oír como ella golpea con brusquedad el hombro de Foggy— De verdad que eres tan intenso a veces, Dios...

Matt puede oír como ambos comienzan a pelear. Foggy argumenta que solo se preocupa por Matt y Karen que necesita dejarlo descansar y respirar, por amor a Dios. Claire se ríe de ambos mientras Peter trata de hacerlos dejar de pelear.

Matt piensa en lo que sea que vaya a pasar más tarde. Se sorprende a sí mismo pensando en Frank, en la noche de la fiesta y en la tarde de ayer. En sonrisas traicioneras y conversaciones que nunca pensó tener. Matt se ha encontrado pensando demasiado en Frank las últimas horas y ya no se siente raro o aterrador. Se siente familiar y agradable.

***

Matt sabe que Wade Wilson y Frank son amigos desde siempre. Wade es mariscal de campo, una persona agradable y divertida. Matt considera que es un buen chico, aunque constantemente esté causando problemas por su incapacidad de mantenerse callado. También sabe que desde que tiene memoria, Wade está coqueteando con Peter y haciéndolo sentir incómodo y harto (aunque Matt está seguro que hay una parte de él que disfruta la situación y la molesta atención hacia él).

También conoce a los dos David. Uno de ellos es David Xavier (aunque normalmente usa el apellido Haller. Matt sospecha que no tiene una muy buena relación con su padre, graciosamente; Charles es el profesor más agradable que Matt ha conocido). David H. es problemático, extraño y raro, pero Matt no cree que esté loco o que verdaderamente sea un problema. El otro David, por otra parte, es David Lieberman, quién es el mejor amigo de Frank; un obsesionado con los computadoras que normalmente no es de mucho hablar a menos que Frank esté cerca.

Matt sabe todo esto por la época donde Karen estaba enamorada de Frank. Y porque es muy difícil andar por esta escuela sin oír sobre Frank, sus amigos y todos los problemas en los que suelen meterse estando juntos.

Claire se mueve nerviosa a su lado en el auto de Karen. Matt no sabe si es por tener que ver a Luke o porque este auto es demasiado pequeño. Peter está sentado a su otro lado, quejándose y actuando como si sus padres lo hubiesen obligado a salir a una cena familiar donde no quería estar. Karen está peleando con Foggy mientras conduce, porque Foggy es el peor copiloto del mundo y lo único que hace es cambiar canciones como desquiciado.

Matt solo está en el medio de todo este desastre, sus manos sudando un poco y tratando de concentrarse en algo más que la ansiedad que le molesta en el pecho.

—Llegamos. —murmura Karen, y Matt siente el auto detenerse. Peter suelta otro suspiro molesto— Bueno, Peter, pero si no quieres estar aquí te llevo a tu casa-

—No, ya estamos aquí, qué tanto. —Peter sale del auto, cerrando la puerta con cuidado (porque sabe que Karen le va a gritar si se atreve a tirar la puerta), aunque no hay que ser un genio para saber que no desea estar aquí.

Claire abre la puerta y sostiene la mano de Matt para ayudarlo a bajar. Matt puede sentir que ella está tan nerviosa como él. Matt ha oído como Claire siempre está hablando sobre Luke y sobre que es un chico complicado, pero con potencial. Matt puede sentir el cariño cuando habla de él y lo nerviosa que eso suena siempre que habla de él.

— ¿Estás emocionado por verlo? —Le pregunta él, sonriendo un poco cuando la siente tensarse mientras le sostiene la mano.

—Él es solo un amigo.

—Yo nunca dije que no lo fuera, solo si estás emocionada.

Ella suspira con fuerza, para después arrimarse un poco contra Matt, comenzando a murmurar para que los demás no escuchen.

—Tal vez un poco. Es decir... —Ella duda un poco en continuar— Él me gusta, ¿bien? Es solo que...

—Es complicado. —añade Matt, recibiendo un apretón de manos por una ansiosa Claire.

— ¡Sí, complicado! Es solo que él es tan... Peculiar. No lo sé, Matt. Tiene mucho potencial y como tal no es un mal chico, pero hay cosas en él, la manera que ve el mundo que me hacen dudar si verdaderamente algo puede pasar entre nosotros, ¿me entiendes? —Matt asiente, aunque no está muy seguro de entender que quiere Claire decir— De seguro estoy pensando esto demasiado.

—Normalmente haces eso. —Matt le sonríe, ganándose una risita nerviosa por parte de Claire— Pero... está bien que te sientas así. Nunca había oído que te sientas así con alguien.

—No. Y es aterrador.

Matt no sabe que decirle, así que solo le da un pequeño beso en la frente que la ayuda a calmarse, por al menos un rato, hasta que Wade Wilson abre la puerta y todo el sonido dentro de la casa se oye perfectamente afuera. Está sonando una canción con un bajo estruendoso y un ritmo algo eléctrico, Matt puede distinguir la voz de Taylor Swift.

También la voz de Wade sonando por encima.

— ¡Vinieron! ¡Qué bueno que vinieron! Todos se ven hermosos, gracias por bendecirnos con su presencia. —Matt está seguro de que Wade está mirando a Peter, porque puede oírlo quejarse antes de que Wade pueda siquiera hablar— Peter, debo admitir-

—No me hables-

—Pero es que tengo que decirlo, ¡sino voy a explotar!-

—Ojalá, ojalá-

—Te ves precioso. —Wade dice, y algo de ternura en la manera que lo dice que hasta deja a Matt sorprendido. Normalmente, el tono de Wade alrededor de Peter es divertido y alegre, no es amoroso o romántico. Esto es nuevo. Y debe dejar sorprendido a Peter también, porque se tarde demasiado en decir algo.

—...Gracias. —dice Peter, en el más bajito murmuro que Matt ha oído en su vida. Puede sentirlo sonrojarse desde donde está.

—Consíganse una habitación. —exclama Foggy, rompiendo por completo la burbuja.

—Hay muchas adentro. —dice Wade, otra vez su coqueteo divertido e inofensivo. Peter bufa con molestia.

—Eres el peor. —dice, y no sale tan molesto o harto como probablemente esperaba que sonara.

Todos saludan correctamente a Wade mientras empiezan a entrar en la casa. El lugar huele a cigarrillos y chocolate, por algún motivo. Sigue sonando Taylor Swift por todo el lugar y Matt puede escuchar a Wade cantando por lo bajo, mientras más personas conversan en el lugar.

—Por favor, todos saluden y sean agradables con nuestros invitados. Pero no demasiado, te estoy mirando Luke.

Matt se ríe mientras siente como Claire empieza a alejarse de él para conversar con Luke, una risa nerviosa escapándosele mientras lo hace. Después empieza a presentarse con los demás.

Haller parece estarle ofreciendo su mano, porque después se disculpa (—Ay, pero que estúpido soy) y se conforma con darle un extraño apretón en el hombro y ofrecerle un cigarrillo que Matt no acepta. Lieberman simplemente lo saluda y lo invita a sentarse junto a ellos. Una chica, que se presenta como Amy y huele a vodka lo besa con efusividad en la mejilla y después le pregunta cómo está como si se conocieran de siempre. Matt está atrapado en una conversación sobre computadoras, imperialismo blanco y cigarrillos cuando Frank aparece de donde sea que estuviera.

—Se estaban quemando tus brownies, Haller. —dice Frank molesto, pero después parece no saber qué decir. Matt siente cosquillas cuando dice, nada de enojo en su voz esta vez— Matt, viniste...

—Hola. —murmura Matt, suavemente, sintiéndose como un imbécil a penas lo dice. Puede sentir la mirada de los dos David sobre ambos, y la mano Amy sobre su hombro— Aquí estoy.

—Aquí estás. —Frank dice, como si en serio no lo pudiera creer— Que bueno que hayas venido.

Dios mío- —murmura Haller a su lado, riendo por lo bajo, ganándose un codazo por parte de Amy que lo hace callarse.

—Déjame hacerte un espacio para que te sientes, Frank. —dice Amy, con su voz dulce y con algo más que Matt no puede descifrar, pero ella y los dos David están afuera del sofá en tiempo record.

Matt puede oír la música cambiar de Taylor Swift a Kendrick Lamar, el olor a cigarrillos llegándole a la nariz. Puede oír a Peter y Wade peleando/coqueteando en algún lado, la risa nerviosa de Claire, a Karen y Foggy cantando. También puede sentir a Frank, sentándose a su lado, oliendo al chocolate de los brownies.

—Hola. —dice Frank, nerviosamente.

—Hola. —responde Matt, aún peor. Puede sentir los muslos de ambos rozarse en el sofá y por la mente no le pasa ni por un momento que debería alejase, hacer espacio. No quiere hacer espacio.

—Que bueno que vinieras, en serio pensé que no lo harías.

— ¿Y eso por qué?

—Pensé que ya habías tenido suficiente de mí. —Matt puede oírlo reírse nerviosamente y es contagiosa, toda esta vibra, porque Matt también termina riendo.

—Tal vez no.

— ¿Ah no? —Matt niega con la cabeza, sintiendo como el espacio entre ellos es más pequeño de lo que es. Hay una tensión irrompible en este ambiente, algo que lo hace aguantar la respiración y algo que no había notado que estaba antes— Que bueno-

—Wade dijo algo cuando nos invitó... —Murmura Matt, moviéndose en el sofá, sintiendo el sonrojo colocarse en sus mejillas y el nerviosismo crispándole en el pecho por una respuesta— Dijo algo como que estarías feliz de que viniera-

— ¿Eso hizo? —dice Frank, su voz oyéndose molesto, pero también inquieto. Matt sonríe.

—Sí, eso hizo. —Matt puede sentir la mirada de Frank sobre él. Hay algo reconfortante y al mismo tiempo aterrador en ello— ¿Estás feliz de qué haya venido?

Frank tarde en responder, pero Matt no siente la tensión disiparse y mucho menos se siente incómodo. Es... extraño, más que todo, no un extraño malo. Extraño como los últimos días, extraño como la fiesta del sábado y las compras del domingo. Extraño como todo lo que tiene que ver con Frank, pero que empieza a hacerse más familiar.

—Sí. —dice Frank, y es un murmullo, pero es seguro y confiado, lo que probablemente empeora el sonrojo en las mejillas de Matt— Lo estoy.

— ¿Aún no te cansas de mí?

—Eso puede cambiar, si vomitas otra vez en mis zapatos-

—Oh, Dios, pensé que no vomité sobre tus zapatos-

—No te lo iba a decir-

—Qué vergüenza, es como si me hubiese esmerado en hacer esa noche la peor de tu vida-

—No fue tan malo. —Frank se ríe, mientras Matt cubre su rostro con sus manos y suelta una risa nerviosa, su rostro rojo, hecho una mueca avergonzada— En serio, no fue tan malo-

—Que otras noches tan malas habrás tenido para no considerar esa tan mala, Dios- —Matt sigue riendo y siente su corazón latir con fuerza cuando Frank retira con cuidado las manos de su rostro.

—No me creerías si te dijera.

Matt se ríe una vez. Una sonrisa que probablemente es estúpida y ridícula en su rostro. Las manos de Frank están tomando las suyas por un momento, pero después las sueltan. Seguidamente, siente el tacto de dedos contra su rostro, retirando un mechón de cabello rojizo de su frente. Su respiración se precipita por un momento, mientras los dedos a penas le tocan. Puede sentir el aliento de Frank contra su rostro y es el momento exacto en que se da cuenta de que están cerca, demasiado cerca. Pero Matt no quiere alejarse, Matt quiere-

— ¿Matt?

La voz de Foggy se encarga de romper lo que sea que esté pasando tan rápido como empezó. Matt brinca en el sofá y se aleja del tacto de Frank, enderezándose en el sofá. Siente como Frank hace lo mismo al lado de él. También puede sentir a Foggy mirándoles a ambos con intensidad, la música de fondo cambiando una vez más, la risa escandalosa de Wade y a Claire quejándose de algo.

— ¿Si?

— ¿Puedo hablar contigo?

En realidad Matt no puede responder, porque Foggy lo toma del brazo y lo aleja de Frank tan rápido como puede. Matt no tiene idea de donde están ahora, pero la música no suena tan fuerte, el sonido de la una licuadora resalta sobre ella y huele intensamente a chocolate.

—Oh. —dice una voz femenina, tan sorprendida como disgustada— Hola.

—Hola, Wanda. —saluda Foggy.

— ¿Quieren unas margaritas? Estoy haciendo para mí, pero puedo hacer para ustedes. —dice ella, apagando la licuadora y sonando lo más amable que puede, aunque hay algo de desgano en su voz. Matt recuerda los hechos de la fiesta, su ruptura amorosa y la comprende. Probablemente Matt tampoco quisiera ver a nadie. (De hecho, cuando Elektra lo dejó, Matt no habló con nadie como por una semana, así que no puede burlarse de Wanda y sus malas maneras de sobrellevar una ruptura).

Matt va a decir que no, pero Foggy dice con segura y fuerza que sí, quieren unas margaritas. Ambos esperan con paciencia a que Wanda haga más margaritas, en el ambiente más incómodo y tenso en que Matt ha estado. Foggy está tenso a su lado, su pie moviéndose de arriba abajo con ansiedad. Wanda no parece querer hablar con nadie, solo escapar a seguir tomando. Matt en realidad no confía en sí mismo para hacer esta situación mejor.

—Aquí tienen. —dice Wanda, tomando la mano de Matt y dándole el vaso. Matt toma un sorbo y siente el sabor agrio a limón y la dulzura de azúcar y dulces— Espero que las disfruten. Y coman lo que quieran, también, no creo que a Wade le importe-

— ¿Puedo tomar uno de esos brownies? —dice Foggy, antes de que Wanda termine siquiera de hablar.

—Por supuesto. Yo los horneé para David pero a él tampoco le importará compartir. Aunque- —Ella parece querer decir algo, pero lo piensa por un momento— Bueno, no importa, si están aquí es porque están en el mismo ambiente que él. Así que... Adiós, creo, nos vemos cuando se acabe mi trago.

Wanda se va de la cocina y Matt puede sentir a Foggy a su lado tomando uno de los brownies y comiéndolos. Hay aún más tensión que antes.

— ¿Qué te pa-?

— ¿¡Estás acostándote con Frank!?

— ¿Qué?

—No sé ni para que pregunto, cuando es obvio-

—No, Foggy, no es así-

— ¿Ah, no? Bueno entonces estás a punto de acostarte con él. —Matt suelta un suspiro, quejándose, pero no se preocupa en negarlo. Gran error, por como siente a Foggy tensarse otra vez— Oh, Dios mío, ¡te quieres acostar con él!

—Yo nunca dije eso-

— ¡Mira lo rojo que te estás poniendo! Eres tan obvio, ¡los dos son súper obvios!

—Sinceramente no sé de qué hablas, algo así nunca me había pasado por la mente.

— ¿Ah, no? Entonces dime, ¿qué tipo de cosas te pasan por la mente por culpa de Frank Castle? Dime.

Matt tiene la respuesta, pero no la va a dar porque ni él mismo la entiende, muchos menos Foggy. Es que extraño. Recuerdos de hace años de un Frank agresivo y marginado que no se parecen en lo más mínimo al Frank de ahora, que es tan comprensivo y amable.

Matt no quiere decirle a Foggy que piensa en los últimos dos días con demasiado detalle, en la mamá de Frank hablando en italiano y tomando su brazo mientras Frank ríe a su lado, en un aventón a su casa que nunca dura suficiente tiempo. No. De hecho, Matt no quiere ni pensar en eso.

Toma de su margarita, la garganta ardiendo mientras toma, el sabor a limón y azúcar en sus labios. Foggy está expectante a su lado y Matt puede sentirlo tomar otro brownie, al mismo tiempo que le da uno a Matt, que él no tarde en probar. Están suaves y esponjosos y saben a mucho chocolate, casi son suficientes para hacer a Matt detenerse de tener un ataque de pánico.

— ¿Entonces...? —murmura Foggy, más tranquilo, mientras se recarga del mármol de la isla de la cocina y mira a Matt.

—No lo sé.

— ¿Él te gusta?

—No lo sé. En serio, solo lo he tratado dos días, ¿okey? Todo lo demás que sé de él es como una mentira ahora. Como cuando tus padres te contaban historias y creías que eran reales, hasta que creces y te das cuenta de que nada es como es... Él no es tan desagradable o loco como pensé que era. No, de hecho, él no es desagradable ni está loco. —Matt se acaba el brownie en dos mordiscos, mientras siente como su corazón late con fuerza— Es amable, Foggy, ¡amable! Y muy dulce y amigable. Y si vieras como trata a su madre, Foggy, y ni siquiera se burló de mí cuando le vomité en los zapatos-

— ¿Le vomitaste los zapatos?

—Sí, Foggy, ¡Y no se burló de mí! No, de hecho, me ayudó y fue amable conmigo el resto de la noche. Y después me llevó a casa y cantó canciones de Taylor Swift y me prestó su chaqueta. ¡Y al día siguiente me compró PopTarts, Foggy! ¡Los de mi sabor favorito!

Matt toma otro largo sorbo de su margarita, y después toma otro brownie que mastica con más fuerza de la necesaria. Su corazón late con tanta fuerza que Matt siente que se le va a escapar del pecho.

Foggy está callado al lado de él, tomando de su margarita. Respira profundamente y después dice, sonando como un niño pequeño: —Entonces, podemos deducir que Frank te gusta-

—Sí, Foggy. Creo que sí. —Hay un peso quitándose de sus hombros al admitirlo y aceptarlo, pero al mismo hay mucha preocupación crispándole al pecho.

—Vaya. —murmura Foggy, y parece estar pensando esta situación tanto o más que Matt, mientras come más brownies. Matt no lo culpa, están deliciosos. Wanda cocina muy bien— En serio no sé que le ves-

—Como tal no puedo verlo-

—Sabes de lo que hablo. —Matt logra sonreír un poco a pesar de estar a punto de perder la cabeza— No es tan atractivo como lo pintan, en realidad-

— ¿Ah, no?

—No. Solo tiene una mandíbula que puede cortar hielo, y unos ojos grandes como un perrito, y una sonrisa de ensueño-

— ¿Foggy?

—Lo siento, las margaritas hacen efecto. —Matt se ríe, Foggy se ríe a su lado— En realidad sí es atractivo, tienes buen gusto. No sé qué tan de acuerdo esté con tu discurso de que es el ser más dulce y amable del mundo, pero puedo darte que es... bastante guapo.

Y Matt quisiera saberlo. Quisiera saber si en realidad su mandíbula es tan marcada, y si Matt puede perderse en sus ojos, y si su sonrisa es tan brillante y linda como Matt ha sospechado que debe ser. Matt toma otro trago largo de su margarita mientras piensa en cómo se sentirán las yemas de sus dedos sobre la mandíbula de Frank.

_

Como tal, Foggy y él pasan el suficiente tiempo en la cocina como para que Wanda (una Wanda más alegre y sonriente) vuelva a aparecer en la cocina, para hacer más margaritas. Ella hace más para ellos y termina quedándose con ellos en la cocina, comiendo brownies, aprovechando que Foggy y Matt son todo oídos para sus problemas amorosos y la escuchan hablar de lo mucho que extraña a Natasha hasta que empieza a llorar.

Y así es como David Haller y Frank los consiguen después de un rato, tomando el cuarto vaso de margaritas, sus cabezas casi nubladas por completo y la bandeja de brownies casi vacía.

—Oh, vaya. —dice Haller, con la suficiente fuerza como para que los tres lo escuchen sobre sus risas y la música— Casi no me dejan sin nada-

—Oh, perdón, ¡te haré más! —dice Wanda, sonriendo de oreja a oreja, tomando de su margarita— Es que nos entusiasmamos. —Ella se ríe, de manera extraña como un borracho puede, haciendo a Matt y Foggy reír con ella.

—Está bien, me alegra verte mejor humor. —dice Haller, hay mucho cariño y dulzura en la manera que lo dice, acercándose a Wanda para besar su frente, mientras toma uno de los pocos brownies que quedan.

—David —dice Frank, con algo de rudeza, haciendo a Matt brincar sobre su asiento. Frank se acerca a Foggy y él, mirándolos a ambos con atención—, ¿acaso esos brownies están... premiados?

—Obvio. —dice él, como si nada. Y Matt no entiende nada, ni a que se refiere Frank, pero de repente toda esta situación es más tensa de lo que era hace minutos.

— ¿Cómo que premiados? —pregunta Matt, y su voz se escucha gangosa y animada. Siente la mano de Frank (grande, autoritaria, protectora, es lo primero que piensa la mente borracha de Matt por el contacto) en su hombro.

—Que tienen marihuana. —dice Wanda, como si fuera obvio. Y cuando ve como Matt se endereza en su asiento y Foggy suelta el brownie en su mano a medio comer, ella entiende todo, sus ojos abriéndose como platos.

— ¿¡Qué!? —grita Foggy, con más fuerza de la que debería.

—Lo que me tratas de decir es que... —Comienza a hablar Matt, mientras escucha como Foggy a su lado empieza a hiperventilar y desesperarse y a Frank regañar a David— estos brownies, ¿tienen droga?

—Sí. —dice Wanda, oyéndose tan tensa y arrepentida como puede.

— ¿Droga? ¿En estos brownies? —Sigue murmurando Matt, como un tonto.

—Wanda, ¿¡en qué estabas pensando!? —Comienza a quejarse Frank, enojado— Ellos no consumen esto.

—Perdón, perdón, pensé que como todos ustedes lo hacen, ellos igual- —Wanda comienza a llorar, como hace varios minutos lo hacía por su ex novia.

—Bueno... todavía no me pega el efecto, creo. No me siento tan mal. —murmura Matt, mientras Foggy toma todo lo que queda de su margarita de un sorbo.

David se ríe a carcajadas de él.

—Sí, tardan un poco en pegar.

***

— ¿Qué voy a hacer si mis padres se dan cuenta? —grita Foggy contra su oído, haciéndolo marearse aún más de lo que está— Me va a correr de la casa-

—Tus papás no se van a dar cuenta-

— ¡Dios mío, Matt! ¡¿Cómo no puedes estar preocupado por esto?!

—No a todos les da paranoia cuando consumen. —dice Frank... de algún lado. Matt no tiene idea de donde está, solo que suena Queen por toda la casa y Matt probablemente estaría bailando pero al mismo tiempo no puede levantarse de donde sea que esté. Es muy cómodo. Tan cómodo que podría dormirse así— Debes calmarte, Foggy, te prometo que todo estará bien-

—Sí, tienes que calmarte. —murmura Matt, con una voz demasiado relajada y tranquila como para ser la suya.

La cosa es que, ahora sí le estaban pegando los efectos de los brownies. Y es curioso, porque son dos respuestas tan opuestas que es casi ridículo. Foggy está paranoico, pero Matt siente que nunca en su vida ha estado tan calmado como justo ahora.

Matt cree que están en la sala de la casa, con todos sus amigos prestándole demasiada atención en caso de que alguno tenga un mal viaje. Especialmente Karen y Frank. Karen ha estado sentada en silencio al lado de Foggy, y Matt no tiene que estar sobrio para saber que está enojada. Frank se mueve de un lado al otro, preguntándole a ambos si están bien, mirando feo a Haller cada vez que le dice que está exagerando. Wanda está dormida a su lado, su cabeza reposando sobre su hombro y sus ronquidos sonando contra el oído de Matt.

Haller dice que a ella le da por dormir. Matt sospecha que va por el mismo camino.

Como tal, no es una experiencia tan terrible. Matt se está riendo de Foggy cuando habla demasiado y antes de que Wanda se quedara dormida, ambos estaban hablando de lo increíble que es Britney Spears y de cómo es una locura que nunca hayan hablado en el pasado, porque (en las palabras de Wanda) ambos se entienden muy bien.

— ¿Estás bien? —pregunta Karen, después de un largo rato de silencio donde solo se escuchaba Radio Ga Ga de fondo. Matt cierra los ojos y recuesta su cabeza de cofín del sofá, mientras escucha como Foggy dice que tiene hambre— Está bien, te haré algo. Haré algo para todos, pero en especial para los dos.

Wade grita (de donde sea que esté en la casa, probablemente molestando a Peter) que haga nachos y Amy grita que la ayudará a hacerlo. Foggy se levanta de al lado de Matt y toma a su novia de la mano, yéndose a la cocina juntos, aun hablando de como sus papás lo van a echar de la casa cuando se enteren que está drogado.

Matt está a punto de quedarse dormido cuando siente a alguien sentarse en el puesto donde Foggy acaba de levantarse. Sabe que es Frank porque huele al chocolate de los brownies y a cuero. Matt está sonriendo como un tonto de solo olerlo.

Frank. Su Frank. Frank que no se burla de él, ni lo trata como si fuera un idiota aunque lo es, y que le compra PopTarts. Frank que es grande e intimidante pero es dulce y se ríe bonito. Frank.

—Hola. —murmura Matt, sonando como un completo imbécil. Si le preguntan, le echará la culpa a la droga en su sistema.

—Hola. —dice Frank, y Matt puede oír la sonrisa que tiene en el rostro si eso es siquiera posible. Solamente lo hace sonreír aún más— Estás muy drogado-

—No, estoy bien-

—Claro-

—Me siento bien, no siento que haría esto todos los días o algo así pero... No está mal. Esto me ha hecho pensar mucho. En lo mucho que pienso demasiado las cosas, y en como siempre estoy hasta arriba de lo que sea que pase en mi vida. Y en como siempre estoy estresado y a punto de explotar. ¡Y eso es una locura! Solo soy un joven adulto, debería tomarme las cosas con calma. ¡Pero no puedo! ¡Y es terrible! Es como si fuese incapaz; como si todas las cosas que me han pasado solo han servido para hacerme estar a la defensiva constantemente. ¿Sabes qué mi papá es boxeador? Lo es, ¿y sabes qué pasa con ellos? Que siempre están a la defensiva, tiene ese caminar extraño y como aprieta las manos, es como si siempre estuviera listo para pelear, como si es lo que espera siempre. Y no quiero ser como mi padre, Frank, no quiero. Pero al mismo tiempo, es tonto creer que podré salvarme de ser como mi papá, cuando todos terminamos convirtiéndonos en ellos y- —Matt solo se da cuenta de todo lo que ha hablado cuando se detiene a tomar una respiración. Puede sentir la mirada de Frank sobre él— Creo que sí estoy muy drogado.

—Sí, completamente. —Se ríe Frank, ligeramente; el sonido haciendo algo moverse en el pecho de Matt— Pero creo que tienes razón.

— ¿En qué?

—En que piensas demasiado, y en que siempre estás a la defensiva. —Frank se recuesta con ligereza contra el sofá, su hombro chocando con el de Matt— Lo poco que te he observado me he dado cuenta de que... No lo sé, eres muy rígido a veces. Muy cerrado. Las únicas veces que te he visto ser tú mismo fueron en la fiesta y justo ahora.

—No me fue muy bien las últimas veces que fui yo mismo. —dice Matt, subiendo un poco sus hombros, quitándole importancia al asunto. Como si no es nada. Como si esto no lo ha llevado por un camino de autodestrucción y dolor. Como si no importara que su mamá se fue, que Elektra se fue, y que su padre parece estar tomando el mismo camino.

—En serio... —Comienza a decir Frank, mientras comienza a sonar Good Old-Fashoned Lover Boy. Frank se mueve nervioso en el sofá, acercándose más a Matt— A mí me gusta mucho como eres.

— ¿Ah sí? —murmura Matt, sintiendo como la lengua se le enreda y suena como un tonto. Ese es el efecto que tiene Frank sobre él, aparentemente, no puede echarle la culpa a la droga.

—Sí. —dice Frank, asintiendo con efusividad— Así que... tal vez conmigo no tienes que tener tus defensas tan altas...

Matt sonríe y probablemente se ve como un tonto, el tonto más grande. Drogado y hablando de más y probablemente sonrojado, pero no le importa.

—Okey. —murmura, tan bajo que ni sabe si verdaderamente dijo algo.

Frank tarda mucho en decir algo, pero Matt lo siente tenso. Como si estuviese aguatándose algo, como si quisiera hacer algo pero no sabe si debería hacerlo. Hay algo precipitándose en su pecho con ansiedad, con anticipación, con ganas.

—Matt... —dice Frank y su voz parece tender de un hilo, pero al mismo tiempo se escucha autoritaria y segura.

— ¿Si?

—Yo tengo que decirte algo-

Matt está a punto de tener un ataque cardiaco. Y no necesariamente por la cercanía de Frank, o por el reciente reconocimiento de sus sentimientos confusos, o por la droga. No, sino porque alguien toca la puerta de la casa de Wade; con tanta fuerza que casi podría derribarla.

Claire se acerca a ver por el ojo mágico quién es y se ahoga con el trago de ponche que tiene en la mano.

— ¡Haller! —exclama ella, con fuerza, ganándose un quejido desganado de Haller, que está peleando con Lieberman para cambiar la canción que suena por algo más nuevo— Es tu padrastro.

Y ante eso, todo el mundo parece estar aguantando la respiración. Porque el padrastro de Haller no son buenas noticias.

Matt no está enterado muy bien de cómo es el asunto. Cuando empezó la secundaria, Charles llevaba años de casado con su esposo, Erik, el padre de Wanda y su gemelo, Pietro. David apareció en el último año de secundaria, presentándose como el hijo que Charles había tenido antes de una relación fallida. Y Haller odia hablar de eso, pero al parecer su madre había muerto y había tenido que pasar a la custodia de su padre por completo.

Y de su esposo. El cual odia, y es algo que ha quedado más que claro a lo largo de sus contadas interacciones con David.

Erik es un hombre difícil, serio e intimidante, pero es un buen maestro y un muy buen padre, por lo que se puede ver por encima. Pero es estricto y autoritario y Haller... es Haller. Y está loco y no sigue a nadie y eso debe poner a su padrastro muy loco.

Matt en serio no esperaba tener que estar presente en un momento así, mucho menos en estas circunstancias, pero su vida es una montaña rusa los últimos meses.

—Bueno, ¿qué esperas? —dice Haller, después de un rato, sonando lo más calmado que puede— Ábrele. —Fat Bottomed Girls está sonando cuando Claire abre la puerta, mientras Matt trata de despertar a Wanda a su lado.

— ¿Qué pasa? —dice Wanda, más dormida que despierta, hasta que ve a su padre entrando en la casa— Oh, ya-

—Hola, papá. —dice David, probablemente sonriendo, con el tono más sardónico que Matt ha oído en su vida— ¿Nos viniste a recoger? Qué lindo eres, no era necesario-

—Al auto. Los dos, ahora. —dice Erik, cortando a su hijastro con rapidez— Su padre y yo está muy preocupado por ambos.

—Por ella, querrás decir. —dice David, aun sonriendo como un loco, al mismo tiempo que Wanda se levanta del sofá a buscar sus cosas para irse.

—En serio no tengo tiempo para ti y tus cosas ahora, David-

—Eso es obvio, Charles tampoco nunca tuvo tiempo-

— ¡Suficiente! —exclama Erik, haciendo que Matt vuelva a aguantar la respiración por esta incómoda situación— ¿Acaso quieres verte genial frente a tus amigos o qué?

—Ay, no hagas el papel de padrastro responsable que no te queda. Todos saben que yo no te importo-

—Ya basta. —Matt escucha la voz de Wanda, suave y suplicante. Harta de esta situación que debe vivir todos los días— Por favor... solo vámonos.

—Okey. —masculla Haller, con más delicadeza. Matt sabe que no tiene una buena relación con Erik, eso es obvio, pero hay un cariño y una dulzura notable en él con respecto a sus hermanos menores— Vámonos.

***

Ninguno quiere estar en la casa después de un momento, y ya comienza a oscurecer. Karen se ofrece a llevar a Luke a casa y Matt termina, para su grata sorpresa, otra vez en la camioneta pick-up de Frank. Matt está seguro que es una especie de plan malévolo entre Karen y Frank, por la manera en que ella besa su mejilla para despedirse, pero no se puede quejar. En la camioneta, suena Island in the Sun por lo bajo y Frank sigue oliendo a chocolate y Matt todavía está en las nubes, no sabe si por las drogas o por algo más. El camino a su casa es más corto de lo que Matt espera que sea. Dura demasiado tiempo sentado en la camioneta, esperando que algo más pase, mientras Frank mueve su pierna de arriba abajo y apaga la camioneta.

Matt piensa que es ridículo esperar que algo pase, porque tiene esta estúpida idea metida en la cabeza de que las cosas pasan porque sí. Y no es así. Todo pasa por algo, y Matt tiene que hacer esto pasar. Así que, aprovechando la valentía que le da la marihuana en su sistema y las mariposas en su estómago, dice: —Tenías algo que decirme.

Puede sentir a Frank tensarse a su lado, como si hubiese estado esperando poder evitar esto. Y Matt se siente como un imbécil como por cinco segundos, hasta que Frank se mueve en el asiento y Matt puede sentir su mirada sobre él, haciéndolo callarse y esperarlo decir lo que tiene que decir.

—Cuando dije que me gustaba como eres cuando eres tú mismo, lo decía en serio. Muy en serio. —dice él, seguro, aunque Matt puede descifrar fácilmente lo difícil que es para él hablar de esto— ¿Y la otra vez que me preguntaste si te observaba mucho? La respuesta es sí. Un montón- Oh, no, eso se oye mal-

—Sí, un poquito-

—Me gustas. —dice Frank y suena como un suspiro, como si se le hubiese escapado sin querer. Pero hay alivio en su voz cuando sigue hablando— Y mucho. Desde hace mucho tiempo-

—Por eso tu mamá actuaba así-

—Sí, porque cometí el terrible error de contarle a mi madre que me gustas y por supuesto que lo hizo lo más obvio posible-

—Y tus amigos-

—Ellos son peores que mi mamá-

— ¿Desde cuándo?

—No te lo voy a decir, es vergonzoso. —Frank se ríe, y Matt se ríe con él. Ambos duran demasiado haciéndolo, solo riéndose de lo incómodamente reconfortante que esta situación es— Matt, en serio no quiero hacer las cosas raras entre nosotros. Yo solo quería decirlo...

—Está bien-

—Y también quiero que sepas que todo lo de los últimos días no ha sido solo porque me gustas. No quiero presumir pero no soy tan horrible como todos piensan...

Matt sonríe, con tanta fuerza que le duelen las mejillas y cuando la canción que suena en la emisora termina y la locutora empieza a hablar, Matt comienza a acercarse en el asiento de la camioneta, listo para cometer la decisión más estúpida de su vida pero la más correcta al mismo tiempo.

Sus labios tocan con determinación los de Frank, y ni siquiera es un beso. Es un toque nada más, pero sirve para hacer a Frank callarse y para que Matt sienta que sí, esta es la decisión correcta.

—A mí también me gustas. O algo así, en realidad no lo sé, porque en serio estos últimos días han sido extraños y siento que solamente te conozco desde hace dos días, pero lo que he conocido es... bastante genial y sinceramente me gusta mucho. —Su lengua sigue jugándole en contra y esto es probablemente la confesión más incómoda que alguno de los dos ha tenido. Pero se siente tan ideal, como el comienzo de algo— Y sí, tienes razón, no eres tan horrible como todos te pintan. Pero no le diré a nadie para no dañar tu reputación.

Frank se ríe otra vez y es una risa fresca y alegre, tan feliz que hace todos dentro de Matt calentarse y sentirse bonito, como nunca se había sentido antes. Y cuando Frank lo besa, es como tocar el cielo con la llama de sus dedos.

Y el beso es terrible. Frank parece aún en shock y Matt está muy nervioso y no sabe qué hacer con sus manos, pero ambos solo se ríen de eso al separarse y vuelven a intentarlo. Matt toca con las yemas de sus dedos la línea definida de la mandíbula de Frank y borra ese deseo de su lista. Frank acaricia su cuello con delicadeza y es todo lo que Matt ha querido en su vida pero que no sabía ese sábado en la noche en la fiesta de Wade Wilson.

_

Matt entra a casa sonriendo y con una cara de tonto que su papá no logra ver porque está tomando whiskey mientras ve una repetición del juego de anoche.

______

Este capítulo fue escrito mientras oía Queen, Elton John (porque en esta cuarentena por fin ví Bohemian Rhapsody y Rocketman y ahora soy la fan número uno) y la Oreja de Van Gogh (porque también me dio por recordar mi infancia). Les recomiendo las canciones Good Old-Fashoned Lover Boy, Tiny Dancer y Cuídate respectivamente que motivaron todo esto.

Nota 1: Soy la peor y sé que me odian, pero nadie me odia más que yo misma.

Nota 2: Capítulo dedicado a las chicas del grupo de Whatsapp de Fratt que me dicen lo mucho que les gusta este fic y a las que siempre les prometo actualizar y nunca lo hago.

Nota 3: Si usted se pregunta ¿Quién es tan irresponsable para tomar y drogarse en semana y aún más cuando es estudiante? Pues muy buenas noches, me presento, mi nombre es Evelyn y tengo problemas.

Nota 4: Espero que estén bien. No voy a ser tan becerra y privilegiada para decirles que se queden en su puta casa, pero salgan lo menos que puedan y tomen las medidas necesarias.

Nota 5: Les juro que estoy enamorada de Brian May como nunca he estado en mi vida, maldito el día que vi Bohemian Rhapsody.

Nota 6: No me puedo sacar Tiny Dancer y Liar de la cabeza.

Nota 7: Ignoren errores existentes en este humilde capítulo sin editar. No comenten al respecto porque es una perdida de tiempo porque no voy a editar un coño y me voy a sentir triste:(

Nota 8: No sé cuando volveré a actualizar (?) Aunque estoy muy entusiasta con el siguiente capítulo y sospecho que ustedes también jejeje.

Muchos besos y abrazos para ustedes en esta cuarentena. Gracias por sus comentarios y votos y por ser las estrellas de mis noches oscuras. Los y las amo, que estén bien.

evelyn.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top