DECIMO SEXTO
De todas las personas del mundo, de todos los hombres en este país, tenía que ser este Kim Nam Joon, no podía ser otro. Justamente mi vecino, el que fue capaz de meterse en mi corazón hasta el punto que duele escucharlo y recordarlo. ¿Qué estaba pagando? ¿Por qué debía pasar por este tipo de situaciones? ¿Qué nación destruí en mi vida pasada?
Ni siquiera puedo pronunciar palabra alguna, me limito a asentir sin expresión, ¿Qué más podía hacer, cuando Nam ni se inmuto frente a mí? No está nervioso, o alterado, ni mucho menos asustado; por el contrario está tranquilo viéndome a los ojos.
–¿Kim Zoe? –. La voz del tercero en este triángulo sin sentido hace que vea más allá del hombro de Nam. Se pone de pie estirando una sonrisa de lado a lado como si se tratara de un fantástico momento.
–¿Se conocen? –. Pregunta Boa con un toque de picardía.
–¡El mundo es realmente pequeño! Encontrarte justo hoy que es uno de los días más importantes de toda mi vida–. No ha cambiado mucho, le encanta jactarse así mismo sobre lo que hace.
Jung Ho Seok, bailarín y rapero, debuto hace un año en la industria musical, pero la parte donde nos cruzamos es mucho antes de todo eso.
Tenemos la misma edad, para ese entonces teníamos 18 años, muy jóvenes, yo no sabía que era estar enamorada, no conocía nada de eso; sin embargo, aquel chico de cabello castaño, ojos picaros, sonrisa definida, hacía que me estremeciera con solo verle de lejos. El sentarnos juntos en las clases fue el puente para tener una amistad, yo era buena en el instituto, él no tanto pero nos llevábamos bien. Muchas veces le ayude a escaparse para que fuera a ensayar durante las clases. Amaba verlo sonreír cada vez que lograba una nueva coreografía, creía que si estaba en las cosas que más le gustaban podía ser parte de su vida también.
Cierto día todo se puso a mi favor y terminamos saliendo, fui la persona más feliz en ese entonces, sostenía su mano como si fuera alguien especial, no necesitaba que fuera un ídolo como él quería ser para saber lo importante y talentoso que era.
Hasta que en una competencia de baile del instituto, se enfrentó contra otros clubes de danza y perdió. Sabía cuánto se había esforzado en los ensayos a escondidas, de cuantas veces su madre lo reprendió por sus malas calificaciones. Sus ojos se llenaron de un negro intenso, estaba realmente perdido y frustrado, fui corriendo a consolarle y recibí un golpe fuerte a mis sentimientos por él cuando dijo "Aléjate de mí nerda. No necesito de tu lastima, ni de tus estúpidas lágrimas... No me interesa nada de ti, solo quería distraerme un poco". Que a los 18 años te digan eso, deja una gran marca.
Fue hace mucho tiempo, eso lo sé. Incluso no fue tan grave como lo que hizo Jungkook, eso también lo sé. Pero no quita que gracias a él tuve que cambiarme de instituto, dejar todo atrás y comenzar en otro lugar. No podía llegar a mis clases sin ser maltratada o humillada por las chicas que lo querían como si fuera de su propiedad, porque él muy maldito era tremendamente guapo y popular. Algo que aún sigue siendo.
No supe a qué horas termine sentada en la mesa frente a Ho Seok –creo que su nombre artístico es Jhope-. Lo cierto era que ahí estábamos los cuatro. Ho Seok me hablaba pero yo no coordinaba ninguna palabra, Boa le hablaba a ambos pero Nam solo movía la cabeza, tal como yo lo hacía. No quería hablar, creí que si mi voz salía me quebraría y empezaría a llorar sin una razón aparente para ellos.
–Entonces se conocen del instituto–. Esa es la voz de Nam, por fin dijo algo llamando mi atención.
–Así es. Pasaron muchas cosas entre nosotros y tuvimos que separarnos–. ¿Muchas cosas? Sonaba a que fue difícil, ¿pero, para quién?
–No recuerdo que me hayas hablado de eso, amiga–. Boa juguetea con las cejas al mirarme. Si le hable de él solo que no a detalle y con el apodo de Hobi.
Como debo disimular hasta que tenga un buen plan que me saque de esta situación sin levantar sospechas, gesticulo una pequeña sonrisa disculpándome con ella.
–Zoe siempre fue reservada–. Termina respondiendo él. Le doy una mirada de reojo pidiendo que se calle.
–Pero yo soy tu amiga. Después te castigare–. Me codea y sonríe.
Uno de las meseros pasa a la mesa con cuatro platos, así de ensimismada estaba que no recuerdo haber pedido algo, puede que solo haya asentido y por eso tengo un plato con filete de res, ensalada verde, verduras salteadas y arroz.
–Dime, Zoe, ¿que ha sido de tu vida?, ¿estas comprometida? –. Suena a que realmente le interesa. Abre la servilleta y la lleva a la parte baja mientras espera que diga algo.
–No–. Finalmente puedo hablar aunque mi voz suena débil.
De reojo noto las miradas disimuladas de Nam Joon, Boa le sostiene la mano y le habla pero él está concentrado en esta conversación. Paso a ver a Ho Seok que esta asombrado por mi respuesta.
–¿Estás saliendo con alguien? –.
–No–. Respondo seca fingiendo que no me interesa.
–¿Por qué? –.
–Porque no me interesa–. Espero que con esto deje de preguntar.
Por fin escuche silencio en la mesa, no era incomodo, me gustaba; podría amar el silencio de ahora en adelante. Mi cabeza se estaba centrado en dos cosas a la vez: "salir de ese restaurante ilesa". Estaba buscando todas las posibilidades como excusa valida para escapar de esa encerrona, y el porque Nam Joon nunca lo menciono, ¡tuvo tantas oportunidades para decirlo! ¿No notaba que me gustaba? Si hasta la misma Soong se fijo en eso. Parecía uno de esos jugadores a dos bandas, yo había caído.
¿Que excusa sería convincente? ¿Olvide algo en el trabajo? Me llevarían sin problema, ¿me duele algo? Saldrían corriendo al hospital, ¿estoy indispuesta? Eso sería muy obvio, sin contar de que Boa me dispararía rayos con la mirada. Nada sonaba lo suficientemente convincente para escapar.
Nuevamente escuche las voces en la mesa, no sabía quienes hablaban, estaba demasiado sumida en mis pensamientos; probablemente Boa rompió silencio. De la nada alguien me sacude del brazo y es cuando levanto la vista, es ella señalando mi bolso... el celular esta sonando. Asiento torpemente, lo saco y tomo la llamada sin mirar.
–Diga–.
–No... Noona...–. Era un quejido de dolor.
–¿Jimin?–. Su voz angelical sonaba mucho más aguda.
–Ayu...Ayuda...me...–. Se que esto sonara terriblemente mal, pero el sufrimiento de Jimin es mi salvación. A sea quien sea que lo haya hecho, muchas gracias.
Me disculpo con los de la mesa y voy a un rincón para hablar sin interrupciones, Nam me sigue con la mirada mientras los otros dos están hablando alegremente.
–Dime Jimin, ¿que tienes?–. Aquí ya sueno preocupada y aliviada.
Jimin gruñe en el teléfono activando mi modo materno que muchos critican en la empresa. Mi preocupación ahora es real.
–Mi... estomago , Noona... ayúdame... –.
–¿En donde estás?–.
–En... el apartamento... ¡Dios, ayuda!–.
Jimin vive solo, tiene un apartamento de soltero, su novia vive al otro lado de la ciudad y lo poco que recuerdo es que ella esta de vacaciones familiares. El pequeño esta completamente solo, su opción más cercana soy yo. Él no se imagina lo agradecida que estoy por eso.
–Escúchame, trata de respirar. Estoy saliendo a tu apartamento. Ponte algo que te abrigue. No tardare mucho–.
–¡Por favor, noona!–.
–¡Voy en camino!–. Así termino la llamada.
Ya tengo mi boleto de salida. Mis ojos se cruzan con los de Nam que al parecer no me ha quitado la mirada de encima, vigila mis movimientos y su ceño esta levemente fruncido.
–Lo siento, tengo que irme–. Digo mientras tomo mis cosas.
Boa se pone de pie, Ho Seok tiene la boca entre abierta y Nam frunce más el ceño.
–¿Todo bien?–. Dice Ho Seok poniendo su mano en mi brazo, mi reacción es mirarlo trillado y este retrocede en el acto.
–No es muy grave. Pero debo resolverlo ahora–. Camuflo mis emociones y sonrío para los tres. –Fue un placer compartir parte de la noche con ustedes. Hobi te ves muy buen y...–. Mis palabras se atoran cuando veo a Nam. –Gusto en conocerte–.
Él solo asiente lentamente.
–¿Necesitas que te lleve?–. Ofrece mi amiga.
–No, gracias. Es tu noche–. Con un guiño me despido.
Escucho mis zapatos resonar en la baldosa del restaurante y en el asfalto a la espera de que me entreguen mi auto. No he asimilado la situación, es más, no se si haya algo que asimilar; al fin de cuentas él y yo solo somos amigos. Esa es la verdad, si alguien tiene la culpa en esto soy yo por montarme la película de un posible " nosotros" en esta historia. Los ojos me arden y me entra el desespero por estar en el auto y huir de ese lugar, creo que Nam saldrá en cualquier momento por mi.
Finalmente el botones trae mi auto, pongo unas monedas en su mano extendida y me instalo poniendo en marcha el Spark, su motor me alienta un poco. Introduzco la dirección de Jimin en el GPS, puedo sentirme destruida en este momento pero alguien me necesita y es prioridad. Estoy demasiado lejos de su apartamento, me llevara más de cuarenta minutos llegar y por sus quejidos no tiene mucho tiempo para que algo grave suceda. Un punto verde de una ubicación anterior resulta una mejor opción.
Activo el celular en alta voz para conducir a toda velocidad sin tener que preocuparme por la llamada.
–Princesa, que gusto escucharte seguido–.
–Tío Yogi, ¿en donde estás?–.
–En el estacionamiento del edificio. Voy para el hospital–. La suerte estaba de nuestro lado.
–Tío, escúchame. Tengo un amigo muy grave cerca de tu edificio. Justo ahora estoy muy lejos y no quiero tener sustos a esta hora. ¿Podrías llevarlo al hospital?–.
–Tus amigos no tienen buena salud, princesa–.
–Así parece. Siento molestarte con este favor–.
–Tranquila. Soy médico, mi deber es atender estas emergencias. Envíame sus datos, estaré allá lo más pronto posible–.
–Los veré en el hospital. Gracias tío–.
–Allá hablamos–. Envió la información y corto.
Rápidamente muevo los dedos para la siguiente llamada mientras hundo el acelerador, es una vía desalojada, la usan para hacer carreras nocturnas por lo que no me tengo que preocupar por encontrarme algún carro fantasma.
–¡Noona!–. Se escucha más desesperado.
–Jimin, respira pequeño. Todo saldrá bien, la ayuda va en camino–.
–Noona, siento que mis tripas se están derritiendo–. Controla su respiración y por fin dice una frase completa.
–Debes soportar un poco más. A tu apartamento llegará mi tío, él es médico del hospital en Seúl, ¿te puedes mover?–.
–Sí, si... algo parecido–.
–Perfecto. Mi tío llegara en unos quince minutos. Avisa en la recepción para que lo dejen subir y pueda revisarte–.
–Gracias Noona... No tenía a quien más acudir...–.
–Para eso estoy. Te veré en el hospital–.
–Si señora –.
Gracias a tu enfermedad porque me salvo de estar entre tres fieras, estaba segura que no alcanzaría a terminar la noche, en cualquier momento iba a explotar, bien fuera por las parloterías de Ho Seok o por las miradas intensas de Nam.
***
–Princesa–.
–Tío. Dime como esta–.
Esperar en la sala de urgencias es un suplicio, en especial si tienes a alguien atravesando esas puertas y te sientes impotente por no poder hacer más.
–La cirugía salió bien. Un poco más y la apéndice le hubiera explotado. Ese niño tuvo suerte–.
Respiro aliviada. Cuando llegue al hospital mi tío me esperaba con una nota de consentimiento como tutora de Jimin, iban a operarlo de apendicitis, estaba realmente grave. Sin pensarlo firme aunque no era mi derecho porque legalmente no soy tutora, pero según mi tío, antes de que Jimin se desmayara me otorgo el derecho.
–Que alegría, tío. Gracias, en serio muchas gracias–. Realmente estaba agradecida con él. Llego en menos tiempo a recoger a Jimin y llamo una ambulancia cuando verifico su estado en el apartamento.
–Es mi trabajo, princesa. Lo que daría por ver esa sonrisa siempre en tu rostro–. Me da un fuerte abrazo y nos separamos. –En un rato más vengo por ti para que entres a verlo–.
Regreso a mi puesto en la sala de espera donde, como yo, otras personas esperan tener noticias de sus seres queridos. Miro el reloj que cuelga bajo las puertas de urgencias, son más de la una de la mañana, ¿cuando se paso el tiempo? Reviso mi celular para verificar que mi jefa recibió el mensaje sobre el estado de Jimin.
"Pobre criatura. Puedes quedarte con él, yo hablare con gestión humana mañana. Me informas de su recuperación".
Se que ella también esta preocupada. En cualquier momento del día vendrá a verificar las cosas por si misma. Aunque dice que soy solo yo, ella también se porta como una madre protectora con el pequeño Jimin.
Por el pasillo escucho alguien que viene corriendo, sus zapatos hacen chirriar el piso recién encerado. Alguna emergencia. Instintivamente volteo a ver y el corazón se me detiene por unos segundos. Creo que me quede dormida y estoy teniendo una pesadilla, es la única explicación lógica a lo que ven mis ojos en este momento.
–Aquí estas. Lo suponía–. Dice mientras toma aire con exageración. Es como si hubiera corrido todo el camino hasta acá.
–¿Que haces aquí?–.
–Vine a saber como estaban las cosas–.
¿Para que haría algo así? ¿No lee el mensaje en mis ojos? Lo que menos quiero ahora es tenerlo cerca. Ya había enviado al ultimo rincón de mis pensamientos lo del restaurante.
–Bien. Puedes irte–. Solté quitando la mirada.
Es mi culpa, soy consciente de eso. Nam jamás hablo de un "nosotros" en términos amorosos, lo sé, lo entiendo. Pero él debería saber de ante mano lo que estaba pasando. Es inteligente, sé que se dio cuenta de mis señales, ¿entonces porque esta aquí en vez de estar lejos de mí?
–No corrí desde el edificio hasta aquí...–. Es igual que siempre, hace lo que quiere a su modo, acomoda las cosas para conseguir su objetivo. –Te estuve esperando en el apartamento. Quería contarte como me había ido en el viaje. Desde que me subí en el avión estaba ansioso por verte...–. Quiero que entienda que ahora las cosas son diferentes, pero él sigue hablando como si nada hubiera pasado. –Así que decidí venir a buscarte. Ya es tarde debes estar cansa...–.
–¡Ya basta!–. Recién notó que estaba sentado a mi lado. Sus ojos se abren y las personas alrededor voltean a vernos. Olvide que estoy en el hospital.
Con la rabia carcomiendo mi corazón, hecho a correr por el pasillo para salir a la estación del hospital. Nam no colaboro con mi estado de ánimo, si voy a gritar, que sea donde no moleste a nadie, Jimin no necesita estrés en su recuperación.
–¡Detente te digo!–. Su mano toma mi brazo y me gira con fuerza.
En un movimiento suelto su agarre soltando un par de escurridizas lágrimas traicioneras.
–¿Porque no me dejas en paz? ¿A que has venido?–. Cuestiono realmente cansada de la actual situación.
–Te lo dije. Estaba esperándote en el edificio y como no llegabas vine a buscarte–. Sonaba tan normal que me enojaba.
Limpió mis pequeñas lágrimas y absorbo con fuerza. Tendré que ser lo más ruda posible. Esta claro que entre nosotros no puede haber algo especial, ahora mas que nunca estoy segura de eso. Así que, ¿porque esforzarse en estar bien?
–¿Hablar? ¿De que podemos hablar?–.
–Del viaje. Te escribí que te contaría los detalles–.
–Dime Nam, ¿siempre fuiste un idiota o estas fingiendo?–.
Sus ojos se abrieron quedando tan redondos como la luna que adornaba el cielo de la noche.
–Así de ridícula te viste en el restaurante cuando no dijiste nada–.
¡Arg! Mi cabeza estaba a nada de explotar. Me confunde, me enoja, me sobre altera este hombre, ¿cual es su manía de actuar tan misterioso? Lo detesto, quisiera que desapareciera, o que yo desapareciera, así no tendría este intenso dolor de cabeza justo palpitando en mi cien.
–¿Como?–.
–Te quedaste como estatua, fingiste no conocerme y hacerte la desentendida. Así de ridícula te veías–. Su expresión seria no es una broma.
–¡¿Que esperabas que hiciera?!–. Ya estoy al limite. ¿Me esta culpando por algo?
–Que actuaras normal. ¿Porque fingiste no conocerme?–.
Porque eres el novio de mi amiga, porque tengo sentimientos por ti, porque algo dentro de mi se desplomo cuando supe que eras el famoso señor X que tenía tan cambiada a mi amiga.
–Nunca me hablaste de una novia–. Siento ardor en los ojos, las famosas lágrimas.
–¿Y? ¿Cual es el problema? Somos amigos ¿no? Tu lo dijiste en año nuevo. ¿En que cambia nuestra relación?–. Díganme que está fingiendo. ¿En serio nunca noto nada? ¿No sabe porque estoy así?
Lo más ridículo de todo, es que tiene razón, soy patetica, no solo eso, debí verme como estupida frente a todos, puedo apostar que hasta Ho Seok se dio cuenta. Y tiene razón en otra cosa, somos amigos, el que tenga o no novia, no es importante; porque nuestra relación es solo de amigos. Lastima que mi corazón no entendió esa parte, en algún punto se desvió del camino. A mi edad llegar a confundir ese tipo de sentimientos es simplemente estúpido e infantil.
Ya estoy llorando, la imagen de Nam Joon frente a mi se desfigura por las lágrimas, se ve tan borroso como mis sentimientos por él, algo que no tiene forma.
–Estoy cansada–. Digo suspirando profundo, casi ahogada en mi llanto.
–Zoe... ¿Hay algo que quieras decirme?–. No puedo verlo. Solo sé que esta enfrente, nada mas.
–No es el momento para hablar... Adentro... tengo a ...–. Tapo con el brazo mi vergonzoso rostro lleno de lágrimas.
–Esta bien. Solo hablare yo. Zoe, yo estoy...–. Así es como una llamada me salva por segunda vez.
Limpio las lágrimas para ver quien me esta llamando. Tomo aire y absorbo por la nariz. No quiero que mi tío se preocupe por pequeñeces.
–Tío, si, hola. Estoy en la cafetería. ¿Ya? Bien, voy para allá–.
–¿Pasa algo?–.
–Tengo que irme. No regresare hasta más tarde al apartamento. Será mejor que regreses, debes estar cansado por el viaje. Después hablaremos con mas calma–. Digo tan rápido alejándome de su alcance, dándole una última mirada al sonreír levemente.
Es tonto llorar por algo que muy en el fondo sabía que iba a pasar. No tengo el derecho a reclamarle nada, tampoco a exigir nada. Es lo que debo aceptar lo antes posible o terminare hundida en un mar de lágrimas hasta ahogarme en la tristeza de un amor imposible. El novio de una amiga es algo sagrado para mí, aún si se trata de alguien como Boa que no respeta ese tipo de uniones. Sin embargo, he sido testigo de cuanto ha cambiado por encajar con él, el señor X, que desgraciadamente resulto ser la persona de la que llegue a...
Me encuentro con mi tío en el ascensor del segundo piso, ve mis ojos rojos pero no dice nada; suerte que sabe lo sensible y delicada que soy con temas médicos y mas cuando alguien especial para mi esta en un hospital.
–... Esta medio consciente, puede que en ocasiones se escuche adormilado–. Camino detrás de mi tío a la habitación de Jimin, no escuche si no el final de sus palabras.
–Entiendo–. Respondí vagamente.
Abrió la puerta para mi, sonrió amablemente para confortarme.
Por ahora usare la excusa de la apendicitis de Jimin para intentar engañar a mi cerebro. No más Kim Nam Joon por hoy.
Me acerco a su cama, el clima es perfecto en su habitación. Mi tío le consiguió algo cómodo y medianamente lujoso, son las ventajas de tener a un alto mando como aliado.
Jimin esta de medio lado dando la espalda a la puerta, escucho su respiración, ya no es pesada como antes, significa que esta bien o mejor. Pongo mi mano sobre su brazo descubierto y sus pequeños ojos voltean a verme, una pequeña lágrima se le escapa y sonríe levemente.
–Hola–. Hablo en baja voz.
–Noona...–.
----------------------------------------------------------------------
Solo sé que nada sé...
Pobre ChimChim, necesitara cuidados extras ¿quien se ánima? o.O *se le viene una ola de postulantes*
Espero les haya gustado *el drama* hasta aquí. Recuerden que su apoyo es muy importante. Den su estrellita de amor y déjenme sus comentarios cargados de MUCHA paciencia.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top