VI-Mi verdadero amor.
Miraculous no es de mi propiedad, así como el arte de todo tipo aquí utilizado. Sin embargo, la historia sí es de mi autoría y se prohíbe cualquier tipo de copia o adaptación sin previo permiso.
Es curioso cómo la vida resulta del modo en que lo hace, cómo al final de día cierras los ojos y más allá de la oscuridad se encuentran tus grandes anhelos. Terminar una carrera universitaria, tener un casa lujosa, una familia unida, ver feliz a todas las personas que quieres, incluso si tú no formas más parte de esa realidad.
Chloé Bourgeois había vivido muchas cosas las últimas semanas luego de descubrir la identidad de Chat Noir y al fin percatarse de la de Ladybug, sin embargo nunca hubiese estado preparada para lo que acontecería luego de aquél arranque de furia que había padecido.
Esa tarde ella era la culpable, y se había tenido que tragar el reclamo de Rena, así como los silencios de Carapace y Viperion. Los cuatro se habían dedicado a luchar contra el akuma mientras Chat Noir intentaba buscar a Ladybug en casa del Maestro fu, donde convenció a ésta para volver, sin dirigirles la palabra no hizo más que purificar el akuma y arreglar todo el desorden realizado por este. El maestro Fu no dijo nada más y se retiró del sitio dejando a los héroes desconcertados. Todos habían quedado virando el suelo, como no comprendiendo qué más se podría decir al respecto.
─Todos hemos estado distraídos en esta misión, pero terminamos, ¿eh?─ intentó romper la tensión Viperion apuntando su puño al resto.
Chloé le sonrió en agradecimiento, sacándose su peineta de pronto y colocándola en el piso sin atreverse a acercarse a Ladybug, todos se sorprendieron ante el resplandor.
─Lo lamento─ murmuró ella, Luka se aproximó a ella para ceder un abrazo a su menudo cuerpo mientras el resto no podía dejar de pensar en su acción.
─El maestro Fu no te pidió el...─ inició la azabache siendo interrumpida.
─Lo sé─ apuntó la rubia─Pero también sé cuando no soy bienvenida en un lugar, cuando no soy digna no de un miraculous, sino de la confianza de mi equipo, y prefiero marcharme por las buenas.─ se apartó del muchacho con mechas y dando un fuerte apretón a su mano giró sobre sus talones apartándose finalmente del lugar.
─¿No harás nada?─ dirigió el héroe viperino su vista a la catarina, ella no se digno a mirarle─ Bien, lo entiendo─ mencionó de último alejándose tras la rubia.
Ladybug se agachó a tomar el miraculous abandonado y sujetándolo con firmeza ahogó un gemido de tristeza, apretó sus párpados con fuerza y un par de lágrimas rodaron inoportunas, Chat Noir se agachó a su altura tomando su mano, quería reconfortarle, abrazarla como todos esas veces en el pasado y hacerle entender que todo estaría bien, que él daría la vida por ella fuera quien fuera, porque la amaba con su alma, pero a la heroína no le bastaba una sonrisa, no por el momento y mucho menos con todo lo acontecido. Aturdida aún apartó como pudo el toque del felino.
─Mari, yo...
La chica ahogó sus sollozos con una mano cubriendo su boca e impulsada por su yoyo, se lanzó lejos de ahí. Carapace y Rena seguían en el lugar como espectadores silenciosos, hasta que Chat Noir se dejó caer en el suelo con congoja, ¿Cómo más se supone que debía tomar todo eso?Habían sido demasiadas cosas por un día, se sentía muy cansado física y mentalmente, sus dos amigos se dirigieron a ayudarle aunque sólo fuera con un fuerte abrazo.
─Todo va a estar bien, Chat─ mencionó Rena acariciando la espalda del rubio.
─Ella seguramente me odia, no querrá saber nada de mí ahora─ lloriqueó con dolor.
─Sabes que ella no es así, Marinette no es de ese modo─ intentó reconfortarle la morena, él se desmoronó mientras tanto, dejando fluir por su mente el millón de probabilidades que a partir de entonces tornarían en su vida.
─Deberías no buscarla por un tiempo, dejarla que respire─ Mencionó Carapace, el rubio asintió sin estar del todo convencido.
─Haz lo que dicte tu corazón, nosotros estaremos aquí para lo que necesites─ofreció la muchacha regalando un último abrazo al héroe.
Los días pasaban al ritmo de las hojas de los árboles, era otoño y todo parecía de colores cálidos aunque en realidad el viento era más frío que en épocas anteriores.
Marinette salía todas las noches a su balcón, miraba la luna y cada uno de sus cambios con paciencia, como si no existiera más, como si aquello le respondiera toda incógnita de su vida.
Al final Rena, o mejor dicho Alya, había preferido no tocar el tema y ella lo agradecía profundamente, porque sabía que no tendría la fuerza ni la paciencia para aquello.
Por su parte, ni Chat Noir ni Viperion le dirigían la palabra, el primero más por miedo y el segundo por resentimiento, Queen Bee había dejado el equipo, y según sabía, pronto también dejaría Paris.
Sus ojos se cristalizaron de pronto, nada de eso tenía que haber pasado, debió ser más cuidadosa, o quizá menos obstinada y admitir su amor por él. Suspiró. Su día a día se había vuelto complicado a partir de aquél momento, aún más en soledad, cuando finalmente se encontraba contra el barandal y repensaba en él, y en lo lejos que se había ido de su lado ahora.
─Nunca me ha gustado que llores...─ Escuchó desde el tejado contiguo, giró el rostro encontrándose con su esperanzada mirada─ no lo hagas más, princesa.
Marinette se sobresaltó al verlo ahí, cubriéndose con la bata que llevaba, sintiéndose cohibida sin saber del todo por qué. Se acercó al muchacho quien de un salto había caído en su balcón, sin apartar la atención de ella y apenas pudiendo retener su cuerpo por tocarla, suspiraron al unísono soltando después una leve risilla.
─¿Qué haces aquí?─Apenas susurró ella.
─Sé que no quisieras verme, y que la mejor idea que podría tomar ahora es la de marcharme─ suspiró acercándose a ella mientras posaba una de sus enguantadas manos en el costado del rostro de la chica─ Pero me estoy volviendo loco, porque contrario a lo que piensas, no soy un coqueto y no es que jugara a dos bandos sólo para impresionar a Ladybug... es que en serio me estaba enamorando de ambas, quiero decir─ aclaró su garganta─estoy enamorado de ti, my Lady, mi princesa, Marinette Dupain Cheng.
Los ojos de la muchacha comenzaron a lagrimear nuevamente, asustando de sobremanera a Chat Noir que por impulso la estrechó entre sus brazos sintiéndola quebrarse por completo, era su culpa, estaba seguro y llevó su diestra a su cabello que desatado ondeaba con el aire.
─Perdóname por favor─ musitó ella contra el pecho del rubio, alejándose un poco para mirarle y tomar aire suficiente.
─No tienes que pedir perdón, todo está bien...
─Desconfié de ti, y me dejé llevar por lo que sentía, porque por un momento, mientras me negaba a quererte, me di cuenta de que te perdería, y me dio tanto miedo, actué a la defensiva, y tú no lo merecías.
─Mari, está bien...
─¡NO! Necesito decirlo, es mi culpa, lo arruiné, pero no quiero que te apartes de mi lado, porque te amo, de verdad te amo, Adrien.
El rubio volvió a abrazarle con fuerza mientras sonreía encantado por lo dicho por la chica. Habían sido unos tontos y de eso no le cabía duda.
Viperion sostenía de la cintura a Chloé para que no cayera, mientras ambos apreciaban desde lo alto del Colegio Françoise Dupont a ambos enamorados. La rubia permanecía con una sonrisa quebrada, evocando todo lo que había sucedido recién, el cómo Luka había ido tras ella y en un beso que no había podido siquiera meditar, le había terminado por robar el corazón.
─Seguro ambos están bien por ahora, podrías quitar esa carita tan triste─ sugirió el héroe hundiendo su cuello en el hombro perfumado de la chica. Ella inclinó su rostro intentando mirarle y sonrió sincera.
─Se siente extraño todo esto, que te quedaras conmigo cuando todos pensaron que yo era la mala, y que me hagas sentir de este modo tan...cálido─ suspiró─ Yo no quería lastimarlos en un principio, ni nunca, pero me pesaba que mi mejor amigo estuviera sufriendo de ese modo, con un amor que pareciera no correspondido.
─Bueno, no te mortifiques por ello, sé que las palabras de ambos fueron terribles, pero al final no importan, la única opinión que te debe importar es la tuya, queen.
─Sabes que no soy más Queen Bee─ recordó removiéndose por el aliento del chico sobre su piel.
─Lo serás nuevamente, pero no me importa en realidad si tienes o no el miraculous, para mí siempre serás una reina. Mi melodía favorita a partir de ahora.─ La rubia sonrió cediendo un corto beso en los labios del músico para luego unir sus frentes en un tranquilo reposo que era orquestado por el sonido de los grillos nocturnos.─Hemos tenido a la luna de este modo antes, y estoy seguro de que quiero pasar todas las necesarias a tu lado, y que me tomes de la mano, no porque sea tu dueño─ suspiró apresándole para sintiera el ritmo errático de su corazón─ sino porque te conozco bien.
Sellaron aquella promesa con un nuevo beso, uno que capturó los sueños del otro como entre las hojas de un libro con alto gramaje, y vibró el ambiente como las cuerdas de su guitarra al ser tentadas, entonces Chloé comprendió que lo había encontrado, a su verdadero amor, aquel que no se quedaría sólo en hermandad forzada, ahora era él y se sentía feliz, porque lo conocía bien.
Arte:bgony.tumblr.com
FIN
Obra iniciada: Febrero 16 de 2019
Obra finalizada : Octubre 20 de 2019
Los dejo con esta bonita reflexión: Si la vida te da limones, manda a chingar a su madre a quien no te aporte nada positivo. Amén.
jjaj okno.
Pues bueno, terminé esta bonita historia de casi 9 meses, uff, como mi bebé y me siento tranquila ahora. Sí, muchas cosas cambiaron en la serie las últimas semanas, pero qué importa, estos son fanfics!! jaajaj
En fin, espero les haya gustado y que la vida les de muchos limones jajajaa
Hay que aprender a ser pacientes y eso lo vivieron aquí.
Nada más por decir, VIVA EL LUKLOÉ Y QUE SEA CANON!!!
Esperen por más de esta parejita en mi perfil, les prometo que será pronto. En tanto podrían leerse mis otras historias jaja.
Bye, bye y nos leemos a la próxima<3
ALGÚN DÍA ARREGLARÉ LOS ERRORES JASJA
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