Memorias de Mikael del recuerdo de Helena.
Narrado por Mikael.
Ella se encontraba frente a mí y a pesar de que se encontraba toda cubierta de lodo pude darme cuenta de que sus verdes ojos me miraban con algo de curiosidad.
-Molly te ha preparado un baño-dije tratando de sonar indiferente- En cuanto termines puedes irte.
Helena me recorrió con la mirada.
Lentamente se dirigió al cuarto de baño.
Caminé hacia la puerta e inmediatamente me encontré con la asustada mirada de Molly, ella trató de evitar la mía pero no lo logró a tiempo, podía ver las sonrojadas mejillas de aquella chica, podría ser realmente atractiva de no ser la forma en la que veía con miedo todo lo que la rodeaba y la verdad es que por eso mismo odiaba tener cerca a Molly porque a pesar de que yo sabía que ella por años había tenido sentimientos hacia mí nunca había hecho nada para demostrarlo. Eso me molestaba, aquellas miradas sin valor...Molly era muy distinta a aquella chica Helena, sonreí al recordarla, la verdad es que me atraía la forma en la que ella me retaba con su mirada.
-Se...señor-empezó pero la detuve, odiaba la forma en que tartamudeaba al mirarme.
-¿Trajiste el vestido?-dije alzando una ceja.
-No...no...yo no-empezó tomando con fuerza el dobladillo de su mandil-Yo...su padre me dijo que no entrara a la habitación de la joven Katherine nunca.
La miré y fruncí el ceño.
"¿Acaso esa chica no sabe hacer nada bien?" pensé para mí misma fijándome en las rosadas mejillas de la chica.
-Yo iré-dije en un gruñido-tú solo ve y haz la cena o algo que te mantenga ocupada.
Ella me miró con una expresión herida pero yo continué caminando para no arrepentirme de mis palabras. La verdad es que no quería hablarle así epro realmente su presencia lograba exasperarme por completo. Poco a poco me fui acercando al cuarto de Katherine, se encontraba abierto y pude sentir como mi cuerpo se tensaba poco a poco.
Entonces fue cuando mi corazón comenzó a acelerarse.
"No tienes que pensar en eso" me dije a mí mismo pero sentí como mis manos comenzaban a temblar levemente.
"Basta" me dije a mí mismo pero inmediatamente la sonrisa de mi hermana apareció en mi mente, Katherine había sido la única luz en mi vida, luego de que nuestra madre muriera ella había estado encerrada en este castillo con mi padre y conmigo tratando de mantener todo igual luego de aquella muerte, sin embargo, nunca nos habíamos recuperado por completo, ahora me encontraba aquí...tratando de enfrentar un de los errores más grandes de mi vida.
Toqué la manija de la puerta y traté de no pensar en su mano rodeando la mía la noche de la muerte de nuestra madre, casi podía escuchar su risa desde el interior...no pienses en eso. Mi respiraicón se aceleró.
Sentí que mi nuca se erizaba.
De pronto no recordé nada solo que entre mis manos se encontraba ya uno de sus vestidos que parecía tener impregnado aún el olor de ella que era parecido a una mezcla de flores y un poco del aroma del mismo bosque. Yo me encontraba saliendo de la habitación con mis manos arrugaba el vestido .
Sentí que apenas era capaz de respirar por mí mismo...Abrí mucho mis ojos sabiendo que debía alejarme lo más rápido posible de aquella habitación. Aun podía sentir a mi hermana ahí y ya era hora de que comenzara a olvidarme de ella.
Caminé rápidamente hasta la mitad del pasillo donde me sentí lo suficiente capaz de controlar mis acciones.
Entonces tuve que respirar unas cuantas veces antes de entrar nuevamente a la habitación donde aquella chica se encontraba, dejaría rápidamente el vestido en la cama y luego yo...
Comencé a abrir la puerta y no tardé en detenerme inmediatamente al darme cuenta de que la chica que se encontraba en medio de aquella habitación de espaldas a mí...completamente desnuda cubierta únicamente con una delgada tela blanca que no parecía cubrir nada en absoluto.
Su negro cabello llagaba hasta el principio de sus caderas y la hacía ver totalmente hermosa, su piel era muy clara y gracias al lodo no había podido realmente apreciar la figura de su cuerpo, cuando se volvió para mirarme pude darme cuenta de que aquellos verdes ojos contrastaban a la perfección con ella, se lucían de una manera espectacular entre aquella gama de colores y sus labios entreabiertos por la sorpresa eran realmente exquisitos...¿Cómo no me había dado cuenta de ella antes? Sus mejillas tan claras como la misma porcelana se transformaron poco a poco a un rosa pálido.
-Yo-dije sin quitarle la mirada de encima-Dejaré el vestido y entraré en cuanto tu me digas.
Coloqué el vestido en el borde de la cama y la miré, por un momento deseé que estuviera completamente frente a mí para poder admirarla por completo pero ella continuaba cubriendo su parte delantera.
-¿Qué pasa?-dijo ella frunciendo el ceño.
¿Cómo no había podido darme cuenta de esos carnosos labios?
-¿Qué?-dije encogiéndome de hombros sin saber a qué se refería.
-¿Por qué continuas mirándome ?-dijo realmente molesta.
Comencé a reír pensando que ella solo estaba jugando conmigo pero cuando volví a mirarla ella realmente se veía confusa. ¿Acaso un hombre nunca la había mirado así? No, no me lo creía. Yo no podía ser el único hombre que hubiese visto su belleza. Su rostro se llenó de color y entonces me di cuenta de que realmente no sabía de lo que hablaba...
-¿Bromeas, no ?-dije sonriendo al ver que realmente no se daba cuenta de que realmente era la criatura más hermosa que hubiese visto nunca-¿Acaso un hombre nunca te ha mirado?
Ella frunció su ceño aún más.
-No-dijo susurrando muy bajo como si no quisiera que la escuchara.
-¿Qué?-dije sin poder creérmelo.
Ella se encogió de hombros como si realmente no le importara pero cuando me miró de nuevo pude darme cuenta de que a ella si le afectaba aquello, algo en mi estómago se encogió. ¿Nadie se había fijado nunca en ella?
-Nunca le he gustado a los chicos-dijo evitando nuevamente mi mirada, a pesar de que lo lo hacía de la misma forma que Molly...ver a Helena hacer aquel gesto me parecía tierno.
Sonreí de lado pero aún así podía sentir que a ella no le gustaba hablar del tema.
-Deben de ser realmente ciegos...-dije y ella me miró inmediatamente.
Ella puso los ojos en blanco.
-Si no fuera porque me caí en aquella zanja...tú nunca me habrías prestado atención-dijo ella apretando sus puños y arrugando la tela que la cubría, entonces por primera vez miré a aquella chica frente a mí. Era imposible que nunca la hubieran mirado de una forma...distinta, ella era muy hermosa y si no fuera porque yo la conocí totalmente cubierta de lodo ya la tendría en mi cama...incluso ahora mi mente pensaba constantemente en tenerla justo en mis brazos...
Sentí que apretaba mis puños por el enojo de verla así.
Le sonreí tratando de controlar mis pensamientos y me acerqué a su oído.
-No, nena...-dije y me acerqué para acariciar su nuca con uno de mis dedos, ella se estremeció al instante y sus mejillas cambiaron a aquel color que decoraba su piel de una manera exquisita- Yo te habría visto de cualquier forma...
Ella cerró los ojos.
-Basta-dijo ella- Aléjate y deja de fingir.
-Nadie está fingiendo aquí-dije- déjame mostrarte.
Ella abrió sus ojos demasiado sorprendida para hablar.
Mordió su labio y eso me dejó totalmente a sus pies.
-No hagas eso-dije acercándome aun mas-Me vas a poner duro, Helena.
Ella me miró aun más confundida.
-¿Duro?-dijo ella mirándome directamente a mis ojos-¿Cómo es que yo te voy a poner...?
Comencé a reír. No...esto no podía ser verdad.
-No puede ser que no sepas lo que es-dije sin poder evitar sonreír.
Esta chica era lo más hermoso que había visto en mi vida y ni si quiera sabía lo que era estar excitado.
-Me excitas, Helena-dije acercándome cada vez más.
Ella me miró esta vez con los ojos muy abiertos y con su boca entreabierta...esos labios...definitivamente era la cosa más exquisita...
Me acerqué y acaricié su labio con mi pulgar, pude sentir su aliento contra la punta de mi dedo y eso hizo que mi corazón se acelerara.
-Mikael-suspiró y sentí que en mi estómago crecía un sentimiento que no debería tenerse po una simple extraña.
Pasé mi mano a su mejilla.
-¿Qué es esto?-dijo ella con la respiración entrecortada cerrando los puños con fuerza tratando de controlarse, la tenía totalmente a mis pies, sería muy fácil llevarla a la cama conmigo pero...
La miré mientras ella cerraba sus ojos lentamente.
-Al parecer yo también te éxito, nena-dije acercándome a su oído y dejar que mi respiración chocara contra su pálida piel.
Ella gimió y entonces yo me aparté totalmente.
-Dejaré que te cambies -dije sonriendo al ver que ella se encontraba detrás de mí con la respiración acelerada y con la expresión de una confusión total.
-Pe...pero, tú...-empezó e inmediatamente se detuvo.
La miré realmente la quería en mi cama en aquel momento pero algo me había detenido...
-Helena Winchester-dije y ella se estremeció al escuchar como pronunciaba su nombre.
-Mikael...-dijo pero entonces recordó que nunca le había dicho su apellido.
-Lovelance-dije y ella me miró con los ojos muy abiertos.
-¿Lovelance?-preguntó y por su rostro pasó una expresión de terror.
-Si-dije.
Salí de la habitación pero pide escuchar como ella trataba de ahogar un grito antes de que yo saliera de la habitación.
Helena Winchester.
¿Quién eras realmente?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top