Capítulo 70 : FOUR SENSES

“Como agua en el desierto imposible de encontrar, pero me encontraste cuando estaba roto. Me recompusiste, me diste vida como una flor en el cemento. Tan bonita y rara. Me diste esperanza cuando estaba vacío
Me llevaste a través del fuego, tú estabas ahí. Eres el sol para la luna. Eres mi océano pintado de azul. Tú, soy nada sin ti. Como un ángel en una pesadilla me abriste los ojos. Estuve mirando en todos los lugares equivocados, eres el que he necesitado todo este tiempo.”

- YOU! (LANY)

Jungkook dejó escapar una sonrisa mientras sus manos se sostenían de la chaqueta americana que había elegido para el entrenador Kim, sus labios buscaron los de su pareja percibiendo la forma en la que las manos de este no abandonaban la piel de su cadera. Podía notar como Jin acariciaba levemente la zona con las llemas de sus dedos cuidadosamente mientras se besaban y movían sus cuerpos al ritmo de la música que continuaba sonando con fuerza en su habitación de hotel.

-Van a echarnos por escandalosos. - bromeó el entrenador empujando levemente a su atleta contra la cama.

Jungkook volvió a sonreír, dejándose caer sobre el colchón con aquel ridículo uniforme de Gryffindor completamente arrugado después de su divertida sesión de besos. Sus ojos siguieron los movimientos del entrenador, le gustaba la forma en la que aquel traje hacía que la figura de su cuerpo masculino destacase o la manera en la que el colgante que le había regalado colgaba con gracia desde su cuello hasta casi perderse bajo la tela de la chaqueta que había abotonado a la mitad de su marcado abdomen.

Ridículo, tenía que verse realmente así al lado de la imponente figura de su entrenador..

Para Seokjin en cambio no había nada ridículo en la imagen ante sus ojos, porque a su chico le quedaba bien todo. El gris de aquel chaleco sobre el que sobresalía la camisa blanca arrugada que en cierto momento había estado bien colocada o el nudo de su corbata flojo, a juego con los labios rosados e irritados de Jeon. No importaba si su ropa se había convertido en un desastre después de juguetear a abrazarse y besarse por al menos una hora entera, aquello incluso le daba un toque interesante a Jeon.

Esa imagen era sencillamente preciosa para Kim Seokjin quién ya se inclinaba sobre el sensible cuerpo de Jungkook con la intención de volver a besarlo. Lo habría hecho si no fuese porque ese precioso mocoso, que tenía la suerte de tener como novio, decidió poner una mano sobre su boca para frenarlo.

-¿Ocurre algo, niño? - sus dedos subieron hacia el cabello de Jungkook para apartar los mechones azules desordenados de su brillante mirada.

-Yo… todavía no te he dado mi otro regalo.

Seokjin sonrió y se apartó un poco para darle espacio a Jungkook, quien rápidamente estiró uno de sus brazos hacia la mochila negra que siempre llevaba cuando viajaban.

-Antes de que digas nada, solo lo he comprado porque siento curiosidad. No tenemos que usarlo si la idea no te gusta. - Jungkook alcanzó una simple bolsa de color negro del interior de su mochila y relamió sus labios esperando con ojos espectantes la reacción de su entrenador.

Jin sonrió, sus manos abrieron rápidamente la bolsa con la curiosidad asomándose a su mirada. Entonces la sonrisa apareció sobre sus atractivos labios, logrando que el nerviosismo de Jungkook aumentase un poco.

-¿No quieres que nos veamos el uno al otro? - Seokjin sacó los antifaces negros de la cajita en la que Jungkook los había acomodado de forma cuidadosa - ¿A ciegas? ¿Eso quieres?

Jungkook apoyó los codos sobre el colchón de la cama, sintiendo como las piernas del entrenador rodeaban su cintura debido a sus posiciones.

-He pensado que sería interesante probarlo, ¿sabes eso que dicen de que cuando uno de tus sentidos no funciona los demás aumentan su capacidad? Siento curiosidad acerca de si… Ya me has entendido, no tienes que hacer que lo diga. - Jungkook se dejó caer sobre la cama y tapo sus ojos con uno de sus brazos sintiendo como sus mejillas se calentaban.

Generalmente no se sentía avergonzado delante de su entrenador, pero la mirada que este le había regalado tras contarle acerca de su curiosidad sobre no ver mientras tenían relaciones fue… bueno, Jungkook no sabía si su novio estaba indudablemente encantado con la idea o solo pensaba que aquello sería un desastre.

-Hagamos una cosa. - Jin le apartó el brazo de los ojos antes de tomar su mano para entrelazar sus dedos en un toque cariñoso - Voy a ponerte el antifaz y si te gusta la sensación, entonces tú me lo pondrás a mí. Suena como algo interesante, apuesto a que sabremos disfrutarlo si lo hacemos bien juntos.

Jungkook dejó que una sonrisa sincera brotase de sus labios, sintiendo como todo su cuerpo se relajaba ante la positiva reacción de su pareja. Todavía tenía otra sorpresa preparada para él, algo que podría ir a juego con la botellita de lubricante con sabor a fresa que Jungkook le había visto esconder a Jin cuando se instalaron en el hotel. Pero eso tendría que esperar a las doce, con la llegada del año nuevo.

-Admito que estaba un poco preocupado por tu reacción. - Jungkook rodeó con sus manos la nuca de Seokjin, tirando de este hacia sus labios para poder besarlo. - Me encanta que siempre te muestres tan abierto a probar lo que me causa curiosidad.

Seokjin sonrió todavía con sus labios rozando los de su atleta. Jungkook sintió como una de las manos del entrenador se colaba bajo la desordenada camisa del uniforme para acariciar con las yemas de los dedos su torso, sin prisa. Un movimiento lento y mimoso que lo obligó a suspirar encantado.

-A veces haces que me causen curiosidad cosas que jamás me la habían causado. - Kim acarició con una de sus manos la piel de las mejillas de su chico, antes de quitarle las gafas que parecían comenzar a molestarle. - Así que, también estoy un poco curioso acerca de cuál será el resultado de esta idea tuya. De momento… - Jin le colocó con cuidado el antifaz y se aseguró de que Jungkook no pudiese ver nada - deja que me encargue de desnudarte, niño lindo.

Jungkook relamió sus labios, notando el escalofrío que atravesó su estómago cuando percibió los movimientos de su entrenador, sus dedos desabotonando la camisa blanca y las tibias manos de este contra la piel de su espalda a medida que se deshacía de la ropa. Tragó aire notando el hormigueo recorrer su entrepierna como siempre ocurría cuando Seokjin estaba tan cerca, odiaba y amaba ser tan completamente moldeable bajo sus manos. Nadie antes le había hecho sentirse de ese modo tan único. Seguro, confiado y lleno de ilusiones.

El entrenador se tomó un par de minutos para acariciar y provocar, dejando que sus dedos se desplazasen sobre la piel tibia del cuerpo de su novio. Jin podría haber seguido quitándole la ropa, haciendo de ese modo las cosas mucho más rápidas. Sin embargo, se detuvo y llevó sus labios hasta esa zona bajo la oreja que sabía que siempre causaba efecto, disfrutando de la manera en la que Jungkook respondía de forma automática a cada uno de sus actos.

-Buen chico. - Jin acarició con su nariz la zona del cuello de Jungkook cuando percibió la forma en la que este echaba la cabeza hacia atrás, permitiéndole obtener un poco más de espacio para moverse.

Lamió la piel mientras su mano sostenía la barbilla de su pareja, con el dedo pulgar colándose en la hendidura de los labios rosados que Kook se había estado relamiendo de forma continua por los últimos cinco minutos.

-Jinnie… - susurró removiendose, buscando ese contacto entre sus caderas que tanto le gustaba.

Seokjin sonrió dejando una pequeña marca sobre la piel de su nadador, olvidando que habían prometido solo realizarlas en esos sitios que tan solo ellos y nadie más vería.

-Lo siento por eso niño. - dijo observando la boca semiabierta y brillante de su nadador.

-No...no importa. Sigue Jinnie.

Las reacciones de Jungkook generalmente eran sinceras, si al chico le gustaba algo seguiría pidiéndolo hasta cansarse, pero ese día estaba más callado de lo normal, casi concentrado en las sensaciones que lo atravesaban. Se estremeció sintiéndose más y más sensible a medida que su entrenador recorría la distancia entre su cuello y pecho con un camino de besos húmedos que frenó sobre sus pezones, provocando que su cuerpo se arquease instantáneamente al sentir la caliente boca de Jin sobre una de sus zonas más sensibles.

Y el entrenador no tuvo piedad al continuar besando, succionando y pellizcando hasta que la zona se tornó enrojecida. Jungkook notaba como los latidos de su corazón ensordecían todo lo demás y enterró su mano en el cabello de su entrenador instandolo a seguir un poco más con aquello que lo estaba encendiendo de forma inevitable.

-Recuerdo que no solía gustarte que jugase así. - Seokjin sostuvo uno de los pezones de Jungkook entre sus dedos y tiró levemente, al instante el calor se instaló en su cuerpo tras notar cómo el cuerpo de su nadador se arqueaba gustosamente.

Seokjin decidió recrearse con el nuevo comportamiento de su novio, cada una de sus acciones tenían como respuesta un gemido bajito y eso estaba calentando su cuerpo. Entonces sus ojos siguieron la dirección de la ropa que había dejado caer sobre el suelo y no pudo evitar tomar la corbata.

-Voy a atar tus manos al cabezal de la cama, si te sientes extraño o quieres que te suelte, dímelo y lo haré al instante. Recuerda que si no nos gusta a ambos entonces podemos encontrar otros modos, nunca digas que sí a algo que no te apetece probar. ¿Estás bien con esto, precioso?

Jungkook sonrió, notando el tono meloso que demostraba que su entrenador se encontraba tan afectado como él tras aquellos minutos de juego previo.

-Estoy bien con eso, hazlo Jinnie. Te avisaré si no me agrada.

Jin beso cariñosamente las muñecas de Jungkook antes de rodearlas con la tela de la corbata, comprobó un par de veces que no estaba demasiado apretada y ajustó esta al cabezal de la cama. La postura de Jungkook se modificó levemente de forma automática, su espalda un poco más arqueada en consecuencia de la posición de sus brazos alzados y sus manos atadas, inmovilizadas con la corbata de aquel uniforme. Todavía sin ver nada, el nadador se removió un poco ante la vista de Seokjin y abrió sus piernas pidiendo que se encargase de retirar los molestos pantalones.

-Bien, supongo que mi chico necesita un poco más de atención pero antes de eso voy a poner algo bonito en tu cuello. - Jin se acercó para susurrar sobre el oído de Jungkook - Elegí un collar azul cobalto, del mismo color que tu flequillo, la tela es suave para que no te lastime y lleva grabadas mis iniciales.

Un gemido se asomó a la boca de Jungkook, a pesar de que no podía ver nada pudo sentir los rápidos movimientos de Jin y como la cama se hundía un poco cuando este regresó a su lado. En el instante en el que las manos de su pareja acariciaron su cuello su cuerpo se estremeció, entonces la suave tela del collar se posó allí donde este había acariciado.

-Bonito. - Jin sonrió observando la llamativa imagen ante su mirada. Jungkook era bonito y atractivo generalmente, pero en ese instante la sensación que envolvía su persona estaba completamente cargada de erotismo. - El azul es tu color, niño lindo.

Jungkook suspiró complacido cuando la tela de los pantalones fue sustituida por un nuevo camino de los besos de Seokjin, aquellos labios que conocía tan bien estaban moviéndose lentamente desde su tobillo hasta su ingle y entonces… Oh, aquello podría matarlo fácilmente porque la lengua de Jin comenzó un juego desvergonzado contra su entrada tras dejar caer un líquido que él podía imaginar que sabía a fresa.

El atleta trató de mover su mano para acariciarse a sí mismo, pero pronto recordó que el entrenador las había sostenido sobre su cabeza, usando la corbata para inmovilizar sus brazos en el cabezal de la cama.

-Jin… necesito que… me toques un poco o… por favor.

Seokjin no dudó en complacer a su precioso novio, su mano acarició sin prisa la base de la erección de este y jugueteó con los testículos antes de cubrir la extensión completa con su palma. Su boca se apartó de la entrada de Jungkook unos segundos para dejar caer un poco más de lubricante, sus ojos luchaban con la necesidad de quedarse quieto para poder ver cada reacción de ese precioso ser humano que se encontraba jadeando complacido por sus actos.

-Voy a desnudarme. - informó.

Jungkook sabía que eso significaba que el entrenador probablemente estaba comenzando a sentirse tan caliente y necesitado como él, la diferencia se encontraba en que este todavía podía tocar y ver.

-Te necesito. - gimoteó, notando como su cuerpo parecía sentir frío ahora que su pareja se había alejado para desnudarse.

-Solo espera unos minutos más y me tendrás. - Jin besó nuevamente los labios irritados de Jungkook - Deja de morder tu boca o acabarás haciéndote daño cariño.

Jungkook asintió, mas sus dientes volvieron a atrapar su labio inferior cuando sintió uno de los dedos de Seokjin comenzando a acariciar su entrada antes de introducirse en él con su cuidada lentitud habitual. Cuando el entrenador lo tocaba siempre se sentía realmente bien, podía notar lo mucho que Jin lo quería a través de las caricias y eso lograba que su interior se llenase de felicidad.

-¿Todo bien, niño? - susurró Seokjin.

-S...sí. - Jungkook sonrió encantado con la caricia de una de las manos de Jin sobre su costado derecho. Los dedos de este se movían contra su piel de forma experta, conocían cada parte que debía ser tocada.

Se sentía querido, amado y seguro. Entre los brazos de su entrenador Jungkook creía que no había nada ni nadie que pudiese dañarlo, porque cuando este lo envolvía el resto del mundo parecía desaparecer momentáneamente de su cabeza.

Cuando Kim lo besaba y tocaba, se adentraba en él o le acariciaba el cuello con los labios a la par que susurraba en su oído palabras bonitas, solo en esos instantes sus miedos desaparecían momentáneamente. Al lado de su entrenador no importaba la presión de la prensa, el odio de su madre o lo que otros nadadores podrían pensar si descubriesen su secreto.

Las manos de Jungkook se movieron una vez más, desesperando ante el hecho de no poder acariciar la ancha espalda de su pareja mientras este entraba en él. El placer cubrió su cuerpo pronto y sus piernas se abrieron buscando ampliar aquella abrasadora sensación que lo obligaba a relamerse una y otra vez.

-Te he dicho que no muerdas tus labios. - Seokjin acarició la boca de Jungkook por unos segundos, para a continuación estrellar sus labios juntos en un toque agradable que discernía de las profundas y rápidas estocadas. - No quiero que te lastimes, así que tendré que continuar besandote niño.

Y así lo hizo, mientras una de sus manos se mantenía acariciando el miembro de Jungkook y la otra se posaba sobre las manos atadas de este.

-Voy a ponerme el otro antifaz ahora. - informó Seokjin, sabiendo que tendría que luchar con el hecho de no poder ver las expresiones de su chico.

Una sonrisa compartida, sus frentes chocando mientras sus respiraciones aumentaban hasta solo permitirles sostenerse el uno en el otro a medida que sus cuerpos se estremecían con la cercanía del clímax y la mano de Seokjin ahora sobre la espalda baja de su nadador, para impedir que este pudiese sentir el más mínimo dolor por la posición complicada.

Jungkook lo abrazó con sus piernas, ayudando en la tarea de hacer aquellas estocadas mucho más profundas de lo que Seokjin había planeado. Su erección había quedado completamente atrapada en la fricción de sus estómagos unidos con un leve cambio de postura, por lo que cada vez que Jin se movía las oleadas de placer parecían ser dobles en consecuencia.

-Entrenador. - el cuerpo del atleta se arqueó irremediablemente - Estoy cerca.

Jin asintió, las gotas de sudor comenzaban a caer sobre su frente cuando percibió la bonita forma en la que su novio se estremecía pegándose más a él. Y aquello fue suficiente, el suspiro saliendo de sus labios chocando contra su oído mientras le pedía nuevamente que se moviese más profundo. Que lo llenase por completo.

-Te quiero, niño. - susurró dando la última estocada antes de caer sobre Jungkook, sintiendo su cuerpo contraerse en el clímax a la par que los gemidos pausados de su nadador comenzaban a diminuir.

-Y yo a ti, viejo.

Jungkook giró en la cama felizmente, todavía completamente desnudo mientras besuqueaba cariñosamente la barbilla de su entrenador y sostenía entre sus manos un regalo de navidad inesperado. El ancho collar de seda azul con las siglas del nombre de Kim Seokjin así como las marcas rojizas de besos, destacando sobre su piel nívea y suave.

-Creí que solo habías preparado lo del lubricante de sabor a fresa, pero supongo que me equivocaba. - dijo sentándose a horcajadas sobre la cintura de su entrenador.

Jin sonrió, complacido con la expresión risueña que Jungkook le mostraba incluso cuando ni siquiera había abierto el regalo todavía.

-Es solo un pequeño detalle, no le des demasiada importancia. - susurró con la voz afectada.

Jungkook lo miró antes de apurarse a romper el papel de regalo que envolvía la cajita. Durante unos segundos se mantuvo en silencio, y entonces ahí estaba de nuevo, esa hermosa sonrisa que Seokjin amaba recibir por parte de su pareja.

-Esto es muy dulce Jinnie. - Jungkook observó la tacita caracterizada sobre la que había sido impresa esa foto de ellos dos, con Yuqi y sus mascotas rodeandolos. Era el día que habían decidido colocar los adornos navideños, la misma tarde que comprobaron que aquello era una mala idea con dos gatitos sueltos dispuestos a investigar hasta el más mínimo detalle. Bajo la foto había unas sencillas frases que narraban :

“Amor vincit omnia. “
“Happy New Year”
“JJK x KSJ.”

-Mira dentro de la taza. - Seokjin abrazó por la cintura a Jungkook, sentado sobre la cama con las piernas de su chico a ambos lados de su cuerpo. - He escuchado que hace tiempo que quieres ir al cine.

Jungkook abrió los ojos un poco y sonrió.

-¿Me vas a llevar a ver una película? - preguntó llevando una de sus manos hacia la nuca de su entrenador para juguetear con el cabello azabache de este.

-No solo eso, voy a llevarte a Busan para ver una película en ese cine al que solías ir de pequeño. - el entrenador sonrió complacido al notar la expresión entusiasmada en el rostro de su pareja - Pero será después de mi operación, nos quedaremos algunos días en Busan para que puedas descansar cuando acaben los nacionales. Quizás podríamos alquilar alguna casa cerca de la playa en la que acepten mascotas. ¿Te gusta esa idea?

Jungkook asintió rápidamente, le había contado más de una vez a Seokjin acerca de lo mucho que extrañaba poder ver el mar pero nunca había esperado que este decidiese llevarlo a Busan. E incluso si las dudas lo hubieran llenado de sentimientos contradictorios meses atrás, ahora solo podía pensar en todos los lugares que le gustaría visitar con su novio en la ciudad que lo vió nacer y dar sus primeros pasos en el mundo de la natación.

Y aunque Jeon Jungkook nunca lograba alejar del todo el recuerdo de su madre rechazandolo, al menos se consolaba con la certeza de que tenía a su lado a una de las personas más pacientes y buenas que había conocido. Su entrenador tenía una personalidad hermosa, un físico de ensueño y las respuestas adecuadas para ayudarle a ser feliz cuando la tristeza amenazaba con asomarse.

El sonido de los fuegos artificiales y las luces de colores iluminando la habitación del hotel interrumpieron sus pensamientos. Ya eran las doce, un nuevo año acababa de empezar con Jin a su lado y sus ojos lo buscaron al instante.

-Feliz año nuevo, niño. - el entrenador acarició su mejilla con cariño y Jungkook recibió gustosamente sus labios cuando un beso calmado se precipitó sobre su boca.

-Feliz año nuevo, Jinnie.- sonrió con ganas. Incluso si sus labios dolían un poco, no podría evitar mostrar su evidente felicidad incluso pretendiendolo. Y aunque Jungkook había planeado otro regalo más para recibir ese nuevo año, se dejó llevar en el instante en el que el entrenador lo depositó sobre la cama abrazándolo cariñosamente por la cintura.

Jin llevó sus labios hasta el hombro de Jungkook, dejando un rastro de besos por su espalda mientras entraba en él sin prisa y comenzaba una ida y venida de estocadas lentas. Sus manos descendieron desde la cadera del chico hasta sus muslos, tras ayudarle a colocarse bien coló una de sus piernas entre las de su nadador. Las estocadas lentas y precisas creaban un sonido encantador con cada choque de sus pieles a medida que los gemidos brotaban de sus bocas.

Jungkook suspiró felizmente, arqueando su cuerpo mientras sentía una de las manos de su entrenador sostener de forma demandante su miembro, impidiendole tocarse por cuenta propia. Giró su cabeza encontrando rápidamente el consuelo placentero de los labios de Seokjin, quien se encontraba tan dispuesto como él a iniciar un beso poco recatado. Sus lenguas juguetearon juntas hasta que la necesidad de respirar los obligó a separarse y sus frentes se juntaron.

-Deja que yo me encargue de eso precioso, tú limítate a disfrutar. - Jin susurró, con su mano subiendo y bajando contra la piel del miembro del nadador quien no podía hacer nada más que estremecerse entre los brazos de su pareja.

Oh, y Jungkook lo hizo. Él realmente disfrutó cada caricia y palabra cariñosa de esa noche en vela que los dos pasaron juntos, acariciandose a medida que el cielo del exterior modificaba sus colores hasta dejar paso a una mañana naranja. Solo frenando su necesidad para hablar bajito, envueltos en su nube de amor azucarado. Ese amor que había devuelto la felicidad a la vida de ambos.

El sol del amanecer entraba por su ventana y se posaba sobre sus cuerpos cuando el entrenador Kim se apartó un poco para apagar una alarma que no había sido realmente necesaria. Jungkook sonrió, sintiendo sus piernas un poco temblorosas y su corazón mucho más sensible de lo que lo había sentido nunca. Las suaves motas de luz envolvían sus cuerpos haciendo brillar el cabello de Seokjin cada vez que se movía.

-¿Cansado? - Jin pellizcó el pezón derecho de su pareja con una de sus manos, y sonrió al comprobar que Jungkook volvía a arquearse a pesar de su gesto soñoliento. - ¿Debería hacértelo hasta que no puedas más? ¿Cuántas veces han sido?

-En realidad me gusta esa idea, todavía podemos volver a Seúl esta tarde. ¿No es cierto?

-Desde luego no permitiré que conduzcas sin haber dormido al menos ocho horas, debes descansar niño.

-Bien, puedo descansar dentro de media hora. - Jungkook alzó sus cejas con aire retador, sintiendo como el entrenador Kim acariciaba su flequillo azulado para librar su mirada.

Seokjin sonrió con una expresión decidida. Sus manos sostuvieron las piernas de Jungkook atrayéndolo hacia sí en la cama, entonces su boca se posó sobre el miembro de este con el objetivo de consentirlo una vez más. El sabor a fresa todavía impregnando sus pieles.

Jungkook gimoteó llevando sus manos hacia la cabeza de Seokjin, sintiendo como los mechones del cabello despeinado del entrenador se colaban entre sus dedos.

-Entrenar mañana va a ser duro. - bromeó.

Kim Seokjin no tenía piedad alguna, si la tuviese no habría despertado a Jungkook a las siete de la mañana del día siguiente dispuesto a iniciar de nuevo su rutina de entrenamientos.

-Ayer regresamos de Daegu tarde, déjame dormir al menos dos horas más Jin. - protestó el nadador enterrando por completo su cabeza contra la almohada de su cómoda cama.

Seokjin se acercó a la cama, con el paso del tiempo de alguna manera los despertares rápidos de Jungkook se habían tornado lentos. Seguía siendo ese atleta magnífico que amaba su deporte, sin embargo su ansiedad por vivir dentro del agua de la piscina parecía haberse reducido un poco con los buenos resultados de las competiciones nacionales en las que se había clasificado con alguno de los mejores tiempos desde hace años.

Su mano se movió de forma automática hacia el cabello de su pareja y acarició levemente su cabello durantes varios segundos, dejando que sus ojos pudiesen disfrutar de la vista que su bonito novio le ofrecía recién despierto.

-Todavía soy tu entrenador, tienes que levantarte precioso. - Jin se sentó sobre la cama e inclinó su cuerpo para besar la mejilla de Jungkook - Solo quedan ocho días, siete si tenemos en cuenta que no podré estar contigo el día de la final. Eres un gran atleta, demuestrame las ganas que todavía puedes ponerle.

Jungkook lo observó por unos instantes, su sonrisa cansada creciendo a medida que se sentaba sobre la cama con ojos ilusionados.

-Después de los nacionales tendré que prepararme para el torneo de Asia y los mundiales, si logro obtener buenos tiempos y sigo mejorando puede que las Olimpiadas no sean un objetivo descabellado.

Seokjin suspiró, bajando la cabeza por un instante al recordar que en algún momento de su vida las Olimpiadas también habían sido una de sus mayores ilusiones.

-Tú quieres llegar a las Olimpiadas, yo quiero que lo hagas conmigo a tu lado como entrenador. Hasta hace poco creí que era un sueño imposible, la mayoría de chicos que he entrenado han decidido irse llegado el punto en el que la oferta de entrenadores más conocidos aparecía. No los culpo, los centros de entrenamiento olímpico siempre son una apuesta segura. - Jin acarició la rodilla de Jungkook - Que seamos pareja no quiere decir que debas quedarte conmigo, seré el primero en animarte a tomar otro entrenador en el caso de que alguien te ofrezca algo realmente bueno… pero de alguna forma creo que hacemos un buen equipo. Así que voy a permitirme soñar con que algún día quizás yo pueda ser un seleccionador profesional y tú uno de los grandes atletas en mi equipo.

Jungkook se mantuvo callado, dejando que Seokjin dijese todo aquello que necesitaba antes de hablar.

-Te lo dije una vez, creo firmemente que el mejor nadador necesita al mejor entrenador. Somos un buen equipo porque los dos somos buenos en nuestro trabajo y amamos el mundo de la natación. - Jungkook extendió su mano y la posó sobre la de Seokjin - Estoy seguro de que lograrás entrenar a la selección nacional, nunca he querido estar en un equipo pero incluso eso suena bien si podré hacerlo contigo. Incluso si no llegas a ser un entrenador nacional, o si yo nunca llego a las Olimpiadas… quiero que sepas que eso no restará fuerza a nuestro trabajo. Los dos somos vamos a lograrlo, quiero ser positivo con respecto a eso.

Seokjin sonrió, su mirada todavía gacha apreciando el suave agarre de la mano de Jungkook sobre la suya.

-Bien, vamos a hacerlo. Vamos a llevarte a las Olimpiadas.

Jungkook amplió su sonrisa, sus dedos se posaron sobre la barbilla de Jin antes de alzarla para poder depositar un beso rápido sobre los labios de este.

-Y vamos a lograr que Kim Seokjin pueda convertirse en el seleccionador nacional del equipo de natación de Corea.

Los dos sonrieron, ambos sabían que soñar era algo peligroso pero también era mucho más adecuado que conformarse. Ninguno de ellos había crecido sin esforzarse al máximo por lograr sus objetivos, desde el preciso instante en el que los dos se sumergieron en una piscina la natación se convirtió en el motor de sus vidas. Gracias a aquel deporte se habían conocido y gracias a este su amor había nacido.

-Pero para eso debes levantarte campeón, quiero que ganes la final de los nacionales. Puedes estar seguro de que haré que Sejin me llame en cuanto la competición termine, realmente odio tener que operarme el mismo día que…

Jungkook posó un beso sobre los labios de Seokjin.

-Vayamos a entrenar Kim.






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Holiiii!!

Capítulo antes de tiempo porque ya lo tenía escrito y me apetecía compartirlo. Está sin repasar así que siento las posibles faltas de ortografía.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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