Cuando Jimin volvió a levantarse la culpa lo invadió de nuevo.

— ¿¡Que está mal conmigo!? —gritó jalandose los cabellos— Incluso dejé que me tocará el trasero —lloriqueó.

Tragando saliva Jimin se hizo pequeño en la cama, no le dolía la cabeza, ni siquiera tomó, había estado completamente consciente mientras se besaban y se tocaban el trasero, o sus labios tenían un encuentro húmedo y hambriento.

— Estoy delirando —bufó rodando por la cama, enredado en la sabana terminó cayendo en el suelo— Ahora estoy más cerca del infierno —se quejó.

El sonido del timbre ser tocado hizo que se levantará de mala gana, ya casi se estaba durmiendo en el suelo.

— ¡Abre la puerta engendro del mal! —la voz de Taehyung sonó detrás de la puerta, desde que había cambiado la contraseña de la puerta ya ni siquiera su novia entraba.

— ¿¡Que demonios quieres!?

— Un pajarito me dijo —comenzó a decir Tae cuando la puerta fue abierta— que te besaste con un chico muy guapo.

— No sé de que hablas —dijo haciéndose el desentendido—, soy 100% fiel a mi novia.

— Mas hetero no pudiste verte —respondió Tae— andas de hetero curioso.

— Déjame, yo no dije nada cuando te estabas comiendo con Hope —renegó observando como Taehyung escupía toda su agua que apenas se había servido— Vas a limpiar mi piso.

— ¡Yo no sabía eso! —gritó tratando de detener la tos— ¡y por eso actúa extraño!

— Yo pensé que dirías algo sobre que eso nunca pasó.

— ¿Bromeas? Hoseok me gusta desde que lo ví —dijo como si fuera lo más obvio— soy mas gay que el mas gay que conozcas.

Cuando Jimin iba a hablar Taehyung ya había salido corriendo.

— No siquiera limpió mi piso.

•••

Esa noche, por alguna extraña razón, Jimin volvió ir al lugar donde había frecuentado al pelinegro bonito.

Deseaba despejar su cabeza, estaba estresado y confundido al respecto, así que sin meditar demasiado la situación, se acercó a la barra a tomar.

— ¿Qué desea tomar el hermoso joven?

— Quiero relajarme, has magia —dijo de manera sarcástica, sonriendo con burla, el barman le preparó un trago antes de extenderlo a su dirección.

— Disfrútalo, va de parte de la casa —sonrió antes de ir a donde otro cliente se acercaba.

— La cara bonita sirve en ocasiones —la voz del pelinegro bonito habló a su lado.

— Los tragos aquí son caros, que me consiga un descuento al menos —se quejó, la risa del otro hombre sonando ligeramente.

— No esperé verte ahora —dijo el pelinegro— creí que no volverías a venir.

— Estoy estresado y cansado.—respondió tomando de su vaso— solo quería relajarme un poco.

— Mmm, yo conozco una buena solución para desestrezarte —dijo el pelinegro con una sonrisa pícara—pero un pajarito me dijo que tienes novia —se burló.

— En realidad, es una chica tan insípida que ya no siento nada —respondió recargandose en la barra— estuve con ella porque mi madre dijo, pero la tipa me es infiel, nada por lo que me sienta culpable.

— ¿Y los besos? ¿O solo fuiste tu siendo un hetero curioso?

— Normalmente suelto demasiado la lengua cuando tomo ¿sabes? —dijo estirandose en su lugar— supongo que en el estado de tomar una copa fuerte y hablar con un pelinegro bonito me hace mas hablador —puchereó, la mirada del pelinegro siguiendo sus labios— Siempre me gustaron los hombres y lo ignoré.

— Yo podría ayudarte a comprobarlo —volvió a decir el pelinegro recargandose en su mano— pero no me meto con chicos con pareja.

Suspirando, Jimin sacó su teléfono y marcó el número de su pareja.

— Terminamos. —dijo cortamente antes de colgar— Ahora estoy soltero.

— Me parece que alguien es un chico malo el día de hoy...—sonrió el pelinegro tendiendo su mano en dirección a Jimin.

— No recuerdo haber sido un buen chico en primer lugar.