Chapter 04:

Please end me.

. . .

Ya son 4 días enteros de susurros entre la oscuridad. La luz de la luna a duras penas pasaba por entre las cortinas. Se estaba volviendo loco, ¿verdad? Sentía como si alguien lo estuviese viendo desde sus espaldas.

Tenía miedo.

Por primera vez en su vida, sentía miedo.

Cada vez más sentimientos encontrados se sumaban al montón. Cada vez perdía más la cabeza.

Kyo Kusanagi... Temía oír ese nombre otra vez. Ya tenía suficiente con que se repitiese una y otra vez en su cabeza, no quería que nadie más le recordara.

Alguien tocó a la puerta.

Iori se giró sobre su cama y removiendo lentamente las sábanas de su pecho desnudo, habló...

-¿Quién es?

No hubo respuesta.

Iori en hartazgo se levantó y corrió a abrir la puerta del departamento. Antes de siquiera abrir oyó pasos vagos y muy pesados, alejándose. ¿A dónde iba ese cobarde?

Lo único que podía sentir era una fuerte aura cálida y heroica alejándose a lo largo del pasillo. Casi la misma aura que sentía cuando estaba frente a Kusanagi, pero... Más apagada, más muerta.

La puerta se abrió... Solo había una oscuridad obsoleta.

Iori en medio del terror, miró de lado a lado por el vacío pasillo oscuro. No había nadie, y poca gente rentaba esos departamentos al estar en último piso del edificio.

Gruñó molesto y asotó la puerta tras él.

Entonces se recargó en esta misma y, en medio de la rabia causada por sus propios sentimientos, se deslizó sobre la fría pared hasta quedar en el suelo, moribundo.

No sabía que hacer, no sabía que sería de su futuro ahora.

No sabía cómo continuar.

¿Qué mierda importa el morir ahora? Si después de todo su vida siempre ha sido miserable, ¿para qué alargarla más de lo debido?

Quería morir...

Quería huir de todos y morir en silencio.

Otra vez con esos sentimientos confusos encontrándose y chocando entre ellos sin piedad, otra vez esa necesidad de encerrarse entre la estática de su mente...

Pero su piel se heló apenas se oyó la puerta tras él ser tocada de nuevo.

Esta vez no dejaría a nadie huir de sus garras, nadie que no fuese alguno de los amigos de Kusanagi...

Y esta vez... Esta ocasión no podía sentir el ki ni alguna aura extraña de quién fuese que estuviese afuera. Más bien, sentía una sensación de falta de poder espiritual...

Esa aura... Le recordaba a...

El imbécil del bastón, Billy Kane.

Pudo confirmarlo una vez la puerta fue abierta y encontró a aquel hombre rubio con su típico bastón sobre su hombro, de pie, en el oscuro pasillo que lo había aterrado segundos atrás.

Su mirada estaba hostigada, pero parecía decidido a cumplir cualquier orden que le haya dado su jefe. Cómo siempre siendo su jodido perro guardian.

—¿Qué mierda quieres idiota?

—Woah, tranquilízate imbécil... Quería hablar contigo. ¿Me dejas mínimo pasar? Hace frío aquí afuera.

Y bueno, Billy no se retuvo de dedicarle una mirada de pies a cabeza al notar como el otro estaba semi desnudo frente a él.

—¿Para qué? ¿Quieres que ahora sí te mate?

Decir eso no fue su mejor idea... Su estabilidad mental, o lo que quedaba de ella comenzó a ir en picada apenas se dió cuenta de lo que había dicho.

¿Por qué quería matar a cualquiera que se atrabesara en su camino? ¿Y por qué su única opción era matar?

Poco a poco comenzaba a odiarse a si mismo cada vez más.

—Incluso si lo logras sabes que mi alma nunca te dejará en paz.

—¿Qué?

—¿No oíste? Que incluso si lo logras sabes que Geese-sama nunca te dejará en paz...

Oh...

Ahora sí podía considerar que estaba perdiendo la cabeza completamente.

—Pasa... Y habla rápido, no tengo todo el tiempo del mundo.

. . .

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top