TRIGÉSIMO OCTAVO
Otras dos semanas que se fueron volando entre horas extras, citas para revisión de eventos, reuniones infinitas sobre las telas y los floreros, tres horas de sueño y muchas, muchas tazas de café; hasta podría jurar que el 80% de mi organismo no está compuesto de agua sino de café. No es algo que me moleste, sólo desearía que no fuera perjudicial para mi vejez.
Durante estas dos semanas (que en realidad no se cuando se pasaron, de no ser porque Jimin marca cada día del enorme calendario que descansa en nuestra oficina; no sabría nada del tiempo) he tenido menos tiempo disponible que antes, mi día está del trabajo a la cafetería, luego regreso al trabajo y salgo para el apartamento cuando escucho a alguien tocando la puerta de la oficina; que por lo general es Song o Jimin.
Algo que también se ha visto alterado estos dias es la comunicación con Nam Joon. Los mensajes disminuyeron, las llamadas son escasas. Lo último que supe de él es que viajó al otro lado del país para un evento de productores y compositores ; tal parece que compañías internacionales estaban interesadas en el mercado musical de nuestro país, y compositores de diferentes empresas asistirian.
Según mis cuentas mentales, hoy regresaba en la tarde, ya son las 8.00 PM y no tengo noticias de él, le he enviando mensajes pero no los lee, le llamo y no contesta. Asumo que aún no llega del viaje o que llegó y debía seguir trabajando; está tan ocupado que ya no puede decirme como está.
Cansada de revisar la pantalla del celular por milésima vez, lo pongo dentro del bolso. Él no responderá por más que mire la pantalla, no llegará su mensaje.
Mi cerebro esta mitad pendiente de la reunión de cierre de temporada y la otra mitad pensando en que estara haciendo Joon: ¿estará bien? ¿habrá llegado a salvo? ¿la reunión fue productiva? Escucho la voz de mi jefa demasiado lejos y le gritó a la mitad de mi cerebro distraída que se concentre en lo que pasa ahora. Veo una pantalla que muestra los gráficos representativos de la temporada; o algo así tiene de título en la parte alta del dibujo. Líneas que suben y suben. Song apunta con un láser la primera línea, dice algo y apunta la siguiente, veo sus labios estirar una sonrisa de satisfacción absoluta.
–Superamos la meta en un doscientos porciento–. Escucho que dice.
La lluvia de aplausos es automática. Todos trabajaron realmente duro por conseguir estos resultados. La empresa cada vez se acerca mas a su objetivo principal "Ser la empresa líder en eventos y reservaciones a nivel internacional".
–Quiero decirles que estoy enteramente agradecido porque ninguno desistió. Sé que está esta temporada fue una de las mas estrictas y duras hasta la fecha, pero también sé que todos los qie están aquí tienen la capacidad y la habilidad para asumir nuevos retos –. Y si que fue dura. Muchos de nosotros tenemos el aspecto de alma en pena gracias a las ojeras.
–Esta temporada las fallas, los errores y las cancelaciones fueron mínimas, lo que me hace sentir realmenre orgullo del equipo de trabajo. Espero podamos trabajar siempre apuntando a nuestro objetivo. Les deseo un feliz receso a los que tienen sus vacaciones y a los que se quedan, espero que aprovechen sus nuevos turnos–.
La reunión trató varios puntos. Al principio, como es costumbre en mi jefa habla de los puntos débiles durante la temporada, seguido resalta las cualidades de aquellos que han evolucionado a nivel profesional (puedo jurar que Jimin lloro cuando ella lo menciono como un ejemplo a seguir para las futuras generaciones), después nos entrega un bono adicional de comisiones por cada tres eventos realizados, luego los horarios para los siguientes quince días, los que tienen vacaciones se van y los demás tenemos turnos de seis horas laborales que a veces pueden ser sólo cuatro o incluso se podría trabajar desde la casa. Como todo negocio, se tienen temporadas altas y bajas, pronto iniciará esa temporada baja y el trabajo se reduce, no se necesitan todos los trabajadores para cumplir las demandas.
–... pueden ir a descansar–. Terminó Song dando dos aplausos cortos en lo alto.
Todos agradecemos al unísono. Las sillas rastrillan la baldosa, todos irán a buscar un poco de descanso.
Siempre espero para salir de la sala con Song. Algunos empleados la rodean agradeciendole el voto confianza, estrechan las manos y se van. Jimin no ha salido de su puesto y me hace señas con la mirada juntos para ir por la jefa, asiento y salimos de las sillas. Song nos da una mirada por encima del hombro de la contadora, no alcanzó a escuchar nada de lo que hablan y cuando llegamos con la jefa, la contadora se despide y sale de la sala.
–¡Felicidades jefa, tu empresa no quebró!–. La abrazo. Ella ríe y da una palmada en mi espalda reprendiendo mis palabras.
–Otro año invictos pero no podemos confiarnos–. Dice y nos separamos.
–Felicidades jefa. Ha tenido éxito–.
–Hemos, Jimin. Hemos tenido éxito. Esto no sería posible sin el trabajo y compromiso de todos –.
Song Son lo abraza como una madre que quiere proteger a su pequeño polluelo. Jimin apenado ríe achinando la mirada, no sabe ni como corresponderle el abrazo. Sólo se limita a recibirlo y reír a lo tonto.
–Song, Jimin no se va ir del país, solo irá a dormir a su apartamento–. Digo para ayudar al pequeño antes de que se desmaye por la pena.
Song se separa de él, me da una mirada entornada y cruza los brazos, de verdad se cree la madre de Jimin.
–¿Porque reprimes mi maternidad?–.
Me acerco a ella divertida por una de sus tantas pataletas y rodeo sus hombros con el brazo.
–Puedes sacarla a luz con tus hijos propios, no con hijos ajenos–. Le guiño y ella arruga la boca.
Su gesto le roba una risa encantadora a Jimin, de esas que a las dos nos hace suspirar de ternura. Song Sino le revuelve un poco el cabello y él se despide ambas, va de camino a descansar y regresa en dos días a trabajar. Song le ha dado un incentivo por no tener ninguna cancelación siendo está su primera vez dirigiendo eventos.
Me llevo a mi amiga para que salgamos de aquella mafia de horas extras. Su rostro no es el mismo unos días para acá, su piel blanca se ve pálida, así que me encargaré de que se distraiga un poco antes de enviarla a los brazos de su esposo que la espera en su nido de amor.
De camino al estacionamiento, Song se detiene para hablar con los vigilantes, ellos también han trabajado duro, les da un pequeño bono que les ilumina el rostro con una sonrisa de agradecimiento. Espero que cuando tenga mi propia empresa pueda llegar a ser la mitad de persona que es ella. Song es estricta, imponente, sus gritos pueden romper la voluntad del mas fuerte, pero también es noble, amable y agradecida con las personas a su alrededor; esa es la razón por la que muchas personas la admiran y la aprecian sinceramente.
El estacionamiento está casi desocupado, ya casi no quedan personas dentro del edificio. Nuestros botines resuenan en el asfalto creando un eco aterrador, Song mira a cada lado, ella no es fanática a las películas de miedo como yo, por eso anda prevenida. Llegando al Spark, Song se descompensa, por suerte la agarre por detrás. Entre cerró los ojos, me impactó mucho verla tan débil, pero debe ser normal si se trabaja en exceso.
–Song, Song, ¿estas bien?–.
Repetí su nombre varias veces hasta que finalmente Song perdió el conocimiento en mis brazos. Aterrada grite por ayuda, el eco alcanzó a los vigilantes que rápidamente aparecieron, uno ya estaba llamando a la ambulancia cuando llegó con nosotras.
–Ya vienen para acá–.
–¿Qué paso?–.
–De la nada se desmayó –. Pegué a Song contra mi pecho rogando que sólo fuera el cansancio físico.
No pasó mucho para que la ambulancia apareciera, los paramédicos asistieron a mi amiga con rapidez. Me permitieron ir con ellos en la ambulancia, tome la mano de Song con todas las intenciones de no soltarla. Veía como la inyectaban y le ponían la máscara de oxígeno; no es precisamente la mejor escena para una persona nerviosa como yo.
Llegamos el hospital, tres enfermeros más el doctor de cabecera abrieron las puertas de la ambulancia y bajaron la camilla, el paramédico le daba las indicaciones del estado de Song, yo no había soltado la mano de ella. Al llegar a las puertas de urgencias, nos separamos, vi cerrarse la puerta y levante mi última plegaria para que no tratará de nada grave.
Busque dentro de mi bolso mi celular, no revise el mensaje que había llegado, ni las tres llamadas perdidas que tenía, sólo marque el número de Jong, no me había dado cuenta que estaba temblando hasta que pegue el celular a mi oído y vibró contra mi mejilla.
–¿Jong? Hola... Ven al Hospital de Hwang, se trata de Song...–.
***
Mi familia fue muy sana que yo recuerde. No teníamos necesidad de visitar al médicoas que para los chequeos de rutina. Nada de esperar por el resultado de un examen, nada de esperar por horas por una cirugía delicada, nada de tener el corazón en la mano esperando el parte médico. Nada de eso lo había vivido por fortuna. Claro, hasta ahora, esta es la segunda vez que estoy por acabarme las uñas de las manos por los nervios.
Una señora llora a mi derecha dos puestos, al rato de ser ingresada Song, la mujer llegó con su pequeño en brazos casi sin vida. Ella se abraza y se mece, no escucho lo que murmura, una oración imaginó, como todos los que esperamos de este lado de la puerta.
Una hora después, las puertas se abren, el chirrido de los resortes llama nuestra atención, por fin uno de nosotros tendrá noticias ya sean buenas o malas.
–Familiar de la señora Song. Familiar de la señora Song–.
Me pongo de pie y antes de darle mi ubicación al médico otra voz habla por mi.
–¡ Yo, doctor! Soy yo–. Jong llegó jadeando. Me acerqué a él para saludarlo con un asentimiento.
–¿Qué relación tiene con la paciente? –.
–Es su esposo–. Respondí. Jong estaba recuperando el aliento.
Tomo aire profundo. Se enderezo y botó otro poco de aire por la boca. Miro al médico, posó la mano en la cintura y trago.
–Dígame doctor, ¿como esta mi esposa? ¿Que tiene?–.
A Jong le tembló un poco la voz, estaba muy preocupado, igual que yo. Con la mirada ya le había hecho la misma pregunta.
El médico sonrió, palmeo la espalda de Jong tranquilizándolo. A mi me miró y asintió mostrando todos sus dientes al sonreír. Lo único que sabía era que los médicos no sonríen así cuando se tratan de malas noticias, lo que es un alivio.
–No se preocupe hombre. Su esposa tiene agotamiento y necesita reposo. En especial por su estado–.
–¿Estado?–. Cuestionó Jong. Yo tampoco entendía.
–Si señor. Su esposa esta embarazada, tiene seis semanas –.
¿Embara...? ¿Ósea que voy a ser tía? ¡Yuju! ¡Al fin los Song tendrán su propio heredero!
Jong y yo nos miramos entre felices y asombrados. Lo abrace y él comenzó a reír nervioso, me abrazó tan fuerte que sentí las costillas rozar con mis pulmones. Se separo para limpiarse el rastro de lágrimas de felicidad que mojan su rostro.
– ¿Puedo verla?–.
– Por supuesto. Vengo a llevarlo con ella. Deberán turnarse para visitarla–. Dijo dándonos una mirada a cada uno.
Aunque deseo ver primero a Song para abrazarla hasta romperle una costilla, felicitarla y gritarle lo feliz que me siento por ella y su nueva etapa; el esposo es quien debe verla primero. Froto la espalda de Jong que se puso realmente nervioso, él me ve y sonríe, es la noticia que estuvo esperando desde que se casó con mi amiga. Asiento para que entienda que no tengo problema y se pierde detrás de la puerta junto con el médico.
Un hijo, los Song serán padres, yo seré tía y posteriormente la madrina. Si yo me siento feliz y emocionada no puedo imaginar lo contentos que están ese par. Se lo merecen, han trabajado duro para mantener su matrimonio entre las dificultades, serán buenos padres, los mejores diría yo; llevan practicando conmigo desde que se casaron.
Regreso a la silla plástica que extrañamente dejo de ser incomoda. Mi celular suena dentro del bolso, lo rebusco sin mirar, mis dedos le rozan y lo saco para responder.
–Habla Zoe –.
–Habla Kim Nam Joon, el hombre de tus sueños –. Sabía que Joon podía ser elocuente, solo no sabía hasta que punto.
–Joon, es bueno escucharte –. Inconscientemente suspire como si algo que me estaba apretando el pecho fuera liberado.
– También te extrañe–. No he aprendido a lidiar con mi corazón agitándose por cada palabra que me dice, pero al menos puedo controlar mi tono de voz y no tiemblo como gelatina.
–¿Como estuvo el viaje? –.
– Excelentemente bien. Yoongi tiene un nuevo patrocinador, jamás lo había visto sonreír tanto. Yo también tengo nuevo patrocinador, fue sensacional todo –. Estoy escuchando a un niño que acaba de ir a Walt Disney.
–Los felicito. No entiendo muy bien el tema pero sé cuanto han trabajado por sus sueños. En especial tu –.
–Y hablando de sueños por cumplir. ¿Donde se encuentra la princesa del príncipe? –. Eso sí me hizo reír. Tuve que recordarme en donde estaba para bajar el volumen.
Porque él tiene el poder de hacerme olvidar por un momento de todo lo que esta ami alrededor, crea un espacio donde solo estamos él y yo.
–En el hospital–.
–¿Que? ¿Te paso algo? ¿En que hospital? –. Escuche que algo cayo, unos libros o algo que sonaba pesado.
–Joon, no soy...–.
–Y yo aquí esperándote. Yoongi tenía razón, debí ir al trabajo por ti –.
–Nam Joon, déjame hablar –.
–.. es que soy un completo idiota... –. No ha tomado aire y sigue hablando para si mismo.
–¡Ey, escúchame!–.
–... que ridículo pensar que quieras estar con alguien que es tan descuidado como yo...–.
–¡KIM NAM JOON! –. Quede sobre mis pies. Olvide que él también tiene el poder de desesperarme en un parpadeo.
Al menos dejo de rapear como loco. Respire hondo y deje escapar parte del aire por nariz haciendo ruido.
– Zoe –.
–Escucha Joonie, estoy en el hospital pero no porque algo grave haya pasado, sino ...–.
– Tu no eres de visitar el hospital si no es nada grave–. Interrumpió.
–Voy a colgar. Cuando estés calmado y dispuesto a escuchar me llamas –.
–¡No! Espera, Zoe. No cuelgues. Es que hablas de estar en el hospital, llevamos días sin vernos o hablar debidamente y mi preocupación de siempre se disparo–. Suspira pesado. –Entiéndeme, eres mi persona especial–.
De nuevo me siento. Joon un estambre de emociones, creo que como yo, esta aprendiendo todo este tema de que estemos juntos. Hasta ahora Joon no se había enamorado, no conocía ese sentimiento, no sabe que hacer o que decir. Otra vez sonrió recordándome que él es así.
–Song se desmayo en el estacionamiento, la traje al hospital para que la examinaran y resulto que mi amiga esta embarazada–.
– Esas son muy buenas noticias. Jong hyung debe estar muy feliz. Él esperaba formar una familia pronto–.
–Él esta más que feliz. Lloró cuando el médico le dio la noticia. Creo que Song no sabía nada –.
– ¿Porque lo dices?–.
– El médico dijo que tiene seis semanas, más o menos es el tiempo de la temporada de eventos que tuvimos, puede que haya pasado por alto ciertos síntomas y pensó que era por el estrés y el cansancio–. Ella fue quien menos durmió porque tenía que vigilar a los nuevos y estar pendiente de sus eventos, de su casa y su matrimonio.
–Igual debe ser algo maravilloso para los dos–. Escuche que dijo.
Por unos segundos, solo por un par de segundos, por mi mente paso la imagen de una familia, de la mía. En ella Joon, yo y un pequeño sonríen como si la vida no fuera dura y cruel a veces. Una sonrisa se alzo en mis labios y las mejillas se me calentaron.
–¿Zoe? –.
–Aquí estoy. ¿Estas en el apartamento? –.
–Sí. Quería darte la sorpresa, no te llame para mantener el suspenso. Soy pésimo para esas cosas, apenas note que no llegabas decidí llamarte –.
–Puedo hacerme la sorprendida–.
–Mañana, será mañana. Termine mi trabajo y tendré unos días de descanso que serán para ti–.
–Esta bien. Te veo mañana, descansa –.
–Tu trata de hacer lo mismo. Saluda de mi parte a los futuros padres, después iré a visitarlos–.
–Se los diré. Dulces sueños Joon –.
–Serán dulces si apareces en ellos–.
–Estamos en horario familiar para hablar de eso –.
–Yo no sé que cosas raras estás pensando. Porque para mí con que solo te aparezcas y me mires, soy feliz–. Dice entre risas.
Ya se estaba demorando. Desde que fui a su trabajo nuestras conversaciones tienen uno que otro comentario donde yo parezco una maldita pervertida y eso a él le encanta. Sus carcajadas son fuertes e intensas lo que no e permite enojarme por completo.
–Vete a dormir –. Digo antes de desconectar la llamada.
Debo pensar bien lo que le digo, su doble sentido para todo comienza a ponerme en un situación delicada, donde mis deseos internos se alteran, es como si él los estuviera invocando para que aparezcan. Lo que no sé es por cuanto tiempo vaya a resistirme, tampoco sé si pueda controlarlos.
¡Ah, estúpido Joon! ¿Como quiere que me sienta cuando él se comporta así?
Iré por una botella de agua fría, necesito calmar todo el fuego que él encendió en mi cuerpo.
***
Pude estar un rato con Song en la madrugada, por ordenes del médico ella tuvo que quedarse un día en observación para que todo estuviera bien. Jong fue el primero en aprobar la idea pesé a que su esposa se quejo y amenazo con divorciarse si él permitía que se quedara en el hospital.
Mi amiga entre lágrimas me contó lo asustada que estaba con el embarazo, que había leído mucho sobre los riesgos y todo lo que conlleva tener un bebé. Gracias a Dios y a las palabras que mi madre compartía conmigo cuando hablábamos del tema, logre convencerla de que no debía preocuparse tanto por eso, que disfrutara el embarazo y que cuidara su salud. Además Jong y ella son bastante saludables por lo que el riesgo es mínimo.
En la mañana logro ser dada de alta y Jong la llevo a casa, Song solo tenía un mes y medio y él ya la trataba como si estuviera a punto de dar a luz. Imagino que es la emoción de la nueva vida que tendrán. Mi amiga no chistaría nada de sus atenciones -nada todavía- porque hace mucho quiere que él se dedique solo a ella por un tiempo.
Los despedí, pedí un taxi y me encamine al edificio. Mi cuerpo debe estar acostumbrado a la falta de sueño porque no me siento somnolienta o muy cansada y eso que a lo mucho dormí una hora bien dormida en las sillas de la sala de espera.
Redacto el correo que Song me pidió que enviara a todos en la empresa para avisar que nadie fuera a trabajar hasta el lunes, nos daban el viernes y el sábado, como es el mismo descanso que le dio a Jimin, lo bautizamos "Weekend Chim", Chim es el apodo que mi jefa de vez en cuando usa con él. Dí enviar y regrese el celular al bolso. Por la ventana veo las tiendas de la zona cercana al edificio, estoy en casa.
Pido al taxista que no entré al estacionamiento, en frente del edificio esta bien para bajar. Él atiende mi petición y se detiene frente al edificio, pago la tarifa, y bajo deseándole un buen día. En la puerta del edificio el vigilante aparentemente nuevo saluda formal, cuando son nuevos les pasa eso una vez entran en confianza, son mucho más comunicativos. Subo al ascensor que acaba de bajar y me adentro justo antes de que se cierren las puertas, oprimo al sexto piso y este asciende.
Mi bolso empieza a vibrar, atientas busco mi celular, lo atrapo y en un movimiento rápido he contestado antes de llevarlo a mi oreja.
–Buenos días –.
–Buenos días, señorita, puedo saber en donde se encuentra–. Admito que su voz en las mañanas suena más ronca que de costumbre, suena a un hombre más adulto.
–Estoy... –. El ascensor se abre y lo primero que veo es su figura, su 1.81, cabello peinado a delante, gabán negro, saco cuello de tortuga beige, jean azul petroleo y zapatos en tela negros. –... aquí–. Este es el hombre que me gusta.
Sus hoyuelos aparecen junto a una bella y reluciente sonrisa de ojos pequeños. Guarda el celular dentro del gabán y extiende su mano para que la tome. Sonrió a modo de saludo y acepto su ofrecimiento.
–Volviste, Zoe –.
–Ni que me hubiera ido por un año o algo así –. Meso nuestras manos.
–Para mi estas semanas se han sentido como años. No puedes culparme–. Se encoge de hombros y todo su rostro resplandece de felicidad.
–¿A donde ibas?–.
– Por ti. La espera me desespera. Me desperté muy temprano para ir a buscarte donde fuera–.
De la nada un bostezo interrumpió nuestro encuentro, el cansancio se hacia presente, por ende las ganas de dormir también. Joon ajusto nuestras manos y me llevo al mi apartamento; yo no quería dormirme justo cuando podíamos vernos y hablar, pero mi cuerpo me estaba gritando que descansara.
¡Asquerosa suerte!
Entramos al apartamento. Me deshice de mi chaqueta, iba a sacarme los zapatos cuando Joon me sorprendió al arrodillarse, levantar mi pie para retirar el zapato y poner la pantufla, hizo lo mismo con el otro pie y se puso en pie. Le seguí con la mirada hasta que nuestras diferentes alturas nos separaron. Tomo mi mano y caminamos a la sala.
No es que su acto me moleste o me sea incomodo, solo que se le esta volviendo costumbre tomarme desprevenida. No se en que momento va atacar y mi corazón no esta apto para las sorpresas y menos si son de su parte.
Pensé que iríamos a la sala para sentarnos y hablar de todo lo que ha pasado en su ausencia, en cambio caminamos a mi habitación, mis pies se movían solos, recogían sus pasos para no perderle. Abrió la puerta, es una suerte que deje organizada la habitación desde ayer cuando salí a trabajar, fuera de unas camisas sobre la silla giratoria, no hay nada más desacomodado.
El camino se termina cuando llegamos a la cama, él sigue guiando mi cuerpo, nos sentamos en el borde de la cama. Sin decir nada nos quedamos viendo, mi corazón golpea fuerte desde cambio mis zapatos, debo estar sonrojada porque siento el rostro caliente. Con su mano libre pone unos cabellos detrás de mi oreja, no se si fue accidental pero sus nudillos tocaron la parte baja de mi cuello.
– ¿Desayunaste?–.
Asentí.
– Jong me invito a desayunar –.
Él asintió, estiro una pequeña sonrisa. Se puso de pie, nuevamente me toma por sorpresa que abre va a mi closet, abre las dos puertas y rebusca en la ropa colgada. Miro su perfil por un momento y luego lo interrumpo.
–Disculpa. Ese es el closet de una dama, ¿que estás buscando?–. Pongo las manos a los lados y me recargo hacía atrás.
–Tienes que cambiarte esa ropa –. Dice con la cabeza dentro del closet. –¿Donde guardas tu pijama?–.
Estoy por pensar que me quede dormida en el taxi y todo esto es un sueño. Se me hace tan divertido y a la vez tan irreal que no se con que más compararlo. Es cierto que debería morirme de la pena por que él esta merodeando entre mi ropa, en cambio me parece divertido verlo ser tan libre estando conmigo. Torpe, tímido, porque ese es Kim Nam Joon y me gusta.
–Sal de ahí, no cuelgo la pijama –. Saca la cabeza y estira el cuello igual que los suricatos, se parece en especial por lo delgado y por los ojos abiertos. –A tu derecha, los tres cajones, el segundo bajando–.
Abre el cajón, rebusca un poco hasta dar con lo que buscaba, una pijama de dos piezas, camisa de manga larga y short. Sonríe y regresa conmigo, pone la pijama en mis piernas y señala con el indice el baño.
–Ve a cambiarte –. Me encantaría saber de que va todo esto, pero no tengo el valor para preguntarle. Haré lo que me pide y ya.
Tomo la pijama, camino al baño y en un dos por tres estoy cambiada, no es la gran cosa, deje mi brasier, odio dormir con el puesto, pero lo dejaré por esta vez. No es que sospeche de Joon, solo es por mi bien emocional.
Al salir del baño encuentro a Joon levantando las cobijas, se ha quitado el gabán y es inevitable que me sonroje, que el calor suba por mis pies y que las piernas me tiemblen un poco. Quiere decir que aun tengo problemas para adaptarme a sus acciones.
–Ven–. Dice. Ofrece su mano como en el ascensor. Entonces el imán dentro de mi cuerpo empuja mis pies y me lleven hasta él.
Mi mano se desliza por su palma, el roce de la piel es electrizante. Quisiera que alguien me explicara esa reacción de nuestros cuerpos, podría preguntarle a él pero su respuesta podría provocar otro tipo de reacciones que por el momento deseo mantenerlas a raya.
Subo a la cama acomodándome en el espacio, que pienso yo, es mi lado de la cama. Joon levanta el otro lado de las cobijas y efectivamente se desliza en la cama. Me aferro a las sabanas siendo esta mi pose de estoy asustada, espero lo entienda. Yo sé que Joon es algo torpe para algunas cosas, y lento para otras, pero parece que las señales que le he dado o las esta ignorando o no las entiendo, quiero creer que es la segunda, porque me están matando los nervios. Con su brazo fornido enrollado en mi cintura, arrastro su cuerpo quedando pegado a mí, no estamos viéndonos frente a frente, él esta pegado a mi espalda.
–¿Que pretendes, Kim Nam Joon? –. Digo luego de que logro respirar con normalidad.
–¿Tu que crees? –. ¡Maldito! Lo dijo cerca a mi oído con esa voz de recién levantado.
¡Ya cálmate, Kim Zoe!
–Creo que no es un buen momento–. Suelto apenada.
Su carcajada resuena en la habitación, la mano que estaba en mi cintura para a cubrir su carcajada creyendo que la puede apaciguar, es tonto porque yo la escucha a la perfección. Volteo a verlo y sus mejillas se han coloreado de un rosa suave, sus ojos son dos líneas y sus pómulos están hinchados. A él le hace mucha gracia mis reacciones.
–Ay, Kim Zoe. Esa cabecita tuya esta llena de ideas aptas para mayores de edad –. Con el torso de mi mano golpeo su vientre.
–Auch –. Él se encoge pero no para de reír.
– Es tu culpa. Eres quien me hace pensar así–. No caí en cuenta de lo que dije hasta que él dejo de reírse y sus ojos rodaron a verme, sus mejillas mucho mas sonrojadas me decían que había hablado de más.
Cogí las cobijas para cubrir mi rostro lleno de vergüenza. No use las palabras adecuadas. No pensé para hablar.
Lo siguiente que sentí fue su brazo rodearme, parte de su cuerpo descansa entre mi cabeza y el dorso de mi espalda. Mi corazón que estaba latiendo como loco, de repente se detuvo unos segundos, sentí que me moría.
–Me alegra saber que no soy el único que tiene esas ideas. Porque tengo de todo tipo de ideas contigo, Zoe. Hasta nos imagino en un futuro–. Aquí es donde suelto aire por mi boca lentamente, casi siento que lo hago en cámara lenta.
Empuño las manos a mi pecho, mi corazón vuelve a golpear con fuerza, le pide que se controle y se calme y me deje pensar con claridad.
Entonces Joon empieza un recorrido de besos por encima de las cobijas partiendo desde mi cabeza, baja por mi hombro, mi brazo y se detiene llegando a mi cintura. Cada beso delineo la parte de mi cuerpo, no sentí sus labios pero el calor que dejo en cada lugar no se quitara tan fácil.
–Quiero que descanses. Yo pude hacerlo en la reunión, dormí la mitad del segundo día. Eso me hizo pensar en ti, ¿cuantas veces habrá dormido más de ocho horas? Descubrí que tenemos la misma pasión por nuestros trabajos y entendí porque podíamos soportar tanto tiempo sin estar cerca del otro, es porque entendemos el sentimiento del otro y porque sabemos cuanto debe esforzarse y sacrificar para cumplir cada meta–.
No pudo decirlo mejor. Somos perfectos para estar juntos porque compartimos casi los miso defectos y amamos esa parte del otro.
Lentamente descubrí mi cabeza, Joon tenía el brazo doblado, el codo apoyado en la cama y la mano sostenía su cabeza de lado. Su otra mano acaricia mi mejilla con suavidad como si se tratara de una pieza tan delicada que en cualquier momento se romperá.
–¿Kim Nam Joon, que eres? –. Mi cuerpo se gira quedando frente al suyo.
Sus ojos miran en una dirección desconocida, me ve de reojo y después se encoge de hombros.
–Digamos que soy un ser humano que se ha enamorado, que encontró su inspiración y que ama el nuevo yo que es –.
Sus caricias parecen un somnífero, siento los ojos pesados. Me abrazo a él y clavo mi cabeza en su pecho, me encanta su perfume, no es pentrante no ea repugnante, es embrigador.
Continuará...
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