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CHAPTER ONE

"HISTORICAL DAY"

"DÍA HISTÓRICO"

2 YEARS LATER. PRESENT DAY
WASHINGTON DC

LAS LABORES COMO LA LÍDER DE AQUELLA nación no habían sido livianas; eso cualquiera lo podía decir. Tuvo que cumplir todo lo que había prometido en su programa de gobierno y así lo estaba haciendo. Eran pasos lentos debido a la espera de la ratificación de distintos proyectos, pero en lo que llevaba de sus primeros dos años todo iba en perfecta marcha.

La aprobación estaba de su lado y su equipo de trabajo era brillante. Su nombre se estaba alzando en los lugares más recónditos del planeta como una de las mandatarias mejores evaluadas del momento.

Y hoy un gran paso se daría en cuanto a las fuerzas militares.

Durante un par de meses había existido tensión entre Estados Unidos, Corea del Norte y Corea del Sur por problemas de soberanía territorial. El país norteamericano, por su parte, había jugado el papel de mediador al inicio pero terminó apoyando en cierto porcentaje a Corea del Norte. Un par de conflictos armados ocurrieron y el resto de las semanas se mantuvieron alerta en caso de que otra vez necesitaran atacar.

La situación tenía a las fronteras y a los habitantes bastante preocupados. Fue por eso que Odessa le propuso a los regentes de las otras naciones involucradas firmar un armisticio —suspensión de hostilidades pactada entre los participantes de un conflicto— el cual serviría para bajar las armas y tener paz por el momento.

Whitlock sabía que no se trataba de una guerra como tal y que por ende no sería tan complicado conseguirlo. Pero por otro lado, sabía que llegar de inmediato a la firma de un Tratado de Paz con aquellos países tan complicados sería bastante difícil, fue por eso que eligió primero ir por un armisticio para, en un esperanzado futuro, tener concretado el Tratado de Paz.

No halló mejor fecha que el anhelado 4 de Julio para llevar a cabo tan aliviador acontecimiento. Su país celebraba su Independencia y ahora también festejaría la paz armada con Oriente.

Lo único malo de todo el asunto fue que el líder de Corea del Norte se había negado a asistir, y obviamente, a firmar. Al contrario de Corea del Sur que estuvo maravillado con la idea y aceptó viajar de inmediato al país estadounidense a la firma de aquel acuerdo.

No les afectaba del todo la ausencia de la otra nación, ya que teniendo ambas contrapartes para rubricar era suficiente para parar las agresiones y concretar el armisticio.

Primero se anunciaría el acontecimiento en una ceremonia en la Casa Blanca para que luego los invitados se despacharan a la Oficina Oval con el objetivo de signar los deseados papeles. Habrían algunos invitados especiales, presentaciones y por supuesto, la entonación ferviente de su himno nacional en conmemoración de su patriótico día.

Todo debía salir bien.

—¿Cuánto para que Hyum Gihm y su gente lleguen?

Los marcados pasos de la presidenta, su equipo de confianza y su cuerpo de seguridad avanzaban firmemente por el edificio.

—Veinte minutos aproximadamente —respondió Olivia García; su secretaria y amiga—. La ceremonia iniciará media hora después de eso así que aún tiene tiempo de prepararse.

—Entiendo —asintió—. Esto no debería ponerme nerviosa pero confieso que me tiembla la mano —alzó dicha parte de su cuerpo para mostrar aquel movimiento.

—Todo saldrá bien —dijo Jack a su lado—. Estás haciendo historia y todos lo agradecerán. No necesitamos más conflictos armados...Estás evitando una guerra.

—Sí, pero pareciera que Corea del Norte no lo entiende —murmuró por lo bajo ante la ausencia de dicha nación en la firma—. Quiero que alisten todo en la Oficina Oval. El armisticio, la cantidad de gente que va a entrar y algunos medios de prensa. No más de quince personas ¿Entendido?

—Sí señora.

—Yo iré a prepararme para la llegada. Nos reuniremos en la entrada para recibir al comando surcoreano —todos asintieron y comenzaron a repartirse. Odessa fue acompañada por Jack, Olivia y dos hombres de seguridad.

Mientras bajaban unas escaleras se dieron cuenta de que un grupo de niños —aparentemente de una escuela— daban un tour por el palacio y estaban detenidos frente a una pintura.

—...A pesar de no ser una pintura de millones de dólares, esta pieza de aquí es una de las más famosas del país —explicaba el guía—. Vemos reflejada la furia en la que un día nuestra ciudad se vio envuelta...

—Y el odio de los británicos después de derrotarnos.

Todo aquel grupo se volteó cuando escucharon una peculiar voz; la voz de su presidenta. La miraron asombrados y con mucha emoción cuando la vieron acercarse a ellos. Olivia y Jack, por su parte, sólo la miraron sonrientes y negando con la cabeza. La mujer amaba irrumpir en los paseos escolares para saludar.

—Eh...¿Cómo se dice niños? —habló la maestra luego de salir de su trance.

—Buenas tardes presidenta Whitlock —dijeron todos al unísono.

—Hola a todos —puso sus manos detrás de su espalda—. ¿Disfrutando el paseo?

—¡Sí! —exclamaron felices.

—Y por lo que veo están admirando una histórica pintura...¿Alguien me puede decir qué retrata esta obra?

Los pequeños se miraron un poco nerviosos cuando la mandataria les hizo una pregunta. Sin embargo, luego de unos segundos una chica levantó su mano.

—La quema de Washington, presidenta.

Ella sonrió—Correcto. Veo que están bien instruidos —se adelantó—. ¿Puedo? —preguntó al guía y este accedió gustoso—. El 24 de agosto de 1814, después de derrotar a los estadounidenses en la batalla de Bladensburg, una fuerza británica prendió fuego a varios edificios gubernamentales y militares —señaló la imagen—, incluida la Casa Blanca.

—En ese tiempo se llamaba Mansión Presidencial ¿Verdad? —cuestionó un niño castaño con la mano alzada.

—Así es —sonrió—. ¿Y saben? Fue un golpe humillante para un país que precisamente se había independizado de los británicos hacía casi cuatro décadas —se inclinó para quedar a su altura—. Pero...¿Saben qué fue lo mejor? Estados Unidos se recuperó.

La voz de la castaña con inspiración contando esa historia puso emocionantes expresiones en los rostros de los infantes.

—Apenas tres semanas después, los soldados defendieron el fuerte McHenry en Baltimore, una batalla que sirvió de inspiración para que Francis Scott Key compusiera el poema en que se basó nuestro himno nacional.

Notó como sus guardaespaldas insistían con la mirada en señal de que ya era tiempo de irse. Se reincorporó y comenzó a alejarse poco a poco.

—Lo sucedido aquel día y lo reflejado en la pintura no sólo debe ser algo trágico —continuó—, sino algo esperanzador. Es algo que nos alienta todos los días ya que sea cual sea la catástrofe que venga...América se levantará.

Una vez finalizado su discurso, este se ganó varios aplausos por los presentes.

—Gracias —sonrió—. Ahora si me disculpan, debo ir a una ceremonia.

El grupo escolar se despidió y batió sus manos en dirección a la regente, satisfechos por haber compartido un momento tan agradable con ella.

—Felicidades por el armisticio —le dijo la profesora.

—Gracias —se volteó para repetir—. Y feliz 4 cuatro de julio.

—¡Feliz 4 de julio!

Lo último que soltó Odessa antes de irse fue una suave y orgullosa risa. Posteriormente caminó junto a su equipo a su habitación con el propósito de alistarse para el importante evento.

—Me encanta cuando te detienes a hablar con los niños —dijo García una vez estuvieron solas mientras seguridad y Jack aguardaban afuera—, es como una pequeña clase de historia.

Rió—Bueno, dicen por ahí que el que no aprende su historia...Está obligado a repetirla.

Chasqueó la lengua—Buen punto.

Odessa había conocido a la enérgica Olivia García cuando ella llegó con su currículum en mano para aplicar al cargo de secretaria presidencial. Whitlock necesitaba una ayudante personal que estuviera en todos lados con ella; no era sencillo hacer el trabajo sola.

Por eso, cuando el perfecto reporte sin antecedentes y con múltiples dotes de la latina nacionalizada en América llamó la atención de la mandataria no dudó en elegirla. Posteriormente ella se convirtió en una persona muy cercana a ella; más que ser una ayudante, se convirtió en su única amiga.

—¡Perfecto! —Olivia alzó sus pulgares en afirmación cuando Whitlock se presentó frente a ella—. Ese vestido grita 4 de julio y armisticio histórico.

Volvió a reír mirando su vestido azul marino—Entonces se queda.

En eso, mientras el momento femenino ocurría y las encargadas de maquillarla la preparaban, una persona dio golpecitos en la puerta.

—Odessa —era su hermano—, los invitados están llegando.

Las mujeres se miraron al oír eso y Whitlock junto a García comenzaron su salida de la habitación.

El Salón Azul sería el área de recibimiento y algunas fotografías para posteriormente dirigirse a otro de los salones más amplios y externos en donde la ceremonia en sí se llevaría a cabo.

—Justo a tiempo —Leonard Dankworth; vocero de gobierno, llegó junto a ella mientras caminaba—, Patrick ya tenía ganas de dar inicio personalmente.

Soltó una risa sarcástica al oír lo que Patrick Barbrow tenía pensado hacer—Que sea el vicepresidente no le da ese derecho —una sonrisa coloreó su rostro cuando ingresó a la sala saludando—, ya que es mío.

El vocero sólo se limitó a reír ante el tan característico humor de la mandataria.

Los siguientes minutos se trataron sobre saludar a las distintas autoridades, personajes o activistas invitados. Una larga fila a la que Odessa tuvo que darles la mano para agradecerles por haberse presentado y mostrar respeto. Habían algunos conocidos, otros nuevos y otros que eran casi como amigos. No obstante, hubo uno que realmente no esperó que llegara, pero ahí estaba.

—Capitán Rogers —estrechó su mano con asombro.

Cuando los Vengadores recibieron una particular invitación de la Casa Blanca para asistir a la ceremonia de firma por el armisticio inmediatamente decidieron que Steve Rogers sería quien asistía en su representación.

"Tú eres el más patriota de todos nosotros" fue la respuesta que le dieron cuando él preguntó la razón. Ante eso no tuvo nada que objetar y sólo se presentó en Washington.

—Presidenta Whitlock —el rubio vestido elegantemente para la ocasión recibió el gesto—, es un honor.

—El honor es mío —sonrió cuando sus manos se separaron—. Me alegra que hayan accedido a venir...Bueno, a enviar un representante.

—Nosotros estamos agradecidos por la consideración.

—Son en parte participantes de la seguridad y protección de la nación —la mano de Leonard llegó a su espalda, indicando que debían continuar o se haría tarde—, era lo que debía hacer. Fue un gusto y disfrute la ceremonia.

—Gracias...Y felicitaciones por el armisticio —fue lo último que le dijo con una sonrisa de lado.

Cuando Whitlock se alejó de él recibió un susurro por parte de uno de sus guardias de seguridad diciendo:

—La comitiva surcoreana acaba de llegar.

Su corazón se aceleró.

Asintió después de unos segundos y con su grupo de siempre salieron brevemente del Salón Azul para dirigirse al Gran Vestíbulo; con el propósito de recibir a sus invitados más importantes.

—El águila en el vestíbulo; repito, el águila está en el vestíbulo —se comunicaban los guardias con respecto a la presidenta.

Llegando a la puerta principal una gran limusina color negro ya estaba estacionada frente a ellos. La puerta se abrió y el mandatario fue el primero en hacerse ver, siendo seguido por su gente de confianza.

—Hoy se hace historia Odessa —le susurró su hermano a su lado. Junto a ella como siempre.

—Claro que sí  —respondió sonriente.

El equipo extranjero subió las escalinatas para quedar frente a frente con los anfitriones del evento.

—Presidente Gihm —la mujer estrechó su mano—, bienvenido a Washington.

El hombre sonrió—Muchas gracias por la invitación...Y muchas gracias por idear este armisticio.

La sonrisa en el rostro de la mandataria se hizo más grande y el orgullo en su pecho parecía ya no poder caber. Sus proyectos estaban funcionando y por fin habría paz armada.

Era un gran paso.

Luego de tomarse unas fotografías en las afueras procedieron su ingreso al salón externo donde la ceremonia daría inicio. Los invitados anteriores tomaron asiento y más atrás habían otros espectadores junto a los medios de prensa listos para captar el momento histórico.

Todo fue transmitido de manera virtual con más de diez millones de ciudadanos conectados. Hubieron presentaciones artísticas, el himno nacional fue entonado con la guía de una estudiante de doce años, hubo un discurso del mandatario surcoreano y, por supuesto, las alentadoras y magníficas palabras de Odessa Whitlock.

Cuando el evento público terminó las autoridades más importantes tomaron curso hacia la Oficina Oval para llevar a cabo el hecho histórico; fueron seguidos por varios canales de noticias y los conocidos de la presidenta.

No más de quince personas tal y como la líder lo había dictaminado. Todos se encontraban en el despacho presidencial con el corazón latiendo a más no poder.

Los anhelados papeles fueron puestos en el escritorio con los dos presidentes listos para firmar.

El primero fue Ghim que con una sonrisa de oreja a oreja ejecutó aquella acción que fue captada por todos los presentes. Posteriormente vino el turno de la mujer.

Tomó el lápiz pero antes miró a su gente de confianza para recibir aquella valentía que ellos le transmitían. Una vez que la halló comenzó a hablar:

—Lo que nos une hoy nos salvará mañana. La firma de este armisticio es sólo el primer paso para en un futuro concretar el Tratado de Paz —sonrió—. No más guerras, no más conflictos por parte de nuestras naciones...Y más empatía, protección y seguridad para los nuestros.

Finalizado su discurso se inclinó sobre el escritorio con el lápiz firme entre sus dedos como una flecha que iba directamente a la línea que marcaba su nombre y donde debía ir su signatura. La tinta exclamaba por ser plasmada en aquellos papales y dejar marcado en la historia la paz armada que la mayoría quería.

No obstante, eso no ocurrió.

De repente, las luces se apagaron súbitamente causando que todos se espantaran, pero lo que vino después fue mucho peor: Una explosión. Un impacto sacudió con potencia a la Oficina Oval y a todos en ella, cayendo muchos al suelo y llevándose algunos golpes.

Como eran las órdenes y sus enseñanzas el cuerpo de seguridad corrió para cubrir a su líder de cualquier ataque que pudiera llegar hacia ella.

Pero no la encontraron.

—¡La presidenta Whitlock! ¿¡Dónde está la presidenta Whitlock!?

Los gritos de histeria por lo sucedido y en busca de la mujer más importante de Estados Unidos se desataron mientras todos trataban de salir del lugar antes de que volviera a estallar.

—¿Y mi hermana? ¿¡Dónde está mi hermana!? —exclamaba Jack.

—La encontraremos —aseguró un hombre de seguridad—. Usted vaya con el grupo antes de que esto estalle —al principio se negó— ¡Rápido!

Luego de soltar un quejido el menor accedió confiando que aquellos hombres encontrarían a la mujer.

Lo único que Odessa había sentido antes de desaparecer fue una fuerte mano en su boca con un trapo y que alguien la tomaba para sacarla por el agujero que la explosión había causado.

Pataleó y trató de gritar todo lo que pudo, pero se trataba de dos hombres enmascarados demasiado fuertes que aprovecharon la ceguera que el humo causó para perderse de los guardias.

Mientras avanzaban Whitlock no podía ver nada, pero escuchaba como a cada paso que daban iban dejando bombas caer por todo el lugar.

Le estaban prendiendo fuego a la nación.

Odessa sintió como los pasos iban con dirección a un elevador y temió por su vida que aquello les diera la ventaja de hacer lo que quisieran con ella.

Sin embargo, un sonido metálico muy peculiar llegó a sus oídos y lo que sintió después fue que el agarre de los maleantes ya no existía y que estos habían caído cerca del mismo fuego que habían causado.

Ella había caído al suelo también por el humo y la inestabilidad pero con todas sus fuerzas trató de alzar sus ojos en busca de quien la había ayudado.

El Capitán América.

Su hermano le había atinado en una cosa: Hoy se hace historia.

Pero fue de la peor manera posible.

















































































HELLO, EL CAOS YA COMENZÓ *risa malvada*

AH ESTOY TAN EMOCIONADA POR ESTA FIC QUE ME VOY A DESMAYAR *se desmaya*

qué les pareció?? nuestros bebés ya se conocieron aunque haya sido en las peores circunstancias jdjfjd

Y LISTEN, el caos recién comenzó y ustedes no se imaginan todo lo que tengo preparado 😭😭

60 votos para actualización <3

les amo un montón y gracias por tanto. son lo mejorrrrrr<3

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