DÉCIMO QUINTO
La primera semana del año ¿porque tengo más trabajo que al final del año viejo? ¡Denme un respiro!
De alguna parte del universo llego al país la costumbre de casarse en los primeros días del año. Por ese dicho que reza "Como inicias el año, lo terminas", espero que no sea del todo cierto, porque el mio termino al haber encerrado en un baúl mis sentimientos por mi amigo Nam Joon. Cuando le conté a Song se erizo tanto que su cabello se alboroto como si no fuera cada quince días a la peluquería. Después de una cátedra sobre mis relaciones, aceptó mi decisión y dijo que no intervendría más.
Por otra parte, para llevar a cabo mi plan "No más sentimientos románticos por Joon", deje de llamarlo Joon, ahora es Nam; no vi cambios en su actitud cuando de la nada empece a llamarlo así; al fin y al cabo ¿no es ese su nombre? También deje de preguntar sobre su día a día, lentamente he guardado la distancia y aunque es detestable y me duele; sé que me estoy cuidando de un dolor mucho más grande. Lo único que no ha salido bien del plan es...
Tienes un nuevo mensaje, tienes un nuevo mensaje.
La reunión fue más dura de lo que esperaba. ¡Conseguí la aprobación del proyecto!... Quiero regresar y contarte todo.
Que él envía todos los días de cinco a diez mensajes contándome de su día a día. A mala hora intercambiamos números. Esta en un viaje de cinco días, que se cumplen precisamente hoy, iría a presentar su propuesta para un nuevo álbum de un grupo que debutara pronto, todo en compañía de su querido compañero Yoongi; que no entiendo porque a la hora de trabajar se llevan también contrario a la relación personal, poniéndolos en una extraña amistad. Podría simplemente ignorar los mensajes de él, lo intente una vez, eso hace que los mensajes se reproduzcan el doble, es peor.
Admito que una parte de mi esta ansiosa porque regresara, en estos días he cumplido muchas más horas extras de las acostumbradas para llegar al apartamento solo a dormir y no tener tiempo de pensar en nada ni en nadie. Eso no quita el hecho de que lo extrañe, y aunque guardo las distancias en algunas situaciones, no puedo separarme de él tan de golpe; se necesita tiempo y asimilar ese hecho. ¿No?
Me hundo en la cantidad de pendientes para las siguientes semanas, bodas, bodas, bodas, quince años, bodas, bodas... Y más bodas. Ver los detalles de una boda hizo que pensará si algún día llegaré a esa etapa, el matrimonio. Parece un nivel supremo que muy pocos alcanzan. Dejando eso de lado, continuo con las recervaciones, habrá una boda doble siendo la prioridad. Dos amigas que se casaran el mismo día, me parece una promesa muy bonita y que creí solo estaba en la imaginación de las niñas pequeñas.
Jimin oficialmente se convirtió en mi asistente. En una reunión de personal, por voto popular se decidió que Jimin estaría a mi cargo para que en el futuro tenga un puesto como el mio dentro de la compañía; todos aplaudieron la idea y el pequeño aunque se negó al inicio termino por rendirse ante la jefa.
***
Por segunda vez no quería llegar al edificio, Nam Joon podría haber llegado ya; estaría esperándome para contarme los por menores de su viaje haciendo que mi corazón se acelerara; cayendo en este círculo vicioso, donde lo que pienso y lo que hago no concuerdan.
Quisiera poder regresar el tiempo,¿En qué punto Kim Nam Joon, el vecino del sexto piso se convirtió en alguien especial para mí? Regresando en el tiempo no encontraba una explicación coherente a todo esto, simplemente paso. Las salidas, las conversaciones hasta altas horas, las miradas, en conjunto los pequeños momentos juntos fue la chispa que incendio los sentimientos en mi corazón. Sigo aquí dando vueltas en la silla giratoria, no hay nadie en la oficina. Mi jefa salió primero que todos nosotros, y poco a poco los demás han terminado sus deberes.
Mi celular que yace sobre el escritorio boca abajo, ha dado pitidos de mensajes que llegan, ¿Cuántos de esos serán de Nam? Me cacheteo mentalmente para quitar ese nombre en cada frase que suelta mi cabeza, por más que me aleje parece que no estoy lo suficientemente lejos de su alcance. Me repongo en la silla y alcanzo el celular, desbloqueo la pantalla para encontrar el nombre de Boa como encabezado de los mensajes. No hemos hablado desde el año nuevo, lo último que compartimos fue un casto mensaje para el inicio de año.
Boa
¡Se nos hizo el milagrito!
¡Por fin podrás conocerlo!
¡¡Es esta nocheeeeee!!
Ni yo lo puedo creer
Así que el señor X tendrá un rostro en mis registros mentales. Sorpresivamente extraño. Había jurado que esa relación no existía luego de que Boa se saboreara con músculos a causa de que su novio la dejara plantada, es lo que yo pensaba puesto que Boa no es de las que perdona ser plantada, porque gracias a una situación parecida es que tiene su actual novio. Admito que llegue a pensar incluso que el susodicho era un producto de su imaginación, que se había creado ese novio imaginario para complacerse a nivel emocional.
Conocer el novio de Boa sería un distractor para mi mente, estar en otro ambiente, conocer otras personas; sonaba mejor que ir al apartamento hablar con Nam Joon y hacer encoger a mi corazón para que reprima los sentimientos por él mientras sonríe con sus provocadores hoyuelos.
Boa
¡¿Cómo te atreves a leer los mensajes y dejarme en visto?!
¿Aun estas enojada conmigo?
¡¡Lo siento mil veces, lo siento!!
Te necesito. Esta noche más que nunca, te necesito.
Yo
Dime a qué horas y en donde es.
Boa
No. Me estás hablando muy seco ;_;
Yo
Bien. Mejor me voy al apartamento.
Boa
¡¡NOOO!!
Espera, ¿sí? No quiero que sigas hablándome así.
Me duele.
Yo
Dime la verdad ¿lo de tu relación va en serio?
¿O quieres solo alardear y ya?
Boa
Totalmente en serio... Sé que cometí un erro...
Yo
¡¡¿UNO?!!
Boa
Está bien, está bien.
Sé que cometí MUCHOS errores antes,
pero en serio quiero que funcione.
Yo
Voy para tu apartamento.
Boa
¡Ay, ¿en serio?!
¡¡¡ ERES LA MEJOR!!!
Yo
¿Lo dudabas?
Boa
Nunca... Aunque sigues siendo amargada.
Yo
GPS modificado, rumbo a mi apartamento
TE-JO-DES
Boa
No tardes muchos, querida.
Kiss.
En cierta forma el hecho de que Boa haga todo esto por ese chico, que quiera presentármelo con tanta ilusión y que esté cambiando de parecer frente a sus actos inapropiados de "medio soltera medio comprometida", me hace sentir como una hermana mayor orgullosa de su pequeña inquieta, desobediente e intrépida hermana. Ella no es la mejor, pero tampoco la peor, sí esta relación la ayudara a crecer como ser humano, encantada estaré de apoyarla.
Agarro mis cosas poniendo todo lo que entre en mi bolso, mi atuendo de oficina no esta tan serio como para tener que ir hasta el apartamento a cambiarme, así que llevaré lo que estoy usando. Paso revista verificando que nada importante se quede y salgo rumbo al apartamento de Boa, debe estar muy nerviosa por esta noche, la noche donde finalmente sabré quien es el señor X del que ni foto de referencia tengo.
***
El apartamento de Boa es pequeño, sencillo y acogedor. Sus padres podrían ponerla a vivir en una mansión si ella quisiera, pero Boa dice que eso les daría derecho de interferir en su vida personal, algo que no está dispuesta a permitir por su estilo de vida. Estoy segura que si su madre se entera de la mitad de las cosas que hace, maldeciría por el resto de su vida.
–¡No tengo ropa! –. Grita lanzándose de espaldas a la cama.
¿Mencione que todo el dinero que reúne es para sí misma, que compra cuanta colección de zapatos sale en línea, que le encantan las joyas, que tiene un closet del que sale y sale ropa como una maquina dispensadora?
Desde que llegue han pasado tres horas, ya es de noche, se ha probado todo lo que está en su closet pero nada la convence. Tiene desde los atuendos más casuales hasta los más provocativos; algo que no es raro porque ella siempre se viste provocativa cuando sale a las discotecas por aire fresco.
–Di eso cuando abras tu closet y solo encuentres dos trajes, no cuando puedes crear un tsunami de ropa en tu cuarto–. Lo digo por el desastre que hay por toda la habitación.
De golpe está sentada dándome un pequeño sustito que disimulo reclinándome en la silla giratoria.
–¿No lo entiendes? Hoy es un día especial, es mi noche–. Habla tan emocionada que juraría su mente está en otro planeta.
–Tienes toda una colección de atuendos para combinar. Si no te decides rápido tu día especial será la pre-cuela de un Viernes trece, sádica y dolorosa–.
Hace un puchero, dobla las rodillas hacia adentro dejándose caer lentamente hacia adelante. A Boa le cuesta estar lista en una hora, a ella hay que llamarla 24 horas antes para que si quiera llegue media hora después de lo pactado. Sus gestos hacen que me enternezca y debo interferir como es costumbre cuando veo una clienta insatisfecha con algún arreglo de su fiesta; ella no es una clienta pero hace los mismos gestos.
–¿Qué ropa usas cuando se ven? –. Cuestiono y ella alza la cabeza un poco. Tiene esa mirada de derrota.
–Hm, jeans, blusas de tiras escotadas–. Muy de su estilo. Casi todo lo que está en la cama y parte del suelo, es ese tipo de vestimenta.
–¿Cómo te quieres ver ante él? –.
Endereza un poco más su postura. Si no ha logrado escoger entre toda la montaña de ropa que tiene es porque quiere cambiar su estilo frente a él. Siendo una noche especial quiere mostrarse de esa manera.
Boa lo piensa, busca entre sus ideas, la pregunta ha hecho que se cuestione a si misma sobre que quiere; lo puedo leer en su mirada perdida en un punto del suelo. Cuando alza los ojos a mi sé que ya tiene su respuesta.
–Él siempre se ve refinado, recatado, discreto. Me gustaría combinar con él cuando este a su lado–.
Hasta que aparecieron las llaves. Esa parte es el porqué de que ella no haya encontrado nada que le guste entre todas sus opciones. Su ropa no es refinada, ni discreta, al contrario muestra mucho haciéndolos ver realmente disparejos. Sonrió porque tengo una idea clara del paso a seguir. Es cierto que Boa siempre luce provocativa, que le gusta ser observada y llamar la atención, pero también tiene esa parte discreta, muy, muy, pero muy escondida dentro de su ser; solo falta despertarla.
Me pongo en pie caminando a la piscina de ropa. Veo colores fuertes rechinantes que quedan descartados por completo, las blusas que parecen más un trozo de tela bordado sin espaldar; también, los jeans rasgados que no suben a la cintura; afuera. Descartando todo lo que no tenga parte delantera y trasera, quedan las posibles combinaciones.
Veo de reojo a Boa, esta recostada de panza a la cama con los codos apoyados, el mentón sobre sus manos, con los pies levantados. Está observando mis movimientos. No puedo hacer milagros con ella porque lo que quiere esta noche va muy en contra de lo que ella es, sin embargo quiero ayudarla a cumplir su deseo, como un regalo de año nuevo.
Escucho que mi celular vibra no tan seguido, quiere decir que están llegando mensajes, no responderé a ninguno por el resto de la noche. Si leo que Nam esta en el edificio de regreso, saldré corriendo a verle olvidando que Boa me necesita ahora. Dejaré así por esta noche.
Levanto un pantalón de dril que llama mi atención, es de color gris perfecto pero Boa no se sentiría cómoda porque parece de oficina. Remuevo los montones de ropa y encuentro un vestido gris satinado estraple, ajustado estilo corcel, caído en puntas a los lados, pareciéndome el más hermoso que haya visto. No parece que lo use mucho porque puedo oler a nuevo, dos posturas a lo mucho tendrá. Luego miro otro montón y agarro un gabán beige –Nam usa gabanes... Olvídate de eso– que combinaría perfecto junto a unas sandalias plateadas que se ella tiene en algún lado de la habitación.
Pongo lo que escogí sobre la cama, extiendo el vestido, el gabán, voy por su joyero para sacar un collar pequeño en plata y unas candongas en plata no tan grandes, las dejo al costado y me quedo viendo el conjunto. Boa salta de la cama, camina hasta la mesa del escritorio, jala una caja plástica y saca... ¡las sandalias! Sabía que las había visto antes. Las pone a un costado también y está perfecto, tiene todo lo que ella desea mostrar a su novio.
–¡¡Lo sabía, eres la mejor!! –. Su grito ensordecedor de aprobación hace que me aparte unos pasos de ella.
–Aún no. Tenemos menos de treinta minutos para que te vistas, te maquilles y llegues a la cita–.
–Lleguemos, linda. Lleguemos–. Sonríe de lado a lado pestañeando tiernamente.
–Lo que sea. ¡Corre! –. Pongo las cosas en sus manos y la empujo al baño para que se cambie.
***
Boa hizo su propio record en estar lista para salir, este noviazgo en serio que estaba sacando la mejor parte de ella, cuando la vi salir del baño maquillada y vestida, no podía creer que se trataba de mi amiga la loca, descontrolada, que no perdona un verano, la que siempre tiene alguien a sus pies. La mujer que iba conmigo en el Spark era alguien completamente diferente, hasta en el maquillaje se abstuvo, realmente se está esforzando por combinar con la personalidad de su novio.
Diviso el restaurante "Vella", no era una discoteca, era un restaurante, no era cualquier restaurante, era el mejor de toda la zona. Leí sobre su inauguración hace un año, hasta el mismo presidente asistió, quiere decir que hacer una reservación no es nada fácil, sin contar lo costoso que será el menú; de solo pensarlo me dolía la billetera y eso que no era la mía.
Aparcamos en el estacionamiento donde un chofer abrió la puerta, pidió mis llaves haciéndome sentir como en esas películas de gente rica donde no tienen necesidad de buscar un puesto en el estacionamiento; el valor de la reserva cubre el puesto para tu auto, faltaba que en la entrada nos...
–Buenas noches damas, les recibo sus gabanes–.
Pues el señor X se estaba llevando el título al hombre más misterioso que haya conocido, Boa poco a nada ha hablado sobre lo que él hace, o a que se dedica, o como vive; estando aquí solo puedo pensar en que mi amiga le ha pegado al gordo de los millonarios en la zona, no cualquiera puede estar aquí. Caminamos dirigidas por el mesero vestido de pingüino que no puede sonreír porque su rostro se arruga. De la nada siento mis piernas flojas como si en vez de ver al novio de Boa fuera a ver al mío, debe ser porque en el trabajo no comí lo suficiente, me duele el estómago señal en que estoy en lo cierto. Gracias a Dios es una reunión para comer.
–¡Ahí esta! –. Señala ella sin disimulo.
Yo aparto al mesero para que siga su camino a otra mesa, no creo que debamos llegar al tiempo; este asiente y se aleja dejándonos el camino libre.
Es una mesa junto a la ventana, hay dos puestos vacíos, dos hombres sentados de espaldas con trajes negros. La insistencia de Boa para que yo viniera no era tanto porque quisiera que conocería a su novio, se trataba de una emboscada para tener una cita doble; es la única explicación para que haya dos hombres en la mesa esperando a dos bellas damas. Le doy una mirada de reojo pidiendo explicación y ella gesticula un "lo siento", olvidaba que Boa es mentirosa y manipuladora cuando quiere algo.
–Salúdalo tú primero–. No sabía qué tipo de persona era él, así que enviaría a la interesada primero para ver su reacción.
Boa asintió, aliso su gabán, preparo su sonrisa y camino a la mesa. El primer hombre al lado derecho es más alto, tengo la sensación que esa espalda la conozco pero ahora solo quiero concentrarme en la noche de mi amiga. Lo que ha llamado un poco mi atención es el hombre de al lado, ese cabello castaño se me hace demasiado familiar pero la imagen de Nam Joon ha logrado borrar muchos de mis archivos mentales.
Ella toca la espalda del hombre de la derecha, asumo que es su hombre, pasa la cabeza adelante y le planta un beso, este se retrae un poco casi como si le rechazara pero de manera disimulada. Muy mal señor X estoy observándote. Mi amiga sonríe y me da la señal para que me acerque a la mesa. Asiento y voy junto a ellos, el perfume que se cuela por mi nariz me es demasiado familiar y a medida que me voy colocando al lado de mi amiga el corazón se me acelera cada vez más y más.
–Cariño, ella es mi amiga Zoe–.
Silencio, un absoluto y enfermizo silencio había entre los tres. Sí tres, y no estoy incluyendo a Boa; ella estaba hablando algo sobre mí para que su chico conociera de cierta manera a su amiga.
Cuando hablo de tres, es el chico de la izquierda, el novio de mi amiga y yo, los tres nos conocemos de antes, solo que en situaciones diferentes.
Mi mala suerte me persigue, creí que terminando el año se acabaría tanta mala racha, pero venga, si estoy en la peor parte de esa maldición egipcia. ¿Debería asistir a un sitio de esos para limpiar astros? Definitivamente necesito una alineación de astros, espíritus, mantras o lo que sea que sirva para eliminar esta peste egipcia.
–Por eso quería que se conocieran...–. Boa está a mi lado pero la escucho demasiado lejos de mis pensamientos.
–Mucho gusto, yo soy Kim Nam Joon–.
Algo se estaba secando dentro de mi, algo estaba por despedazarce. Lo peor era que no podía hacer nada, era algo inevitable.
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¿Porque paso así? Porque amo el drama en todas sus formas -menos en mi vida real-.
Algunos se lo esperaban, otros no. Solo espero que les guste... ¿Que pasará con nuestros KIM? Esto y mucho más en las siguientes actualizaciones *rezando a santa ramona porque sean rápido*
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