Escape.
Narrado por Merida.
Me encontraba en mi habitación, le había dicho a mi madre que aquella noche no quería cenar. Mi padre y mis hermanos me habían mirado extrañados al darse cuenta de que no planeaba una salida nocturna, que simplemente quería estar en mi cuarto, sola. Sin embargo, ellos no sabían que planeaba salir para encontrarme con Hiccup aquella noche. Mi madre ni si quiera insistió solo sonrió cuando le dije que quería estar un momento en mi cuarto.
-Pronto volveremos a realizar un baile-dijo ella sonriendo y colocando un brazo sobre el hombro de su esposo- invitaremos de nuevo a los clanes.
Fruncí el ceño pero mis mejillas se llenaron de aquel color rojizo, aparté mi mirada y me encogí de hombros.
-Odio esos bailes-dije para evitar sospechas.
-Solo quería que lo supieras.-dijo mi madre y por primera vez no pareció molesta con el comentario que yo había hecho y a pesar de que me pareció extraño decidí que era mejor no preguntar el por qué y solo retirarme. Eso fue lo que hice.
Pero cuando iba subiendo las escaleras y mis hermanos ya se habían ido corriendo a la mesa mi madre le susurró algo a mi padre que me había dejado boquiabierta. Creo que había escuchado que ella le susurraba a su oído "Creo que realmente le gusta ese chico" y entonces yo había acelerado mi paso para poder llegar a mi habitación lo más rápido posible.
¿Acaso ella se refería a Hiccup? ¿Habrá visto mi reacción ante sus palabras?....¿Habrá escuchado a cerca de nuestra reunión en la planicie? No, no lo creía, en ese caso ella estaría molesta y ni si quiera me hubiera dejado ir a mi habitación.
Pero sus palabras era lo que más me habían afectado. A mí no me gustaba Hiccup. Él simplemente me había enseñado lo que sabía y yo un poco de lo que sabía, solo habíamos estado entrenando, solo eran entrenamientos...simplemente eran eso...¿ No? Al final no nos habíamos acercado tanto como para... No, solamente eran entrenamientos, éramos aliados, simplemente eso.
Me senté en la orilla de mi cama.
¿Solo eran entrenamientos?
Si, Hiccup solo era un amigo.
¿Amigo?
Recordé la forma en que había tomado mi mano para colocar sus labios en ella, me habían acariciado de una manera en la que nunca había sido tocada, nunca había estado tan cerca de alguien tanto como con Hiccup. Pero aquello no significaba nada ¿O si?
Toqué el lugar en mi mano donde él me había besado y mis mejillas comenzaron a recuperar aquel color rojizo que tomaban cuando pensaba en Hiccup, cerré mis ojos e imaginé por un momento que él realmente se encontraba ahí, que tomaba mi mano de nuevo- tal y como lo había hecho antes de irse- y que la besaba con la delicadeza pero que esta vez no había nadie a nuestro alrededor que pudiera observarnos.
-Hiccup-dije y él levantó su mirada, nuestras miradas se cruzaron y sus ojos color avellana no se escondieron de los míos que poseían aquel color parecido al azul.
Hiccup se levantó y me hizo levantarme de mi cama para que estuviéramos frente a frente. Me miró y lamió su labio inferior como si hubiera disfrutado el hecho de haber tocado mi piel con él, sonrió.
-Merida-dijo y por primera vez sentí que mi espalda se erguía gracias al estremecimiento que aquello me había provocado.
Cerré mis ojos de nuevo y disfruté de la sensación que me provocaba escuchar su voz pero en cuanto mis ojos se abrieron él ya había desaparecido, era solamente una ilusión.
No.
No podía estar pasando esto.
A caso yo...
No.
No podía estar enamorada.
Eso era imposible.
Sacudí mi cabeza y comencé a caminar hacia mi armario en el cual continuaba guardando mi traje de caza, no tardé mucho en deshacerme de el vestido que llevaba puesto y colocármelo en mi cuerpo. Aquel traje hacía que me sintiera de alguna forma liberada.
Tomé la capucha para cubrirme y comencé a acercarme al balcón para bajar.
Aquella sería una noche larga. Tal vez la más larga de todas.
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