3 años después...

Como cualquier persona, he tenido que luchar en la vida para tener lo  que tengo hoy en día. He llorado, he perdido, me he caído y me he tenido que levantar; a veces de golpes más fuertes que otros. Hago un repaso de estos últimos tres años y puedo decir que mejor no podría estar.

Hace dos años me casé con el hombre más encantador, atento, torpe y poético que haya conocido. El compositor y productor Kim Nam Joon, es mi esposo y aunque su fama ha crecido bastante; él sigue siendo humilde y noble como cuando empezó. En una reunión sorpresa donde ambas familias y nuestros amigos estaban, le di el sí.

Obtuve el capital para convertirme en la socia de Eventos Song. Mi gran amiga y yo ahora dirigimos la compañía, que gracias al cielo ya logró su meta de ser internacional. Los avances son lentos pero hemos obtenidos bastante acogida en países como Japón, Canadá e Italia. Jimin paso a ocupar mi puesto, con mucho orgullo le cedi la silla y ya tiene a su propio pupilo a quien aconseja como yo, cuando él recién llego a la empresa.

Hasta ahora las cosas no podrían ir mejor... Los sueños de Joon y míos poco a poco se han ido transformando en realidad.  Ahora vivimos en mi apartamento, el de él se transformó en su propia oficina. Claro que sigue yendo a BigHit pero puede hacer sus horas extras más cerca y nunca me deja a un lado por estar en el trabajo. Hemos tenido nuestras discusiones y contradicciones pero ambos tenemos paciencia y podemos llegar a un acuerdo y solucionar el inconveniente.

–Kim Zoe, señora Kim Zoe –.

–Aquí–.

–Estos son los resultados. Si tiene alguna duda puede solicitar una cita. Que tenga una buena tarde –. 

–Muchas gracias–.

Finalmente podré saber si son ciertas las sospechas de mi mejor amiga. Durante estas últimas semanas me he sentido un poco extraña en cuanto a mi metabolismo y mi cuerpo en general. A veces tengo falta de apetito a veces como por tres personas, repentinos mareos y otros síntomas que quise asociar al estrés.

Song me ha acompañado, ella fue la de la idea, primero fue una prueba casera pero no era bastante claro, así que un examen de sangre sería mucho más confiable.

Sus ojos expectantes me siguen hasta que regresó a sentarme junto a ella. Estoy muerta de las nervios, ansiosa y muy emocionada. Este es un paso más en mi vida, aunque no se si estoy lista para lo que  vendrá, quiero creer que si.

–¿Quieres que lo lea por ti?–. Dice Song, señala el sobre que empuño en la mano.

Asiento. Los nervios no me dejarán leer nada. Ella ahora es una experta en la materia, la prueba de ello es Danny, mi ahijado.

Song toma el sobre, relame sus labios, me da una mirada pidiendo permiso y por fin abre el sobre. Lee la hoja de los resultados, siendo esos los segundos más largos de toda mi existencia. Sus ojos salen de la hoja, me abraza a ella y suavemente dice:

–Estas embarazada. Vas a tener un hijo–. Como toda madre, sus abrazos son cálidos y amorosos.

Yo... voy... a... ser... madre.

No puedo no procesar la información. Mi mundo se ha detenido, claro que no es mada malo, por el contrario, es una de las  mejores noticias en mi vida; está es una de las etapas mas hermosas que siempre me imaginé vivir y mas a esta edad.

Corresponde el abrazo de Song y las lágrimas me atacan, no estoy triste, ni preocupada; la felicidad es tal que me llena eñ pecho y las lágrimas fluyen por su cuenta.

¡Un hijo de Joon y mío!

–¡Felicidades, Zoe! –.

–¡Gracias, Song!–.

Despues de pasar al laboratorio médico, fuimos a recoger a Danny de la guardería. Los esposos Song decidieron llevarlo a la guardería para prepararlo en su vida escolar, pero el pequeño sólo va tres veces a la semana, mi amiga aun no lo quiere soltar. Danny es un pequeño aparte de guapo como su padre, inteligente como su madre, ha recibido una muy buena educación, es un tanto hiperactivo pero eso no quita que sea un buen niño.

Inconscientemente toco mi vientre. Son dos meses de vida que llevo en mi interior, aún no parece real, sólo pido desde ya que sea un bebé sano y fuerte como sus padres... ¡Padres! ¿Y Joon? ¿Cómo le dire a Joon? ¿Lo haría  feliz saber que sera padre?

–...esta noche?–. 

Song llevaba unos minutos hablando y no alcance a coger nada. Esta viéndome y alzó las cejas para que repita lo que parece una pregunta.

–Vernos esta noche. ¿Crees que se pueda?–.

–¿Los cuatro?–. Cuestionó.

–Sí. Es algo para celebrar, ¿no?–.

–Por supuesto. Sólo que esta noche no es seguro. No se a que hora regrese Joon, su agenda está muy apretada  –.

Así ha sido desde hace un mes. Sus canciones y producciones musicales le han dado la vuelta al mundo. Kim Nam Joon es hoy por hoy uno de las productores mas reconocidos, no se me haría extraño que incluso tuviera alguna nominación en las listas internacionales. Con tanto trabajo acumulandose, con todos sus sueños cumpliéndose, ¿tendrá cabeza para cuidar un hijo?

Un miedo está invadiendo mis sentidos, no quería admitirlo, ni pensar en ello, pero creo que en los planes de Joon no está el tener un hijo, justo ahora su carrera esta en su mente y es algo que sabía de ante mano.

–Zoe, ¿estas bien?–.

–Tía, Zo –.  Danny estira su mano enseñando el nuevo juguete.

–Es lindo Dann–. Veo a la madre. –Estoy bien–.

–No te preocupes por nada. Eso le hace daño al bebé. Los dos serán unos excelentes Padres, ya verás –. 

–Así será–. Hablo por mi.

                            ***

–Mamá ya no llores más –. 

–Mi bebé ya es toda una mujer, y ahora será mamá. Cuando tengas esa criatura me entenderás–. Suena su nariz.

Estuve tan sumida en mis pensamientos que hasta ahora al caer la noche recordé que iba a llamar a mamá para darle la noticia. Ella fue la primera en enterarse de como me sentía, es mi madre y quien mejor me conoce. Apenas le dije empezó a llorar y no se ha detenido.

–Si mamá, te entiendo. Ya no llores te vas a deshidratar y me preocupare –. 

Absorbió, respiro profundo y aclaró su voz.

–Ah, no. Eso si que no. Nada de preocupaciones. Necesitas estar en paz para que tu bebé sea sano–. Su voz aún esta ahogada en llanto pero lo está intentando.

–Exacto. Entonces deja de llorar. Necesito toda tu fuerza mamá, la tuya y la de papá –. 

–Él estara mucho más emocionado que yo, eres su princesa. Recuerda que en tu boda lloro como un niño desconsolado –. 

No lo olvidaré. Cuando nos caso el sacerdote, mi papá corrió a abrazarme, lloro, lloro, lloro y volvió a llorar, le decía a Joon que tuviera mucho cuidado porque yo soy su princesa y un Rey es capaz de matar por la princesa.

–Ayúdame a que no se ponga tan mal como ese día, por favor–.

–Déjalo en mis manos–. Suspiro. –¿Ya lo sabe el padre?–.

–No, mamá. Aún no lo sabe. Estoy esperando que llegue para decirle–.

–Se pondrá diez veces más sentimental que tu padre –. Mamá suena muy contenta.

–¿Tu crees?–.

–¿Lo dudas? Hija si ese hombre te ama, si quiso que fueras su esposa, querrá que seas la madre de sus hijos–.

–Tienes razón mamá. El embarazo me tiene algo sensible, creo–.

–Kim Zoe–. Llamo mamá un tanto sería. –Te conozco hija, aleja esos malos pensamientos. Un hijo es una bendición, lo sabes ¿cierto?–.

–¡Claro que si, mamá! Es que estoy tan feliz por la noticia que aún no he estallado en emoción, creo que no lo he asimilado todavía –. 

–Pues vete haciendo la idea, no dejaré que mi nieto sufra. Estaré mucho más pendiente de ti y si es necesario iré a cuidarte–. Oh, claro que ella vendría a quedarse conmigo estos nueve meses si estuviera en sus manos. No me cabe la menor duda de ello.

–Gracias, mamá–.

–No hay nada que agradecer. Eres mi hija y siempre velare por tu bienestar –. 

–Ojalá llegue a ser tan buena madre como tu, mamá –.

–Lo serás, Zoe. Eres una gran persona. Tu y tu hermano son mi mas grande orgullo. Estoy segura que le darás lo mejor a ese bebé–.

Escucho la llave digital pasar por la cerradura, ha llegado el hombre de la casa, miro el reloj y es más temprano de lo habitual.

–Mamá, Joon llegó. Te dejo. Mañana te llamo para contarte que paso–.

–Está bien. Descansa, no comas muy pesado, ahora debes cuidarte mucho–.

–Lo sé. Descansa –.

Justo a tiempo la cena está lista. Nosotros siempre tenemos una cena ligera, lo hago para que Joon no tenga problemas para dormir y al dia siguiente se despierte sin problemas; lo cuido bastante para que rinda en su trabajo, no.me gusta verlo deprimido o cabizbajo por no tener fuerzas para el trabajo.

–Amor, ya llegué –. 

Me encanta escucharlo decir eso, no ha perdido la costumbre. Salgo de la cocina para recibirlo. Cambia sus zapatos y se desliza hacia mi, mis brazos se enredan en su cuello y un beso de bienvenida es lo que recibe.

–Bienvenido señor Kim–. Un mini besito y nos separamos.

Camino de regreso a la cocina para servir la cena. Cuando llegó a la mesa de la cocina él ya está recargado en la pequeña ventana.

–¿Cómo te fue hoy?–.

–Me duelen los ojos de estar frente al computador. Yoongi estuvo mas intenso de lo normal, pero no discutimos –.

–Cada vez se vuelve mas dócil. Deberías usar más los lentes, amor, o pensar en la cirugía–.

–Por ahora serán los lentes. Lo de la cirugía será hasta que termine la agenda de estos meses. No me puedo concentrar en la recuperación–. Como sospeche, es bastante trabajo para él.

Su mano se estira para alcanzar una de las papas dulces y le golpeó antes de que la coja.

–Zoe, sólo una–.

–Lavate las manos–.

Sonríe de lado a lado mostrando sus hoyuelos, sus ojos se vuelven dos líneas y le doy un toque en la frente con el dedo índice.

–No funciona, mi vida. Ve a lavarte las manos –. 

–Tendré que cambiar de estrategia, ya eres una experta en disimular que te vuelven loca mis hoyuelos–. Cometí el error de decírselo en nuestra luna de miel, ahora los usa cada vez que quiere algo de consentimiento.

–¿Cómo te fue ena reunión con Song?–. Dice desde el baño.

Quiero decirle que no era u a reunión, que estaba haciéndome unos exámenes de sangre, que estoy embarazada y que seremos padres; pero me lo impide, las palabras quedan estancadas en mi garganta.

–Bien. No era algo importante–. Digo en su lugar.

Terminó de servir la mesa y él aparece, toma asiento, revisa lo servido y sonríe satisfecho con lo que ve. No es difícil tenerlo feliz con la comida.

–Gracias por la cena–.

–Espero te guste–.

–A mi me gusta todo lo que cocinas, Zoe. Soy tu fan número uno–.

Creo que serví mucha comida para mi. Mi plato rebosa de comida, Joon se alimenta fervientemente, habla de una que otra cosa, yo asiento y muevo la comida dentro del plato. Deben ser agrieras, pero no las había sentido desde ayer.

–Amor–. Su mano cubre la mía. Sigo el camino de  su brazo, su hombro, su rostro hasta sus ojos.

–Dime–.

–¿Pasa algo?–.

–¿Porque lo dices?–.  ¿Me descubrió?

–Será porque sólo yo estoy hablando y porque no has probado nada del plato–.

–Ah... No es nada. Estoy cansada, es todo–. Digo esperando que no insista.

–Zoe–.

–Señor–. Aparta su mano.

–Te amo. Nunca lo vayas a olvidar–.

–Yo también te amo, Joonie–.

Tanto que me haría a un lado para que el continuará avanzando. No creo que mi hijo vaya ser un problema para mi, lo amaré por sobre todas las cosas; pero no sé que piense Joon si se entera.

Decidí probar algo del plato, la pechuga huele bien, no me marea, podré comerla sin problemas.

–Joonie–.

–Suena hermoso cuando lo dices en ese tono, me siento capaz de hacer cualquier cosa–. Muestra sus no tan fornidos biceps.

–¿Has pensando en tener hijos?–. No es un tema nueva para él, algunas veces lo hemos tocado pero muy supercialmente.

Baja los brazos, su expresión sería se hace presente y asiente despacio. Bebé del vino y voltea a verme.

–Quiero tener una familia como la mía, eso ya lo sabes. Claro que quiero tener hijos, eso me haría un hombre completo; una bella y dulce esposa y mis hijos–.

Su respuesta me hace sentir una completa idiota por siquiera pensar en que él no desearía ser padre, está en sus planes, no importará el tiempo si ya lo tiebe previsto ¿verdad?

Sonrió a la vez que mis mejillas se calientan, Joon me guiña y sonríe para mi.

–Obviamente, todo a su debido tiempo. No tengo afán. Contigo aprendí a ser paciente y perseverante. Ahora ambos estamos con nuestros trabajos, así que aun tenemos cosas por hacer antes de dedicarnos a los bebés–.

Así son las cosas ¿no? Eso es pensar racionalmente ¿verdad? No es el momento para él, lo ha pensando pero es a futuro, uno, tal vez, muy lejano. Ahora esta centrado en su progreso y eso esta bien ¿verdad?

No te preocupes bebé, mamá te dará el amor por ambos, así que no estés triste ¿si? Nosotros no debemos estar tristes. ¿Me escuchaste?

–¿Tu que opinas?–.

–Sólo diré que las cosas pasan sin previo aviso y se convierten en milagros. Como el dia que nos vimos en el ascensor cuando te mudabas –.  Tal vez este siendo arrogante pero el embarazo no me deja controlar mis emociones.

–En serio ¿estas bien?–.

–Si. Sólo estoy cansada. No comeré mas. Disfruta la cena–. Antes de levantar el plato su confusión me acecha.

Sé que no debería actuar asi, fue su respuesta y el embarazo nada más. Pronto volveré a la normalidad, volveré a sentirme bien. Tendré a mi bebé y todo estara bien.

–Zoe, espera–. Le escucho decir a mi espalda.

Dejo el plato en la cocina, Joon bloquea la salida, su alta estatura y sus brazos largos a lado y lado son suficientes para no dejarme pasar.

–¿Qué te esta pasando?–. Cuestiona. Su ceño está fruncido.

–Nada, Joon. Ya te lo dije –. 

–No es porque estas cansada. Porque si fuera eso estarías pegada a mi consiguiendo mimos, pidiendo que caliente agua para tus pies, con los ojos somnolientos, y no pasa nada de eso contigo–.

No te sorprendas Zoe, es tu esposo, tu mejor amigo, él te conoce tanto como tu a él, sabes que no se quitará a menos que este seguro de que dices la verdad.

Ese es el problema, no le estoy diciendo la verdad, me cuesta parecer que si y mas si sus ojos están fijos en mi, inquietantes.

–Quiero ir a descansar–. Suplico. –Déjame pasar–.

Parece que mi suplica funciona. Joon se hace a un lado. Paso por un costado, nos miramos unos segundos y su entre cejo se frunce a un más. Aceleró el paso a la habitación, escucho sus pisadas,  entró al cuarto y  empujó la puerta pero no es tan fuerte para que se cierre y Joon logra entrar antes.

–Vamos a hablar. Dime que esta pasando –.

Saco las pijamas del semanario, las lanzó a la cama y él sigue ahí con su mirada acusativa. 

–Nada, Joon. Nada pasa. Déjame en paz–.

–No cenaste, estas hablándome feo y no entiendo que hice mal, necesito saber que pasó y si tengo que disculparme –.

–¡No es nada!–. Maldita sea, detesto su terquedad.

–Ya estás gritándome, ¿seguiras diciendo que no pasa nada?–.

Aprieto mis labios, respiro hondo y camino a la cama.

–Déjalo así–.

–Claro que no–.

–¡¿Que quieres que te diga?! –.

–¿Porque actúas extraño?–.

Mis emociones vuelven a estallar y me pongo en pie.

–¡No tengo...–. Pero no terminó la oración porque mi cuerpo tambalea, la vista se me nubla y estiró el brazo para agarrarme de algo, ese algo resultó ser Joon.

–¿Zoe? ¡Amor!–. Me atrapa y ayuda a que vuelva a la cama.

–Yo... Ufff...–. Sigo mareada, sacudo la cabeza, pestañeo recuperando la visión.

–Voy a llamar a tu tío. Iremos al hospital –.

–¡No!–. Digo desesperada.

–Esto no parece ser solo cansancio físico –.

–No es nada grave –. Digo. Tomo bocanadas de aire, recuperando la estabilidad.

–¿Sigues con eso? ¡Vamos ahora!–.

–¡Estoy embarazada!–.

Su rostro empalidece, su cuerpo cae de lleno sentado en la cama, parpadea perplejo y sus labios murmuran.

–¿Que?–.

–Estoy embarazada–. Suelto aire por la nariz. –Yo... me enteré en la tarde. Sospechaba algo pero no estaba segura, asi que me hice unos exámenes y salió positivo–.

Me pongo de pie, camino a mi bolso y saco el sobre, regreso a la cama y se lo entregó. Sigue confundido, torpemente abre el sobre y lee la hoja.

–Sé que no es lo que querías. Que tus planes son otros, que esto podría arruinar tus sueños... No es necesario, me haré cargó,  tu seguirás con tu vida y yo con la mia. Después de todo nada es eterno–.

–¡Pero de que demonios estas hablando!–. Su voz molesta hace que me estremezca del susto. Se pone de pie y sacude la hoja.

–Es mi bebé Joon, lo cuidaré. No tienes porque ponerte así. Tu vida seguirá igual –.

–¿Te escuchas cuando hablas? ¡Estas loca!–.

–¡No me hables así! Este bebé es por mucho lo mejor que me ha pasado y lo siento si no es lo que esperabas, pero ya  no hay vuelta atrás. ¡No te obligare a dejar...–.

Entonces sus labios sellan los míos, las lágrimas se me escapan, las piernas me tiemblan, los labios me vibran y sus labios me atrapan y succionan. Algunas gotas caen en mis mejillas, abro los ojos y veo a Joon llorar. Nos separamos y él junta nuestras frentes.

–¿En qué momento tu mentecita creo toda esa película? ¿Qué voy a dejarte y seguir con mi vida? Eres mi vida, Zoe. Mi trabajo hace parte de eso, sé que tendré que retirarme en cualquier momento pero cuando se trata de nuestra vida juntos, estoy seguro que durará mucho más que mi trabajo–.

Acuna mi rostro.

–No es el tiempo, tu lo dijiste–.

–Y tu dijiste que ciertas cosas están destinadas a suceder–. Separa nuestras frentes y sonríe. –Tu y ese bebé son mis inspiración, tendré mucho más de que escribir, mis más grandes producciones tienen tus sentimientos y los mios. Eres parte de todo mi mundo. Creí que lo sabías, que fui claro el día de nuestra boda y en estos dos años de matrimonio–.

–Lo siento, lo siento. De verdad lo siento mucho–.

Me abrazo a él. Dos años, llevamos dos años de estar casados y aun me falta mucho por conocer, por entender, por vivir junto a él. Ahora entiendo porque para él todo es nuevo, como si recién estuviéramos saliendo, es porque así es, cada dia nos acercamos más y descubrimos algo nuevo del otro.

–¡Seré padre!–. Me alza y gira conmigo entre sus brazos.

Su sonrisa es de la mas hermosas que he visto, sus ojos cristalinos brillan como sus dientes blancos y grandes. Me baja y vuelve a besarme, con más intensidad, con más pasión, reclamandome como suya, pidiendo cada vez más y más.

–Joon... –. Jadeo en sus labios.

–Si–. Esta entretenido.

–Leí  que las mujeres embarazadas, tienen un cambio en las hormonas y su apetito sexual... Se hace mayor–.

Sonríe, se separa un poco y guiña.

–Llegaré más temprano a la casa. Yo me encargaré de todo lo que tenga que ver con tu bienestar y el de nuestro bebé –. 

–¿Podrías comenzar ahora?–.

–Como tu digas–. Vuelve a besarme.

No están malo que todo parezca como al inicio, las cosas si cambian, como nuestros sentímientos, nuestras emociones y el amor que tenemos el uno por el otro; porque cada vez es más, más y más. 

Ahora tendré una familia junto a este hombre que una vez fue mi vecino, que se robo mi corazón y que se convirtió en mi esposo. Sé que llegarán mas días de discordia y mal entendidos, pero si todos van a terminar como este; no me molestaría que se repitieran cada tanto.

–La amo, señora Kim–.

–Y yo a usted señor Kim, como tiene idea–.

FIN.

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Así es. Eso fue todo.

¡Mlo gracias por acompañarme, no me cansaré de decirlo!

Deseo que tengan un excelente 2019 que sus sueños, metas y propósitos se cumplan en su gran mayoría. Que estén con sus seres queridos y que siempre recuerden que no están solos.

¡Los quiero mucho! Los leeré en mis otras dos historias de este 2019. Mil gracias. ¡Besos! ¡ Y saludos de parte de los esposos Kim!