VIGÉSIMO TERCERO

Llevo veinte minutos sentada en el mueble junto a la ventana mirando a la nada, con las piernas pegadas al pecho, suspirando como si se me fuera la vida con cada resoplo que me sale del fondo del alma. 

Jimin esta en su habitación empacando sus cosas, esta saludable, su recuperación fue más rápida de lo que esperaba; eso me pone feliz y la vez me acongoja, estaba acostumbrándome a tenerlo cerca, escucharlo hablar y reírse de mi cada vez que hablaba sobre Nam. Esperaba que se quedara un poco más conmigo, pero su novia logro regresar antes y él la extraña mucho; no hay que ser tan egoísta. 

Justo cuando ha pasado aquel desastre con Nam Joon, el pequeño ángel debe irse. No puedo negarme, aunque sonríe a mi lado sé que es a su novia a quien necesita ahora, estará bien si no me quedo siempre a su lado. No pude contarle nada sobre lo que paso en el evento de BigHit, cuando llegue en la madrugada fue de lo primero que me hablo. Lo abrace, le dije que lo extrañaría y lo envié a descansar, todo eso mientras mi corazón se seguía resquebrajando. 

Tocan a la puerta, lanzo la cabeza hacía atrás temiendo que del otro lado este Nam, miro con temor el portón. Jimin aparece del pasillo, me ve y es quien va abrir. Regreso a ver por la ventana, pronto caerá la noche, no tengo retentiva del desayuno o lo que tuvimos para almorzar; así de reacia a las cosas me encuentro. 

Escucho una voz masculina, no es Nam, relajo mis músculos dejando escapar otro largo suspiro. No me ha llamado, no me ha enviado mensajes; en su lugar es Ho Seok quien me ha estado buscando, he respondido un par de sus mensajes, por fortuna su agenda esta ocupada para la noche y no sabré más de él hasta la mañana siguiente, me da tiempo para estar a solas con mi caos existencial. 

—Ya llego el taxi—.  No escuche los pasos de Jimin por eso me sorprendió tenerlo tan cerca y me gire de golpe. 

—Oh, eso fue rápido. Entonces llego la hora de despedirnos —. Bajo las piernas a la fría baldosa.

—No es como si fuera una despedida para siempre. Deja de dramatizar la situación—. Jimin habla con los cachetes inflados, debe estar un poco disgustado por mi actitud, pero algún día entenderá porque estoy así.

—Aún tienes licencia por la cirugía, en ese tiempo no puedes acercarte a la empresa, tu novia estará contigo por lo que no habrá tiempo para vernos. ¿Crees que dramatizo? —.

—Lo haces. Voy a llamarte seguido, haremos vídeo llamadas, será como estar cerca de nuevo —. Explica con la convicción de que así será.

No es que este dramatizando nada, estoy desviando la curiosidad de Jimin, no quiero que me ataque con preguntas sobre mi estado deprimente de esta mañana, será mejor que se vaya con la idea de que es porque se regresara a su apartamento, eso no le dará tantas preocupaciones. 

—Esperare a que cumplas todo lo que dices o pediré cambio de compañero —.

Sus ojos se abrieron como dos pepas negras, carcajeo por su adorable reacción, él sabe que no lo cambiaría por nada ni por nadie. 

—No es divertido—. Se enfurruña y se cruza de brazos.

—¿Que clase de monstruo crees que soy para hacer eso?—.

Sorpresivamente abrió sus brazos trayéndome hacía él, me abraza con firmeza transmitiendo todas las palabras que no puede decir "cuídate", "gracias", "todo estará bien". Este niño es realmente un ángel, tuve la fortuna de vivir unas semanas con una divinidad, estoy segura que él también siente tristeza por tener que irse. Solo deseo que se recupere y que su vida siempre tenga felicidad, alguien como él la merece. 

—Jimin... No respiro —.

—Lo siento —. Nos separamos y veo su rostro mojado.

—¿Estás... —.

—¡No! No lo hago —. Esta limpiando el borde de sus ojos.

—Claro que si lo estas. Conste que fuiste tú, quien dijo que nada de lágrimas —.

Se puso de pie de golpe, arrugo el entre cejo y seguía limpiando sus lágrimas.

—Me voy. No vayas a llorar cuando cierre la puerta. Ah, busca ayuda medica, ya ves cosas donde no las hay —.

—Prometo no llorar. ¡Cuídate! —. Dije risueña.

Agarró su maleta de ruedas, sacudió su mano en lo alto y se fue. El sonido de la puerta al cerrarse hizo eco por todo el apartamento haciéndolo ver realmente grande y espacioso para una sola persona. Los ojos me ardían, iba a llorar en cualquier momento, estuve reteniendo todo mientras Jimin se iba. 

Sabía que las gotas que están mojando mis piernas no son porque Jimin se ha ido, esto tiene nombre propio y me enfurece que sea así. Ni siquiera por Jin había llorado tanto estando en una relación. Me gustaría retroceder el tiempo, haber llegado diez minutos después frente al ascensor, así no lo hubiera visto la primera vez, no haber prestado atención a su torpeza en el supermercado, evitarlo en el ascensor y olvidarme del curry, no acompañarlo a las caminatas, me gustaría no haber visto su sonrisa de hoyuelos, no haberlo escuchado recitar filosofía con poesía. Pero de nada vale pensar de esa forma cuando tengo tan grabada cada parte de su ser, cuando puedo cerrar los ojos e imaginármelo frente a mí sonriendo o siendo serio.

¿Cuando permití que se clavara tan dentro de mi?

Duele, es terriblemente doloroso anhelar a una persona que esta fuera de tu alcance, es desesperante, asfixiante. No existe comparación a este dolor que me abraza mientras cae la noche, si es posible me gustaría que mañana saliera el sol.

                                     ***

Una de las recomendaciones que puedo darles gracias a las experiencias que he vivido en mi corta vida, es que no se duerman en el sillón de la sala, a menos que sea un sofá cama; entonces no sufrirán del continuo dolor de espalda. Para adornar mi mañana dolorosa, esta lloviendo como si no hubiera un mañana. La lluvia cae tan fuerte que  las gotas crearan un agujero al tejado del edificio. 

Regreso a mi trabajo en mi horario habitual, mi permiso era hasta que dejara de cuidar a Jimin, como eso ya termino debo retomar mis actividades. Eso no me desagrada, por el contrario, tendré mi mente ocupada en algo productivo. 

Sin querer revise la última conversación con Nam, él insistentemente me escribía para preguntar como me encontraba, yo lo ignoraba y él continuaba insistiendo, luego de la noche en BigHit los mensajes se han detenido; en teoría es bueno para mi, ya tengo con tener que lidiar con mis sentimientos confusos, aquella imagen del beso que no puedo borrar y mi corazón marchito, si él estuviera pegado a mí lo haría más difícil de lo que es. 

No puedo salir de mi apartamento sin el termo lleno de café, esta haciendo bastante frió y no quiero pescar un resfrió porque aumentaría la depresión que cargo. La tetera deja escapar el aire del primer hervor del café, el aroma es un estimulante para mi cuerpo, no lo he probado y ya me siento enérgica. De reojo veo el reloj de la sala, cinco para las ocho de la mañana, podre llegar a tiempo. Mi celular que descansa sobre el mesón comienza a sonar y suelto la toalla para contestar, a esta hora solo hay una persona que me pueda llamar. 

—Buenos días, Ho...—.

—¡Hola amiga!—.

No revise quien llamaba porque Ho Seok aun no me había llamado, sin darme cuenta se me volvió costumbre escucharlo a cierta hora de la mañana. No ha iniciado mi día y ya me siento cansada y sombría, y nada tiene que ver con el clima decaído.

—Hola, Boa. Es raro escucharte temprano en la mañana—. Es super extraño. Boa no madruga ni para ir al trabajo. 

—Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma ira a la montaña—. 

—Últimamente me llamas seguido —.

—¿Y eso es un problema? —.

—No, solo se me hace realmente curioso que de un tiempo para acá quieras hablar conmigo —.

Ella ríe tímida. Me recargo en el borde del mesón canalizando toda mi mala vibra en la espalda. Espero sea una llamada corta, no creo soportar mucho.

—¿Así de abandonada esta nuestra amistad? Te prometo que eso cambiara. Es que me han pasado cosas tan buenas que necesito contarte o explotare—. ¿Como hago para decirle que su felicidad se convirtió en mi tristeza, sin sentirme tan miserable?

—Voy de salida al trabajo, pero tengo unos minutos—. 

—Son suficientes. En concreto, quiero pedirte que seas la madrina de mi boda—. 

Sentí como el estomago se me cerró, las piernas se me endurecieron y los pies me pesaban mucho. ¿Boda? ¿Iban a casarse? La relación entre nosotros se había convertido en mi pesadilla, de esas que te ahogan y pareciera que nunca vas a despertar. 

Cubrí el auricular para que no escuchara mi quejido, mordí mi labio inferior esperando que el dolor me hiciera reaccionar, Boa seguía hablando y hablando, asumió que mi silencio es para escuchar el resto de la historia. De lo poco que alcance a escuchar es que ellos estuvieron juntos anoche y que fue hay donde se le propuso; ella por su puesto acepto ¿y quien no? Un personaje como Nam Joon no se encuentra todos los días, existen uno en un millón y para su fortuna ella tiene ese privilegio. 

Me he convertido en una persona horrible, de la que mi madre estaría desilusionada. Por cortos segundos pensé en contarle lo que paso el día del evento, decirle que somos amigos, que él no es realmente aquel galán; que no debe confiarse. Eso por mucho podría hacerla dudar, quizás me odie y diga que no la apoyo o que siento envidia de su vida; lo que me hace preguntarme ¿que tan bueno sería separarme de ella? ¿no sería mejor eso a tener a Nam cerca cada vez que me encuentre con ella? 

—¿Puedes apartar el día para que veamos los vestidos? —.

—¿Eh? ¿Que día?—.

—No me estas escuchando. Te digo que la otra semana quiero ver los vestidos y que quiero que vayas conmigo—.

—Discúlpame, pero acabo de regresar en forma al trabajo y no me puedo ausentar mas. Puede que te ayude después con alguna otra cosa—. Estoy sorprendida de mi misma, no he llorado.

—Zoe, tu vida siempre es trabajo. Tienes que divertirte para que encuentres el amor de tu vida—.

—Primero haré mis proyectos y después me dedicare al amor. Estoy en mi tiempo sabático—.

—Lo que digas. Le propuse a Nam que hiciéramos la boda con tu empresa, dijo que lo consultaría. Eso es un sí seguro, así que siempre podrás ayudarme con lo demás —. Se escucha tan feliz e ilusionada, que me cuesta romper con sus ilusiones. 

Esta bien dicho que en una historia de tres alguno debe sufrir mientras los otros dos gozan, en este caso, seré yo quien sufra mientras ellos dos disfrutan. 

—Sabes que podría ser la boda del siglo si trabajas con nosotros —. ¿Pero que estoy diciendo? Debería rechazar rotundamente la idea.

—Lo sé. Entonces esta decidido, serás mi madrina, no quiero a nadie más a mi lado —.

—Un honor—. Dije sarcástica. 

—Eres mi gran amiga, mereces ese puesto—. Ella ha puesto una estaca en mi corazón y le ha dado un golpe en seco para clavarla, de esa manera no me desangro pero me sigue doliendo.

—Ya tengo que colgar, se me hará tarde para el trabajo. Llámame si necesitas alguna recomendación—.

—Lo haré. Gracias. Que te vaya bien en el trabajo—. Y colgó. 

Cepille mi cabello hacía atrás usando los dedos, resople y me recargue en el mesón. Este es mi limite, que hayan decidido casarse debe ser el alto a todo lo que me esta pasando. De nada sirve que sufra, patalee y me queje por mis sentimientos hacía él cuando van a dar un paso tan importante. El Nam que conozco no haría algo así al azar, aunque el Nam de antes al de ahora ha cambiado del cielo a la tierra, pero cuando lo vi a los ojos el día del evento note aquella tristeza que siempre encontré en su mirada, puede que no haya cambiado del todo. 

Necesitaba salir de mi apartamento, debía llegar al trabajo y enfocarme solo en eso, el trabajo. Es lo único que puedo hacer bien, con lo que no tengo arrepentimientos y jamás me ha lastimado. Lleno el termo con café, pongo lo que necesito en mi bolsa y estoy lista para refugiarme en mi segundo lugar seguro. 

                                        ***

Termine vagando por las calles de HongDae. Es una lastima que este lloviendo porque no se pude disfrutar de la misma manera. El Spark se averió, tuve que dejarlo con el mecánico, luego de una hora de revisión decidió que debía dejarlo dos días para arreglar una falla en el motor. Avise a Song sobre que llegaría tarde y me grito porque según ella debía descansar hoy también para reponerme por completo; alegue que tenía trabajo acumulado y ella volvió a gritarme diciendo que yo misma había dejado el trabajo al día. Olvide que desde que supe de la relación entre Nam y Boa ocupaba mi tiempo en poner los pendientes al día y cuidar de Jimin; estaba tan desesperada que termine todo lo de esta semana sin darme cuenta. 

En mi paraguas retumban las gotas de agua, casi todo lo que veo se ve borroso por la lluvia, las calles están empapadas, veo personas refugiándose afuera de las tiendas, no puede ser más desalentador. 

Decido al final refugiarme en la pajarera cerca al parque natural, esta vació, solo en días soleados este parque se ve repleto de personas de picnic, los niños montando bicicleta o jugando con sus mascotas; es una lastima que no tenga tiempo suficiente para cuidar de un animalito, quizás no me sentiría tan sola.

Parece que la lluvia continuara por otro rato, los truenos están enfurecidos viajando entre las nubes, me ha robado uno que otro susto. El frió en mis manos tiene engarrotado mis dedos y los resguardo dentro de la chaqueta, el paraguas esta goteando en una esquina, cumplió con su deber y estoy agradecida. 

Vine aquí un par de veces con Nam. Vaya, es impresionante como una persona puede volverse tan única en tu vida. No recuerdo bien cuando fue la última vez que salí con Song, tampoco recuerdo a que lugar fuimos; por eso me sorprende tanto, puse demasiada atención a cada segundo junto a él y ni cuenta me había dado. Ojalá alguien me hubiera detenido.

Una de las veces que vinimos, era de noche, hacía frió, Nam entró a la cafetería que esta antes de llegar al parque, pidió dos lattes y caminamos hasta aquí. Casi siempre hacíamos eso, caminábamos sin rumbo, encontrábamos un refugio y nos quedábamos hablando un rato de cualquier cosa. Él miraba al cielo, se veían destellos a lo lejos, él suspiraba y yo  solo estaba ahí escuchando cada sonido de su cuerpo. De repente se giro a mí, no pude evitarlo ni esquivar su mirada, estaba viéndome fijamente y dijo:

—Quiero que hagamos esto hasta que lleguemos a viejos —.

No tuve que responder. Solo sonreí de pensar que tendríamos más momentos así sin importar que, o eso era lo que pensaba. Ahora me pregunto ¿a que se refería con eso? ¿Si él ya estaba en una relación, porque siempre hablaba conmigo a futuro? Tal vez Nam pensó que siempre seríamos amigos, de esos que puedes conservar por el resto de tu vida. 

No supe cuando comencé a sollozar, pero me repongo rápido. Abro la bolsa y sirvo una taza de café, esta caliente, perfecto para el clima. En mi bolsillo vibra mi celular, reviso de quien  trata y evitó que la llamada se vaya a buzón. 

Hobi—. Digo sin mucho interés.

¿Estás ocupada?—.

No mucho, ¿porque?—.

—Por nada. Siento no haberte llamado en la mañana, salió una reunión de última hora y me ocupe—. Suena a que  realmente lo siente.

No puedo evitar sentirme agradecida por su preocupación, no es su deber pero esta asumiendo que es así.

Ni siquiera lo noté—. Digo a la par que río por lo bajo.

Debe existir una cura para las mujeres crueles como tu. No te preocupes, yo la buscaré y te la daré de regalo de cumpleaños—.

—¿Estás diciendo que soy una mala persona? Eso te hace un masoquista porque sigues llamándome—.

Se ataca a reír y me contagia de su risa. No entenderé nunca ese poder que tiene para aclarar el dia, veo caer la lluvia pero me siento un poco mejor.

Que bueno, tu humor hoy es espléndido—.

—Hablas como si yo fuera una amargada—.

—¿Estás leyendo mi mente?—.

—¡Oye!—.

La risa tonta de nuevo. Aunque son cortos los momentos donde mi mente no se llenan de Nam, es bueno que estos instantes sean los que lo reemplacen.

No me había reído desde la mañana —. Suelta un suspiro. —Nunca me aburro si hablo contigo—.

—¿Estás bien?—.

—No te robes mis palabras, quería preguntarte los mismo—.

Responde primero—.

Duda al principio.

Estare dos meses fuera del país. Debemos vernos con unas cadenas de televisión—. Eso suena importante, entonces ¿porque no se escucha feliz?

Wao, ya eres una figura internacional. Ya puedo  alardear de nuestra amistad—.

Eres cruel. Yo si alardeo de nuestra amistad aunque tu no tengas el mejor puesto —. Dice ofendido.

Ahora si valdrán oro tus fotos de la escuela —.

—¡Estas muerta si esas fotos se publican!—.

Podría venderlas al mercado negro —.

—¡Kim Zoe!—.

—¡Jung Ho Seok! —.

Así nos hablábamos cuando estábamos en la escuela y estabamos en desacuerdo con algo.

¿Vas a estar bien estos meses sin mi?—. Que lo preguntará de la nada enmudecio mi risa, se trata de un tema serio cuando cambio su tono de voz.

Estaré igual que antes de volverte a ver. Me defendía muy bien—.

—¿No vas a contarme que pasó ese día?—.

Él debe concentrarse en su trabajo, contarle que pasó con Nam entorpeceria todo su esfuerzo, es la ventaja que tengo sobre él por conocerlo.

Ya lo olvide. Estoy bien, incluso se te vas por diez años estaré bien—.

—En serio eres muy cruel. Yo estaba preocupado por ti y tu sólo dices que vas a estar bien sin mi y que no me extrañaras —. 

Nunca dije que no te iba a extrañar. Suenas igual que un novio dramático —.

—Dije que iba a convertirme en tu sombra. Por eso me preocupa el viaje, también me tiene nervioso porque es mi primera vez saliendo del país—.

—Me hace feliz saber que alguien se preocupa por mi, pero será mejor que te vaya muy bien en el exterior o te vas olvidando de mi. No quiero tener un amigo que huye al primer problema —.

Escucho que se ríe sin mucho ánimo. Él siempre esta tratando de darme fuerzas, parece que llegó el dia en que pueda regresarle el favor.

Sólo se tu mismo. A todos les vas a agradar, tu brillo opaca mucho. Te voy a llamar todos los dias mientras regresas, lo prometo—.

—¿Hablas en serio?—.

—Por supuesto. Muy en serio. Asi que no me vuelvas a llamar en ese estado, es triste escucharte hablar desanimado —. 

Los amigos deben estar en los buenos y malos momentos. A mi me gustaría escucharte cuando estés triste, así puedo ayudarte a estar bien. Sin importar que, haría lo que fuera para aue tus penas fueran un poco menos—.

Tenía que ponerse sentimental mientras llueve y me siento débil. Respiró hondo para retener las lágrimas.

Es lo mismo para mi. Por eso lo digo, todo va a estar bien. Ve a cumplir con tu sueño—.

—Antes de que cuelgue, quiero decirte algo—. De nuevo su voz suena demasiado sería. —Seguiré esperando  a que me digas que pasó ese día... No pienso mucho respecto a eso, pero u a vez el CEO me dijo que sin importar que tan oscuro este el camino siempre hay una luz, una salida. Busca tu salida Zoe, busca lo que te regrese a esos días de paz y tranquilidad. Nada vale tanto para que pierdas tu tranquilidad, nada—.

Sus palabras eran como curas sobre mis heridas abiertas, se sentía como el calmante para el dolor. Cada vez entiendo más en que se había fijado mi yo del pasado, Ho Seok es alguien que te ayuda a calmar la furia de la marea.

Suspire insconciente, mordi mis labios mientras encontraba las palabras para no preocuparlo.

Olvidaba que te habías convertido en todo un hombre. Haré lo que dices, recuperare mis días de tranquilidad—.

—Ahora si puedo irme sin muchas preocupaciones. Recuerda que vas a llamarme todos los dias que este en el extranjero—.

—Es una promesa. ¿Cuándo vas a viajar?—.

—Viajo en dos días. Cualquier fan lo sabe —.

Pero yo no soy tu fan—.

—¿Que? —. Parece que podré divertirme después de todo.

No he escuchado una sola de tus canciones. Tampoco estoy en tu fancafe o sigo tus noticias—.

—¡Impresionante! ¿Al menos eres mi amiga?—.

Soy amiga de Jung Ho Seok, no de Jhope. No conozco a esa persona —. 

—Voy a colgar, repentinamente sentí ganas de matar a alguien —.

—Okey. Que tengas un hermoso resto de día. Gracias por la llamada, bye, bye—.

Corte la llamada. Ya cumplió con su misión que es hacerme sentir mejor. La lluvia también se detuvo y así como el claro de luz que se esta abriendo paso entre las nubes grisaseas, entiendo lo que debo hacer para acabar definitivamente con este sentimiento tan repulsivo y doloroso.

Primero debo aceptar que Nam y Boa están en una relación, aunque llegue a verlo como más que un amigo eso no cambia que debe seguir adelante con su relación. Desafortunadamente eso me tomará tiempo y lo mejor será apartarme por completo, tanto de él  como de ella. Estoy segura que el tiempo me ayudará a sanar la herida, pero debo alejarme de lo que me roba la tranquilidad.

Para eso, empezaré enfrentandolo, si no hablo claramente con él no podré ponerle fin a esto porque tengo muchas preguntas sin resolver, si las dejó así sólo será posponer las cosas y la idea es terminarlo por completo.

Me está temblando la mano, miro el celular meditando si realmente está es la mejor solución. Sé que tarde o temprano tengo que hablar con él, no puedo huir el resto de mi vida, pero no se si estoy lista.

El tono de un mensaje que acaba de llegar me asusta un poco, debo relajarme o tendré y  colapsó aquí. Casi como si fuera una revelación o como si lo hubiera llamado con el pensamiento, se trata de Nam.

"Tenemos que hablar. No puedo seguir así".

Hasta en eso coincidimos. Una vez pensé que nuestras almas eran perfectas para encajar. Fue un grave error pensar asi, a veces el ser humano se aferra sin siquiera tener una esperanza.

Marco a su número de inmediato. Tomate que su mensaje es una señal de que no debo posponer más nuestra conversación. Estoy muy nerviosa escuchando que el celular timbre y él  o responde. Faltando un timbre para que se vaya a buzón  escucho su voz del otro lado.

Zoe—. Suena tímido.

Hola, Nam ... ¿cómo has estado?—. Sé que tengo que apartarme de él, pero eso se logra con tiempo.

Bien, en lo que cabe ... ¿y tu?—. Ambos estamos demasiado nerviosos para hablar con claridad y confianza.

Bien, eso creo. Leí tu mensaje—.

—Dime un dia y una hora. Pero no me hagas esperar mucho ese dia —.

¿Dia? ¿Hoy? No, no, no. Aunque lo he pensando desde antes hasta ahora reuní las fuerzas para llamarlo, si lo veo en este estado seguramente no podré controlar mir emociones y hechare todo a perder. Necesito un poco de tiempo. Al menos para organizar mis ideas.

En dos días. Veamonos en dos días, a las 5, en el Parque de las flores cerca a mi trabajo —.

—Okey. Te veré ese día ... Espero puedas escucharme hasta el final —. ¿ A que se refiere con eso último? ¿Pensara que sigo molesta?

Debería, pero muy en el fondo mas que molesta estoy decepcionada. No porque no pueda corresponderme, si no de su actitud de las últimas semanas.

Ninguno dijo nada mas, la llamada terminó así, no se si fui yo o si fue él quien corto, sólo sé que en dos días daré el primer paso para recuperar mi vida, en dos días será inicio para hacer que Nam se convierta en un capítulo mas en mi vida, volveré a reescribir un nuevo capítulo sin él.

************************************

Estoy tentada a escribir una historia con Mr Jung, quizás en un futuro no muy lejano.

Les traigo la actualización. Vamos poco a poco, lento pero seguro. Así que no desesperen.

Espero les haya gustado tanto como a mi. Recuerden que los quiero y estoy agradecida con ustedes por sus votos y sus comentarios.

¡Nos vemos pronto!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top