DÉCIMO NOVENO

Hoy definitivamente no es mi día -de nuevo-, mi celular ha estado vibrando y sonando desde la madrugada, tuve que apagarlo para poder dormir un poco antes de levantarme para darle la medicina a Jimin. El ángel que vive temporalmente conmigo se esta recuperando satisfactoriamente, eso dijo el medico esta mañana cuando lo vio, fue una buena noticia, la única para ser exacta. 

Estoy en el trabajo corriendo el riesgo de dejar a Jimin solo en el apartamento por unas horas. Resulto que uno de los proyectos en los que trabajaba se fue al traste porque alguien, no se quien, perdió uno de los papeles de permiso de la compañía. Tenían que enviarse a primera hora y no aparece por ningún lado, eso nos afecta severamente, porque nuestra calificación como empresa sería baja en puntos; no podemos darnos ese lujo. Logre un acuerdo de descuentos con la empresa contratante pero necesito llevar el resto de los documentos antes de las 2.00 pm, son las 1.30 pm y aún estamos buscando una copia de ese permiso. 

–¿Podemos conseguir una copia del registro?–. Song lleva veinte minutos tratando de conseguir la misericordia de la compañía de certificados y calidad. –Si, ajá. Entiendo. ¿Cuanto tardaría?–. Algo le dijeron que la puso pálida y llevo la mano a su frente. –Lo necesitaba en una hora a mas tardar–. Me mira, todo esta perdido, ha mordido la uña de su dedo meñique y lo hace cuando se siente derrotada.

Finalmente la llamada termino. Song se recarga en la silla con la mirada en la nada, yo estoy esperando que me de instrucciones porque falta poco tiempo para ir a BigHit. 

–¿Y? –.

–Imposible conseguirlo hasta la otra semana –.

Era como una pesadilla, Nunca nos había pasado algo igual, no sabíamos que hacer, o como actuar, solo no queríamos perder un cliente potencial. La empresa llamada BigHit se levanto de una manera impresionante y quieren hacer un evento para celebrar dichos resultados, escuche que rechazaron a todas las empresas hasta que me presente en una reunión. 

–¿Como paso esto?–.

–Fue mi error. Tenemos un nuevo recluta, como Jimin se adapto rápido y aprendió en un dos por tres, no le preste atención al nuevo chico y resulto todo un personaje –. Toma una carpeta del montón que tiene a un lado de la mesa y lo estira para mi. –Mira esto–.

No entiendo que pasa. Agarro la carpeta, a simple vista es un informe cualquiera, barras de estadística, números en rojo y azul. Leo el principio, mi mano derecha agarra la silla, para seguir leyendo necesito estar sentada. Se trata de la contabilidad del último mes, los números rojos que resultan ser más que los azules, son ventas de productos y dinero ingresado, tiene un menos gigante que se ve a metros de distancia. No he estado muy al pendiente de la empresa y no conozco al nuevo recluta, pero todo aquí figura a su nombre, este informe tiene su nombre por todas partes.

–¿Que es esto?–.

–Tu que crees–.

Mi rostro muestra espanto y pánico.

–No me digas... –.

–Tal cual. Él chico se presento aquí como auxiliar contable, sabes que Juny necesitaba unas manos extras porque la empresa ha crecido. Tenía un buen perfil y fue aceptado. Se acoplo rápido a todos nosotros, y luego veo esto, números rojos. Hable con ella y él pillo se hizo de mañas para que ella soltara parte del trabajo y de las contabilidades grandes. Lo peor es que un día ya no volvió a trabajar–.

Demasiado conveniente para la ocasión. Números rojos en la contabilidad, papeles desaparecidos, libros contables errados. Era obvio quien había hecho todo este desastre. Lo que no  podía entender era ¿cómo una persona de tal estirpe se nos pudo colar en la empresa? Prácticamente teníamos el verdugo dentro de la empresa. 

–¿Hiciste la denuncia? –.

–Fue lo primero que hice ayer, pero la identificación y el número es falso –. Song frota el puente de su nariz. Esta realmente perdida.

Identidad falsa, ni rastro del personaje que nos esta tratando de arruinar. No sabía que la compañía tenía ese tipo de enemigos, casi siento que estoy viviendo una de esas películas donde un buen amigo te traiciona y te hunde a lo más profundo de la miseria; solo que el dialogo es un poco diferente. 

–Faltan diez minutos. No quisiera aceptarlo pero tendremos que cancelar el evento –.

Eso eran muchos gastos y perdidas de dinero, sin contar que ya lo tenía casi listo, solo faltan un par de firmas, detallar simplezas como el menú de acompañamiento. Es mi trabajo de el último mes, suena injusto tener que dejarlo porque no hay otra opción. 

–Hablare con ellos–.

–No Zoe, esta vez tienes que dejarlo–.

–Song, trabajar con una empresa de tal impacto nos ayudaría bastante. Críticos, inversionistas, tu lo dijiste, seremos reconocidos a nivel nacional, quizás internacional. ¿No crees que vale la pena gastar un último cartucho?–.

No se ve segura. Los inconvenientes legales podrían acabar con la empresa, las clausulas del primer contrato bastarían para gastar la mitad del capital de la compañía. Soy consciente, por lo mismo no puedo dejar que nuestros sueños sean destruidos tan vilmente, por alguien que empezando, ni conozco, eso lo hace más irrelevante en mi vida. 

–Song, dame la orden –. Me acerco al escritorio y tomo sus manos. –Song–.

–Si no logras un acuerdo y que se haga el evento, tendrás que darme posada en tu apartamento, ¿entiendes?–.

–Mi cuarto es lo suficientemente grande para las dos. Tu esposo puede armar un camping en la sala –. Una sonrisa estira de sus labios. Ella no es la única que teme por lo que pase si no se soluciona el problema.

–Ve, evita que quedemos en bancarrota–.

–Es lo que hago desde que entré a trabajar–. Sonrió para que se tranquilice. Nos despedimos con un abrazo y salgo con todo el material que me sirva para conseguir hacer el evento. 

                                *** 

BigHit queda relativamente cerca de la empresa, algo realmente bueno para situaciones de angustia como la que estoy pasando en este momento. Espero Song no haya notado mis nervios cuando le tome las manos. Porque una cosa es que yo diga que puedo hacer algo para solucionar el problema y otra muy distinta es que lo haga; ni siquiera tengo claro que debo decirles y me falta poco para llegar. 

Activo la llamada al último número que marque esta mañana, No debo olvidar el resto de mis responsabilidades.

–Hola –.

–Hola, ¿ya almorzaste? –.

–Sí. Estoy en la sala viendo tu colección de CSI, me sorprendió que tengas todas las temporadas –.

–Son sagradas, te las encargo mucho–.

–Estarán a salvo. ¿Que era lo urgente en la empresa?–. No le dije nada a Jimin del mega problema, porque se parece en algo a mi, somos muy tercos cuando se trata de las personas que queremos. Se metería y lo estresaria. No necesito un Jimin estresado y enfermo, necesito un Jimin recuperado y sano.

–Olvidaron entregar unos papeles para el evento que trabaje desde el apartamento. Estoy llevándolos ahora. ¿Puedes sobrevivir unos minutos más sin mi?–.

–Tus series y yo tenemos asuntos que resolver. Tomate tu tiempo–.

–Si veo la cocina limpia como una tacita de té, te golpeare tan fuerte que tendré que internarte una semana en el hospital, ¿queda claro? –.

–El sillón y yo somos los mejores amigos, me quedare con él y salvaré mi vida –. Dice entre risas.

Me hace sentir más tranquila que lo diga, eso también me estaba atormentando, pensar que se estaba moviéndose de lado a lado en el apartamento; limpiando o haciendo fuerza retrasando su recuperación. Desearía dividirme para estar aquí y allá con él. 

–Ya estoy aparcando. Te llamo más tarde para saber como vas –.

–Te diría que no es necesario pero igual terminaras llamando. Has lo que tengas que hacer y ven para que comamos juntos–.

–Es un trato. Voy a colgar, no te esfuerces mucho–.

–Adiós mamá–. Antes de que le respondiera, cortó.

El estacionamiento subterráneo del edificio de BigHit es bastante amplio. Leí que esta es una nueva sede, la principal es pequeña, casi se confunde con una pensión en forma de edificio. Tenía varios espacios y escogí el más cercano a la salida, una vez tuviera la aprobación y las firmas, regresaría con Jimin para que mi zozobra termine. 

Tomo una bocanada de aire, estoy muy nerviosa, tengo una medio idea de lo que debo decir frente al presidente de BigHit; solo espero apelar a su buen humor o estaré perdida. Pongo dentro de mi maletín las carpetas, los papeles, todo mi valor y coraje. Un guarda de seguridad de grandes proporciones, se acerca al auto y bajo para saludar y solicitar el permiso de ingreso.

–Buenas tardes, ¿tiene cita?–. Su ronca voz me hizo temblar, aparte que fue seco y cortante, nada de una bienvenida calurosa. Él fue directo al punto.

–En cinco minutos debo estar en la oficina del señor Bang. Esta es la cita –. Le dejo ver los mensajes que intercambiamos y el número para que lo compruebe.

–Vaya directo al ascensor, sexto piso. Yo avisare que ya esta subiendo–.

–Muchas gracias–. Así debería ser todo en la vida, rápido y conciso. Nada de perder tiempo en detalles insignificantes.

Literal estoy trotando al ascensor, las puertas se abren solo apretar el botón, doy la vuelta y oprimo el sexto piso. Mientras el ascensor sube y va en la segunda planta, siento que mis tripas han cambiado de ubicación, ahora están en mi garganta; necesito calmarme o diré alguna estupidez que mande todo el trabajo al traste. El timbre del sexto piso detiene el ascensor, las puertas se abren y veo un pasillo largo, cuento cinco puertas. Olvide preguntar en que puerta debía tocar. 

Salgo preguntándome porque me pasan este tipo de cosas en los peores momentos. Seguiré atribuyendole mis desgracias a la maldición egipcia, hasta que encuentre una respuesta lógica y razonable; bueno, que sea creíble por lo menos. 

La tercera puerta al lado derecho se abre, dos hombres salen y puedo reconocer al asistente del señor Bang. ¡Que bien! Ya no tendré que ir de puerta en puerta preguntando por el presidente. Es cuestión de que sus ojos se encuentren con los míos para ver alzar su sonrisa esplendida, parece casi de un comercial de pasta de dientes. 

–Zoe, bienvenida. El señor Bang esta preguntando por ti–.  Ambos hacemos una pequeña reverencia.

–Siento mucho las molestias que se han causado. De parte de toda la compañía quiero expresar mis mas sinceras disculpas–.  Él, igual que nosotros, no la ha tenido fácil en estos días. Porque por desgracia fue él quien dio la idea para el evento.

–No es necesario las disculpas. Sé que el señor Bang puede ser un poco quisquilloso. Los hemos estado estresados con este tema–. El joven que esta junto a él, asiente levemente.

–¿Esta en esa oficina? –. Recuerdo que la reunión es a las dos en punto y el reloj marca justo esa hora.

–Sí. Como dije, la esta esperando. Una vez todo este aprobado, pase a mi oficina en el tercer piso. Quiero ver otros detalles del evento–. Eso rogando que haya evento. Sus ojeras me decían que no dijera nada respecto al gran problema que cargo en la espalda, o crecerían un par de centímetros. Solo asiento despidiéndome de los dos.

Camino a la tercera puerta y las escenas mas espeluznantes de terror hacen eco en mi cabeza. Mi celular vibra dentro de mi saco de tela y me da un pequeño susto, miro la pantalla rápido y es un mensaje de Ho Seok, hablar con él me ayudaría un montón, si no tuviera que entrar ya a la oficina. Guardo el celular y toco a la puerta, el "adelante" es el impulso para girar la perilla y entrar de una vez. 

–Buenas tardes, señor Bang–. Esta hablando por celular, me hace señas para que tome asiento en uno de los sillones.

En las contadas veces que lo he visto, no es de andar formal, incluso estando en su empresa mantiene ese estilo, camisa suelta, pantalón dril oscuro; su lema debe ser la comodidad ante todo. Tomo asiento esperando que termine la llamada, eso me da más tiempo para parar de temblar.

Del costado derecho una vitrina del techo al sueño adorna llamativamente la oficina, veo trofeos, discos de oro, álbumes, marcos con fotografías; aparece en unas y en otras no. Tiene un gran parecido a la vitrina de muñecos de colección que tiene Nam en su apartamento, eso roba un suspiro de mi interior.

–Siento que tuvieras que escuchar eso –. De la vitrina paso al hombre que de la nada resulto sentado en el sillón diagonal a mi.

–No se preocupe. Parecía importante–. No tengo idea de lo que habla pero él no debe saberlo.

–Bien. A lo que vinimos –. Aparentemente esta de buen humor, eso debe jugar a mi favor.

Suelta la tapa de mi maletín y dejo sobre la mesa las carpetas, los papeles y mi bolígrafo de la suerte, los mejores contratos han sido firmados con este bolígrafo. BigHit no sera la excepción, estoy setenta por ciento segura.

–Este es el contrato con las modificaciones. Este de aquí, es el programa a detalle de lo que se hará de principio a fin ese día. Adjunto están los permisos –.

De inmediato se fue a esa parte, los permisos. Levanto la carpeta para estar mas cómodo, se reclino un poco y revisaba detenidamente cada papel. Yo estaba mucho más nerviosa que antes, mis piernas aunque estaban juntos se golpeaban con el borde de la mesa, apretaba las manos y pedía ayuda a todas las fuerzas celestiales. Su ceja se ha alzado, tose dos veces y baja la carpeta, se ha dado cuenta de que falta uno de los permisos.

–Repetimos la escena. ¿Porque hace falta un permiso? –.

–Señor Bang, entiendo las molestias que esto puede traerle a su empresa, a nosotros también. Puede sonar un poco irresponsable y algo salido de cajón, pero tuvimos un problema con ese permiso y no se puede resolver sino hasta la semana que viene–. Mis palabras salen arrastradas, incluso siento ganas de llorar, pero del desespero.

–Es el permiso más importante para una casa de eventos. ¿Como puedo confiar en ustedes cuando tienen ese tipo de fallas?–. Uso sus dedos en forma de L para apoyar levemente su cabeza.

–Le pido que lo haga. Hasta ahora hemos llevado el evento bajo todos los estándares de calidad y seguridad, esa es una garantía. También que no somos nuevos en este campo, nuestras referencias pueden hablar por si solas. Estoy segura que fue gracias a eso que usted dio el paso y acepto mi propuesta–. 

Me sudan las manos, ni siquiera me sentía así cuando presente la tesis, estaba tan segura de mi proyecto que era como un pez en el agua navegando con tranquilidad, en cambio ahora, admito que tengo ganas de salir por la puerta y olvidarme de que una vez conocí BigHit. En parte mi estado se debe a la dura cara que tiene el señor Bang, apaga los ojos levemente, arruga los labios y los mueve incomodo, ha suspirado dos veces mientras yo le estaba hablando. Es realmente desesperante, siento pena por sus asistente, de verdad.

–Lo que dices es verdad, escuche muy buena referencia de la casa de eventos. Salir en la prensa nacional fue el mayor motivo para dar el si. Debo decir que estoy desilusionado con este percance, pero a la vez estoy satisfecho con el resultado–.  ¿Este señor siempre habla así? No entiende nada de lo que dice, de nuevo.

–Disculpe, pero puede ser más claro, por favor –.

–Estoy diciendo que continuaremos con el evento. Todas las empresas desde la más grande a la más pequeña tienen dificultades, unas más complejas que otras, pero de que las hay, las hay. Ahora, depende de todos en conjunto resolverlo lo antes posible sin entrar en pánico. La verdad si no llegabas aquí con una solución para mi iba a desistir, porque si no podían con un problema de empresa ¿ que puedo esperar si se presenta un inconveniente durante el evento?–.  

Quizás sea los nervios, o que este sudando, o el hecho de que escuchara que me da la aprobación para avanzar con el evento, pero este escalofrió que sube por mi espalda es muy familiar. Si cerrara los ojos y repitiera lo que me acaba de decir escucharía claramente a Nam y su filosofía de la vida. No sabía que estaba tan mal, compararlo con el señor Bang, en un momento crucial como este. Algo debo hacer conmigo.

–Dicho eso, necesito ese permiso. Dices que lo puedes tener para la siguiente semana–. Otra vez no escuche de lo que estaba hablando por estar pensando en quien no debo.

–Si, señor. La otra semana lo tendrá a primera hora–. Estoy realmente feliz, tanto que no se como reaccionar y me quedo quieta viendo mientras él esta firmando con mi amuleto de la suerte. 

Sin temor a exagerar se me hizo eterno que firmara cuatro hojas del contrato, cada línea la trazaba en cámara lenta, así lo percibí. Descargo el bolígrafo sobre la carpeta cerrada, lo había logrado, conseguí otro excelente contrato, salve la empresa de la quiebra. Retiro lo dicho, nada de lo que paso tiene que ver con mi maldición egipcia. 

–Muchas gracias, señor Bang. Tendremos uno de los mejores eventos para su empresa y los invitados–.

–Los espero con ansias. Muchos de nosotros los esta esperando–. 

Pondré en mi lista de tareas por hacer pedirle al asistente del señor Bang un diccionario del dialecto para entender la mitad de las cosas que dice. Suena misterioso, su expresión facial lo hace ver así. 

No podía gritar porque estaba recién saliendo de la oficina, me hace falta bajar al tercer piso para hablar con el asistente, pero ganas no me faltaban de gritar de emoción. No le iba a decir nada a Song hasta que regresara a la empresa, en parte es culpa de ella que yo estuviera en ese apuro, si tan solo me hubiera contando todo lo que pasaba en mi ausencia, hubiera encontrado una solución mucho más antes. 

Dando brinquitos entro al ascensor, oprimo el número tres. Song se pondrá tan contenta cuando le cuente, valdrá la pena verla un poco angustiada verme llegar cabizbaja al trabajo. Las puertas del ascensor se abren, el pasillo es diferente al sexto piso, aquí hay cubículos en vez de oficinas, exceptuando las cuatro oficinas del fondo. La mayoría de los cubículos estaban ocupados, algunas personas vestían uniforme con el logotipo de la empresa, otros parecían personal externo, pero que se yo del manejo de BigHit. Solo debía encontrar al asistente Kwon y me iría a cuidar de Jimin.

Escaneo de extremo a extremo el lugar, no veo a nadie con aspecto de modelo de comercial de pasta dental, él se ve como una persona alegre, conmigo siempre esta enseñando su sonrisa, debe tener muchas mujeres detrás de él, quizás tenga novia, o una esposa ya. 

–Tu agenda esta casi lista, en una hora la verificaremos juntos –. 

–Gracias por lo de esta mañana, en serio creí que iba a morir –.

Escucho dos voces bastante familiares a mi espalda, la primera es el inconfundible asistente Kwon y la segunda es... ¿Ho Seok? ¿Como es eso posible? Giro en mi pies para confirmar que se trata de ellos dos. Hobi viste realmente como un idol, lleva un pantalón ajustado de cuero negro brillante, una camiseta manga larga verde oscura, su cabello esta medio rizado. Los dos enmudecen cuando se percatan de mi presencia.

–¿Zoe? ¿Esto es real?–. Ho Seok ríe como tonto tapándose la boca. Incluso creo que se ahogara con la saliva. –¿Que haces aquí?–.

–Hola señor Jung, señor Kwon–. Hago una reverencia para los dos. Ho Seok es un artista reconocido bajo el nombre de Jhope, no quiero que las personas me tachen de irrespetuosa.

–No, no, no. Aquí no me hables con formalismos–. Soltó Ho Seok negando activamente con la mano que tiene libre.

–¿Se conocen? –. Pregunta el señor Kwon, me pareció ver sus cejas moverse pero no estoy segura.

–Aquí no es lugar para hablar de eso, ¿no creen? –. Sentía los ojos encima, los curiosos deben estarse preguntando porque una chica cualquiera esta hablando con ambos.

Los dos asienten. El señor Kwon nos lleva hasta su oficina que resulto ser una de las que están al fondo del pasillo. De adentro hacía afuera se puede ver sin problema toda la planta, pero de afuera hacía adentro no, muy conveniente.

–Ahora si puedes responder a mi pregunta–.

–Lo conozco de la escuela, eramos compañeros de clase–. No me pareció mala idea hablar de eso con el señor Kwon, inspira confianza.

–Después de muchos años nos volvimos a encontrar –. Agrego alegre Ho Seok.

–¿Que haces aquí?–. Le pregunte a Ho Seok luego de que tomara asiento a mi lado, muy cerca a mi. Su perfume invadía mi espacio personal. 

–Trabajo aquí. BigHit es la empresa que me impulso como artista–.   Hablaba como si fuera obvio, pero no lo era para mi. 

–Es verdad. ¿No lo sabías? Jhope fue quien me dio el nombre de la casa de eventos donde trabajas–.

–Te dije que era secreto–. La comisura de sus labios se alzo y empezó a ponerse colorado. No tengo ese tipo de gestos guardado en mi baúl de recuerdos. Esta es la primera vez que lo veo actuar así.

–Pero no solo él, los productores Nam Joon y Yoongi también hablaron de esa casa de eventos –. 

¿Alguien estaba notando mi expresión? Literal tenía la boca abierta. El corazón me iba a estallar en el pecho, pero en que demonios estaba pensando que no recordaba que es aquí donde Nam trabaja. Mis intentos por alejarme de él vuelven a ser nulos, no importa que haga, que diga, siempre terminare caminando por el mismo sendero directo a él. No sé, que la empresa de Song vaya a la quiebra ahora no me parece tan malo. 

–¿Hablas del productor que me ayudo con las canciones? –.

–El mismo. Debe ser coincidencia que todos se conozcan–.

Una terrible coincidencia. Si Ho Seok tenía dudas sobre el día en el  restaurante, que su productor musical me conozca debió aumentarlas. Nos miramos por unos cortos segundos, tuve que apartar la mirada, la curiosidad en sus ojos me presionaba para que respondiera.

–¿Y tu que haces aquí?–. Pregunto Ho Seok relajando el ceño en su frente.

–Organizo el evento del aniversario de la empresa –.

–¿Lograste hacer que firmara los papeles? –. Kwon se veía sorprendido, ¿esperaba que no sucediera?

–¿Porque? –. Su repentina pregunta no me gustaba.

–No quise decirte cuando nos encontramos arriba, pero él había dicho que no firmaría el contrato, sabía que el permiso no lo conseguirían a tiempo. Él tuvo que pasar por eso muchas veces –.

De verdad que el señor Bang carga con una aura llena de misterio, porque en ningún momento me pareció que había desistido de firmar el contrato, solo sentí el peligro cuando noto que no estaba el permiso adjuntado. Creo que encontré el maestro de Nam, y son una copia del otro, casi a imagen y semejanza.

–Bang PD es muy estricto, acabas de lograr una hazaña –. Ho Seok me deja ver una de sus sonrisas, de esas que te hacen sonríer con él.

–Gracias –.

–En medio de ustedes dos, yo vengo siendo el violinista de esta historia –. Un comentario que no va al caso pero que hizo que los tres riéramos.

–Somos amigos, amigos –. Respondimos los dos.

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Les traigo con mucho amor otro capítulo de I-LEGAL, como es costumbre un poquito largo, con algo nuevo, quizás otro relleno, pero los estoy preparando para la parte más crucial de la historia. 

Zoe necesitara una ayudante para cuidar a Jimin mientras ella no este, ¿quien se apunta? xD unx a la vez por favor, todxs podrán hacer su casting xD

Los quiero y los leo en la próxima.

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