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PROLOGUE.
"TAKE THE BATON"
"TOMA LA BATUTA"
2 YEARS AGO
WASHINGTON DC
—MAMÁ, ¿PODRÍAS CONTARME AQUELLA HISTORIA una vez más? Por favor.
La voz suplicante de su pequeña hija; su primogénita, captó su atención, haciendo que con una sonrisa se girara del mueble donde estaba guardando insumos de aseo para caminar hacia ella que aguardaba con las piernas cruzadas sobre su cama y sus pequeños dedos recorrían las costuras de su suéter.
—Te gusta mucho ¿Eh? —le habló limpiando sus manos en su pantalón.
Asintió—Es mi favorita.
Erin Whitlock soltó una suave risa para posteriormente tomar asiento junto a su niña castaña de ojos brillantes, que suplicaban oír aquel tan adorado relato que su madre había guardado sobre el origen de una canción que se tocó un domingo en la Iglesia. Pero más allá de ser una melodía religiosa, la vivencia que el escritor tuvo y que lo motivó a escribir aquella letra era algo mucho más especial.
—De acuerdo —dio golpecitos en el colchón para que ella se acercara, cosa que hizo—. Un hermoso día de primavera, sentado junto a la ventana abierta, Charles Weasley tuvo una experiencia extraña de consecuencias extraordinarias. Disfrutaba de la belleza y fragancia del jardín más abajo con el fin de liberar la ansiedad que lo perseguía desde los últimos días, respirando la frescura de una linda mañana.
La mayor hizo una pausa para tomar una profunda y dramática respiración como si buscara imitar el gesto que el personaje del relato había hecho. Aquello le sacó una risita a la joven.
—Pero de repente, un pequeño gorrión estaba siendo perseguido cruelmente por un halcón —hizo una expresión de sorpresa—, viendo no otro final que su inminente muerte. Entonces, justo en ese momento, cuando Wesley pensó que el final de la víctima era obvio, el gorrión desesperado voló hacia él y se introdujo en los pliegues de su abrigo, donde estaría a salvo.
Nuevamente volvió a simular aquella escena abriendo los laterales de su chaleco para envolver a su hija que aumentó sus risas.
Se separaron—Charles se maravilló tanto de aquel tan simple pero significativo hecho que terminó escribiendo una canción. La letra de aquel escrito plasmaba perfectamente como alguien desesperado acude a buscar ayuda en quien se va a sentir seguro. Así como para el gorrión fue el cálido abrigo del hombre, para las personas aquel refugio puede ser Dios, una organización, un trabajo...O una nación —con su dedo índice tocó la nariz de la menor por un breve segundo—. Pero también...
—¡Una persona! —completó ella la frase que ya conocía para luego abalanzarse a abrazar a su madre con efusividad. Ella la recibió con mucho gusto escondiéndola en sus ropajes tal y como el pequeño pájaro lo había hecho en los del personaje de la historia.
A veces la vida se resumía en momentos tan simples y hogareños como ese que la sociedad ajetreada no se daba cuenta. Los Whitlock, en cambio, sí lo hacían, y los aprovechaban como si fuera el último.
—Te amo mamá —susurró la jovencita con los ojos cerrados, disfrutando de la afectuosidad que le daba el estar recostada en el pecho de su progenitora.
—Y yo a ti Odessa —besó su cabeza—, y yo a ti...Te amo por siempre...
—Y feliz —agregó ella completando la expresión especial que ambas tenían sólo para ellas y que siempre usaban cuando querían decirse lo mucho que se querían.
—Odessa...
En los brazos de su madre se sentía segura, tal y como aquel avecilla en peligro de su historia preferida.
—Odessa...
Ella se sentía segura de esa manera, y en el futuro quería hacer sentir a la gente así.
—Odessa.
El claro eco de su nombre resonando detrás de la puerta fue la aguja que reventó su burbuja personal que la transportó a un recuerdo del pasado. Miró a su alrededor y se dio cuenta que no estaba en su cuarto de niña con su madre, sino en uno mucho más grande y con apariencia de una persona adulta.
La fantasía había terminado y ya debía volver al mundo real.
—Pase —habló ella luego de unos segundos poniéndose un arete frente al espejo.
Escuchó la puerta abriese y luego cerrarse y por el reflejo del objeto frente a ella pudo ver de quién se trataba. Una sonrisa se dibujó en su rostro para luego girarse hacia él.
—Jack...
El aludido se quedó estático unos segundos mirándola. Estaba tan anonadado que no pudo emitir palabra por los primeros segundos.
—Hermana... —comenzó a acercarse—. Te vez fabulosa.
Ella se encogió de hombros—Creo que haber pasado dos horas eligiendo un vestido valió la pena.
Los hermanos Whitlock soltaron una leve risa juntos para posteriormente fundirse en un cálido y sincero abrazo que parecía disipar cualquier miedo existente.
Desde que Frederick y Erin Whitlock habían muerto hace diez años, Odessa y Jack se convirtieron en todo lo que el otro tenía. Habían sido tiempos muy difíciles a raíz de una muerte bastante trágica que los unieron mucho más de lo que ya antes eran. Se habían acompañado uno al otro siempre y se prometieron hacerlo hasta el final.
—Dios, estoy temblando —comentó la mayor separándose de él.
—Pues lo controlas muy bien, yo parecería gelatina —volvieron a reír.
En eso, sintieron como la puerta del cuarto era golpeada levemente y con la voz de la mayor de los Whitlock de forma afirmativa esta se abrió dejando ver a una mujer de cabello castaño.
—Señorita Whitlock...El transporte llegó —anunció.
La información sacudió a la mujer en su interior sabiendo lo que aquello significaba. Miró a su hermano buscando seguridad en sus ojos y este la reconfortó.
—Vamos de inmediato —respondió luego de un rato.
La mujer desapareció dejando a los hermanos solos por un segundos. En silencio ambos se observaron como si con aquello se dijeran todo lo que había que decir en un momento tan importante como aquel.
—Es hora de irnos —habló Jack—, futura presidenta.
El término llegó a sus oídos causando que una sonrisa de oreja a oreja coloreara su rostro con una alegría genuina.
Hoy era el día.
Asintió y tomó todas sus cosas como su abrigo y bolso para luego salir de la habitación siendo seguida por dos hombres del equipo de seguridad y por su puesto, su hermano.
—¿Crees que haya mucha gente? —cuestionó Jack de repente—. Lugares tan llenos me estresan.
Ella rió—Habrá mucha gente, es el evento más importante del año —hizo una pequeña mueca—. Y ya deja de usar tu acento británico, vamos a un cambio de mando en Estados Unidos —remarcó.
—Lo siento —sonrió volviendo am acento norteamericano—. En parte es tu culpa; tú me enviaste a un internado en Reino Unido.
Volvió a soltar una corta risa mientras bajaban las escaleras—Oh no. Número uno —levantó su dedo—, tú querías ir y yo lo pagué. Número dos, no era un internado sino una universidad. Y número tres...Una vez que saliste tú quisiste quedarte ahí para buscar trabajo.
—Se me olvida que eres abogada y que tienes argumentos para todo —comentó fingiendo un tono de derrota.
Su charla terminó cuando ambos salieron de la mansión Whitlock y se subieron a la camioneta blindada que los llevaría a su tan adorado destino: el Capitolio.
Odessa siempre había sido una persona con el deseo ferviente de ayudar a los que necesitaban. Como abogada ayudó a muchas personas a recibir la justicia que merecían. Homicidios, feminicidios, violaciones, robos, estafas masivas y cuantos otros casos que llevan el apellido Whitlock sellado en en el sobre de caso finalizado.
Pero una serie de hechos llegaron como una fila con fichas de dominó a sacudir poco a poco su vida, haciéndola reforzar aquella perspectiva que tenía sobre el resto del mundo a parte de ella; moviéndola a tomar mucha más acción que antes.
A raíz de eso creó campañas de ayuda más extensas en los lugares más recónditos y marginales del país. Eventos masivos, colectas solidarias y cuantos otros proyectos que llenaban su corazón de orgullo y alegría de ver como muchos ciudadanos mejoraban su calidad de vida.
No obstante, cuando luego del chasquido de Thanos el presidente Joe Biden decide que es momento de dejar la Casa Blanca para iniciar un nuevo proceso electoral, Whitlock no desaprovecha la oportunidad.
Apoyada por su familia, su partido político, millones de ciudadanos y parte de los medios de comunicación, ella sacó su campaña presidencial siendo una de las pocas mujeres en la historia de aquel país en llegar a tan gran paso.
Y cuando el resultado sacudió a América y a toda una generación, Odessa hizo historia al triunfar con un diez por ciento de diferencia contra su contrincante masculino ganándose el asiento más prestigiado de todos en la Oficina Oval. Siendo la primera mujer de la lista en todos los años de existencia.
Ahora el día de cambio de mando había llegado. El transporte los condujo al Capitolio en donde la importante ceremonia se llevaría a cabo en frente de millones de personas tanto presenciales como de manera virtual.
Odessa no era de esas personas que tenía pánico de hablar en público o de tener todos los ojos sobre ella; al contrario, se sentía muy cómoda con aquello. Sin embargo, no se trataba de algo menor; estaba por recibir la batuta que dirigiría a América por los siguientes cuatro años.
—¿Te parece si vamos al bar de Charles después de la ceremonia?
La sarcástica voz de su hermano junto a ella la sacó de sus pensamientos y cambió su vista de la ventana hacia él.
—¿Es en serio?
Se encogió de hombros—Serás la jefa; puedes hacer lo que quieras.
Soltó una risa seca—Las cosas no funcionan así hermano —lo empujó levemente—. Pero...Si algún día llegas con una caja de McDonald's a la Oficina Oval no me enojo.
Los Whitlock rieron.
Cuando el trayecto terminó y los vehículos estacionaron frente a la gran estructura el corazón de la castaña latió con más fuerza. No podía creer que el momento ya había llegado y que aquel esplendoroso edificio ya estaba frente a ella.
Y de sólo pensar en qué la Casa Blanca sería un nuevo hogar temblaba aún más.
Uno de los guardias le abrió la puerta para posteriormente ayudarle a bajar. La prensa enloqueció metros más atrás al ver a la futura mandataria llegar al lugar y Odessa se dio unos segundos para girarse a ellos y mover su mano.
Junto a Jack subieron las escalinatas que daban a la entrada del lugar y fueron bien recibidos por el presidente actual y su esposa.
—Señorita Whitlock.
—Presidente Biden —se estrecharon las manos—. Es un gusto estar aquí.
—Y a nosotros nos alegra que lo esté —sonrió—. Nos alegra que sea usted la que tome mi lugar.
La sonrisa no se pudo retener—Muchas gracias.
Luego se acercó para saludar a la Primera Dama y cuando se separaron esta la tomó por los hombros para decirle:
—Gracias...Gracias por hacer historia para todas nosotras.
El interior de Odessa se sintió eternamente agradecido por aquel halago. Sabía perfectamente que detrás de ella y su hazaña habían millones de mujeres en el país y el mundo que se sentían muy orgullosas.
Posteriormente los Whitlock y los Biden se giraron para ser fotografiados. No había hombre junto a Odessa mas que su hermano, ya que la última relación de la mujer había terminado un año atrás en un estorboso divorcio. La verdad era que Whitlock no podía encontrar a alguien que le siguiera el paso y tuviera sus mismas convicciones; así que lo mejor era estar sola.
Las fotografías finalizaron y em momento se dar inicio a la ceremonia había llegado.
Todo pasó tan rápido que la castaña casi no se dio cuenta de cómo de un momento a otro los discursos habían finalizado y ella ya estaba siendo llamada al podio principal para iniciar su juramento.
La mano le tembló cuando tuvo que ponerla sobre una Biblia y levantar la otra tan firme como mástil de bandera. Pero allí estuvo, sin mostrar debilidad alguna; sólo honor y orgullo.
En frente de millones de personas ella alzó en firme voz la tan conocida frase: Juro solemnemente que ejerceré fielmente el cargo de presidenta de los Estados Unidos y que, hasta el límite de mis capacidades, preservaré, protegeré y defenderé la Constitución de Estados Unidos, como un sello que reafirmaba su nueva e importante labor.
Los aplausos abundaron hasta más no poder cuando finalmente Odessa había sido proclamada presidenta. Un hito en la historia norteamericana había sido marcado con la tinta del latente corazón de Whitlock.
Después de los fuegos artificiales y que Katy Perry entonara Firework y posteriormente Taylor Swift hiciera lo mismo con Only The Young, —esta a petición de Odessa ya que era significativa para ella por el hecho de convertirse en la presidenta más joven de la historia en ese país— el momento del discurso presidencial había llegado.
Cada una de las palabras de la mujer llegaron al corazón de todos los presentes y ciudadanos. Ella hablaba con la verdad y nada más que la verdad, haciendo que la confianza del pueblo siguiera en sus manos. Les animó y les aseguró que haría todo lo posible para ser la líder que ellos merecían.
El inicio de su carrera estaba siendo perfecto y una de sus últimas frases había sido la favorita de la ceremonia:
—Vivimos en una sociedad inmersa en el caos, eso nadie lo puede negar. El ser humano está más enfocado en su propio bienestar que la persona que sufre a su lado termina siendo un simple estorbo. Nos hemos vuelto egoístas, orgullosos y narcisistas en lo que conlleva nuestra labor de ciudadanos. Estando nosotros bien la situación marcha sin ningún problema...Pero yo creo que es momento de cambiar esa mentalidad.
Aquello se ganó unos aplausos.
—Nadie aquí es superior que el otro; todos somos absolutamente iguales sin importar los cargos que podamos portar o el dinero que podamos tener. Quiero que juntos formemos el país que todos queremos. Una América más justa, más sincera, más transparente, más solidaria y más firme...Que la base sólida de nuestra nación seamos nosotros mismos...Porque un país se construye con su gente; y esa gente debe estar dispuesta.
La ovación aumentó.
—Qué Dios bendiga a todos...¡Qué Dios bendiga a los Estados Unidos de América!
El legado Whitlock había dado inicio.
Pero con ello...También la oposición; la vil y desalmada oposición.
hola denle amor a esta fic.
quiero decir, hOLAA AAAAA COMO QUE?? ESTO??? YA??? EMPEZÓ???
SE LOS JURO, ESTOY KWKFJEJFID DE LA EMOCIÓN PORQUE SE VIENE ASOMBROSO.
qué les pareció el prólogo? les juro que cuando escribí el discurso de Odessa fue como escribir el mío ahq JAJAJAJ honestamente me encantó hacerlo
espero les esté gustando bebés y les agradezco todo su apoyo 🥺 ustedes >>>>>>>
voten y comenten que me alegran la vida y así les traigo el primer capítulo prontito uwu <3
LES AMOOOO, tengan un lindo día ♡
nat
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