SEPTIMO (I)

–¡Bienvenido a la comarca! –. Apretujo en un abrazo a Jimin.

–Gracias Noona. Estoy muy feliz–. Su voz resuena de alegría.

Con el éxito de la fiesta de Jungkook, y todas las referencias que le he dado a mi jefa. Jimin tiene un contrato fijo en la agencia. Ayudará a todos los demás y podrá estudiar sin problemas. Soong, le dijo que dependiendo de su desempeño dentro de la agencia podría pensar en dejarlo, una vez se gradué de comunicación social, -Aja, estudia lo mismo que yo estudie-.

–Presta atención a lo que los demás te dicen y no tendrás problemas–. Nos separamos y puedo ver su sonrisa de ojos chinos.

–No te decepcionare–.

–Lo sé–. Arrugo la nariz.

–Siento interrumpir su intime time, pero Zoe, necesito que vengas a mi oficina–. Soong nos guiña.

–Sí, señora–. Hago el saludo militar.

–Jimin, hoy tendrás que trabajar en la oficina de Zoe, estoy terminando de organizar la tuya. Por ahora, ve con SanJi para que te instruya de tus tareas–.

–Sí, señora–. Responde formal con una reverencia pequeña.

–¡Ay, no te dejes influenciar por esta loca! –. Me señala, mientras yo estoy torciéndome de la risa, porque Soong odia los formalismos dentro de la agencia.

Jimin nos ve confundido y rasca su cabeza.

–Regla número uno–. Digo entre risas. –Nada de formalismos–. Me cuesta parar de reír y debo taparme la boca.

–Ah, qué pena, ¿Cómo debería llamarla? –. Pregunta el pobre novato.

–Soong, dime Soong. –. Se le acerca al oído. –No te juntes mucho con ella–. Lo que debía decir en voz baja, quedo en un tono perfectamente audible.

–¡Ey! Te escuche–. La señalo.

–¿Qué? Lo estoy salvando de tus garras. ¿Qué pasa si el día de mañana amenaza con irse y dejarnos en la quiebra? –.

–Para cuando eso suceda, seremos una cadena internacional de eventos y podemos pagarle su liquidación sin problemas–. Guiño y engancho su brazo.

–Kim Zoe, eres insoportable, ¿lo sabías? –.

–Sí. Como también se lo mucho que me quieres–. Sonreímos.

–Jimin. Ve con SanJi y luego pásate a la oficina–.

Nos vamos muertas de risa por la confusión del pobre Jimin. Juntas somos una combinación explosiva, hasta el mismo Jong prefiere seguirnos el juego antes que ponerse en nuestra contra.

–¿Viste su cara? –. Cierró la puerta y veo por las rendijas a Jimin caminar lento hacía SanJi.

–Es muy tierno–. Soong tiene una amplia sonrisa. –Y te quiere mucho–.

–Lo sé. Es menor que yo y saca mi lado maternal–. Tomó lugar en su escritorio.

–Escuche que tu ex suegrita te felicito un montón–. Dice con sarcasmo.

–Le falto darme de besos–.

–Iugh–. Decimos al tiempo con asco, y rompemos en risas.

–Revise el correo del presupuesto para la fiesta de fin de año. Es perfecto–. Hace un OK con los dedos.

–Ya que lo mencionas. ¿Crees que podamos incluir a Jimin? –.

Ambas miramos a través de las persianas a Jimin que esta con SanJi.

–Es su primer trabajo formal y le haría bien ir con nosotros para que se acople y pierda la pena–.

Soong entorna los ojos y curva media sonrisa. Me conoce y sabe que tengo razón.

–¡Eres un ángel, Kim Zoe! Suma el puesto de Jimin al presupuesto, también lo haré para los bonos. No creo que los otros tengan problema con eso–. La amo, ella es como mi madre, dulce, atenta, consentidora, y cada que puede me da gusto en uno que otro capricho.

–Hoy mismo tendrás ese presupuesto–.

–Perfecto. Bueno, como estamos de buenas noticias, te tengo otra mucho mejor que todas–.

–¿Seré tía? –. Pregunto ansiosa. Es hora que el duo Soong me de juguetes para distraerme.

–No–. Niega con la cabeza.

–¿Conseguiste una alarma personalizada de Kim Jungkkok para mí? –. Le pedí eso de regalo de cumpleaños a Jong, es casi imposible, pero oigan, soñar no cuesta nada.

Soong carcajea reclinada en su silla giratoria.

–¡Tonta! Estamos trabajando en eso–.

–Me rindo. ¿Qué puede ser mejor que eso? –.

Hecha su cuerpo hacía adelante y tiene esa expresión de codicia.

–Un borrador de la crítica que hicieron los comensales en la reunión que organizamos–. Sacude una hoja impresa del fax.

–¡No juegues! –. La emoción me llena, llevo ambas manos a mi boca. Por su expresión, ya la leyó y debe ser algo muy bueno.

Tres días después de la fiesta de Jungkook, tuvimos la reunión de los comensales, había críticos, periodistas, analistas y otras celebridades de la prensa. La presión y la responsabilidad cayó sobre nosotros, y yo tuve el privilegio y el estrés de organizarlo. Jimin también participo y este fue el empujoncito que necesitaba mi jefa para contratarlo.

En la reunión tuve el honor de estrechar la mano de muchos presentadores y del líder de los comensales nacionales. Sabía lo importante que era, que la reunión no tuviera fallas, que todo marchara como un relojito. Podía percibir la mirada de los críticos en cada movimiento que hacíamos y eso podría ser tan bueno, como malo.

–¿Qué dice? –. Estoy nerviosa y ansiosa.

–Leeré la mejor parte. En unos días cuando sea publicado podrás leer el resto–. Moja sus labios y pone de frente la hoja.

–"... En general, podemos afirmar y confirmar, que la Agencia de eventos Two Soong, es uno de los mejores lugares para recrear espacios adecuados a las ceremonias o reuniones. Su desempeño y organización es impecable, demuestra el trabajo en conjunto. Si alguien me lo pregunta, recomendare sin pensármelo mucho, a Two Soong..."–.

–¡¡Sí!! –. Grito eufórica. –¡Gracias Dios! –. Miro a lo alto agradecida y emocionada.

Soong se pone de pie, rodea el escritorio y me apretuja en un abrazo cálido y maternal.

–Gracias, Zoe, muchas gracias por trabajar conmigo, por ayudarme a cumplir este sueño. No me alcanzara la vida para agradecértelo–.

Sus palabras mueven mi lado sensible y la apretujo. Sollozamos un poco por la felicidad que nos embarga. La agencia crecerá, tendremos más presupuesto para los sueldos y todos estarán orgullosos de trabajar con nosotros.

–Tranquila. Puedes pagármelo a cuotas–. Musito llorosa.

–Serás tonta. ¿Todo es dinero en tu cabeza? –. Quiere verse ofendida pero está riéndose.

–Tengo que ahorrar para mi futuro. Quiero vivir mi vejez sin tener que trabajar para sobrevivir–. Comento orgullosa.

Soong carcajea, limpia sus lágrimas con las yemas de los dedos y regresa a su puesto.

–Siendo así, ¿Cuándo vas a pagarme por nuestra amistad? Sopórtate no es nada fácil–. Desencajo mi mandíbula haciendo una O y pongo una mano en mi pecho mostrándome ofendida y lastimada.

–Pues te aguantas–. Suelto y otra vez nos carcajeamos.

Con la mejor noticia que pudieran darme, salgo de la oficina de Soong para reunirme con Jimin que está siendo presentado por Sharit, la jefa de personal. Mis compañeros son muy amables y sé que recibirán con agrado a Jimin, si no fuera así, jamás hubiera metido mis garras para que mi jefa lo contratara.

Todos están formados en línea y Jimin está al lado de Sharit, me abro espacio entre SanJi y Yury para ver la presentación. Escucho la puerta de la oficina de Soong que se une a la presentación junto a Sharit.

–Compañeros, tengo el placer de presentarles nuestro nuevo compañero, será auxiliar y tiene muchas ganas de aprender de nosotros, así que por favor denle todo el apoyo que necesite y no lo corrompan–. Sharit siempre dice lo mismo cuando el nuevo es un hombre y nos hace reír. –Dejare que se presente–. Le da paso y él asiente.

Verlo frente a mis compañeros, me hace sentir como una madre orgullosa, ver su escultural y pequeño cuerpo, su cabello negro que lo peina con un flequillo que le da en las cejas, sus ojos rasgados y su impecable sonrisa que contagia alegría, me enorgullece a verlo visto crecer.

–Hola, mi nombre es Park Jimin... Ehmm, estoy honrado de poder trabajar con ustedes y quiero aprender mucho–. Hace una reverencia marcada y nos roba una risilla a todos.

Soong aparece para salvarlo e interfiere.

–Perdónenlo, Es que fue influenciado por Zoe–.

–¿Yo? –. Finjo no saber de qué habla y a la vez trato de no partirme de la risa.

–Tenía que ser Zoe–. Comenta SanJi que se gana un codazo. –Auch–. Gime.

Hyun Bin, el mayor de los hombres, se acerca a Jimin y lo tomo por los hombros.

–Aquí somos una familia. No te preocupes con formalismos. Bienvenido–.

–¡Bienvenido!–. Aclamamos al unísono.

Jimin sonríe abiertamente y agradece asintiendo tímido.

–Bien. A trabajar mis amores–. Soong aplaude tres veces en el aire y los presentes se dispersan, quedando ella, Jimin y yo.

Nos juntamos y Jimin no para de sonreír.

–¿Ya tienes tus instrucciones? –. Pregunta Soong.

–Sí, señ... Jefa. Ya tengo claro lo que tengo que hacer–. Le costara pero se acostumbrara rápido.

–Perfecto. Vas a trabajar con Zoe, quiero que le ayudes en lo que más necesite. Serás su sombra–.

Jimin y yo nos miramos extrañados. Según el día que firmo, sería auxiliar de todos, no solo para mí.

–Jefa, ¿estará bien así? –. Insto para evitar mal entendidos.

–Sí. Cuando los otros lo requieran, le pedirán ayuda, pero por ahora, ellos están alivianados en trabajo, tú eres la más cargada–. No me siento convencida. No quiero que Jimin tenga problemas con los demás por rumores tontos. Confió en mis compañeros, pero cabe la posibilidad de que alguien se resienta.

–Puedo ayudarles a todos–. Dice Jimin con entereza.

–Lo sé. Zoe, tranquila. Esto no lo decidí por impulso. Lo discutí con Sharit y ella estuvo más que de acuerdo–.

Solté aire aliviada con eso. Sharit es la voz del pueblo y si ella lo dice, es porque los demás piensan así.

–Excelente–. Miro a Jimin que se ve más tranquilo porque trabajara conmigo, nos conocemos de tiempo atrás y nos llevamos muy bien. Así le será más llevable trabajar. –Un duo dina...–.

–¡¡Kim Zoe!! –. Una voz interrumpe mi discurso.

No alcanzo a dar la vuelta para ver quien grito mi nombre, cuando ya tenía el rostro de lado con los cabellos revueltos y la mejilla ardiendo.

–¡¿Qué le pasa?! –. Reclama Soong que me rodea con un brazo.

–¡¡Maldita perra!! –. Grita la mujer.

–¡Señora cálmese! –. No puedo ver bien, pero parece que Jimin la está reteniendo.

Trago grueso, respiro hondo y me enderezo para poder ver quien se atrevió a hacer algo que ni siquiera mis padres han hecho. Abofetearme.

–¡SanJi, llama a seguridad! –. Ordena mi jefa. Mis compañeros están congelados presenciando la escena.

El ardor en la mejilla es vivo y siento como palpita.

Jimin retiene a la mujer que estira sus manos y trata de alcanzarme, se ve muy enojada y también dolida, puedo ver las lágrimas que bajan por sus mejillas. No sé quién es, ni de donde sabe mi nombre, pero ella va a conocerme.

–Querida, ¿estás bien? –. Soong me toma de la mano.

–¡¡Maldita!! Lo mataste, tú lo mataste–. Gritaba entre los brazos delgados de Jimin.

–¡¿Esta loca?! –. Exclamo Soong envuelta en rabia. –¡Sanji, que seguridad saque a esta loca! –. Me resguarda en sus brazos.

–Están subiendo jefa–. Dice SanJi.

–¡¡Eso, llamen a la policía para que se la lleven por ser una asesina!! –.

¿Qué? Esta mujer debió volarse de algún centro psiquiátrico. Me está culpando de haber matado a alguien, para empezar no la conozco.

–Señora usted está mal de la cabeza, yo ni siquiera la conozco–. Me defiendo. Ganas no me faltan de ponerle la mano encima por haberme golpeado, pero por su edad podría ser mi abuela y mis padres me enseñaron a respetar a los mayores, así sean locos desquiciados.

El cuerpo de seguridad del edificio hace su aparición y retienen a la mujer. Jimin soba sus brazos y se pone a mi lado. Todos estamos consternados por la mujer que sigue llorando, gritando y reclamando la muerte de un hijo.

–Señora, voy a pedirle que se retire–. El jefe de los guardas, es quien la tiene del brazo.

–¡Sáquenla! Esta loca, golpeo a Zoe–. Soong se para en su pose de madre protectora. –Quiero poner una denuncia–.

–Zoe, ¿estás bien? –. El jefe me inspecciona porque tengo la mano en la mejilla.

–En lo que cabe, jefe–. Respondo.

–¡Llévensela a ella también! –.La mujer insiste y grita a los guardas. –¡Es una asesina! –.

De inmediato los guardas se me quedan viendo, sorprendidos por la acusación.

–¡No le presten atención! No la conozco–. Me defiendo ante las miradas.

–A mí no, pero a mi hijo si–. Dice dolida.

–¿De qué habla? –. Su expresión me causa curiosidad y no puedo dejar de sentirme mal por ella.

–Zoe, no le prestes atención. Señores sáquenme esa loca de aquí, por favor–. Pide Soong.

–¿Te suena el nombre de Kim Seok Jin? –.

Un frió recorre mi espalda y me pone a temblar. ¿Qué hace la madre de Jin y porque dice que su hijo está muerto? ¿Esa señora era la madre de Jin? Era la primera vez que tenía el placer de conocerla, mientras él y yo anduvimos nunca conocí a sus padres, se me hacía extraño pero aceptaba ese hecho. 

Soong aparta la pose de madre, me da una mirada; estoy consternada, igual que los demás.

–Señora, acompáñenos–. Ordena el jefe, llevándola hacía atrás del brazo.

–¡No! Quiero que ella pague. Me quito a mi único hijo–.

–¿Qué demonios está diciendo? Su hijo, señora, fue lo peor que me pudo pasar–. Digo descargando la frustración que me dejo Jin.

–Ja, ja, ja, ja. ¿y tú que fuiste? Le arruinaste la vida. ¡Jin murió por tu culpa! –. Enrolla un trozo de papel arrugado y me lo tiro, cayendo a mis pies.

Mi mundo se congelo. ¿Qué, Jin qué? Tiene que ser mentira. Él no puede estar muerto. Que no me haya escrito por casi tres semanas no quiere decir nada. Debe estar perdido en algún bar coqueteando y jactándose de lo guapo que es.

–¡¡Que la saquen les digo!! ¿Qué tengo que hacer para que me hagan caso? –. Escucho gritar a Soong que se ve mucho más preocupada que antes.

–¡Sí, señora! –.

–¡Andando, señora! –. Dos hombres más la van empujando a la puerta.

–¡Léelo! Espero que nunca vuelvas a tener una vida tranquila. ¡Mereces la muerte! ¡Te odio y te odiare por el resto de mis días! –. Grita antes de desaparecer junto a los guardas.

Un inminente silencio se expande por la agencia. Siento las miradas de todos sobre mí, unas son de intriga y las otras de preocupación. No sé qué decir o que hacer, ni siquiera soy capaz de asimilar lo que la madre de Jin dijo, tal vez, no quiero creerlo.

Bajo la mano y recojo la bola de papel y la guardo en el bolsillo de mi chaqueta. La voz me tiembla y trago grueso para darme fuerzas.

La mano de Soong estrecha la mía y me hace voltear a verla, está preocupada. En sus ojos vidriosos puedo ver lo mal que se está sintiendo. La conozco, busca la manera de consolarme, pero sabe que es imposible, por ahora.

–Zoe...–.

–Qué mujer tan loca, ¿verdad? –. La interrumpo y fuerzo una sonrisa.

–...Si... Sí. Tienes razón. Debo cuidarme de la vejez–. Ella también se fuerza a sonreír.

Miro a mis compañeros que están en silencio y preocupados. No puedo arrastrarlos a mis desgracias. ¡Hoy es el primer día de Jimin! Fingiré estar bien, soy buena en eso, nadie más que Soong notará que estoy mal.

–Muchachos, siento mucho haber interrumpido sus trabajos. Prometo compensarlos con chocolates–. Amplio la falsa sonrisa y se miran entre ellos.

Las muchachas salen de sus puestos y forman un círculo a mí alrededor. Somos una familia, lo sé, pero no quiero involucrar a nadie en esto.

–Zoe, si quieres podemos tomar tu trabajo. Ve a casa para que descanses–. Sharit, me toma de la mano.

–Esa es una muy buena...–.

–NO–. Niego con rudeza. –Hay muchos pendientes y ahora que tenemos una mano extra, tenemos que aprovechar el tiempo–.

–Pero Zoe...–.

–Está bien–. Esta vez, Soong la interrumpe y la tranquiliza. –Todos vuelvan a sus puestos por favor–.

No tienen más remedio que hacer caso y poner como prioridad el trabajo. No podía esperar menos de mi mejor amiga, ella comprende cada gesto que hago y casi que nos comunicamos por telepatía.

–¿Vamos, Jimin? –. El pequeño asiente y sonríe levemente.

–¿Debo preocuparme? –. Indaga mi jefa.

Apretujo su mano y me voy con Jimin a la oficina. Eso es un "no lo sé".

***

Jin muerto... Eso es casi inconcebible.

La imagen de Joon vuelve a dibujarse en mi mente. Parece que se volvió costumbre. ¿Qué hubiera echo él si estuviera aquí? Pero no lo está, me digo.

Debía estar tan ocupada trabajando para no pensar en eso, pero fue un rotundo fracaso. No prestaba atención a Jimin, escribía más en los correos, y a veces me quedaba viendo a la nada suspirando y perdiéndome en mis adentros.

Todos en la agencia, trataron al máximo de no hablar o murmurar de lo sucedido. Aparentaban estar ocupados en sus puestos, y pasaban a dejar cosas a mi oficina tanteando en mis respuestas de que todo estuviera bien. Pero no lo estaba.

La bolita de papel guardada en mi bolsillo, tiene las respuestas a todas mis preguntas, pero tengo miedo de leerla. Voy a leerla, tengo que hacerlo. Lo haré en el apartamento, no quiero asustar más a mis compañeros, ni a Soong, quien no deja de mirar a mi oficina y cree que no me doy cuenta.

Poco a poco, regreso de mi viaje mental y retomo mi postura de trabajo. Asisto a las reuniones con Soong y Jimin. Puedo explicarle con más veracidad a Jimin sus funciones, le hago pruebas técnicas como hablar con uno que otro cliente y que se desenvuelva en el medio. Él sonreí y se pone tímido, pero no hace comentario alguno. Finge, como los demás, que nada paso y que todo está bien. Lo que agradezco porque de no ser así, no podría trabajar adecuadamente.

Por orden de Soong, todos salimos a la hora exacta, envió un correo diciendo que no pagaría extras a quien se quedase a trabajar. Lo hace por mí, porque si me pide que me vaya no lo haré mientras los demás deben trabajar extras por mí.

Jimin se despide de todos, está en punto para sus clases y le deseamos suerte en la nocturna. Mis compañeros empiezan a despedirse y a tomar direcciones diferentes, unos para el estacionamiento y otros a la salida principal. No traje mi carriolat porque lo tengo en mantenimiento, así que voy para la salida. Soong agarra mi antebrazo y me detiene.

–No señorita. Tú te vienes conmigo–. Usa su voz de autoridad y persona mayor.

–¿No es hoy la reunión con los jefes de Jong? –. Le recuerdo, llevaba diciéndome lo nerviosa que estaba desde hace una semana.

Palmea su frente recordando el pequeño evento.

–¡Maldita sea! –.

–No maldigas–.

–Que importa. Te quedaras hoy con nosotros. ¿Crees que no sé cómo te sientes? –.

–Si lo sabes. Entonces déjame regresar al apartamento. Prometo ir mañana a tu casa para que hablemos–. Mi voz suena destruida, más de lo que esperaba.

–Zoe–. Reclama.

–Ve. No estoy bien, pero hasta que no me dé cuenta de lo que pasa, no sabré si sobreviviré o no–.

–¡No te permito hablar así! –.

–Tranquila. Mañana iré a tu casa. Jong no estará y podremos hablar con calma–.

Me envuelve en sus brazos y siento sus ganas de llevarme lejos para no ser lastimada. Es una madre, sé que será una buena mamá, tiene madera para eso, sus abrazos reconfortantes la delatan.

–Te llamare cuando termine la reunión. Asegúrate de tomar la llamada–. Ruega en mi oído.

Nos separamos, ella a la estación y yo... Bueno a donde mis pies me quieran llevar. Todavía no estoy segura de querer leer el papel y de regresar a mi apartamento donde nadie me está esperando. Podría llamar a mis padres, pero rompería en llanto preocupándolos y haciendo que mamá llore conmigo.

Camino en dirección al edificio. Vivo relativamente cerca, puede que en la caminata logre sentirme mejor y tenga fuerzas para leer la bola de papel que encierro en mi mano.

Las calles están adornadas. Se respira la navidad, el mes de Diciembre arranca en todo su esplendor. Aún hay un poco de sol y ya las luces se van encendiendo. Las personas van de almacén en almacén buscando el regalo adecuado para los suyos. A mí no me gusta correr para esas cosas y desde Noviembre aparte los regalos, incluso compre uno para Joon, espero expresarle cuan bien me hace tenerlo alrededor y que puede contar conmigo cuando quiera.

A pesar, de lo bonitas que se ven las calles por los adornos, el espíritu de la navidad no me embarga. Siempre me ha gustado esta época, pero me han quitado las ganas, la emoción. Un eco de desgracia retumba en mi interior, ¿Cuándo se me congelo la vida? Esta mañana, cuando la madre de Jin me acuso de la muerte de su hijo. ¿Debería creer que es así? No hay duda, su madre estaba destrozada. Yo sabía que Jin era hijo único, pero nunca conocí a su madre, él decía que no había afán.

¿Es mi culpa? Es la pregunta sin respuesta. Si esto hubiera pasado recién rompimos, respondería sin más que con un no, Él termino conmigo, él se burló de mí, él fue quien destruyo todo lo bueno que tenía. ¡Él es el único culpable de todo! ¿Por qué no puedo decir eso con seguridad? ¿Por qué me cuesta defenderme? Porque la vez que vino a verme para hablar, lo rechace, lo aparte y le grite que desapareciera de mi vida... Justo esas palabras, son las que me están condenando.

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0.0 ¿ALGÚN SOBREVIVIENTE?

Apuesto a que no se lo esperaban... je  je  je  je *se cubre de la tomasera*

Ok, lo hice. Mate a Jin en los primeros capítulos y bueee... Saben que me gusta ver el mundo arder

Den su estrellita y puede que reunamos las esferas del Dragon para traerlo de vuelta xD

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