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CHAPTER FOUR

"A PLACE TO HIDE"

"UN LUGAR PARA ESCONDERSE"

EL SONIDO DEL MOTOR A LO LARGO DE LA CARRETERA NUEVAMENTE se convirtió en el único sonido que los acompañaba en su viaje. La corta charla que tuvieron antes de partir no los hizo sentir mejor y mucho menos la incertidumbre de cuál sería su próximo paradero. ¿Cómo y dónde rayos vas a ocultar a la mujer más importante de una nación que además todo el mundo está buscando tanto como para ayudar pero sobre todo para asesinar?

Bueno, al parecer Steve sabía como.

Odessa sólo alcanzó a preguntar dos veces más a dónde se dirigían, ya que el Capitán se había negado a decirle hasta que estuvieran ahí. ¿Eso le generaba más confianza? Definitivamente no. A cada segundo que pasaba la presidenta sentía que no podía confiar en aquel hombre y por un instante pensó que sí se la llevaría para entregarla con los terroristas que la querían. No obstante, sólo le quedaba esperar y averiguar cuáles eran sus verdaderas intenciones.

¿Estaba realmente con ella o estaba en su contra?

Después de intentar sacarle otra palabra al Primer Vengador ella se rindió y se limitó a observar el paisaje por la ventana mientras la noche caía sobre ellos inminentemente. Whitlock no podía reconocer al cien por ciento la carretera y lo que veía a su alrededor así que mucho menos pudo deducir a donde la estaba llevando el hombre; se sentía un poco asustada.

No obstante, la mayoría de sus dudas se esfumaron cuando a lo lejos se comenzó a ver un enorme cartel dando la bienvenida a una ciudad a la que estaban a punto de ingresar.

La presidenta frunció el ceño y leyó—¿Ellicot City?

El hombre conduciendo soltó un largo suspiro y se dio el lujo de que esperara por su respuesta.

—Tengo un conocido que quizás nos pueda ayudar por el momento —contestó luego de unos segundos.

—¿Un conocido? —el anuncio no la hizo sentir nada bueno—. Usted mismo me dijo que cualquiera que se uniera a nosotros nos pondría en peligro ¿No es algo hipócrita? Sin ofender —extendió las palmas de sus manos.

Suspiró—No lo voy a involucrar del todo. Sólo...Iré a cobrar un favor que me debe sin decirle las razones. Es lo único que tenemos.

La mujer seguía manteniendo si expresión de confusión—No entiendo que está haciendo.

—Tratando de mantenerla con vida —rebatió—. No tenemos muchas opciones así que nos queda ajustarnos a esto.

Aún sin saber qué rayos sucedía la mujer nuevamente dejó caer su cuerpo en el asiento y nuevamente el sentimiento de temor la invadió e inconscientemente comenzó a temblar. Sin embargo, fue lo suficientemente astuta como para hacer que aquello pasara desapercibido ante la presencia de Rogers.

Poco a poco el paisaje de la pequeña ciudad se alzó ante sus ojos. Era de noche y las luces de algunos letreros de algunas tiendas brillaron para la vista. Se veían algunas personas en las calles disfrutando de un trago, una cena o una salida con amigos. No obstante, y para su suerte, no eran muchas.

—Eche su asiento hacia atrás, completamente —ordenó el rubio y ella hizo caso a la acción con temblorosos dedos—, alguien podría verla.

—¿Qué hay de usted? También podrían verlo —replicó mirando el techo de tela gris del vehículo, lo cual era su nueva vista debido a la posición de su asiento.

—Mi rostro es menos conocido que el suyo.

Soltó una risa seca—Sí, seguramente. Lo dice el Vengador.

—Bueno, en todo caso es menos sospechoso que vean al Capitán América por aquí que a la presidenta ¿No es así? —rebatió.

Ella guardó silencio y juntó sus manos sobre su pecho limitándose a guardar silencio. Sus ojos ahora se fueron al ángulo de visión que tenía del rostro de Steve. Su tenso perfil se mostró ante ella perfilado a la perfección pero notoriamente estresado a raíz de la situación en la que estaban. Odessa se sentía mal al pensar que había metido a una persona inocente en todo el caos que la estaba persiguiendo.

Cualquier cosa que pasara de ahora en adelante sería su culpa y solamente su culpa.

Y para colmo aún no sabía porqué le estaba pasando todo aquello. Aún estaba llena de infinitas dudas que al parecer la perseguirían por muchas noches seguidas.

Después de un par de minutos de recorrido el vehículo se detuvo en un lugar que la mandataria no pudo ver. Ella se quiso poner de pie para mirar pero el brazo del Capitán hacia su anatomía la detuvo.

—No, quédese ahí, aún hay gente que la puede ver.

—¿Dónde estamos? —inquirió regresando a su posición y más nerviosa que nunca.

—En lo que por ahora podría ser un escondite —ella abrió los ojos cómo platos—. Manténgase ahí hasta que yo llegue, por favor...Es lo único que le pido.

La pelinegra sólo suspiró cansada como respuesta y posteriormente vio al hombre salir del auto.

—¿Va a tardar mucho? —alzó rápidamente a voz antes de que se fuera.

Él asomó la cabeza por la puerta—Espero que no, pero no se angustie, estaré cerca y alerta.

Ella sólo asintió y lo vio irse definitivamente, escuchando como el sonido de la puerta cerrándose marcaba el silencio y la soledad que ahora tenía para ella sola. Se sintió levemente aterroriza por imaginar las infinitas posibilidades de lo que podía pasar en el espacio de tiempo en que el Capitán no estaba. ¿Y si alguien la vio y ya venía a buscarla? ¿Y si ya se comenzaban a pasar la voz? Tenía tantas pero tantas dudas que sentía que le iba a explotar la cabeza.

Sin embargo, Steve confiaba en que su plan daría resultado.

El Vengador ingresó a algo similar a una casa que en realidad era una oficina de recepción. Agradeció al cielo de que no había nadie más que la persona que atendía el lugar ya que esto le dio más confianza para hablar de aquel delicado tema.

Con sus ojos examinó la estancia esperando ver la cara conocida que estaba buscando. Pero cuando el trabajador de aquel área se dio cuenta de que alguien había ingresado levantó la vista de lo que estaba haciendo en la mesa de recepción y habló:

—Buenas noches, ¿Hay algo en lo que le pueda...?

Rogers se mantuvo estático en su posición dejando que el chico lo analizara de pies a cabeza hasta que pudiera reconocerlo completamente.

Al hacerlo una sonrisa apareció en su boca—¡Hola! ¡Steve!

El chico no pasaba los veinticinco, no era muy alto, era castaño con un cabello muy desordenado y una evidente excéntrica personalidad.

Cuando ambos hombres se encontraron se saludaron con un corto pero cálido abrazo, como de dos conocidos que no se veían hace tiempo...Aunque exactamente eso eran.

—Dave —se separaron—, ha pasado tiempo.

—Pues sí, pero yo no me he olvidado de la última vez que nos vimos —sonrió apuntando la pared detrás de él—. ¿Ves? Sigo teniendo enmarcada la bala que atrapaste por mí.

El hombre frunció el ceño un poco extrañado por el gesto pero confirmó aquel hecho observando como en una pequeña vitrina de vidrio había una pequeña bala un poco aplastada y sucia.

Bueno, efectivamente ese era el favor que Rogers iba a ir a cobrar.

Hace un par de años fue asignado a una misión con Romanoff y Barton en los alrededores de Maryland. Un grupo de rebeldes se había tomado ciudades como Ellicot City reclamándolas como suyas. Tomaron rehenes para que sus peticiones fueran oídas pero los Vengadores lograron detenerlos. Entre todas esas personas secuestradas estaba Dave Douglas; un pequeño empresario que había sido secuestrado con su familia. Steve le salvó la vida a él y a los suyos poniendo su escudo entre ellos y una bala.

Quizás para el Primer Vengador sólo había sido algo típico de su trabajo, pero para el joven había sido el mejor momento de toda su vida.

—Vaya...Es un lindo gesto —tardó el reaccionar el mayor.

—Sí no fuera por ti estaría cinco metros bajo tierra —rió—, no habría ampliado este lugar y no me habría casado —enseñó una sortija en su dedo mientras reía—. Siempre te deberé una, amigo.

Perfecto, aquel fue el momento ideal para que Rogers soltara la bomba.

—Sí...Hablando de eso mismo... —el chico había comenzado a caminar de vuelta a su escritorio para el oír esas palabras se detuvo y se volteó—. Creo que necesito cobrar ese favor ahora.

El castaño abrió los ojos cómo platos pero se acercó para ponerle atención.

—Claro, dime, lo que sea por el hombre que me salvó la vida.

Tomó aire—Escucha, estoy en una especie de misión secreta y necesito un lugar para esconderme por el momento. Pensaba que quizás podría ser en alguna de tus cabañas pero si no quieres tomar el riesgo...

—Sí, sí quiero, sí quiero —lo detuvo inmediatamente emocionado—. Seré parte de una misión de los Vengadores... —se susurró a sí mismo con emoción.

—No, no —lo tomó por los hombros; el chico tenía mucha energía cargada con él—, no puedo involucrarte oficialmente en esto ya que es muy peligroso...Además nadie se puede enterar.

—¿Y...Extraoficialmente? —insistió—. Puedo ser tus ojos y oídos en el exterior, proveerte de lo que necesites, sólo déjame ser parte del equipo.

El rubio suspiró cansado sabiendo dos cosas: Que no tenía que espantarlo o hacerlo enfadar para conseguir lo que necesitaba y que hacerlo cambiar de parecer sería bastante difícil.

—Bien —él celebró—, pero es extraoficial —obviamente eso no era del todo cierto ya que la misión no involucraba a los Vengadores, sólo a él y a la presidenta fugitiva, así que no había mucho protocolo que digamos.

—Sí, sí, sí, yo lo entiendo.

—Pero Dave —lo volvió a tomar por los hombros con firmeza— tienes que jurarme que no le dirás a absolutamente nadie sobre esto. No puedes decir que me viste, que te pedí un favor o nada parecido...Es como si estuviéramos fingiendo que yo jamás vine y que jamás nos vimos.

—Lo juro, no le diré a nadie —alzó una de sus manos.

—Ni siquiera a tus padres o a tu esposo —frunció el ceño ante la implicación.

El aludido apretó los labios dudando un poco de su lealtad hasta ese punto pero el hecho de ser parte de una misión del Capitán América valía la pena.

—De acuerdo, mi boca está sellada —llevó sus dedos a su boca como si estuviera imitando un cierre.

Posteriormente el chico giró sobre sus talones hasta la mesa de recepción bajo la atenta mirada del rubio. Segundos después regresó con un llavero tintineante que le extendió a él.

—La número cinco es toda tuya, además es la más alejada de la entrada —le guiñó un ojo.

Suspiró aliviado—Gracias Dave...Ahora tú me salvaste la vida a mí.

Sonrió emocionado—Por el Capitán América haría cualquier cosa —imitó la seña de un soldado.

El Vengador sonrió y el extendió los agradecimientos finales para luego despedirse de él y regresar al vehículo lo más rápido posible, esperando que la presidenta siguiera ahí y que no se la hubieran raptado o hubiera escapado.

Hablando de ella, la mandataria sintió que le regresaba el alma al cuerpo cuando vio al hombre ingresar al vehículo nuevamente.

—Gracias al cielo, ahí está —se llevó una mano a la frente—. Por un segundo creí que no volvería, dijo que no tardaría mucho.

—Lo siento —encendió el vehículo—, pero estaba tratando de conseguir algo.

—¿Qué?

Comenzó a conducir—Un lugar para escondernos.

Avanzaron en el vehículo unos metros más adelante y llegaron a una pequeña cabaña de madera color oscuro. No era el mayor lujo o algo de 5 estrellas, pero al menos serviría para ocultarse mientras ideaban algún plan de acción.

—Tome —le habló Steve a la mujer que aún seguía analizando el lugar con curiosidad desde su asiento—, cúbrase con esto, en caso de que haya alguien que pudiera verle el rostro.

El hombre se quitó su chaqueta y se la extendió a la mujer, la cuál aún un poco consternada con la situación obedeció lo pedido.

Ambos bajaron del vehículo mirando a todos lados. El rubio no tardó en llegar hacia ella poniéndose a sus espaldas como uno de los tantos guardaespaldas que tenía en la Casa Blanca.

Los tablones de madera de la entrada resonaron ante sus pisadas una vez que estuvieron frente a la puerta. La suave brisa nocturna y el crujir de las ramas de los árboles a su alrededor los acompañó en el silencio al que posteriormente se incorporó el tintineo de las llaves en la chapa de la puerta. No se veía ni una sola alma en el perímetro y eso era bueno, aunque también los asustaba.

Un clic se oyó y finalmente la puerta se abrió. El Capitán hizo que la mujer ingresara primero y él la sigue después, echando una rápida mirada al lugar esperando que nadie los viera.

Una vez dentro Steve encendió las luces dejando a la vista el interior de la cabaña. Era rústica, no muy grande pero de cierta manera se veía acogedora. El olor a madera acarició sus fosas nasales en combinación a las flores silvestres que estaban puestas en un jarrón.

—Vaya... —habló la pelinegra caminado y observando el lugar—. Es...Pequeño.

Rogers soltó una risa nasal para nada extrañado con el comentario de Odessa. Ella era la presidenta, vivía en lujos y comodidades, era normal que un espacio reducido captara un poco su atención.

—Pequeño pero funcional, es sólo un escondite. 

—¿Cómo consiguió esto? —cuestionó mientras se adentraba a mirar la cocina, siendo seguida atentamente por el rubio.

—Mi conocido es dueño de estas cabañas y nos dejará quedarnos el tiempo que necesitemos —se encogió de hombros—. Me debía un favor y lo aproveché de cobrar. No soy...Fan de hacer eso pero no teníamos opción.

—Ya veo —ella comenzó a abrir los cajones de la cocina—. ¿Y podemos confiar en él?

—Sí, parece ingenuo pero no lo es, no le dirá a nadie sobre que estoy aquí ya que omití el hecho de que usted también lo está.

—Entiendo —su voz se perdió un poco cuando tomó un objeto que había encontrado de una cajonera—. Pero la pregunta es...¿Pero yo realmente confiar en usted?

De repente Steve se vio con las manos en alto cuando la presidenta de los Estados Unidos le apuntó con un cuchillo. Confesaba abiertamente que eso lo había tomado por sorpresa, y una no muy grata.

—¿Qué está haciendo?

—Escuche, agradezco que me haya sacado de la Casa Blanca pero, a pesar de que sea un Vengador, aún siento que no puedo confiar en usted completamente.

—¿Por qué?

—Porque se ha negado a responder mis preguntas durante todo el viaje. Hace todo esto mucho más misterioso de lo que ya es y honestamente ya no sé para qué bando está jugando.

—Y por eso me está amenazando con un cuchillo.

—Podría decirse.

—Es un cuchillo de mantequilla.

A mujer observó el utensilio en su mano y gruñó al confirmar aquello por la escasez de filo que el objeto tenía.

—Igualmente pudo sacarle un ojo con él —el rubio alzó las cejas—. ¿Cómo sé que realmente me trajo porque quiere ayudarme y no porque me entregará con los que me buscan...O peor?

—¿Realmente exponer mi vida desinteresadamente por protegerla no cuenta? —ella acercó el cuchillo—. Bien.

—Todo el mundo me está buscando allá afuera ¿Cómo sé que usted no es uno de ellos también? No puedo confiar en nadie —su voz se oyó desesperada.

—Lamento no poder darle las garantías que necesita...Lo único que le puedo ofrecer es que confíe en mí —con cuidado tomó la punta del cuchillo y comenzó a bajarlo—. Le prometo que estoy de su lado y que la ayudaré a salir de esto con vida.

Negó—No puedo confiar...No hay nada seguro para mí ahora.

—Escuche, le prometo que le probaré mi confianza...Pero no ahora mientras me apunta con un cuchillo de mantequilla a mitad de la noche —ella bufó y dejó el objeto en la mesa—. Alguien la está buscando pero no soy yo o mis amigos...Sin embargo, encontraremos quien es y lo detendremos.

—¿Cómo está tan seguro de eso?

—Porque es mi trabajo —suspiró—. Bien, es muy tarde así que le sugiero que vaya a descansar. Puede tomar la habitación más grande.

—Pero...

—Que descanse. Si necesita cualquier cosa o si sucede algo no dude en buscarme.

—¿Así nada más? ¿En serio? —alzó los brazos.

—Sí —se volteó mientras caminaba—, así es la vida de un fugitivo.

Odessa se quedó estática y con la boca abierta mientras veía al hombre desaparecer de su vista. Se sintió levemente ofendida ante la poca importancia que el hombre le daba a su persona —a su parecer—, y obligadamente sólo se limitó a apagar las luces e irse al cuarto mencionado.

Porque Steve tenía razón, así era la vida de un fugitivo y la de ella recién había comenzado.















































































HEYYYY ESTAMOS DE VUELTAAA AAAAA. cómo andan????

tenía muchas ganas de actualizar esta joya y finalmente pude. ESTO ESTÁ COMENZANDOOOO.

qué les pareció? qué opinamos de Dave? del escondite? cuál fue su parte favorita? los leoooo<3

en fin, les juro que estoy tratando de poner todo de mí para actualizar seguido, pero mis clases infinitas me lo ponen difícil jsjs pero bueno, estamos tratando de hacer lo mejoooor

70 votos para actualización ✨

con esto le despido gente!! nos vemos!

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