Una noche más.
Narrado por Hiccup.
Estaba recostado en aquella cama de la cabaña en donde a veces iba Astrid cuando se sentía sola y la verdad es que esta lugar te transmitía ese sentimiento.
Era pequeña pero tenía una habitación que seguramente había servido como recamara para alguna familia que al final había decidido abandonar la cabaña. Miré el techo que estaba lleno de pequeñas quemaduras y contenía un zarpazo de un gran animal...tal vez aquellas personas no se habían ido de aquí solo porque el lugar fuera pequeño, algo los había atacado. Tenía que admitirlo cuando los dragones eran nuestros enemigos todo era mucho más difícil y peligroso, sin embargo, ahora que ellos están con nosotros hay nuevas amenazas a las que nos debemos enfrentar.
Inmediatamente el rostro de Merida reapareció en mi mente...quizá solo mi padre ha exagerado, tal vez ellos no eran nuestros enemigos.
Cerré mis ojos.
Podía sentir la respiración de Astrid sobre mi pecho desnudo, ella estaba recostada a mi lado y se había recargado en mi pecho, lo único que nos cubría en aquel momento era una manta que habíamos encontrado. Astrid siempre había estado ahí para apoyarme cuando todo lo de los dragones comenzó y ahora me podía dar cuenta de que en realidad todo el tiempo había estado pensando en ella como algo imposible pero en aquel momento la tenía a mi lado mientras yo la rodeaba con un brazo para mantenerla cerca de mí. Ella me necesitaba ahora.
Continué mirando a mi al rededor todo parecía suspendido por el tiempo como si realmente nadie se hubiese molestado por tratar de poner en pie el lugar, podía imaginarme a Astrid en una esquina sentada y cerrando sus puños con fuerza para no llorar. Ella venía aquí para buscar consuelo pero estar aquí a mi me producía una sensación de inquietud, me hacía sentir atrapado y aquellos zarpazos en el techo no hacían mas que atormentarme con su presencia.
La miré, a ella. Astrid se encontraba profundamente dormida, una de sus manos se encontraba apoyada en mi pecho, podía sentir su cercanía, piel con piel. Me estremecí al pensar en todo lo que habíamos pasado ambos, esto que teníamos lo necesitábamos para mantenernos en pie, eramos el soporte de otro por eso mismo nos apoyábamos.
-Astrid-dije y ella se revolvió en mis brazos.
-Hiccup, cállate-dijo ella frunciendo el ceño- dije que te perdonaba, no tienes que volverte a disculpar.
-No es por eso-dije sonriendo ante su reacción.
-Estúpido, tengo que dormir mañana tengo que entrenar así que...-empezó.
-Te amo-dije y entonces ella abrió sus ojos sorprendida, no tardó en levantarse un poco mientras cubría con la manta su desnudez.
-¿Qué?-dijo ella, una expresión de confusión.
-Te amo-dije sonriendo.
Ella cubrió su boca para ahogar un grito de sorpresa. Se acercó a mí, a mi rostro y solo colocó sus labios en los míos mientras se apoyaba en mi pecho con una mano para no perder el equilibrio. Se alejó solo un poco.
-Te amo- dijo ella pero por alguna razón...-Te amo, Hiccup.
...no sentí nada cuando ella lo dijo.
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