☕️ 21

Jimin observaba cómo su omega descansaba entre sábanas insulsas y con una bata que opacaba aún más su bonita piel. Lucía tan sereno de esa forma, dormido con su cabello cayendo sobre su frente, pero a la vez se veía tan frágil que llegaba a doler.

La habitación del hospital era aceptable. Con una ventana al lado de la cama, una mesita con agua y flores insípidas, un sillón para visitas y una silla de plástico a la que Jimin ya había hecho suya.

Una vez que Yoongi fue estabilizado, se pasó el resto de la noche dormido con diferentes bolsitas conectadas a sus manos por intravenosa. Nadie había ido a darles informes, tal vez queriendo dejarlos descansar, pero Jimin ardía en nerviosismo. No se separó de su omega, manteniendo la silla lo más pegada que podía a la cama y con sus dedos entrelazados a los fríos y pequeños.

Estaba a punto de quedarse dormido cuando el gemido de Yoongi lo alertó.

—Agua... —solicitó entre susurros.

Jimin sirvió un vaso y lo ayudó a beberlo.

—¿Qué sucedió? —inquirió un poco atontado por la medicina.

—Te encontré en el baño, estabas sangrando —Jimin acarició su cabello mientras tragaba saliva con fuerza.

Iba a decir más cuando Jungkook ingresó a la habitación con aspecto preocupado. El beta intentó sonreírles pero su postura rígida decía todo lo contrario.

—Yoongi, omega, ¿cómo estás? —le preguntó mientras se acercaba un poco más a la pareja.

—Cansado, adolorido, confundido... y un poco mareado.

—Los efectos del medicamento deberían bajar pronto, debimos administrarlos para cortar la hemorragia.

Un profundo ceño fruncido cruzaba el rostro de Jimin. Intentaba leer entre líneas lo que Jungkook quería decir pero no lograba captar nada.

—Doctor, vaya al grano, ¿qué me sucedió? —el lobo de Yoongi completamente dormido en su interior no le decía nada bueno.

—Yoongi, acabas de sufrir un aborto espontáneo.

La habitación se sumió en un silencio fuerte, las feromonas llenaron el espacio y el jadeó de Yoongi fue lo único que se oyó.

Yoongi se reincorporó, ignorando el dolor en su vientre bajo. Jimin apretó su mano pero en ese momento solo podía sentir el propio latir desenfrenado de su corazón.

—Lo lamento mucho... —jungkook suspiró— tenías aproximadamente un mes y medio, recién estaba empezando a formarse, no pudimos hacer nada.

—¿Cómo pudo suceder algo así? —,murmuró el omega con los ojos llenos de lágrimas. Ni siquiera sabía que estaba embarazado pero en el fondo le hacía tanta ilusión.

—Verás... tus órganos estaban muy débiles hace un tiempo, ¿lo recuerdas? pudimos controlar un poco con el tratamiento pero algunos todavía no funcionan al cien porciento, como es el caso de tu útero. Tantos supresores y durante tanto tiempo terminaron por dañarlo. No significa que sea inservible pero sí que te costará más quedar en estado y en el caso que lo logres, serán embarazos de alto riesgo.

—Yo... no tuve ningún síntoma, no lo sabía —balbuceó— hoy fui a un operativo, yo lo puse en riesgo... maté a mi bebé.

—No, omega, no digas eso. Aunque lo hubieses sabido, era probable que no resistiera. Tu útero aún es muy débil, ¿comprendes?

—No hubiese resistido... —murmuró Yoongi con todo el dolor filtrándose en su voz.

Jimin no sabía que decir, estaba tan perdido. Yoongi había estado embarazado de un bebé suyo. No había resistido. Su omega estaba devastado.

—Les daré tiempo para que lo procesen. Luego vendrá una enfermera a darte una pastilla, debemos asegurarnos de que expulses todo lo que pueda llegar a quedar. Haremos una ecografía en la tarde y si todo está en orden podrás volver a casa. Otra vez, lo lamento, pero prometo que trabajaremos en esto si es lo que quieres. Podrás ser madre, no te desanimes.

Yoongi asintió, no muy seguro de su respuesta.

Cuando Jungkook los dejó solos, Jimin se sentó en la cama y dejó que Yoongi se apoyara en su pecho. Ambos estaban llorando, aunque intentaran ocultarlo.

—Jimin... lo siento tanto, maté a nuestro hijo —dijo entre sollozos desgarradores.

—No, dulce, no digas eso, por favor... —Jimin sentía su alma romperse en pequeños pedacitos— no tuviste la culpa de nada, ya oíste al doctor.

—¿Aún me amas a pesar de ser un omega defectuoso? —las uñas de Yoongi se clavaron en la mano que rodeaba su vientre vacío.

—No eres un omega defectuoso. Eres mi omega fuerte, valiente y perfecto. Siempre te voy a amar, no importa que.

Yoongi se giró para sentarse ahora a horcajadas. Besó a Jimin suavemente, intentando buscar un poco de consuelo en los labios de su alfa. Lo salado de las lágrimas se filtró pero no los detuvo.

—Lo siento —Yoongi juntó sus frentes pero no abrió los ojos, temeroso de encontrarse en la mirada verdosa la completa decepción.

—Mírame, amor —Yoongi abrió los ojos muy a su pesar pero no encontró nada de lo que imaginaba, solo vio amor y comprensión— te amo, ¿me oyes?

Te amo —era la primera vez que Yoongi lo decía y vaya que se sentía bien...

El proceso de la pastilla con la enferma no había sido nada lindo. Yoongi tuvo que pujar como si estuviera dando a luz, cosa que terminó de destrozarlo. Con la ecografía confirmaron que todo estaba limpio y Jungkook les dio el alta.

Al llegar al departamento, Yoongi ignoró a Hoseok sentado en el sofá con expresión preocupada y corrió a encerrarse al nido. Le gruñó a Jimin cuando quiso entrar, argumentando que necesitaba estar solo. Eso fue demasiado para el alfa, pero en cierto punto lo entendía porque él necesitaba lo mismo.

Pasó por el baño, viendo que todo estaba limpio y en orden. Realmente lo apreció, dado que no podría haberse encargado de nada.

—Gracias por lo del baño —le dijo a Hoseok mientras se preparaba un té. Volvió al salón y se sentó en el sofá, intentando no tocar al omega, sabiendo que terminaría lastimando incluso más a Yoongi.

—¿Qué sucedió, Yoon? —Hoseok murmuró— era mucha sangre...

Jimin dudó si decírselo o no, en parte también le había sucedió a él, era su cachorro, pero el más afectado había sido Yoongi. Terminó decidiendo que esperaría a que su omega se sintiera seguro de contarlo.

—Espero que Yoongi te cuente cuando lo crea pertinente. Yo... necesito un poco de espacio.

Hoseok asintió antes de besar la frente del alfa e ir a su habitación.

Jimin respiró hondo, echó su cabeza hacia atrás y suspiró. Lloró, tal vez demasiado, sintiendo como con cada lágrima un poquito de su dolor se iba. El agotamiento físico que cargaba no se comparaba en nada al mental. Desde hace semanas que todo parecía ser demasiado.

Llamó a la única persona que podría ayudarlo en una situación así, su hermana.

—Chaeyoung, hola... —murmuró con voz gangosa cuando la llamada fue tomada.

¿Jimin? ¿estás llorando? —la dulce voz de su hermana lo hizo lagrimear aún más.

—Sí.

Amor, ¿que sucedió? cuéntame.

—Mi omega está muy mal.

—¿Qué le pasa? recuerdo que me habías contado un poco pero no demasiado.

—Acaba de sufrir un aborto espontáneo.

Oh, alfa... —Chaeyoung murmuró, la línea sufriendo interferencia— ¿qué puedo hacer por ustedes?

—Nada, solo necesitaba decírselo a alguien antes de que me matara por dentro.

—Está bien, puedes contar conmigo. Lamento mucho lo que sucedió pero si el destino lo quiso así por algo será.

—¿El destino acaso me odia? —estaba enojado.

—Claro que no, no dudes de él. Todo pasa por algo. Ahora, no te alejes de Yoongi, estará enojado, triste o incluso neutral pero ambos se necesitan. Si están juntos las cosas serán más fáciles.

Escuchó como su hermana hablaba con alguien más y luego una puerta cerrarse.

—Gracias, Chae, quisiera que lo conocieras...

—Pronto volveré a casa. Debo irme, es una emergencia, pero gracias por contarmelo. Te amo.

—Te amo. Nos vemos.

La línea quedó en silencio. En momentos como esos, le gustaría tener a su hermana a su lado pero ella era una alfa ocupada. Era médica, se especializaba en pediatría infantil y ahora estaba sirviendo a una asociación en África. Era exitosa y amaba lo que hacía.

Giró la cabeza cuando un ruidito llamó su atención. Yoongi estaba parado en medio del pasillo con una de sus enormes camisas y descalzo, tenía el cabello revuelto y fregaba uno de sus ojitos hinchados por el llanto.

—Lamento haberte gruñido... ¿podrías venir al nido conmigo? te necesito, alfa.

—Claro, dulce, vamos.

Jimin lo rodeó con sus brazos y cuando el aroma de la vainilla lo rodeó se sintió un poco mejor. Podían hacer esto, juntos.

Se recostaron entre las mantas y Jimin liberó un poco más de su aroma para calmar a Yoongi. El más pequeño trepó al pecho contrario y se refugio en su lugar seguro, debajo de la barbilla de Jimin.

—Le hubiese puesto Minji si hubiese sido una niña y Yoonsung para niño —murmuró Yoongi mientras dibujaba patrones sin sentido.

—Podremos tener más cachorros —Jimin cerró sus ojos cuando las lágrimas amenazaron de nuevo— te daré todos los que quieras.

Yoongi lloró, ambos lo hicieron hasta que se quedaron sin lágrimas.

—Estamos juntos —Yoongi le dijo.

—Estamos juntos —correspondió.

Venían tiempos difíciles, noches en vela y mucho llanto. Ese bebé nunca saldría de los pensamientos de los que pudieron haber sido sus padres, pero estaban juntos y nada podría contra ellos.

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