-Capitulo único

Largo día en el trabajo, el pensamiento de mucha gente después de una pesada jornada laboral, esto igual lo pensaban los maestros, todos ya salían para irse a sus casas o algún otro sitio de la escuela, ya fuera para pasar un rato con su familia o amigos, hasta un agradable momento ellos sólos con solo su compañía.

Quizás para ver una película, salir algún bar o algún sitio similar para despejar su mente de la rutina monótona de casi todos los días.

La escuela, ya estaba vacía retirándose todo el personal de esta misma. Un profesor, de pelo blanco junto con unos lentes ovalados, llevando ropa gris y negra, salía de esta misma sin nada de prisa, llevando su maletín en mano, caminaba por las calles que eran iluminadas por las luces de los locales de la ciudad junto con el anochecer.

Iba con una gran tranquilidad, pero no se le veía aburrido o algo del estilo, si no más bien... Relajado, solamente disfrutaba del ambiente de su alrededor, mirando y caminado por la ciudad. Llegó a una entrada del subterráneo, bajando las escaleras de estas, fue ha esperar en las bancas en lo que su tren llegaba, sentando mientras tenía una pierna cruzada, solo veía a su alrededor esperando el tren llegar.

Saco su celular de su maletín, metiéndose a este mismo para matar el tiempo y hacer menos aburrida su espera.

Subió al tren que no tardo mucho en llegar, llegando igual a su estilo en minutos. Saliendo de la estación que lo dejo más como en el centro de la ciudad; está era muy transitada, los locales y edificios estaban iluminados y llenos que gente, ya sea por la gran cantidad de puntos de reunión que había (restaurantes, bares, etc...).

Continuaba su camino, seguro de si mismo y llevando una pequeña sonrisa, como si estuviera ansioso y emocionado por llegar a su punto.

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Después de tanto, llegó a su destino; un antro-bar que era iluminado por luces de varios colores siendo toda su fachada negra y con una que otra ventana cubierta por dentro por cortinas rojas. Entró al lugar, con una fuerte musica que predominaba el sitio habiendo un montón de gente diviertiendose ya sea charlando, bebiendo o bailando.

Todo esto no le importaba, el venía algo más. Casi al final del local había unas escaleras habiendo un hombre parado afuera de estás recargado en la pared y de brazos cruzados siendo un guardia del lugar.

– ¡Buenas noches!. — dijo risueño el profesor Tim hacia el vigilante — ¿Sabe si aún está disponible?.

— el guardia, bajo sus lentes un poco viéndolo señalandole luego las escaleras con su pulgar — Si, si es a quien creo que buscas aún no ha sido apartado.

– Muchas gracias. — se despedido subiendo las escelares con una enorme alegría —.

En el segundo piso había un montón de habitaciones, fue hasta casi el final del pasillo tocando la puerta escuchando un "adelante" abriendo la puerta asomándose.

– Buenas noches. — hablo un hombre de buen físico y cabello negro, con lentes de una forma peculiar llevando una camisa negra y shorts, dando al espalda al profesor — Debe un momento y enseguida- — mientras hablaba se dio la vuelta haciendo que tuviera una expresión como de fastidio hacia su contrario — Oh, eres tú... Creí que no regresarías.

Continuo haciendo su trabajo, tomando la ropa que había en el sillón de la habitación dirigiéndose a la parte trasera de un biombo.

– Te prometí que regresaría.

– Creí que solo sería una promesa vacía, sinceramente pensé que rentarias alguien más.

– Bueno, tu trabajo de la otra vez fue... Excelente. Quedé satisfecho y si quiera un poco más.

– Mira, lo que sea que pienses solo olvídalo.

– ¿De que hablas?.

– Se lo que quieres, y eso no lo hago yo. — salió del biombo, ahora llevando puesta una lencería que solía llevar normalmente — Te regresaré el dinero, en el caso que te dijeron que hago esos trabajos.

– No, no vine por eso. Cómo te mencionó vengo por tu excelente trabajo y quisiera más.

Se quedó viendo al profesor por unos segundos, sin creer aún o en realidad sin saber que decir al respecto, solo viéndolo con algo de fastidio. Solo dio un suspiro acercándose con el teniendo la mano extendida.

– Bien, sabes el precio. — comento con una cara y tono de fastidió —.

— de su maletín que llevaba, saco de ahí un pequeño sobre de papel entregándoselo —.

Tomo el sobre, abriéndolo para examinar su interior. Lo dejo en una pequeña mesa que había en el lugar.

– De acuerdo.

Subió a una pequeña plataforma elevada donde en el centro de está había un tubo de metal.

– Me sigue sorprendido que vinieras. — coloco sus manos en el tubo, abrazándolo igual con una pierna, inclinándose poco a poco sosteniéndose —.

– Vuelto a decírtelo, me gusta mucho tu trabajo.

– Déjate de juegos, solo dimelo y terminemos de una vez. — mientras hablaba iba bailando, dando movimientos lentos pero que por una manera era como atrayentes —.

– Vuelto a decirlo, adoro tu trabajo. Tienes potencial para esto.

De una botella de alcohol que había en la pequeña mesa delante del sillón donde se estaba el profesor, este mismo se sirvió en un pequeño vaso de vidrio.

Mientras tenía la mirada baja o no le presta atención a su contrario, este se dirigió hacia el profesor de pelo blanco escuchandose solo el tacón de sus botas. Para el momento en la que el de pelo blanco subió la mirada fue arrinconado por el bailarín que coloco sus manos en la pared estando muy cerca de el, cara a cara ambos.

– Dímelo de una vez si no quieres que llame a seguridad.

– No es forma de tratar a un cliente y lo sabes.

– Escucha, no me gusta igual esto solo escupe lo que tengas o quieras decirme y ya, me ahorras tiempo.

– Oh~ — coloco un dedo en su boca, llevando la mirada provocativa lo iba bajando poco a poco hasta su pecho — Sigo con lo mismo, te adoro y quiero más.

– Ya te dije, esos trabajos no los hago.

– No vengo por eso, también se que no eres una puta.

– ¿Que mierda acabas de-

– Por eso lo digo, se que no lo eres. Un hombre como tú ni con todo el dinero haría tal trabajo sucio.

– Je je, si que me conoces y apenas es tu segunda visita.

– Podría venir más, claro si igual conservas la calidad de tu trabajo.

– ¿Acaso esto es un reto?.

– Tómalo como quieras.

Quitó su dedo del pecho de este para colocarlo en el mejilla de su contrario, hasta bajarlo a su mentón.

– Haz lo que tú quieras, dulzura~.

Creció un ligero sonrojo en el hombre, quitándose al momento para alejarse de este y volver a subir a la plataforma continuando con su trabajo.

Era solo observado por el profesor, que esté solo bebía el alcohol que se había servido hace poco. Teniendo una mano con el pequeño vaso de vidrio y la otra estirado en la parte de arriba del sillón teniendo su pierna cruzada.

Por un buen tiempo no hubo nada de conversación entre ellos, solo aquel hombre mayor en altura continuaba con su trabajo, el maestro de pelo blanco lo veía con una ligera sonrisa

Pasaron casi tres horas, terminando el trabajo el bailarín, el profesor tomo sus cosas al igual que su maletín dirigiéndose a la salida, apenas tocó la majina...

– Oye. — dijo el bailarín de pelo negro haciendo que se volteara — Pensé en lo que me mencionaste la primera vez que viniste, y solo quería preguntarte si está la posibilidad o... Hay espacio para un profesor de gimnasia.

Al escuchar sus palabras el peli blanco dio una ligera risa manteniéndose esa sonrisa en el, al igual que lo veía con felicidad y con cierto cariño acercándose a él.

– Claro, estoy seguro que el puesto de profesor todavía sigue disponible si te interesa puedo apartartelo.

– Si me harías el favor.

– Muy bien, lo comentare mañana y cualquier cosa te lo haré saber.

Tomo las manos del peli blanco para estrecharlas, dejándole un papel en la mano.

– Te daré mi número para que como me comentas me avisarás de lo que te digan tus superiores.

– Si, ten lo por seguro, Señor...-

– Leslie, igual no es necesario tanta formalidad.

– ¿Leslie?. — soltó otra leve risa cubriendo un poco su boca con su mano —.

– ¿Que es lo divertido?. — lo miro un tanto molesto por su acción —.

– Je je no me es divertido ni nada por el estilo, solo se me hace un nombre lindo, señor Leslie.

— se quedó mirandolo fijamente con la mirada perdida un tanto en el, saliendo de ese pequeño momento — Oh, entiendo. ¿Y con quién tengo el gusto?.

– Timothy.

– Es un nombre... Lindo, supongo.

– Je! Si.

Se quedaron viéndose fijamente el uno al otro, con miradas perdidas. No era un momento incómodo, había algo que hacía que no creciera esa incómodidad.

– Bueno, ya se me hace tarde podrías... ¿Soltar mis manos?. — dijo un tanto apenado Tim dando una sonrisa igual —.

– Oh, si. — lo soltó inmediatamente —.

Ahora el profesor tomo su mano estrechando la para luego despedirse, retirándose igual del lugar dejando solo a Leslie mirando la puerta donde se había retirado.

Era extraño, normalmente no se encariña con ningún cliente y ese era el problema, aquel peli blanco era diferente. No sabía con exactitud que pero aún le agradaba su compañía.

Desde la otra noche sentía lo mismo.

«---------------[ Un día anterior]---------------»

Una noche más en el antro, la música sonaba a todo volumen apoderándose está del lugar, luces de varios colores iluminaban. Era como cualquier día, nada nuevo.

Esto era igual para los bailarines del lugar, faltaba poco para que empezará un show que era costumbre hacerse ahí, tanto bailarines hombres como mujeres iban al centro del lugar dando un "show especial".

En esas horas no había tanta renta de ellos para los que quedaban libres, mayormente se turnaban, pero no era el caso de uno. Un hombre, alto en altura, pelo negro corto con un tipo rayo en este mismo, de lentes de una forma extrañaba, se quedaba solo viendo al fondo del lugar de brazos cruzados y recargado en la pared, se veía de no tan de buen humor por su cara el show desde lejos.

No hacia nada en especial y no se le veían intenciones de subir a dar su parte, aunque se mostrará medio molesto estaba tranquilo, el... Ya era así.

Esa tranquilidad se arruinó al sentir unos pequeños toques en su hombro, volteó mirando a un hombre de estatura un poco más baja que el y de pelo blanco a su lado, vestía muy bien hasta formal se podría decir, llevaba en su cara una sonrisa cálida.

– ¿Estas... Ocupado?.

– No. ¿Necesitas algún servicio?.

— le dio un sobre de papel al peli negro — ¿Alcanzo con esto?.

— tomo el sobre abriendo para ver su interior, subiendo la mirada con su contrario — Una hora, ¿Te parece bien?.

– Más que perfecto.

En su respuesta juntó sus manos aumentando su sonrisa a una más radiante, resultandole un tanto "raro" al trabajador del lugar. Pidio que lo siguiera haciendo caso a su órden, subieron unas escaleras llevándolos al segundo piso que estaba lleno de cuartos, entraron a una cerrando la puerta.

De ahí empezó su trabajo, subió a la pequeña plataforma de en medio de la habitación, el peli blanco se sentó en el sillón que había enfrente donde se había subido el bailarín, de ahí empezo su trabajó.

Comenzaba a bailar sobre el tubo entre otras cosas que resultaban provocativas, siendo solo observado por su cliente en el sillón con un vaso de whisky en la mano.

El profesor lo veía un tanto sonrojado y con cierta admiración del como este estiraba y flexionaba su cuerpo.

– Tienes... Un muy buen físico.

Continuo haciendo su trabajo sin darle importancia a su cliente.

– Sabes, serías un gran profesor de gimnasia. ¿Por qué no lo intentas?.

— Paro aún agarrándose del tubo — Oye tío, tu solo me pagaste por bailar, eso dejaselo a las damas de compañía.

– Oh, cierto jeje. — río un tanto apenado —.

– Aún así no tengo madera para ser profesor.

– Eso decimos muchos al inició, deberías intentarlo.

– Ja ja si claro, yo un tripper le enseñará a mocosos el como moverse y tener condición física. — subo un poco al tubo, agarrándose de sus piernas de este se iba inclinando hasta llegar al suelo teniendo los ojos cerrados — Ni a mí se me había ocurrido esa broma.

– No es una broma.

Mencionó el menor en estatura escuchandose su voz más cerca de con el extrañandose, al abrir los ojos vio como lo tenía enfrente suyo agachado a su nivel estando frente a frente.

– Lo que digo es enserio, te veo potencial.

Se levanto inmediatamente alejándose de este con un ligero sonrojo.

– Mira, solo estoy por qué me pagaste. Nisiquiera debería estar hablando contigo, eso no lo hago.

– Bailas para desconocidos pero no puedes hablar, un tanto extraño tu contrato.

– Si vas a estar para burlarte o molestarme solo vete. Nisiquiera sé por qué agarraste mi servicio si las bailarines estaban disponibles.

– No gracias, no me interesaban. — contesto con una simpleza aún estando agachado en el suelo —.

En su respuesta ya sabía claramente a que iba.

– Bueno... Aún así, estaban los bailarines dando el show especial-

– No, me llamaste más la atención. — lo interrumpio levantándose del suelo —.

Se acercó a el hasta quedar frente a frente nuevamente, estando un poco de puntitas para alcanzarlo.

No sabía el por qué de todo esto confundiéndose y aún más por la cara que llevaba, como si estuviera lleno de lujuria.

– Me gustan más los hombres como tú.

– Oh, ¿Enserio?.

Decidió seguirle el juego ahora, levantándose la ceja e imitando su cara para acercarse el más provocando que se aleje el peli blanco pero siguiéndole el pasó.

Choco contra la pared el profesor, apenas tocó la pared e iba irse por un lado las manos del bailarín lo arrinconaron llendose de un rubor rojo en su cara.

– Es bueno saber que a simple vista te traje, espero no haberte decepcionado. — tomo su mano, colocándola en su boca aún conservando esa mirada que hacía que se pusiera rojo su contrario —.

– ¿A-a que te refieres con decepcionar?. — pregunto un tanto nervioso y apenado —.

– Que tú hora ha terminado. — la mano que le tomo le mostró su reloj que llevaba —.

Se separó del profesor llendo detrás de un biombo que había en la habitación.

— ¿Ya es todo?.

– ¿Estas sordo o que? Así como escuchaste, tu hora termino.

Se quedó callado un rato el menor en estatura.

– ¿Estarás mañana?.

Su pregunta hizo que se asomara su cabeza para verlo un poco confundido.

– Exactamente... ¿Para que?.

– Comprare mañana tu servició, claro si estás.

— se quedó viéndolo unos segundos para continuar en lo suyo detrás del biombo — Si, siempre estoy.

– ¡Entonces vendré!.

Tomo sus cosas que dejo en el sillón, al igual que el pequeño vaso de whisky de la mesa tomándolo de un trago.

– ¡Nos vemos mañana!. — se despidió con una gran y amable sonrisa para irse de la habitación.

Se quedó solo viendo todo lo que hacía aún más confundido que hace unos minutos. No entendía su comportamiento, solo le quedó reír y terminar de cambiarse.

Sabía que no regresaría, solo era algo para sacarle conversación.

Le resultaba tan... Interesante aquel hombre, nunca había conocido alguien como el. Era extraño pero le era un tanto atractivo la manera de ser de su cliente.

¿Ser profesor de gimnasia? Ja ja, que buen chiste. Ni ha el se le pudo haber ocurrido algo así.

¿Quién tomaría ese trabajo?.

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