Secretos revelados.

Narrado por Helena.

"Me encontraba en aquel suelo sucio en el que toda mi vida me la había pasado, podía sentir la humedad traspasar poco a poco mi ropa, sin embargo, yo ya estaba acostumbrada a aquella sensación de constante incomodidad. Desde pequeña me la había pasado caminando por las calles esperando que algún día pudiera encontrar a mi madre, cuando yo me acercaba a preguntarles por mi madre a las personas ellas se apartaban con horror y me decían que ella había sido una mujer horrible, que estaba mejor sin ella. ¿Pero ellos que sabían?

Cada vez que alguien me decía aquello sentía que algo crecía en mi interior como si estuviera a punto de explotar, era extraño, a pesar de que me molestaban sus comentarios sabía que aquella sensación no era normal y un día me di cuenta de que tenía razón...

Me encontraba debajo de uno de los puentes del pueblo y una chica me miraba con compasión desde lejos, me dejé cautivar por sus verdes ojos todo lo que pude y entonces se acercó a mí poco a poco como si temiera que yo pudiera salir corriendo en cualquier momento. Era realmente hermosa. Tenía una piel blanca que hacía que sus ojos verdes resaltaran, su cabello era azabache y llegaba hasta su espalda, sus labios eran pequeños y rosados, su ropa marcaba sus curvas de una manera magnífica y a pesar de que era pequeña toda ella se veía fuerte de una manera única que nunc ahabía visto en ninguna chica antes, era joven de al menos unos dieciséis años pero en su mirada había algo de experiencia.

Se acercó hasta llegar a mí.

-¿Estas bien?- me preguntó inclinándose un poco par auqe yo pudiera ver sus ojos-¿Necesitas ayuda?

-Yo...yo-esas eran las primeras palabras que pronunciaba en meses y las lágrimas recorrieron mis mejillas rápidamente al escuchar mi voz ronca y débil-Yo...no encuentro a mi madre y nadie quiere decirme dónde está.

-¿Quién es tu madre?-preguntó ella mirando a su al rededor a pesar de que aún no le había dicho la apariencia de mi madre.

Pronuncié el nombre que estaba prohibido nombrar en aquella aldea, en cuanto lo escuchó se tensó y me miró insegura. Me tomó fuerte del brazo y me llevó a un lugar oculto entre las sombras como si temiera que alguien nos hubiese escuchado.

-¿Dónde has escuchado ese nombre?-preguntó con urgencia en su mirada.

-Ella...es mi madre-dije tratando del fuerte agarre de la chica.

Ella me miró con...¿Miedo? Me habían dirigido distintas miradas de repulsión, asco...pero nunca una de miedo. Sentí que mi pequeño cuerpo se estremecía.

Entonces de pronto se apartó y me miró de nuevo temblando, levantó su mano y golpeó confuerza mi mejilla haciendo que un ardor se extendiera por mi rostro y me hiciera derramar más lagrimas de las que ya había. Un nudo se me formó en mi garganta y sentí aquella energía creciendo con rapidez, esta vez era diferente.

-Eres...eres un monstruo-dijo ella- ella te engendró a pesar de que no puede tener hijos, eres...eres un monstruo.

"Monstruo" nunca me habían llamado así. Mi cabeza comenzó a dolerme, mis sienes palpitaban con fuerza y de pronto mi visión se volvió borrosa a causa de las lágrimas. Mi corazón aunmentó sus latidos y de pronto me sentí muy ligera.

"Monstruo" me dije a mí misma, eso era lo que era.

¿Por qué?

Sentí como si la sangre que corría por mis venas de pronto me quemara por dentro. Escuché un grito, no sabía de donde venía hasta que la chica retrocedió asustada me di cuenta de que yo era la que había gritado. Mi cuerpo ardía y podía sentir pequeñas gotas de sudor recorrer mi piel, mecostaba trabajo respirar y podía sentir como si algo presionara mi corazón con fuerza.

Entonces me desvanecí.

Un gran destello nos envolvió a ambas y no supe que pasó después.

Abrí mis ojos con pesadumbre, no me sentía cómoda...como si me hubiera pasado todas las noches de mi vida dormida y de pronto me hubiese despertado. Lentamente sintiendo aquel dolor en mis sienes desaparecía poco a poco.

¿Qué había sido eso?

Cuando miré frente a mí se encontraba una pequeña niña de ojos verdes y asustada. Se veía débil y demasiado delgada, era como si todos estos años solo se hubiese mantenido con sus pequeñas e inestables piernas, su cabello enmarañado cubría sus ojos y su piel tenía unas machas marrones de mugre, era realmente horrible ver a aquella criatura que tan solo cubría su cuerpo con un pequeño vestido sencillo y sucio por todos los años en que lo había usado. Si, me estaba mirando a mí misma. Aquella pequeña niña había sido yo.

Entonces la niña se desplomó ante mis pies, muerta. Ella había esperado morir desde hacía mucho tiempo, sin embargo, ahora lo podía hacer en paz. La miré y mis mejillas se llenaron de hirvientes lágrimas, me caí de rodillas y con mis manos temblorosas tomé el cuerpo de aquella niña entre mis brazos, la abracé y la arruyé de la misma forma en que ella había esperado que su madre lo hiciera por tanto tiempo. Sentí que mi corazón se encogía con cada segundo que la miraba.

Aún no entendía lo que me había pasado pero algo tenía en claro, aquel día había sido la primera vez que había muerto.

En aquel entonces todavía no había comprendido mis poderes pero lo único que había podido hacer había sido ocultarme, unas personas habían encontrado mi cuerpo y lo habían lanzado al lago esperando que nadie notara que una pobre y sola chica había muerto, lo miré todo desde lejos, aquella niña había sido yo y podía sentir como toda aquella emoción se borraba de mi rostro.

Cuando me había mirado en uno de los lagos cercanos había podido ver mi nuevo aspecto, era quella atractiva chica, sin embargo mis ojos verdes permanecían mirándome de la misma manera en que lo habían hecho aquella niña, era lo único que aún era mío, comencé a tocar mi rostro sin poder creérlo. Entonces me había dado cuenta. Yo no era una persona. Era energía. Era todo. Por eso había podido hacer todo lo que había hecho. Era mi única explicación.

Sonreí y el reflejo de auqella chica de cabello azabache me devolvió una fría y burlona sonrisa.

Luego había aprendido a esconderme, a pesar de todo no podía aún controlar mis poderes a la diestra y siniestra, tuve que intentar muchas veces estar días en silencio y totalmente concentrada. Me escondía debajo de los puentes o entre las sombras, por esa razón yo estaba tan familiarizada con ellas. Ellas eran mis amigas, me fundía en ellas y éstas me ocultaban.

Cerré los ojos para alejar los recuerdos del pasado.

En aquel momento me encontraba descansando luego de una de mis transformacione. Ahora sabía casi todo de mis poderes. La niña en la que había habitado por tanto tiempo no había resistido el cambio- quiero decir su cuerpo- y este cuerpo, el de la chica aún podía aguantar muchos cambios ya que se había encontrado sana por eso este cuerpo con facilidad había podido contener mi poder. Por eso mi forma total era esta chica .

Entonces escuché unos pasos acercarse a mí.

Me levanté lista para utilizar mi poder si era necesario. Podía controlar a aquella persona por dentro y si quería podía quitarle su vida, ya no tenía más miedo, ya no era débil como antes.

Entonces una mujer cubierta con una capucha se acercó a mí.

-¿Quién eres?-pregunté sintiendo que mi corazón comenzaba a acelerarse, me estaba preparando para desvanecerme...

Ella poco a poco se acercó a mí entre las sombras.

-He oído lo que puedes hacer-dijo ella bajando apartando poco a poco el gorro de su capucha con sus pequeños y delgados dedos- No te tengo miedo.

La miré frunciendo el ceño, creo que ...la reconocía.

-Pues deberías-dije y me sorprendió un poco escuchar por primera vez la voz de la chica, no había hablado desde que había cambiado mi cuerpo por este.

-Eres Helena Winchester-dijo aquella mujer colocándose peligrosamente cerca, escuchar mi nombre por primera vez...más bien el nombre de esta chica de la que había tomado el cuerpo...fue realmente estremecedor, sentí que mi respiración se aceleraba.

-¿Cómo me conoces?-dije retrocediendo, mi valor se había desvanecido de pronto y mi cuerpo temblaba incontrolablemente, era como si volviera a tener miedo y aquella sensación era...

Cerré mis ojos tratando de controlarme. Me habían descubierto.

-Sé lo que puedes hacer-dijo ella y cuando pude ver sus ojos marrones estos mismos me reconfortaron.

-¿En serio?-dije eséptica.

-Puedo protegerte-dijo ella y abrí mis ojos de repente.

-No lo creo-dije-Nadie puede.

-Si me muestras tu poder-dijo ella levantando su mano lentamente-Puedo sacarte de las calles, tú puedes ayudarme.

-¿Cómo supo de mí?-pregunté.

Ella me dirigió una sonrisa tranquilizadora.

-En ésta aldea no hay secretos-dijo como respuesta.

-Esta bien-dije sin saber que más hacer...tal vez, aquella mujer pudiera sacarme de las calles, de cualquier manera esta cuerpo podría morir rápido si no comenzaba a cuidar de ella.

Entonces cerré mis ojos tratando de concentrarme. Todos los síntomas aparecieron. Mi respiración se aceleró, mi corazón emitió rápidos latidos, mi sangre comenzó a hervir y de pronto me sentí ligera, aquel dolor de cabeza reapareció, sin embargo, no era tan fuerte como la primera vez, había aprendido a acostumbrarme.

La primera transformación había sido demasiado dolorosa ya que mi cuerpo se encontraba muy débil por eso cone ste nuevo cuerpo podía sentir que todo era mucho más fácil.

Y dejé de ser yo.

Me desvanecí.

Miré y frente a mí se encontraba aquella chica de cabello azabache. Me costó un momento tomar posesión del cuerpo de aquella mujer ya que ella comenzó a luchar. Realmente ese era mi poder, tomar posesión de cuerpos pero las personas que habían sido se quedaban atrapadas conmigo sin poder hablar, eran como sombras detrás de mí, pero había aprendido a ignorarlas, por más fuerza de voluntad que tuvieran al final podía controlarlas. Era fácil luego de un tiempo. Era tratar de acostumbrarte al cuerpo antes.

Moví mi mano un poco para poder sentir aquella sensación de poder sobre otra persona, sonreí al darme cuenta de que no era tan difícil y al ver las manos pude darme cuenta de que no era tan mayor como yo esperaba.

-¿Contenta?-pregunté y pude sentir que su cuerpo afirmaba-Esta bien, regresaré a mi cuerpo pero necesito que no me lo ponga difícil, no luche o podría lastimarla, hay veces en que las personas no vuelven en si, se quedan en un estado shock...como un cascarón.

Sentí que mi cuerpo se tensaba levemente, aquella mujera tenía muhco control sobre aquel cuerpo .

Cerré mis ojos y regresé a mi cuerpo.

La mujer dio un profundo respiro como si hubiera vuelto en si, se inclinó un poco para poder sosternerse por su cuenta, le di unos momentos...

-Ahora puede correr si quiere-dije volviéndome para caminar de velta a las sombras.

Pero entonces ella me detuvo.

-¿Por qué haría eso?-dijo muy seria.

-¿Aaso no estas asustada?-dije.

-Hice una promesa ¿No?-dijo ella-Tú me mostrabas tus poderes y yo te protegía.

La miré eséptica y negué lentamente con mi cabeza.

-Vete-dije.

-No-dijo ella simplemente pero en sus ojos había algo que me reconfortaba.

-¿Quién eres?-dije.

-Soy la reina Elinor-dijo ella.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top