13.

summary: donde a jennie le gusta la hermana menor de su ligue.

rosé g!p.

...

Me removi sobre el suave colchón donde estaba acostada algo incómoda, apreté mis ojos aún cerrados y al volver a moverme entendí porqué me sentía así.

Estaba mojada.

La humedad entre mis piernas era la razón de porqué me hallaba de esta forma. Ahora lo recuerdo, había tenido un sueño erótico con Chaeyoung, otra vez, y eso había hecho que despertada de esta forma.

Joder, cada día son más recurrentes. No importaría si tan solo ella no fuera la hermana menor del chico con el que tengo "algo", pero desgraciadamente es así. La chica tiene 17 años y aún así ha logrado que esté más interesada en ella que en su hermano de 25.

Yo había recién cumplido los 21, llevaba "saliendo" con Mingyu desde hace cinco meses pero nunca hemos llegado a nada oficial. Me gustaba, obvio, era un chico atractivo pero no me sentía como me siento cuando comparto con su hermana. Su hermana menor de edad.

Tampoco le llevas tanto recordé que me había dicho Irene cuando le confesé la atracción que sentía por ella. Pero aún así me siento algo mal.

Aunque eso se me olvida cuando nos besamos porque sí, nos hemos besado y varias veces.

Nos hemos besado en su habitación, nos hemos besado en su cama, nos hemos besado en el sofá de la sala, en la cocina, en el patio. Nos hemos besado en muchos sitios de su casa.

Y ahora la tenía detrás de mí dormida, con su dura erección pegada a mi culo porque la carpa en la que estamos no era lo suficientemente grande para tener espacio personal.

Habíamos salido a acampar con nuestro grupo de amigos, Mingyu invitando a su hermanita. El problema es que terminé discutiendo con él y por eso ahora estoy durmiendo con Chaeyoung.

Me mordí el labio tratando de separarme un poco, pero eso sólo logró que su erección se clavara más en mi culo.

Me maldije por estar usando un short con la tela tan delgada pero la maldije más a ella por no llevar nada más que unos boxers de tela. Podía sentirla demasiado y eso tan sólo me hacía ponerme más caliente.

Me relamí los labios y me dejé llevar. Esta vez moví mi culo contra su pene para pegarme más a ella, podría sentir como mi coño empezaba a palpitar por la creciente excitación y como iba mojandome cada rato más.

Agarré la mano que descansaba en mi pierna y la subí hasta mi pecho, poniendo su palma sobre una de mis tetas con la mía aún encima de la suya para tocarme con ella. Hacía que me agarrara las tetas mientras seguía moliendome sobre su dura erección.

Escuché un suspiro cerca a mi oído y como su mano agarraba por sí sola mis tetas.

Al fin se despertó.

—no sabía que podías ser tan zorra— escuché su ronca voz y gemí. Lejos de ofenderme por lo que me dijo, sólo me calenté más.

—bueno, la que me estaba clavando su verga es otra— bromeé. Escuché como se reía y me tomaba de la mano para guiarla dentro de su boxer.

Me mordí el labio al sentir la caliente y dura carne de su miembro. Me reí internamente al comprar su pene con el de su hermano, al parecer Dios quiso más a Chaeyoung.

Enrollé su miembro en mi mano y empecé a masturbarla, sentía como el líquido preseminal se escurría, sentía sus pronunciadas venas bajo mi tacto. Bajé hasta agarrar sus calientes bolas, las acaricié, apreté y volví a acariciar.

Una de sus manos se había encargado de meterse entre mis pantalones y bragas y la tenía masturbándome ella a mí. Mi sensible clítoris estaba recibiendo la atención que tanto necesitaba de sus dedos. Levanté la pierna cuando sentí sus dedos abandonar el pequeño nervio y bajar hasta mi entrada.

—tengo tantas ganas de metertela, gatita—besó mi cuello tras decir esto mientras me metía un dedo.

La mano que aún tenía sobre su miembro se apretó a su al rededor debido a la repentina acción.

Una de sus piernas se puso entre más mías para abrirlas más, saqué mi mano de sus boxers y agarré su nuca queriendo estabilizarme de alguna manera. Sus dedos entraban y salían con precisión, se sentía muy bien, pero necesitaba su miembro llenandome.

—Chaeg— gemí bajo. Ella emitió un sonido de que me hizo saber que estaba prestandome atención— metemela.

Un suspiro salió de sus labios— ¿crees que sea buena idea hacerlo acá? la carpa está algo pequ—

gruñí— sólo metemela, Chaeyoung.

Escuché una risita y luego sentí como hacía a un lado el short y las bragas, otro movimiento donde supuse que se bajó el boxer para sacarse el miembro y luego sentí la cabeza de éste pasarse por mis labios vaginales. Se estaba burlando de mí esta hija de puta, no dejaba de sobar su erección contra mi coño, lo golpeaba y luego amagaba mi entrada.

—joder, metela o voy donde tu hermano para que me coja él— me quejé.

Otra de esas risitas que estaba odiando y por fin sentí que se iba abriendo camino.

Joder.

Cerré los ojos cuando sentí como adentró el glande y tomé la mano que tenía sobre mis tetas, ella de alguna forma logró entrelazar nuestros dedos.

Tragó saliva con fuerza— joder, qué rico aprietas.

Sentí que soltó mi mano para tomarme de la pierna y levantarla para tener las espacio. Enterré mi rostro en la almohada para amortiguar el gemido que salió de mi cuando la sentí totalmente dentro de mí. Inconscientemente bajé una mano hacía nuestra unión y acaricié sus testículos, se sentía tan bien tenerla tan dentro de mí.

—muevete— le pedí.

Sus movimientos eran suaves, cada estocada era profunda y lenta. Sabía que estaba resistiéndose para que nadie sospechara pero Dios, necesitaba que lo hiciera con más rapidez y fuerza. Gemí cuando sentí una dura penetración, definitivamente quería rápido y duro.

Me moví saliendome de ella y volteé a mirarla, se veía confundida. Sonreí e hice que se hiciera en la mitad del colchón y me monte sobre ella de espaldas. Sentí sus manos en mi culo, con sus pulgares separando mis nalgas para ver como volvía a tomar su pene y lo acomodaba en mi entrada.

—mierda, desde acá puedo ver cómo te abro de rico.

Reí ante su juguetón tono de voz y decidí complacerla dejándola mirar un rato más. Sacaba y volvía a meter parte de su miembro de mí, estaba torturandome a mí misma pero las palabras soeces de Rosé hacía que no me arrepintiera.

Sentí como se sentó y me tomó de la cintura para enterrarse en mí. El gemido que solté fue tan fuerte que seguro desperté a nuestros amigos.

—silencio, gatita. Ahora empieza a moverte— ordenó.

Me apoyé en sus muslos y empecé a montarla. Ella se había apoyado en sus antebrazos mientras me veía encantada.

En algún momento de la noche me había quitado toda la ropa, ella seguía con una camisa oversize y su boxer. Estuvimos en la misma posición durante un buen, Chaeyoung se había sentado para poder tocarme y besarme mientras seguía cogiéndome. Tomé sus manos y las puse en mis tetas, su boca en mi cuello y el contacto de su cuerpo con el mío me tenía loca.

En un movimiento rápido me acostó boca arriba y se puso sobre mí. Se enterró con fuerza de nuevo y empezó a cogerme con mucha más rapidez y fuerza. Había tomado su rostro en mis manos para verla mientras me cogía.

Los gemidos y jadeos estaban muy presentes, en este punto a ninguna de las dos nos interesaba que nos oyeran. Sé que en la mañana seguro discutiria con Mingyu pero no me importaba, al final no somos nada.

Chaeyoung bajó su rostro para besarme, un beso húmedo y desastroso. Me mordió el labio y la haló, saqué la lengua y ella la lamió, luego subió una de sus manos hasta mi boca y metió su pulgar haciendo que empezara a chuparlo.

Empecé a sentir ese rico cosquilleó en mi vientre bajo, ese que siempre avisa cuando el orgasmo está cerca. Cerré los ojos y clave mis uñas en su espalda, las piernas cerrándose sobre su cintura y llegó, me corrí con un agudo gemido amortiguado por su pulgar.

Ella siguió moviéndose hasta que sentí que se salió y apoyó su miembro sobre mí abdomen corriéndose en él. Se había apoyado en su antebrazo y por eso pude lograr ver los hilos de semen salir del glande. Admito que me hubiera gustado que se corriera dentro de mí pero es mejor prevenir que lamentar.

Acaricié su nuca mientras seguía viendo su verga dar tirones en lo que seguía eyaculando sobre mí.

—qué rico estuvo, Nini— escuché su voz y reí por las cosquillas que me hizo al estar aún con el rostro pegado a mi cuello.

La separé y le di un suave beso en los labios. se quitó de encima mío y tomó unas de sus camisas dentro de su mochila y me limpió.

Me ayudó a sentarme y a vestirme. Miré como metió su momento ya flácido en sus boxers y nos acostamos de nuevo.

—hay que descansar y estar mentalmente preparadas para la mañana— dijo con gracia.

—¿no te da miedo lo que pueda decir tu hermano?

—nope, Ming no es un santo tampoco y tú lo sabes.

Asentí dándole la razón y decidí cerrar los ojos para descansar, ya lidiariamos con lo que sea que hayamos provocado.

...

hola gente

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