Capitulo 10
𓊈𝘐'𝘭𝘭 𝘣𝘦 𝘸𝘢𝘵𝘤𝘩𝘪𝘯𝘨 𝘺𝘰𝘶𓊉
"Paz"
A la mañana siguiente Ji-woo despertó de una pesadilla en la cual perdía a Sa-eon, las lágrimas caían por sus mejillas. El miedo de perderlo empezó a aumentar.
Nunca había sentido tanto miedo de perder a alguien.
Salió de su habitación aún en pijama para dirigirse a la habitación de su esposo, dudo en abrir la puerta pero terminó haciéndolo.
Y allí estaba, durmiendo plácidamente.
Ji-woo se dirigió hacia él para acariciar su mejilla, hasta que el se despertó.
Ji-woo ahogo un grito y rápidamente se puso de pie para tratar de salir de la habitación pero Sa-eon la agarro de la muñeca tirándola a la cama junto a él.
La abrazó mientras la cubría con la sábana y volvía a acomodarse para seguir durmiendo.
—¿Dormiste bien? —indagó, con su voz ronca.
Ji-woo asintió con cuidado.
—¿No irás a trabajar? —indagó Ji-woo.
—Hoy no. No haré nada hoy, me tome el día...
—¿De verdad? —sonrió Ji-woo.
—Ya sabes, los últimos tres años no tuve días libres, ni feriados ni fines de semana. Puedo tomarme un día. —dijo Sa-eon.
—Entonces, ¿que harás hoy? —preguntó Ji-woo apenada.
—¿Hay algo que quieras hacer, Ji-woo?
—Bueno... si, cosas que nunca imaginé que haríamos juntos... se que suena ridículo pero, a veces lo imaginaba. Nos imaginaba haciendo cosas normales que hace todo el mundo con sus parejas, ya sea yendo al parque o pasear a un perro que no tenemos, Que gracioso, ¿no?
Sa-eon frunció el ceño, ¿acaso Ji-woo le estaba dando una indirecta de que quería un perro? ¿Un Cocker? ¿Un Salchicha? No imaginaba despertar con un perro durmiendo a los pies de la cama, o limpiar los desastres del cachorro.
—Aunque quería divorciarme y escapar de esta casa todos los días.
—¿Desde cuando? ¿Desde cuando empezaste a imaginar eso? —preguntó Sa-eon.
—No lo sé, probablemente... desde que les dijiste a los policías que soy tu esposa...creo que ahí empezó todo —contestó Ji-woo mirando a su esposo.
—¿Te enamoraste de mi? —preguntó Sa-eon.
—¿Enamorarme? ¿Yo? —Ji-woo empezó a reír nerviosa—, Es que nunca pensé que harías algo así.
—A mi me pasó mucho antes, muchísimo antes.
—¿Cuando? —indagó curiosa Ji-woo.
—Bueno... —Sa-eon atrajo a Ji-woo a su pecho abrazándola.
El teléfono de Sa-eon empezó a sonar, era el señor Kang.
—¿Que quiere? —indagó Ji-woo en un susurro.
—Debo irme, al parecer es urgente —dijo Sa-eon mientras se ponía de pie.
Ji-woo soltó un suspiro y se acosto en la cama.
—Prometo no tardar mucho —hablo prendiéndose la camisa.
—Es lo que espero —dijo Ji-woo mientras se llevaba el cabello para atrás—, ¿que tan urgente es?
—Muy urgente, lo siento —dijo Sa-eon para luego prenderse el saco.
—No te preocupes —sonrió Ji-woo sentándose en la cama—, debes ir, es tu trabajo.
Sa-eon asintió y ya había terminado de vestirse.
Miró a su esposa y se apoyó en la cama para dejar un corto beso en sus labios.
—Nos vemos pronto —sonrió antes de salir por la puerta.
Más tarde, Ji-woo le había abierto la puerta a su madre.
La madre de Ji-woo tomó asiento frente a su hija, la miró detenidamente.
—¡Ya se quien es el culpable! —expresó su madre—, ¿quien más podría amenazar a Sa-eon y sabría que están casados?
Kang Se-mi... ¿quien más? Esa mocosa... me di cuenta que querría separarlos. Se acercan las elecciones, todo va bien y ella llega para arruinarlo todo....
—Madre, deja de sacar conclusiones sin sentido. —dijo Ji-woo.
—¿Que? ¿Ya sabias que había vuelto? ¿Que dijo? ¿Quiere lo que era suyo? Le dijiste que no, ¿verdad? —indagó Su-ah—, no vuelvas a verla y no escuches lo que te quiera decir.
—Al contrario, ni quiere nada... solo quería verme —dijo Ji-woo cruzando las piernas.
—¡Ella te lavará la cabeza! ¡Quiere que mueras para poder quedarse con tu esposo! —exclamó Su-ah.
Ji-woo sintió su teléfono vibrar y vio el mensaje, ahogo un grito.
"Cariño, ¿recuerdas lo que dije antes? No sabes nada sobre Baek Sa-eon. ¿No quieres saberlo?"
Ji-woo sabía que su madre seguía hablando pero no le prestaba atención, le había llegado un video del secuestrador, era sobre una entrevista. ¿Que tenía que ver su esposo con esto?
Por otro lado, esos dos poderosos hombres estaban reunidos, el presidente Kang, dueño del grupo Liberty y Baek Ui-young el candidato a la presidencia. Quienes eran familia gracias a sus dos hijos Kang Ji-woo y Baek Sa-eon.
El presidente Kang dejó caer furioso la tableta al leer el artículo.
—¿Cómo lidiaras con esto? No puedo controlar todos tus errores como candidato —dijo el Señor Kang.
—La persona que debe lidiar con esto no soy yo ni mi hijo, eres tú. Hazte responsable y arréglalo. —ordenó el señor Baek.
—¿Que ridiculeces dices? Que usted no sepa controlar los escándalos de su familia no significa que deba controlarlo yo. ¿Si no puede controlar su familia como va a controlar un país tan importante como este? —dijo el señor Kang firme.
El señor Baek golpeó la mesa furioso.
—¿Todo esto no sucedió por culpa de tus hijas? ¡Si hubiera salido como lo acordamos, esto no estaría pasando! ¿Por que permites que me critiquen? —gritó el señor Baek.
—Es historia pasada, pero, ya que lo mencionaste. ¿Tú crees que el presidente Baek se encargó del talón de Aquiles de tu familia? ¿No lo sabes? ¿Hay algo que haya quedado sin eliminar?
—Claro que no —dijo el señor Baek temeroso.
—Si llegara a pasar que esa cosa apareciera ahora y nos perjudicará a los dos, esta vez, yo mismo lo cortaré en pedacitos y la esparciré en tu jardín, así que piensa en el futuro o prepárate para tu final —dijo el señor Kang poniéndose de pie.
—Y tú deberías pagarme. ¿Al menos no deberías fingir reparar la deuda que tienes desde hace tres años? —dijo el señor Baek—, me refiero a tus hijas.
—Si llegas a lastimar a mis hijas... será el fin de tu campaña, personalmente acabaré con la reputación de tu familia, haré que te arrepientas si tu o tu esposa tratan de lastimar a mis hijas, en especial a mi hija menor, Ji-woo es nuestra joya oculta.
Ji-woo había quedado en encontrarse con Jae-eon, quien estaba tomando un descanso como doctor y estaba ayudando a un orfanato.
—Me alegra que estes bien —dijo Jae-eon—, desde que empezaste a trabajar en la presidencia han pasado muchas cosas. Estaba preocupado.
—Gracia por preocuparte —dijo Ji-woo con una sonrisa.
—Pero, ¿qué sucede? ¿Por que viniste? —indagó Jae-eon.
—¿No dijiste que el caso que están investigando se trata de unos huérfanos desaparecidos? —dijo Ji-woo.
—Así es, ¿por que? —indagó Jae-eon.
—¿Puedes contarme un poco más? —indagó.
Más tarde, cuando Ji-woo se encontraba en el auto con Jae-eon, pudo apreciar las rejas de esa casa. Era la casa donde habían desaparecido todos los niños del orfanato.
—Los niños del orfanato entraron a esta casa y nunca más salieron —dijo Jae-eon—, ¿por que está abierta la puerta?
—¿Acaso vive alguien aquí? —indagó
Ji-woo mirando los portones abiertos.
—No lo creo...
—¿Alguna vez entraste? —preguntó Ji-woo.
Por alguna extraña razón, se sentía insegura estando con Jae-eon, habían sido amigos desde la secundaria. ¿Por que se sentía tan insegura con él ahora? ¿Acaso el...? No, sería imposible.
Aunque cuando él apareció... las cosas malas aparecieron... ¿acaso? Es imposible, el es su amigo...
—¿Por que me preguntas sobre el caso? —preguntó Jae-eon mirando a Ji-woo—, ¿sabes algo?
Ji-woo negó con la cabeza.
—Me estás preguntando y el vocero también me preguntó, ambos están interesados... es muy extraño —dijo Jae-eon—, se hizo tarde, volvamos de día.
Lo que ellos no sabían, es que dentro de esa casa se encontraba Sa-eon, cuando salió por la puerta pudo observar a Jae-eon en el auto junto a su mujer. ¿Que hacían ellos juntos?
Cuando se encontraban en la carretera caminó a la mansión Kang, ya que Jae-eon creía que ella vivía aún con sus padres. Pero no era así.
El teléfono de Ji-woo empezó a sonar, ella pudo leer quien era... "Baek Sa-eon"
Jae-eon pudo leer de quien se trataba, frunció el ceño mientras mantenía los ojos en la carretera.
—¿Quien te llama a altas horas de la noche? ¿Por que tu supuesto jefe te llama? Contesta. —ordenó el hombre seriamente.
Ji-woo escondió su teléfono en el bolso, no podría responderle a Sa-eon.
—Puedes contestar. —dijo Jae-eon.
Un ruido de bocinas empezaba a oírse, alguien estaba tocándoles la bocina.
—¿Que está sucediendo? —dijo Jae-eon.
Cuando la camioneta se posicionó al lado de ellos Ji-woo pudo apreciar quien era, era su esposo.
—¿Que hace? —preguntó Jae-eon mientras fruncía el ceño.
Cuando Sa-eon aceleró para adelantarlos, al ver que se acercaba un auto frenó rápidamente, haciendo que el auto de atrás frene.
—¿Está loco? ¡Definitivamente lo está! —exclamó Jae-eon acomodándose el abrigo.
Al ver que Sa-eon se bajó de su auto, Ji-woo se desprendió el cinturón y trató de bajar del auto pero Jae-eon la detuvo.
—No salgas, quédate aquí —ordeno Jae-eon.
Sa-eon trato de abrir la puerta del auto pero estaba bloqueada, haciendo que fulmine a Jae-eon con la mirada mientras pronunciaba;
—Abre —ordenó mirando a Ji-woo.
—No lo hagas —ordenó ahora Jae-eon—, no sabemos por que está así.
Ji-woo se soltó del agarre bruscamente para abrir la puerta y tomar la mano de su esposo, quien la ayudo a bajar del auto.
—¡Ji-woo! ¡Kang Ji-woo! —exclamó Jae-eon bajándose igualmente del auto.
Cuando observó que los de se tomaron de la mano, sujeto a Sa-eon por la muñeca.
—¿Que se supone haces? ¡Ji-woo apenas lo conoces! Es tu jefe pero...
Sa-eon se soltó del agarre y aún sostenía la mano de su esposa con fuerza pero sin lastimarla. Le abrió la puerta de su auto para ayudarla a entrar.
Luego volvió hacia a Jae-eon, el cual seguía parado allí.
—Te lo advierto, no vuelvas a acercarte a Kang Ji-woo —dijo Sa-eon firme.
—Ella no te pertenece —respondió Jae-eon en voz alta, estaba enojado—, ¿Que relación tienes con Ji-woo?
—Contéstame. ¿Cuando sabes sobre el incidente en el orfanato Sinil? ¿Sabes quien fue? —habló Sa-eon en voz alta.
—¿Por que a ti y a Ji-woo les interesa tanto ese caso...?
—¡Debería haber una investigación! —grito Sa-eon—, ¿ya sabes quien fue el culpable? ¿Estás buscando venganza?
—¿Venganza? —Jae-eon soltó una risa.
—No sé si tengo dudas razonables sobre ti o si solo es un malentendido, pero detente ahora. Deja de remover el pasado.
—¿Por que te importa tanto? ¿Que tiene que ver contigo? ¿Por que te molesta...?
—No me molesta el orfanato , me molestas tú, cuando tú apareciste... sucedieron el secuestro, las amenazas y la explosión. ¿Realmente es casualidad? —habló Sa-eon acercándose a Jae-eon.
—¿Que?
Sa-eon lo dejó solo hablando para subir a su auto donde allí estaba Ji-woo, Sa-eon estaba muy serio y mantenía su mirada en la carretera mientras conducía.
Ji-woo soltó un suspiro prolongado para luego tomar la mano de Sa-eon, la cual estaba completamente tensa, cuando Sa-eon sintió la calidez de Ji-woo entrelazó su mano con la de ella.
—¿Por que viniste aquí? —indagó.
—Por esto —dijo Ji-woo mostrándole el video en su teléfono, el cual hablaba sobre el orfanato—, me lo enviaron.
Eso ocasionó que Sa-eon detenga el auto en una orilla para bajar del auto junto con el teléfono de su esposa mientras leía los mensajes del secuestrador.
Ji-woo bajó del auto para dirigirse a su esposo el cual se encontraba de espaldas en plena carretera.
—¿Por que fuiste a hablar con Jae-eon? —indagó Sa-eon dándose la vuelta para mirarla.
—Le pregunté sobre el caso. —contestó
Ji-woo
—¿Y por que no a mi? ¿Tenias miedo de preguntarme? —habló Sa-eon—, Contéstame, Ji-woo.
—Es verdad —dijo Ji-woo dando una pausa prolongada—, tenía miedo...
—¿Por que? ¿Te da miedo y ansiedad que puedas descubrir algo impactante sobre mi? ¿Es eso? —indagó Sa-eon dándole la espalda.
—Tengo miedo... tenía miedo de que descubrieras que yo estaba detrás de las llamadas de 406 y que no quisieras verme —dijo Ji-woo mientras sentía sus ojos humedecidos—, tengo miedo de perderte, Sa-eon, quería huir antes de que descubrieras todo...
Ji-woo se llevó la mano al pecho mientras las lágrimas caían por sus mejillas.
—Ahora tengo miedo de que huyas si descubro tu secreto como me paso a mi, por eso no podía preguntarte, se como se siente... es no es lo único que me da miedo, hoy estaba ansiosa desde que desperté, tenía miedo que lo de anoche haya sido un sueño, ese tipo de sueño que despiertas llorando sintiéndote vacía...
Ji-woo bajó la mirada mientras trataba de limpiarse las lágrimas que habían caído por sus mejillas.
—Creí que... me abandonarías sin razón como todos lo han hecho, creí que... volvería a ser infeliz si tú huías...
Ji-woo no pudo terminar de hablar ya que Sa-eon la envolvió en un abrazo, ese tipo de abrazos que sentías que estabas a salvo sin importar el mundo exterior.
—¿Que puedo hacer para darte paz? —indagó Sa-eon.
—No me ocultes nada, muéstrame todo... yo puedo lidiar con lo que sea —dijo Ji-woo separándose del abrazo.
—No estes tan segura... —dijo Sa-eon mientras sus ojos se cristalizaron.
—¿Por que no? Sabias que era 406 y, sin embargo, no me abandonaste. Mostremos lo peor de cada uno y así estaremos a mano. Me quedare sin importar que.
—Kang Ji-woo... —habló Sa-eon acariciando la mejilla de su esposa—, Si... algo me pasa y el Baek Sa-eon que conociste desaparece de este mundo, incluso si dejo de ser el nieto de Baek Jang-ho y el hijo de Baek Ui-young y el vocero, recuerda esto... el único Baek Sa-eon que quiero dejar en este mundo es aquel que pertenece a Kang Ji-woo...
Ji-woo abrazó a Sa-eon con todas sus fuerzas mientras las lágrimas caían por sus mejillas.
Ji-woo tomó asiento frente a su hermana quien estaba observando todo el apartamento.
—Es extraño. Se suponía que esta sería mi casa cuando me casara —rio Se-mi.
—Tengo que preguntarte algo —dijo Ji-woo cruzando las piernas.
—Adelante...
—¿Por qué volviste? —preguntó Ji-woo—, si deseas reclamar....
—Para empezar... ¿no deberías preguntar por qué me fui? —habló Se-mi—, papá me dijo que el extorsionador de Sa-eon sabe todo... sobre ti y su matrimonio. Entonces, también debes saber por que no quise casarme con Sa-eon.
—¿De que estás hablando? Se-mi si esto se trata...
—La razón por la cual fuiste un reemplazo... es —Se-mi dejó una hoja sobre la mesa del salón—, Baek Sa-eon esconde un secreto.
—¿Que se supone que es esto? —indagó Ji-woo tomando la hoja entre sus dedos.
Y allí pudo leer el mayor secreto de su esposo, el no era hijo de Baek Ui-young...
—¿Ya lo sabías? —indagó Se-mi.
—No estaba al tanto —respondió Ji-woo.
—Se que no tengo derecho de decir esto, pero, Ji-woo... ojalá no te engañen más. Se que tu mamá te obligo a tomar mi lugar y que no tuviste opción... ¡Pero si los Baek nos engañaron desde un principio, no sigas soportándolo! Descubriré el secreto que nos están ocultando, hablaré con Sa-eon si es necesario. —dijo Se-mi poniéndose de pie.
—Es mi decisión —contestó Ji-woo poniéndose de pie—, no fui tú reemplazo, no es porque mi madre me obligó... Yo, Kang Ji-woo elijo a Baek Sa-eon.
—Ji-woo... —musitó Se-mi con una sonrisa.
—Y no es el único que tiene secretos, yo también lo engañe con mi secreto... y lo sabes —dijo Ji-woo.
—No se que pensabas tú, pero cuando éramos niñas me gustaba cuando decías mi nombre, aunque odiaba a tu madre y de repente tenía a dos hermanos que no conocía... "hermanita" tu voz era adorable, tener una hermana menor que decía mi nombre así... era muy lindo de verdad...
Ji-woo tomó la hoja nuevamente para mirar a su hermana.
—¿Quien te envió este documento? —preguntó Ji-woo.
—No lo sé, no tiene remitente y no fueron nuestros padres... pero estoy segura de algo, aquel sabía que si yo veía esto, no me casaría con Sa-eon... Alguien quería que el casamiento no se llevara a cabo.
Ji-woo soltó una risa, al instante pudo saber de quien se trataba.
—Ahora que lo pienso mejor —pronunció Se-mi—, cuando lo conocí, él tenía 15 años. Nunca lo había visto antes, eso me pareció extraño. Baek Ui-young tenía un hijo dos años mayor que yo, y nunca lo había visto aunque fuéramos vecinos...
—Ahora entiendo por que sus padres lo trataban como a un extraño —dijo Ji-woo—, no sentían afecto por el.
—Tal vez si hay un hijo biológico, si Baek Sa-eon se convirtió a su hijo a los 15 años, ¿quien era su hijo antes de eso? ¿Y por que lo escondían?
Las horas pasaban, cada vez era más tarde y Sa-eon no había llegado a la casa, incluso Se-mi ya se había ido.
Lo había llamado una y otra vez pero no contestaba, incluso llamo a la policía y no funcionó.
Se dirigió a su habitación sin pensarlo y se cambió de ropa, se decidió por ir a ver a sus suegros, no importaba la hora. Ya no sería la mujer que permanecía callada ante la presencia de sus suegros.
Cuando finalmente salió del apartamento, pudo subirse al auto y salir del famoso edificio y dirigirse a la casa de los Baek.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top