Capitulo 8.
𓊈𝘐'𝘭𝘭 𝘣𝘦 𝘸𝘢𝘵𝘤𝘩𝘪𝘯𝘨 𝘺𝘰𝘶𓊉
"Alivio"
Ji-woo abrió lentamente los ojos, su vista se nubló, hasta que finalmente pudo ver con claridad.
—Ji-woo... ¿estás bien? Espera, llamaré al doctor —dijo Sa-eon poniéndose de pie.
Ji-woo tomó la muñeca de Sa-eon haciendo que se detenga.
—No te vayas... no te vayas
Sa-eon se arrodillo y tomó la mano de su esposa para empezar a acariciarla.
—Está bien... no me iré, no me iré a ningún lado —dijo Sa-eon mientras las lágrimas empezaron a caer por sus mejillas—, está bien, todo esta bien, ya estás conmigo...
—Gracias... por salvarme
La puerta fue abierta, de allí entró
Young-su junto a Yi-joon.
—¡Al fin despertó! ¡Mi querida sobrina está despierta! Ve por el doctor, Yi-joon, rápido...
—¿Tía? ¿Que hacen aquí? —indagó Ji-woo—, ¿Tú no estabas en Busan?
—Si, lo estaba. Vine directo al hospital cuando supe que te encontraron, Yi-joon ya había llegado antes a la montaña, fueron en helicóptero hasta allí. —dijo Young-su—, ellos se enteraron cuando Sa-eon los llamó, estaba desesperado... por lo que se lloraba mucho.
—¿Tú llorabas? —preguntó Ji-woo mirando a su esposo.
—¿Yo? No creo... no me difame señora Kang —dijo Sa-eon.
La mujer soltó una risa y dio unas palmadas en el hombro de Sa-eon.
—No te preocupes, Sa-eon... lo que hablamos en la sala de espera es un secreto que estará guardado por siempre —dijo Young-su.
—¿Secreto? ¿De que hablan?
—No puedo decírtelo.
Más tarde, Ji-woo ya había llegado a su habitación con ayuda de una enfermera, pues se había hecho unos estudios.
Ji-woo estaba muy débil aún para caminar, por eso estaba en silla de ruedas. Los doctores temían de que pudiera descompensarse si caminaba.
La puerta fue abierta nuevamente,
era Sa-eon.
—¿Ahora que te paso? —indagó cruzándose de brazos—, antes hablabas como una cotorra y ahora estás callada.
—No es nada —dijo Ji-woo.
Sa-eon la tomó en brazos con delicadeza.
—¿Que se supone que haces?
—Me gusta —pronunció Sa-eon—, me gusta sentir tus latidos. —dijo, para luego dejarla en la cama.
—¿Cómo pudiste encontrarme? —indagó Ji-woo.
—Se mucho más de ti... de lo que crees, 406...
Ji-woo pudo sentir como si se paralizara por un momento.
—El me dijo dónde estabas. Quizá fue el quien te empujó pero me ayudó a encontrarte. Así que estoy indeciso... con 406 ¿lo atrapó y lo entregó a la policía? ¿O lo perdonó?
—La verdad es que...
—¿Ves eso? —indagó Sa-eon apuntando a un cartel—, lo que necesitas es descansar. Reposo absoluto, tengo muchas preguntas, cosas que quiero saber, pero... te lo preguntaré luego, asi que por ahora necesitas descansar.
—¿Y mi trabajo? —preguntó Ji-woo.
—Tienes licencia por enfermedad, así que concéntrate en mejorarte. Me iré por unas horas. Tu teléfono se hizo pedazos... usa este ahora. Llámame si pasa algo. ¿Entendido?
Ji-woo asintió.
—Contéstame.
—Si —dijo Ji-woo.
—Regreso luego.
Cuando Sa-eon salió de la habitación Ji-woo se puso de pie para buscar el teléfono del secuestrador en su mochila.
—¿No lo vio?
"Iba a usar este teléfono para escapar de ti, pero este teléfono es lo único que nos conectaba..." pensó Ji-woo.
Más tarde, había recibido un mensaje de Sa-eon.
"Estoy en camino. ¿Necesitas algo? ¿Comida quizás?"
Ji-woo sonrió y escribió sin pensarlo.
"¿Tteokbokki?"
"Nada picante."
"¿Pollo frito, entonces?"
"Nada grasoso"
Ji-woo soltó un suspiro.
"Algo dulce entonces..."
"No, te subirá la glucosa"
—¿Por qué pregunta si no puedo comer nada? —se quejó.
Luego de un tiempo, llegó Sa-eon. Había traído ropa para Ji-woo.
—Si querías algo dulce, come fruta —dijo Sa-eon dejando un paquete de uvas.
—Pero... no están lavadas —contestó
Ji-woo.
—¿Me estás... hablando a mi?
—Pues si, no hay nadie más en la habitación. Lávalas y luego las comeré.
Sa-eon soltó una risa y se dirigió a lavar las uvas para luego dejarlas frente a Ji-woo.
—Por cierto, ¿cuando fuiste a casa?
—De camino aquí tenía que ir a buscar cosas mías ... —hablo Sa-eon sacando sus cosas.
—¿Por que trajiste eso? —preguntó Ji-woo.
—Los acompañantes también necesitan cosas. ¿Por que solo piensas en ti?
—¿Dormirás aquí? —preguntó Ji-woo nerviosa.
—Ya dormimos juntos, anoche. —dijo
Sa-eon con una sonrisa para luego entrar al baño.
Ji-woo se tapó la boca rápidamente, ¿habían dormido juntos? ¿Cómo? ¿Y porque? ¿Donde dormirá hoy? ¿En el sofá... o con ella?
El ruido de agua caer asustó a Ji-woo. ¿Acaso estaba bañándose como si nada? ¿Que pasa si una enfermera llegará a entrar?
—No, no puede estar duchándose —hablo Ji-woo en voz baja cubriéndose el rostro con la cobija—, ¿en que estoy pensando? Ay, no...
—¿Que se supone que haces? —río Sa-eon sacándole la cobija a Ji-woo.
Ji-woo no se atrevió a mirarlo, no podía. Ella no podía pensar en eso.
—Me vestiré y luego te lavaré el pelo —dijo Sa-eon secándose el cabello con una toalla.
—¿Vestirte? Que acaso... —Ji-woo miró a su esposo de pies a cabeza, tenía una toalla por la cintura, su abdomen estaba a la vista—, ¿estás loco? ¿Que pasa si entra una enfermera? ¡Ve a vestirte!
Luego de que Sa-eon ya saliera del baño y por fin vestido, se llevó a Ji-woo al baño para lavarle el cabello en el lavabo.
—¿Está bien el agua? —preguntó Sa-eon.
—¿Que?
—¿No dicen esto en las peluquerías? Creí que...
—Si, si lo hacen —dijo Ji-woo—. El agua está bien.
Ji-woo no podía evitar reír al ver a Sa-eon así.
—Perdón, no quise...
—No te preocupes, solo es algo de espuma... no es nada.
Luego de que le terminara de lavar el pelo, estaban frente a un espejo mientras Sa-eon le secaba el cabello.
—¿Estás incómoda? —indagó Sa-eon.
—No... es raro —dijo Ji-woo con una mueca.
—¿Que cosa? —preguntó Sa-eon.
—¿Por que eres tan bueno conmigo? —preguntó ahora Ji-woo.
—¿Soy bueno contigo? ¿La mayoría de esposos no son así con sus esposas? La verdad es que estaba arrepentido, no hice lo suficiente por ti...
—Era hora —río Ji-woo—, era hora que te arrepientas.
Ji-woo despertó nuevamente, era aún temprano y Sa-eon no estaba en la habitación.
Vio la hora y supo porque no estaba.... La llamada de "406"
Agarro el teléfono del secuestrador y llamó rápidamente a Sa-eon.
Sa-eon: ¿Quien diría que algún día tú llamado me pondría feliz, 406?
406 (Ji-woo) ¿estabas esperando mi llamada? ¿Porque te pone feliz?
Sa-eon: No lo sé, gracias a ti pude encontrar a Ji-woo.
406 (Ji-woo): ¿No te da curiosidad saber cómo supe decírtelo? A decir verdad...
Sa-eon: a decir verdad se mucho sobre ti, 406.
406 (Ji-woo): ¿que sabes?
Sa-eon: se que tienes entre 25 y 30 años. Que eres mujer...
406 (Ji-woo): ¿Cómo sabes?
Sa-eon: ¿eres linda?
Ji-woo quedó boquiabierta, mejor dicho, ofendida.
406 (Ji-woo): ¿que te importa si la persona que te está amenazando es linda o no?
Sa-eon: tengo la sensación de que eres linda.
406 (Ji-woo): Hombres. ¿Quien los entiende? ¿Acabas de reírte?
Sa-eon: si, es lindo.
406 (Ji-woo): ¿Que es lindo?
Sa-eon: hablar contigo. Por teléfono como siempre, me hace sentir como si nada hubiera pasado, en paz.
406 (Ji-woo): ¿Paz? ¡Ji-woo casi se muere!
Sa-eon: ¿que llevas puesto? No puedo verte, así que quiero imaginarlo.
Ji-woo quedó boquiabierta, ¿que a este se le olvidaba que está casado?
406 (Ji-woo): ¿Por qué harías eso, lunático?
Sa-eon: por lo que me imagino, debes tener un cuerpo delicado como tú voz y una personalidad muy intensa.
406 (Ji-woo): ¿Personalidad intensa? Espera... ¿mi cuerpo?
Sa-eon: no llegaré tan lejos, bueno, de todas formas es divertido imaginarlo.
406 (Ji-woo): ¿que estás haciendo? ¿Estás... coqueteando conmigo o algo así? ¡Eres un hombre casado!
Sa-eon: Ji-woo debe estar dormida.
Ji-woo rodó los ojos, Sa-eon era un imbecil.
Sa-eon: parece que aún no estás lista intentemos acercarnos luego. Quiero hacerte una propuesta.
406 (Ji-woo): ¿propuesta? ¿Que propuesta?
Sa-eon: ayúdame, atrapemos al culpable. Se que no eres su cómplice, el empujó a Ji-woo y tú me dijiste donde estaba ella. Luego de que Ji-woo cayó de la montaña ese día... mientras la buscas por todos lados, tome una decisión. Que sienta... el mismo dolor que sentí yo, el dolor que sintió Ji-woo pero cien veces más. A partir de ahora dime todo lo que sabes de él. No omitas nada.
406 (Ji-woo): Sus ojos eran de diferentes colores, tenía un olor extraño a pescado y tartamudeaba cuando se emocionaba. Parecía que tenía problemas para manejar la ira.
Al día siguiente, Ji-woo se encontraba observando las redes, su esposo había hecho un revuelo. Exponiendo cómo se veía el secuestrador.
Hasta que inesperadamente le llegó un mensaje de un número desconocido.
"Oye, ¿viste las noticias?
¿Fuiste tú? ¿Tú le dijiste cómo me veo?
Pero no fue yo. Yo no te empuje. Seguro no me crees... ya que te arrepentiste, deberías devolverme el teléfono."
Ji-woo se asustó, sabía que era el secuestrador. Pero él mentía, ella sabía que él la empujó. O al menos eso creía.
"Voy en camino. Ábreme la puerta"
Ji-woo pudo escuchar la puerta abrirse, salto de la cama para correr hacia la puerta y trancarla.
Se tiro al suelo abrazando sus rodillas, tenía miedo y nuevamente su respiración empezaba a dificultarse.
La puerta fue abierta, no era el secuestrador. Era Sa-eon.
—¡Ji-woo!
Ji-woo se puso de pie para abalanzarse hacia Sa-eon y darle un abrazo.
—¿Que pasa? ¿Sucedió algo?
Ji-woo estaba temblando, no podía respirar bien. Eran sus problemas al corazón.
—¿Estás bien?
Ji-woo empezó a negar una y otra vez con la cabeza.
—Yo... tengo miedo...
Más tarde, Ji-woo estaba más tranquila en su cama, Sa-eon tomó asiento y la tomó de la mano.
—¿Que sucedió antes? ¿Acaso vino alguien?
—Luces cansado —expresó Ji-woo.
—Lo estoy, duérmete, si tú descansas yo podré dormir tranquilo. —habló apagando las luces.
—¿No tienes miedo? —preguntó Ji-woo.
—¿Por que? ¿Tú si? ¿Enciendo la luz?
—Todos están hablando de ti. Chismean cosas sobre ti, ¿no tienes miedo?
—¿Y tú? ¿Tienes miedo? —preguntó Sa-eon.
Ji-woo asintió, haciendo que Sa-eon la haga a un lado con cuidado para acostarse con ella y abrazarla.
—Yo no tengo miedo... y no me arrepiento que tengas... dulces sueños —dijo Sa-eon.
Cuando Sa-eon ya había caído dormido,
Ji-woo se colocó un abrigo y salió de la habitación para subir a la azotea.
Llamó a Sa-eon desde el teléfono del secuestrador.
406 (Ji-woo): Vi las noticias, pero... ¿cuando vas a atraparme? Al final, termine ayudándolo. Ya sea castigo o una investigación, algo deben hacer. Además, ¿cuando te llevarás el teléfono? Es una prueba importante. ¿No lo necesitas?
Sa-eon: Si lo necesito. ¿Me lo darás?
406 (Ji-woo): Supongo que si. Así lo atrapas.
Sa-eon: ¿cómo harás para dármelo? ¿Dejarás que te vea?
406 (Ji-woo): Si... encontrémonos.. iré a verte ahora. Con este teléfono.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top