☕️ 22
Se pasaron semanas encerrados en el nido, siendo alimentados por diferentes platillos que Hoseok se encargaba de dejar meticulosamente detrás de la puerta. Sin embargo, ya era hora de que alguno fuera a dar explicaciones del porque no habían concurrido al trabajo durante tanto tiempo. Jimin sería el indicado para ir a hablar a la central, mientras que Yoongi todavía necesitaba un poco más de tiempo sin aromas desconocidos a su alrededor.
-Alfa, ¿podrías decirle a Hoseok y Namjoon que vengan? -Yoongi le preguntó.
El omega estaba un poco mejor, había tomado terapia telefónica con su psicóloga y en cierto punto había servido, pero todavía se sentía como si un camión lo hubiese atropellado. Por supuesto que Yoongi no se quedaba atrás, anhelaba tener cachorros, pero estaba seguro que el tiempo lo curaría todo.
-Claro que sí, dulce, no me gustaría que te quedaras solo. No voy a tardar -Jimin besó sus labios y lo marcó con su aroma antes de irse.
Yoongi se quedó hecho una bolita debajo de todas las mantas que su alfa había añadido al nido. Se sentía vacío, cómo si una pequeña parte de su ser hubiese sido arrancada a lo bestia, dejándole un hueco imposible de llenar.
Nunca soñó con ser madre, con su naturaleza dormida no lo sintió como un deseo palpable, pero ahora que tenía todo el amor que siempre mereció y a su lobo despierto, añoraba pequeños cachorritos corriendo por doquier.
Su lobo se la pasaba gimoteando desconsolado en su interior, y esta vez no podía hacer nada por él.
Lloró un poco más, inundandose del aroma que Jimin había dejado a su paso. Ni siquiera escuchó cuando la puerta del departamento se abrió y posteriormente la de su habitación.
El aroma del embarazo de Namjoon lo hizo sollozar incluso más duro. Él podría haber olido igual.
- Yoon... ¿qué fue lo que sucedió? -Hoseok fue el primero en hablar.
La atmósfera era tan melancólica que el omega más pequeño solo podía pensar en consolar al de su misma casta. De igual forma, los instintos maternales de Namjoon empezaban a hacer acto de presencia, queriendo correr y abrazar al omega en peligro.
-Jimin nos pidió que vinieramos -dijo está vez Namjoon, con voz tan suave que en cierto punto le hacía bien a Yoongi- ¿podemos pasar?
-Entren pero no toquen el nido, por favor.
Ambos no esperaron un segundo llamado, temerosos de que el ojiazul cambiara de opinión. Hoseok ayudó a Namjoon a sentarse en el suelo y luego lo siguió.
-¿Quieres contarnos? -el rubio estiró una de sus manos hasta que tuvo contacto con el cabello de Yoongi, quién se dejó acariciar sin mucho problema.
-Yo... yo -tartamudeó entre lágrimas- perdí a mi bebé.
El jadeó de sorpresa fue inmediato. Namjoon incluso llevó ambas manos a su vientre de casi 8 meses, cubriéndolo de una amenaza imaginaria.
-¿Cómo dices? -Hoseok tomó la palabra, sintiendo ya como sus lágrimas descendían.
-Fue un aborto espontáneo. Mi útero está lastimado por los supresores y expulsó al bebé. Tenía un mes y algo.
Yoongi en parte se sintió bien al decirlo, significaba que estaba procesando lo sucedido y el tener el apoyo de sus amigos lo hacía sentir reconfortado.
-¿Podemos abrazarte? -murmuró Namjoon con los ojitos llenos de lágrimas.
-Por favor...
Yoongi salió del nido gateando. No se trataba de que los aromas de sus amigos no le gustaran, sino que no quería otros que no fueran el suyo y el de su alfa dentro.
El calor de dos pares de brazos lo recibió apenas estuvo a su alcance. Hoseok frotaba su espalda mientras susurraba cosas lindas al oído y Namjoon su cabello. Las feromonas maternales del segundo omega cubrió el espacio, intentando consolarlo como si de un cachorro se tratase.
El vientre de Namjoon chocaba con el propio, como un vil recuerdo de que podría haber tenido lo mismo pero lejos de sentirse mal, sintió eso como una llamita de esperanza. Lo acarició, percibiendo pataditas en respuesta.
-Estamos para ti -uno de los dos dijo- cuentas con nosotros, y porque te conocemos, necesitamos recordarte que no fue culpa tuya, nada de tu sufrimiento.
Yoongi volvió a llorar pero esta vez en brazos de sus amigos. Se sentía mejor, era fuerte. Su posible cachorro nunca saldría de sus recuerdos pero ahora sabía que tenía se suceder de esta forma para dar lugar a otra clase de cosas.
-Gracias por estar aquí -besó las mejillas de Hoseok y Namjoon.
-Gracias por permitirlo.
Los tres omegas se mantuvieron de la misma forma por un largo tiempo. El suelo debajo de ellos estaba frío e incómodo pero no querían modificar el aura de paz que reinaba en la habitación.
Yoongi cada tanto sollozaba, recibiendo a cambio caricias de sus amigos o palabras bonitas.
Todos los omegas allí presentes habían pasado por algo que modificó su forma de vida pero se mantuvieron fuertes y eso era lo importante. En sus instintos estaba el superar adversidades. Contrario a lo que muchos creían, los omegas eran más fuertes de lo que aparentaban y cada vez estaba quedando más a la vista.
.........
Días después, Yoongi se enfrentaría al consejo deliberante. Era momento de poner sobre la mesa cada uno de sus triunfos y equivocaciones. Debía demostrar todo lo que valía como agente, indiferente de su casta.
Seokjin le había comentado cómo posiblemente reaccionaría los consejales, todos alfas y de una edad avanzada, pero estaba dispuesto a luchar por lo que tanto le costó conseguir.
Observó su rostro a través del espejo del baño. Lucía mejor, más relajado y un poco más saludable. Pese a que le costó recomponerse del desgarrador suceso, ahora que estaba en tratamiento para evitar otro caso de este tipo, su lobo le había dado un poco de tregua.
Sintió las manos de Jimin enroscarse a su cintura y poco después la barbilla del alfa sobre su cabeza. Los ojos jade lo observaron con amor y respeto, pareciendo brillar cada vez más con cada pestañeo.
-¿Estás listo? -inquirió Jimin.
-Creo que sí, ¿tienes las carpetas? -Yoongi acarició las manos contrarias con una sonrisita de lado.
-Tengo todo, omega, relájate. Solo debes ir y demostrarles lo fuerte que eres.
Yoongi se giró para compartir un beso. Últimamente sentía que no podía despegarse de su alfa y contrario a lo que creía, la perdida del bebé los había unido incluso más de ser posible.
Se encaminaron a la sede del FBI, Yoongi temblaba a cada paso aunque no tuviera frío. Jimin no soltó su mano hasta que estuvieron frente a las enormes puertas.
-No puedo entrar allí pero estaré esperándote de este lado -el alfa besó su frente y posteriormente sus labios.
-Deséame suerte.
-No la necesitas, eres mi omega fuerte, ¿recuerdas?
Asintió poco convencido. Aunque estuviera trabajando con su psicóloga sobre su propia visión, todavía no se sentía del todo seguro.
Giró el pomo de la puerta mientras tomaba una onda respiración. Por lo menos 10 alfas giraron en torno a él, todos uniformados y algunos incluso con distinciones de desempeño flameando en su pecho. Sus piernas temblaron, todo su ser se sacudió junto al gemido agudo de su omega interior, pero se obligó a entrar y sentarse en la silla designada.
-Buenas tardes, mi nombre es Min Yoongi, estoy aquí porque... -ni siquiera pudo terminar su presentación cuando uno de los alfas lo interrumpió al son de un gruñido.
-Ya sabemos porque estás aquí, ¿Cómo te atreves a engañar a todo el equipo? deberías estar tras las rejas.
-Yo... nunca fue mi intención hacerlo, si el sistema no oprimiera todo el tiempo a los de mis casta tal vez las cosas hubieran sido diferentes -no se dejaría intimidar por un maldito anciano alfista.
El alfa le gruñó pero no retrocedió. Su lobo se sentía fuerte y ansioso por destrozar a cualquiera que se interpusiera en su camino.
Estuvieron horas discutiendo sobre los casos que Yoongi había operado, y salido victorioso, a cuántos omegas había rescatado y su preparación.
-Estamos de acuerdo con que has sido pieza clave en tu sector -otro de los alfas, quién lucía un poco más amable, tomó la palabra- pero, ¿qué estás haciendo actualmente para revertir la situación?
-Estoy en tratamiento tanto médico como psicológico para contrarrestar posibles deficiencias, continuo entrenando y haciendo operativos... hace poco desmantelamos un burdel. Tuve un pequeño problema que me hizo ausentarme de mi puesto un tiempo, pero mi médico está de acuerdo en que puedo regresar cuando ustedes consideren necesario.
Todos los alfas intercambiaron miradas entre ellos, dudosos de volver a confiar en un hombre que había ocultado cosas de esa magnitud pero consientes de que era uno de los mejores agentes de todo el plantel. Su jefe, inclusive, había presentando una carta en señal de apoyo.
-Estudiaremos el caso y le haremos llegar una respuesta lo antes posible -dijo el máximo director mientras se ponía de pie y los demás lo imitaban.
Yoongi, de igual manera, copió su acción y ahora estaban todos a la misma altura. Estrechó la mano de cada uno y se retiró. Solo quedaba esperar.
Jimin no se había movido de la sala de espera en las tres horas que había durado la reunión, llenando su pecho de amor al instante. Lucía cansado, y Yoongi había estado tan sumido en su propia miseria que no se había dado cuenta de como todo esto estaba afectando a su alfa.
-Dulce, ¿cómo te fue? -Jimin se puso de pie y enseguida tenía sus brazos rodeandolo.
-Creo que bien, dicen que deben pensarlo y me notificarán.
-Lo siento por eso, sé lo duro que es para ti no ir al trabajo.
-Está bien, me ayudará a centrarme un poco más en el ahora -se encogió de hombros antes de fijar su mirada en el perfecto rostro de su alfa- estás agotado.
-Un poco... mi alfa no me ha dejado dormir bien el último tiempo- Jimin rehuyó de la intensa mirada azulada.
-¿Y eso por qué?
-Tiene miedo de que te suceda algo... quiere que nos quedemos vigilando.
Yoongi empujó el nudo en su garganta más abajo, se colocó derecho y rodeó el cuello de su alfa.
-Pues no es necesario, estaré bien mientras dormimos. Debes descansar, agradezco todo lo que haces por mí, y te amo por eso, pero es hora de que te cuide yo a ti.
Los ojitos de Jimin se cristalizaron un poco pero sonrió de igual manera.
-Siempre te cuidaré -le dijo en cambio.
-Entonces podemos cuidarnos juntos.
Es misma noche, Yoongi le dio un masaje en la tina a su alfa y pronto estaban durmiendo enroscados en las mantas del nido. Todo estaba mejorando.
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