He is following me.

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Han pasado tres días desde la muerte de Kusanagi, desde que tuvo ese enfrentamiento mortal con Kusanagi.

De momento el asesinato había quedado impune, ya que no habían encontrado pruebas suficientes para culpar a alguien.

Murió entre llamas, entre fuego morado... Cualquier evidencia posible había sido borrada por él al momento de asesinarlo.

Aunque no sabía por qué no habían deducido que era él, Iori era el único poseedor de llamas que había en la ciudad más allá de él.

Sentía que... Habían involucrado a alguien para protegerlo...

Era curioso pensar que el mismo fuego podía extinguir otras flamas ajenas.

Iori por su lado no estaba bien. Siempre consideró que matar a Kyo Kusanagi sería su única salvación, pero nada de eso sirve, no ahora. Estaba seguro de que el alma de Kyo lo estaría persiguiendo de por vida.

Se sentía sólo, sin propósito. La culpa recaía de sobremanera en sus hombros. Realmente Kyo no era culpable de nada, ¿verdad? Realmente Kyo, ni ninguno de los Kusanagi tenía culpa de nada. Todo era por su culpa, y la de su familia, su clan.

Su envidia y enojo, su rabia y odio sin sentido. Sus ganas de poder llevaron a un viejo Yasakani a tener la maldición de por vida.

Estaba destinado a matar a Kyo Kusanagi, por algo que no causó.

Llevó sus manos a su cabeza...

La televisión estaba prendida, deslumbraba toda la habitación, el sonido que causaba se escuchaba suavemente en su cabeza entre todo ese ruido de sus pensamientos que estaba sonando con fuerza.

Estaban mostrando la escena del crimen, esa dónde él cometió el asesinato. El cuerpo no había sido encontrado hasta entonces... Se podía ver a sus familiares y amigos llorando. Se notaba que estaban desesperados por encontrar al culpable.

El alumno y los dos amigos más cercanos de Kyo estaban ahí, habian sido entrevistados. Tenían sospechas sobre él, pero realmente nadie podía saber que efectivamente, sí fué él.

Kyo nunca dijo que saldría a pelear o que buscaba entrenar. Aunque sus fans sabían de su gira, realmente nadie suponía saber qué Iori había viajado a South Town en esa semana. Nadie iba a esperarse que Iori atacaría a Kyo por la espalda, en un callejón abandonado, que no era transitado por nadie.

Suspiró en desespero. Estaba confundido, se sentía impotente, culpable. Un sentimiento que nunca había sentido antes. No incluso cuando mandó al hospital a sus primeros compañeros de equipo, y mucho menos cuando mató a las arpías que tuvo de compañeras después.

¿Porqué se sentía culpable por matar a alguien a quien, supuestamente, debería odiar más que a nadie?

"Kyo Kusanagi, el famoso luchador, ganador de casi 5 victorias consecutivas del torneo de The King Of Fighters, fue declarado muerto por asesinato. Todo indica a qué alguien lo golpeó hasta morir de manera injusta..."

Realmente había sido injusto para él.

Levantó la vista. La luz de la luna deslumbraba atrás de los enormes edificios. Las puertas del balcón estaban abiertas, el aire entraba y acariciaba suavemente rostro.

Entonces sintió como perdía lentamente la cordura cuando vio a Kyo parado sobre uno de los edificios a la lejanía, teniendo su llama encendida en el aire, mientras el aire la hacía moverse a su ritmo...

Poco antes de que el mismo viento la apagara.

Sacudió la cabeza y se rasguñó el rostro desde los ojos hasta las mejillas.

Cuando volvió a ver a la punta de ese edificio... Ya no había nadie... Era solo su imaginación.

—Yo lo maté, ¿verdad?...

No hay otra respuesta a esa pregunta.

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