Under the moon.

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Caminaba por las casi abandonadas calles de Japón. Llevaba una capucha puesta, y el cielo estaba nublado en su totalidad a la vez que pequeñas gotas de lluvia comenzaban a caer.

Dos días, dos míseros días desde que cometió el crímen. Era gracioso, él nunca había sentido un asesinato como un crimen. Esta vez era una notoria excepción. Este era su peor crimen hasta ahora, del que se sentía tan, pero tan culpable.

No sabía si ahora podía realmente decir "odio la violencia", siendo que ya era obvio que tenía un fuerte problema con asesinar gente que le caía mal.

El ambiente frío y gris le causaba escalofríos, y siempre se extendían por todo su cuerpo cada vez que veía un cartel de "se busca". Habían pasado 48 horas o más desde que Kyo desapareció de la vida de sus conocidos. No entendía porqué habían comenzado la búsqueda tan pronto, sabiendo la cantidad de peligros en los que el mismo muchacho se metía todos los días.

Ja, que recuerdos... De cuando NEST lo había secuestrado y desapareció de la vida de todos. Ahora era lindo recordar esos horribles días...

Sí, lindo, entre todas las horribles memorias recientes que tiene sobre el asesinato.

Ese tonto Kusanagi, le ha pasado de todo, lo han secuestrado, lo han clonado, lo han atacado en masas. Ha pasado por mucho, tantas cosas que no merecía a pesar de ser un cínico de mierda.

Ahora tuvo que pasar por lo peor de su vida... Un loco atacando y torturandolo sin piedad antes de morir. Probablemente fue la única ocasión en su vida en la que sintió tanto dolor...

Y la última.

Golpeó la pared liza con su puño, para seguido clavarle sus largas y filosas uñas en el papel medio mojado que había pegado en la misma, arrancandolo con furia.

¿Por qué se sentía mal? ¿Porqué? Kusanagi era un tonto. Un engreído, maleducado y tonto chico. Era irritante y presumido. Se creía superior a él cuando todos sabían que Iori era más fuerte... Era tan molesto, siempre quería ayudarlo incluso si no se lo pedía. A pesar de la rivalidad siempre estuvo ahí para calmar la sangre de Orochi fluyendo por sus venas... Cuando nunca se lo pidió.

Y sin esperar nada a cambio.

Podía recordar ver sólo su llama en medio de una completa oscuridad, aquella especial ocasión en la que Orochi tomó control de él...

La única llama que lo salvó, fue la llama de un Kusanagi...

Ese idiota de Kyo... Que nunca le hizo daño, y mantenía su rivalidad como algo sano.

Kusanagi no era la causa de sus problemas... ¿Verdad?

Su problema es él mismo, y siempre lo ha sido...

Levantó la mirada y enfrentó el, ahora, oscuro cielo. La lluvia caía sobre su rostro, y la luna había decidido salir.

Quería volver a casa ahora... Ya no quería estar afuera.

Pero, bueno, al final tenía que atender sus obligaciones de adulto normal... Debía intentar recuperar las riendas de su vida, aunque a decir verdad ya las habia perdido hace tiempo.

Miró a su costado, la pared ya tenía una marca de la rabia con la que la había golpeado. Su inimaginable fuerza estaba saliéndose de control...

Y esa misma pared era el mismo mini super al qué iba a entrar momentos atrás.

Tenía que comprar comida y papel para seguir sobreviviendo en el vacío departamento en el que se estaba hospedando esos días. Tenía cosas que hacer, y entre esas cosas, debía tocar con su banda en un par de días antes de huir de South Town.

No haría más, solo...

Debía recuperar las riendas de su vida.

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Sigo volviendo a publicar este fic, no se preocupen, tenía todo esto escrito desde antes lel.

Sigan bajando jeje