Capítulo 15.

𓊈𝘐'𝘭𝘭 𝘣𝘦 𝘸𝘢𝘵𝘤𝘩𝘪𝘯𝘨 𝘺𝘰𝘶𓊉
"Si yo ardo en llamas, tú serás cenizas..."


Ji-woo sentía el cuchillo frío en su cuello, cada vez más el hombre apretaba el cuchillo en su cuello.

Ella conducía mientras el hombre estaba hablando con su esposo, la situación que pasaba ahora,  le recordaba a la noche donde su esposo había dicho... "llámame cuando ya esté muerta"

Pero esta vez era diferente, aún así,  Ji-woo no podía evitar pensar que era el final de todo, ya que el inicio de todo fue cuando el hombre la secuestro. Ahora era el fin.

Sa-eon: Ji-woo no te preocupes, ya voy. Estoy yendo...

No vengas —dijo a través del teléfono, tenía miedo y las lágrimas no dejaban de correr por su mejillas—, te lo dije, por una vez... quiero protegerte yo, solo recuerda esto... te amo de verdad...

Sa-eon: Ji-woo...

Te amo, Baek Sa-eon. —pronunció Ji-woo antes de acelerar el auto.

¿Por que hacía esto? Por amor.

—¡Perra! ¿Otra vez con eso? —gritó el hombre.

—¿Recuerdas? Si empiezas algo, debes seguir hasta el final. Eso me dijiste, como yo lo empecé... voy a terminarlo —dijo
Ji-woo mientras seguía aumentando la velocidad—, ¡me aseguraré de que nunca más lo hagas sufrir!

—¿Estás loca? —gritó el hombre furioso.

—Si yo ardo en llamas, tu serás cenizas. —dijo Ji-woo por última vez.

Ji-woo estrelló el auto por el precipicio,
Sa-eon escuchó el estruendo a través del teléfono.

—¿Ji-woo? ¡Ji-woo! —gritó Sa-eon, pero no había ninguna respuesta.

Las lágrimas caían por sus mejillas sin parar, ¿acaso su esposa estaría bien?


Sa-eon llegó al lugar del accidente, ahí estaban varios hombres registrando la escena junto a los policías.

—Dijo que lo encontraron. ¿Que encontraron? No veo el auto. —dijo Sa-eon.

—Bueno... parece que el auto iba muy rápido en el momento del accidente —dijo el hombre—, chocó contra la barandilla y cayó directo...

Sa-eon se acercó y pudo observar lo que había abajo, era el vacío prácticamente.

—Encontramos esto —dijo el policía entregándole un zapato—, en la escena...

Era el zapato de Ji-woo, eran sus cosas.

—Debemos empezar con la búsqueda...

Tres autos llegaron a la escena eran los Kang, la primera en bajar del auto fue
Su-ah, estaba desesperada.

—¿Que sucedió? ¿Donde está Ji-woo? ¿Donde está mi hija? —indagó Su-ah.

—El auto... ¿cayó hasta allí? —pronunció Se-mi observando el vacío.

Su-ah se acercó con cuidado y observó el vacío, quiso correr hasta allí para buscar a su hija, pero su esposo la detuvo.

—¡Ji-woo! ¡Hija! —gritó Su-ah.

—Cariño, ¡tranquila! Porfavor... ella será encontrada —dijo el señor Kang mientras abrazaba a su esposa.

—No es hora de tu berrinche —pronuncio Young-su—, y mucho menos de que te arrepientas, debemos buscarla.

—¿Ya van a empezar con la búsqueda? —indago Yi-joon—, deben encontrar a mi hermana.

Un auto llegó, de allí bajo el señor Baek, Ui-young.

El señor Kang soltó a su esposa y tomó
a Ui-young de la camisa bruscamente.

—¡Todo esto es tu culpa! ¿Por que le perdonaste la vida y dejaste que pasara esto? ¡Tráeme a esa basura ahora mismo! —gritó el señor Kang.

—¿Que demonios dices? ¿Quien dijo que le perdone la vida? —gritó Ui-young.

—¡Tu padre me engaño! ¡Ese viejo! —gritó el señor Kang.

—¡Basta! No tiene sentido que se echen la culpa —grito Seo-yeon—, ¿desde cuando les preocupan sus hijos? ¿No ven que ustedes se lo buscaron? ¡Solo les importa sus puestos en la política!

—Seo-yeon, cálmate —ordeno Ui-young.

—¿Cómo podría? ¡Ji-woo puede estar muerta y a ustedes les importa quien tiene la culpa! —grito Seo-yeon—, Gracias a que nunca les importó el bienestar de sus hijos ahora una de ellas está desaparecida.

—Mamá... —pronunció Sun-hee mientras se aferraba al brazo de su padre.

—Ve al auto —ordenó Young-su—, eres muy pequeña para ver esto.

—¿Ver que...?

La mano de Young-su estampó contra la mejilla de Ui-young.

—Entrégame al monstruo que tienes como hijo —ordenó Young-su—, ¡Gracias a que tu padre no lo mato esa noche mi sobrina está desaparecida!

—¿A quien...

—¡Haz lo que te digo! Si no me entregas a tu verdadero hijo, tú morirás en su lugar —dijo Young-su.

—¿La van a encontrar? Por favor,
encuéntrenla... Ji-woo —pronunció Su-ah cayendo de rodillas

—Levántate —ordeno Se-mi mirando a su madrastra—, nunca te importo si Ji-woo estaba bien o mal, ahora no te hagas las sufrida sabiendo que tu hija está desaparecida.

—¿Cómo puedes decirme eso? —gritó
Su-ah.

—Es la verdad —dijo Yi-joon—, nunca te preocupaste por Ji-woo, te preocupaba que podías conseguir de ella.

—¿Hijo? Yo...

—Tienen que encontrarla —dijo Seo-yeon—, ella tiene que estar bien... hagan todo lo posible.

—Es lo que haremos —dijo el policía.

—¿Donde está la inservible de tu esposa? —indagó Young-su mirando a Ui-young.

—Ella...

—¿No vino? —indagó Sa-eon curioso.

—No. —contestó Ui-young.

—¡Esa perra! —gritó Su-ah—, ella fue, estoy segura.

—Cierra la boca —ordenó Se-mi—, deja de sufrir por algo que tu misma rompiste.

—Te lo advertí, Ui-young —dijo el señor Kang—, si le tocabas un solo pelo a mis hijas sería tu fin, pues prepárate para el fin de tu campaña, para el final del apellido Baek.

—Acabaré con tu familia, pero si no encuentras al monstruo tú serás el primero en caer —dijo Young-su.

Sun-hee se soltó del agarre de su padre y se dirigió hacia Sa-eon.

—Si te sirve de consuelo, ella dijo que no podía seguir sin ti, mi tía es fuerte. será encontrada y será feliz contigo —dijo
Sun-hee dándole un pequeño abrazo a
Sa-eon.

—¿Ella dijo eso? ¿Que no podía seguir sin mi? —indagó Sa-eon.

—Si, lo dijo. El día que estuviste en el hospital. —contestó Sun-hee—, ella siempre te quiso, tío.

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