01

Yunho abrió la puerta del departamento e ingresó tratando de no hacer ruido. Era tarde, estaba muy oscuro y hacía frío, pero definitivamente era más temprano de lo que se suponía que debía llegar a casa. Había pasado toda la tarde con San y BBT ajustando algunos detalles de la coreografía en la que estaban trabajando para el próximo regreso a la vuelta de la esquina. Estaba cansado, quería bañarse y comer algo.

Dejó la comida en la mesa de la cocina y caminó hasta el pasillo que lo conducía hasta su habitación. Movía su cuerpo al ritmo de la música en su cabeza y pensaba en todo lo que había hecho en el día y en lo bien que lo había pasado a pesar de todo el esfuerzo y el sudor, pero a mitad del camino se detuvo para tocar la puerta de Mingi con la idea de invitarlo a comer como lo hacía cada vez que llegaba tarde a casa.

En las últimas semanas había descuidado un poco su relación estrecha con Mingi (con la mayoría de los miembros si era honesto), pero lo que más le dolía era crear una brecha entre ellos, no podría soportarlo, estaba muy acostumbrado a Mingi y al afecto que el menor le daba, sin embargo, últimamente había notado que Wooyoung estaba ocupando su lugar, quizá se debía a que ahora los tres compartían el dormitorio, y además, él y Mingi eran los miembros más pegajosos, por lo que naturalmente se atraían el uno al otro.

Unos murmullos detrás de la puerta apenas abierta le indican a Yunho que Mingi no está solo.

―Mingi-yah ―es un suave gemido, tan bajo que Yunho casi se lo pierde.  Está a punto de tocar la puerta y empujarla cuando otro gemido más fuerte sale de esa habitación, haciendo que se paralice.

Yunho no es ajeno a la tensión sexual que hay entre los miembros después de largas y arduas horas de trabajo, había visto a San frotarse la polla más veces de las que le gustaría admitir cuando compartía habitación con él. Había visto desnudos a más de uno cuando se vestían apresurados o cuando compartían duchas para agilizar el tiempo, él mismo había entrado al baño para hacer sus necesidades cuando Wooyoung se estaba bañando una vez y era, dentro de todo, normal para gente que vivía toda junta en la misma casa por años. Sin embargo, nunca se habían enredado entre ellos. No así.

La mano de Yunho tembló a medio camino y saltó ligeramente al escuchar otro gemido extremadamente necesitado de Mingi que lanzó a la borda todos sus pensamientos racionales. Definitivamente estaban haciendo algo ahí adentro, pero no sabía qué hacer. ¿Debía irse? ¿Debía llamarlos y fingir que no había escuchado todo eso?

¿Qué se supone que debes hacer cuando escuchas a tu mejor amigo follando?

―Yu- Yunho va a llegar pronto ―dijo Mingi ahogando la voz contra algo que Yunho no podía ver.

―Es temprano, amor. Dijo que llegaría después de las diez ―fue la suave respuesta de Wooyoung.

Yunho apretó el puño y los labios sin darse cuenta de que lo estaba haciendo. Miró hacia el interior de la habitación y pudo distinguir dos pares de piernas enredadas, unas desnudas y las otras cubiertas por unos jeans anchos. Las piernas desnudas estaban separadas ligeramente, temblando.

―Te sientes tan bien ―murmuró Wooyoung en voz baja, sonando medio ronco―. No puedo esperar para estar dentro de ti nuevamente.

Yunho parpadeó. ¿Dentro? ¿Nuevamente?

―Sentir que me aprietas tan fuerte como aprietas mis dedos ahora mismo.

Yunho no sabía porqué estaba escuchando un momento tan íntimo, porqué estaba tan congelado en su lugar sin saber qué hacer. Una parte de él estaba molesta y la otra estaba completamente dura. Yunho llevó una mano a sus sudores grises y apretó la notoria tienda de campaña, avergonzado. Se lamió los labios y dio un paso atrás, pero la suave voz de Mingi lo detuvo.

―Huh, Wooyoungie, más- más despacio. Es- es sensible. ―Mingi sonaba destrozado.

―¿Estás cerca, princesa? ―Un sonido de beso húmedo llegó a los oídos de Yunho y Yunho por primera vez en su vida sintió ese lindo y dulce apodo sonar sucio.

―Woo- Wooyoungie... ―Las piernas de Mingi se contrajeron y el sonido a chapoteo se detuvo de repente. Sólo se escuchaba la respiración acelerada de Mingi y la suave y molesta risa de Wooyoung.

―Me debes un orgasmo, dulzura.

Mingi parecía estar luchando para regular su respiración.

―Cállate. Es tarde.

Yunho no pudo evitar sentir algo al escuchar a Mingi tan necesitado, se oía tan bien alcanzando el clímax que eso le hizo preguntarse en qué demonios estaba pensando. ¿Por qué seguía ahí?

La risa de Wooyoung llenó los oídos de Yunho de nuevo. Estaba muy divertido por la situación.

―Déjame limpiar el desastre que hice ―dijo Wooyoung moviéndose en la cama―. Con mi lengua.

―¿Qué parte de que es tarde no entiendes? Nos van a atrapar, idiota ―Mingi empujó a Wooyoung de la cama―. Mueve tu trasero al baño y ocúpate de tu problema antes de que llegue Yunho.

Yunho abrió los ojos con impresión y se alejó silenciosamente, retrocediendo con lentitud, esperando que la madera bajo sus pies no crujiera. Cuando estuvo a un par de metros, gritó:

―¡Ya llegué, traje comida!

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