09: Belonging.
— Oh, sigues aquí.
La repentina voz de la señora Jeon lo asusta, voltea dando un salto y se lleva una mano al pecho.
— Y-yo... no sé qué hacer. — Dice con un repentino dolor en el pecho.
— Irte a casa sería buena idea. Pero no pareces pensar eso en realidad.
— Está sufriendo.
La mujer sonríe compasiva y un ligero recuerdo de Jungkook se asoma en sus facciones. Con suavidad le sujeta las manos.
— Y tú estás confundido, es muy lindo.
— ¿Cómo eso puede ser lindo? — Responde algo molesto.
— Significa que te importa, Jimin. Todo es nuevo para ti y aún así una parte dentro tuyo está dispuesta a arriesgarse.
Las palabras de la mujer calan dentro suyo, aceptando por fin que era cierto, le importaba demasiado el lobo.
— Q-quiero... – Las palabras se cortan, el corazón le late con fuerza en los odios al darse cuenta el rumbo de la situación, él en serio iba a hacerlo — Quiero ayudarlo.
La señora Jeon sonríe tan dulcemente antes de abrazarlo.
— Esto significa demasiado para nosotros. Los compañeros de vida son lo más importante que puede sucedernos.
Después lo acompaña al segundo piso donde se escuchan los gruñidos del alfa, había algo pesado en el ambiente que no sabía cómo explicar, conforme avanza por el pasillo su cuerpo hormiguea provocándole escalofríos, se sentía mareado y una increíble necesidad por la cercanía del lobo estaba rasgando su pecho.
Incluso estaba transpirando, su piel ardía y las ganas de arrancarse la ropa fueron una opción.
Hoseok estaba frente a la puerta con un semblante preocupado, al verlo acercarse le sonrió queriendo tranquilizarlo, ¿por qué sentía que estaba en un ritual importante?
¿Era en serio una gran hazaña?
— Iremos a visitar a la abuela, ustedes no se preocupen. — Murmura.
Jimin apenas puede asentir con la cabeza, estaba tan agitado que las palabras se oían confusas.
Hoseok y su madre desaparecen dejándole pase a entrar, el momento en que abre la puerta, el lobo ya está mirando en su dirección, con una mirada profunda e inquietante.
— ¿Por qué no te has ido a casa?— Su voz es casi un gruñido distorsionado.
Jimin tiembla pero no se detiene hasta que cierra la puerta a sus espaldas, encerrándolos juntos.
— No quiero irme a casa. — Confiesa nervioso, limpiándose el sudor de las manos en los vaqueros
Jungkook bufa alto, se remueve sobre su cama con quejidos roncos, era evidente que trataba de contenerse. Cuando da un paso hacia él, el lobo gruñe en su dirección, dispuesto a alejarlo, pero Jimin no iba a permitirlo.
Jamás había tomado en serio la vida de los cambiaformas, y ahora que se encontraba enlazado a uno, podía notar la importancia de sus costumbres, de sus reglas, de sus deseos e ideas.
— Ve a casa.
La orden no habría significado nada, de no ser por el potente tono y la rigidez de su cuerpo, quería obedecerlo, ¿cómo era eso posible? Ya ni siquiera podía avanzar.
— No. – Jimin jadea, el aire estaba denso y olía diferente, un ligero toque de algo que aún no podía descifrar — Quiero hacerlo, Jungkook.
El lobo se retuerce en la cama después de sus palabras, jadeando con fuerza como si estuviera en real agonía, quizá lo estaba. Jimin aprovecha el momento para terminar de acercarse a la cama, para ese momento su piel ya está cosquilleando en necesidad de contacto.
No sabe cómo ni cuándo pero solo recuerda haber puesto una rodilla sobre el colchón y ahora ya estaba bajo el cuerpo sudado del chico. Sus bocas no tardan en buscarse, sus manos incluso ya están sacando la ropa estorbosa del camino tan salvaje que las prendas quedan hechas pedazos bajo las garras del lobo.
El tacto caliente contra su piel expuesta deja a Jimin sin aire, Jungkook sigue ahí pero parece haberse entregado a su instinto primitivo, la idea de alejarlo quedó en el entierro y lo único importante ahora era mantenerse cerca.
— Dios, Jimin – Se queja el chico contra su boca después de que le acariciara la espalda encajando ligeramente las uñas — ¿Estás completamente seguro de esto?
Una mano se escabulle entre sus cuerpos directo a sus miembros duros, estimulándolos a la par. El lobo gruñe tensando el cuerpo, encorvándose por el tacto hasta dejar la frente contra el hombro de Jimin.
— Se que puedes sentirlo, deja de preguntar.
Jimin besa el hombro sudado del lobo, acariciandolo por donde pudiera, tanto como se le permitiera. Jungkook se mantiene quieto unos momentos, jadeando en su oído dejándose explorar, hasta que su energía parece volver y sus manos comienzan a tocar.
El lobo encuentra sus labios y lo besa mientras se encarga de preparar su cuerpo, era tan extraño como podía sentir el ambiente cambiar, el aire pesado y con olor, no solo sexual, había algo ahí, algo que cada vez que inhalaba, volvía a su cuerpo más sensible y a su mente más borrosa y confusa.
Sentía al lobo a su alrededor, pero no era igual que esas veces que se besaron.
— En cualquier momento que quieras parar, dímelo.
Jimin gime ante la voz profunda, el gruñido se desliza por su piel y está completamente seguro que no querrá parar, nunca.
Se aferra con manos temblorosas a los brazos duros sintiendo al lobo empujar contra su cuerpo, la presión era agobiante y la piel caliente simplemente era difícil de ignorar. Jungkook gruñe profundamente sobre su boca al momento de llegar hasta el final, sus ojos brillan rojos ante la unión y sus colmillos descienden de las encías.
Era alucinante.
Jimin estaba mareado, envuelto y capturado por la esencia del lobo, su cuerpo ya estaba incluso adaptado y cada empuje era un escalón más a la gloria.
Sus manos resbalan por el sudor y sin poder dejarlas quietas, recorre la figura dura de Jungkook, besándolo con desesperación.
— Más.
Fue lo único que pudo jadear, abrazándose al cuerpo enorme, entonces todo se vuelve salvaje, la manera de arremeter contra sus caderas lo obliga a arrastrarse junto con los empujes sobre la cama.
Jungkook lo observa fijamente, con una mano contra el colchón para sostenerse y la otra sobre su barbilla, sujetando su rostro quieto para cuando quisiera besarlo, lamerlo y morderlo sin despegar sus intimidantes ojos de Alfa de él.
Entonces la presión en su interior comienza a ser demasiada, solo en ese momento recuerda que ese hombre poseyéndole no es humano. Abre la boca inhalando bruscamente cuando el nudo empieza a hincharse, sus ojos lagrimean por reacción y entierra las uñas agresivamente en la piel del lobo.
— J-Jungkook — Jadea apenas.
— Lo sé, lo sé – El lobo se echa sobre su cuerpo abrazándolo — Lo lamento.
— Est-to... Yo n-no... — Jimin se queda sin aliento ante otro empuje de Jungkook, tirando de sus músculos dolorosamente, sin embargo aún era placentero.
Las manos del lobo se encargaron de masajear sus muslos, caderas y espalda baja mientras sus movimientos aceleraron repentinamente. Jimin gime sorprendido corriéndose sin poder soportarlo más, justo antes de que sintiera al chico esconder el rostro en su cuello y a sus colmillos atravesarle la piel.
Su grito no puede opacar el gruñido bestial del lobo al correrse, quien se aferra a su cuerpo y se mantiene quieto mientras respira forzosamente.
Tras unos segundos Jimin intenta tomar algo de distancia, pero Jungkook lo detiene.
— Será mejor esperar a que disminuya – Se apoya en sus codos y aparta el cabello del rostro de Jimin antes de besarlo profundamente — Podrías herirte si intentas sacarlo ahora.
Jimin no tiene el aliento para hablar con su voz, así que asiente con la cabeza y cierra los ojos disfrutando del tacto caliente de los dedos del lobo, sus pechos aún subiendo y bajando agitadamente.
— Gracias. – Jimin abre los ojos encontrándose con los bonitos ojos humanos del chico — Por hacer esto, significa demasiado para mi.
Jamás hubiera imaginado que Jungkook era capaz de mirarlo así, de tratarlo así, de tocarlo así.
— Tú significas demasiado para mi, Jungkook.
→LYLM ♡
Holaaa.
Estoy terminando mi semestre por fin, así que pensé en actualizar esta historia.
Disculpen el smut barato.
Besitooos para quien aún siga aquí.
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