Capítulo 7 : WIDE SHOULDERS

" Ayúdame, es como si las paredes se me viniesen encima. A veces me dan ganas de dejarlo todo pero simplemente no puedo,
no está en mi sangre."
—Shawn Mendes.







El olor de la comida hizo crujir el estómago de Jungkook mientras se acomodaba en una de las sillas que rodeaban la barra de la cocina de su casa, después de una mañana de entrenamiento se encontraba completamente hambriento y podría devorar casi cualquier alimento que le pusieran ante los ojos.

—Huele bien - una sonrisa traviesa atravesó su mirada.

—Te dije que no sería tu niñero, esto no se acerca para nada a lo que se supone que un manager tiene que hacer por su representado.

Jungkook sonrió mientras uno de sus camaleones caminaba tranquilamente sobre su antebrazo. Kim había mostrado cierto miedo ante el animalillo cuando descubrió su terrario sobre la barra de la cocina, así que la tentación de mantenerlo cerca del entrenador había vencido cualquier señal de seriedad por parte del atleta. Podría llamarle "niño" todo lo que quisiera, aquello no le quitaba la diversión a los ojos agrandados de Seokjin cada vez que percibía a su mascota moverse.

Jungkook sonrió y le enseñó el camaleón a Peach quien se limitó a olisquear antes de perder el interés.

—Estás sustituyendo a Sejin, él no es un manager cualquiera. Él es familia, así que lo que generalmente hace un manager no se aplica en este caso.

—¿Esclavizas a tu familia acaso niño? Tienes veinte años Jeon, deberías saber cocinar algo decente. ¿Qué es toda la mierda de las estanterías de tu cocina? No hay nada de lo que te indique que debéis comer durante el programa de entrenamiento. ¿De verdad quieres ganar los mundiales de Asia? Empieza por comer bien de momento.

Jungkook no pudo evitar suspirar molesto. ¿Acaso Kim nunca descansaba? Siempre tenía algo que decir o argumentar acerca de absolutamente todo. Cada vez que empezaba uno de sus discursos sentía ganas de llamarlo "viejo" una y otra vez, incluso si la cara de su entrenador no tenía nada que ver con la de un anciano.

Si generalmente Kim era conteston e insoportablemente pesado , ese día superaba por completo a cualquier media imaginaria. Su entrenador había estado hipersensible toda la mañana y aunque no había perdido del todo la paciencia, sus continuas protestas estaban llevando a Jeon a un estado de estrés.

—No esclavizo a mi familia, generalmente me hago mi propia comida pero no soy realmente bueno en ello y los viernes Yuqi no come en su instituto así que Sejin suele ofrecerse para prepararnos algo decente antes de irse a casa. Vivo con una adolescente así que toda esa mierda que ves le pertenece a ella.

—Ah, no, no me metas - Yuqi colocó su mochila sobre la barra de la cocina y se sentó al lado de Jungkook mientras observaba al entrenador Kim preparar algo con lo que había logrado encontrar en las vacías estanterías de su casa - Lo mío sólo es el chocolate. Las pizzas, snacks, ramen y rollitos de queso son tuyos.

—Ni siquiera los compro yo - Jungkook alzó las cejas tratando de defenderse ante el ataque de su hermana pequeña - Mamá lo hace.

El suspiro enfadado de Jin se escuchó claramente desde el otro lado de la barra de la cocina.

—No voy a hacer tu compra, así que como eres un niño pequeño tendré que hablar con tu madre.

—No vas a hablar con mi madre, ella difícilmente encuentra tiempo para estar con nosotros. No necesita más preocupaciones, mucho menos acerca de cómo hacer la compra, lo haré yo a partir de ahora. Hay una línea muy importante que te separa de mi familia y no debes atravesarla, si hay algún problema habla conmigo, con nadie más. Solo deja de protestar, nunca descansas.

Kim cambió su expresión en cuestión de segundos, sonrió cálidamente antes de caminar hacia Jungkook para revolverle el cabello, ya se había convertido en una manía para él. Ver los ojos enfadados que Jeon siempre ponía cuando le tocaba el cabello era desternillante a la par que adorable porque ese muchacho atractivo y con cuerpo de hombre podía convertir su cara en la de un niño bonito con el simple hecho de agrandar sus ojos. Podría pasarse la vida molestándolo, incluso si sabía que el nadador se la devolvería tarde o temprano.

—Ven aquí entonces, déjame enseñarte a hacer algo fácil para ti y tu hermana - la voz de Kim era ahora mucho más calmada. A veces olvidaba que Jungkook todavía era un chico joven que tenía que sacrificar todo lo que hacían las personas de su edad, alguien que cuidaba de su hermana sin protestar, entrenaba duramente… probablemente tenía demasiadas cosas en su cabeza como para atosigarlo con dietas para el aumento de sus músculos y resistencia. Ese muchacho ayudaba a mantener a su familia y pagaba ese caro apartamento con el sudor de su frente - Lo siento niño, no es un buen día para mí y lo estoy pagando contigo. Seré más paciente.

Jungkook observó a Kim confundido, él había estado bromeando todo el tiempo a pesar de su sería idea de que su familia no debía mezclarse con sus elecciones personales, pero su entrenador parecía lamentarse con total sinceridad. Antes de que pudiese decir nada sus ojos siguieron el movimiento de Jin quién rebuscó en su mochila antes de sacar un bote de pastillas y alcanzar la botella de agua.

¿Le dolía el hombro? ¿Era por eso que se había pasado la mañana de mal humor protestando casi por cualquier cosa?

—¿Te duele el cuello? - Yuqi se adelantó a él al realizar la pregunta - Llevas una de esas vendas de colores que Jungkook usa cuando se lesiona.

Kook alzó la ceja antes de moverse levemente para comprobar lo que su hermana pequeña decía, efectivamente, una venda roja sobresalía sobre el sweater gris de su entrenador y se extendía hacia el cuello de este. Era prácticamente obvio que la llevaba porque había visitado algún fisioterapeuta, así que probablemente estaba adolorido mientras preparaba la comida para ellos y eso hizo que el nadador se sintiese realmente mal por haberle pedido aquello. Solo quería jugar a molestar a Kim, no sabía que este tenía dolores esa mañana, a pesar de su clara debilitada paciencia su entrenador había respondido bien a sus bromas e incluso se había animado a salir a correr con Peach al amanecer.

—No es nada grave - Kim les dedicó una sonrisa - Ayudame con esto Jungkook, necesito que muevas la olla grande por mí. ¿Quieres pelar las zanahorias Yuqi?

Ambos hermanos asintieron a la vez.

Un par de horas después, mientras comían sentados sobre la alfombra del salón viendo uno de esos comeback shows de los que tanto disfrutaba Yuqi, Jin se preguntó en silencio si esos dos muchachos ante sus ojos se sentían solos. Sabía que la madre de Jeon trabajaba como azafata internacional y que eso le dejaba poco tiempo para estar con sus hijos, sin embargo no tenía la mayor idea de dónde se hallaba el padre de estos o si tenían a alguien más. Jungkook había dejado claro que Sejin no era un manager normal, que era casi parte de su familia… así que eso le creaba más dudas.

—¿Jin te gustan los grupos de idols?

Seokjin iba a responder cuándo Jungkook reprendió a su hermana.

—¿Te ha dado el entrenador permiso para llamarlo por su nombre de pila Yuqi? - Jeon pellizcó el brazo de su hermana haciéndola protestar claramente irritada. Kim se limitó a sonreír, aquello le recordaba a su hermano.

—Está bien, no me molesta que me llames así. En cuanto a los grupos de idols, hace un tiempo que no presto demasiada atención a esas cosas. ¿Alguna recomendación?

Yuqi sonrió ampliamente mientras levantaba su cubierto dispuesta a comenzar a hablar.

—Oh, no por favor. No sabes en lo que acabas de meterte.

—En realidad tengo muchas recomendaciones, crearé una playlist para ti. ¿Puedo tener tu número?

Jungkook agrandó sus ojos ante la frase que su hermana había dejado salir de sus labios .

—Es mi entrenador, no un amigo tuyo Yuqi.

Nuevamente Seokjin se limitó a sonreír y asintió, no le molestaba aquello. En realidad, para él era más sencillo cuando su relación con los nadadores rozaba la amistad. Aquello podría ayudarles a encontrar un equilibrio de confianza y respeto mutuo.

—Está bien, puedo usar esa playlist para torturar a tu hermano en el gimnasio. Pon mucho de lo que él odie.

Jungkook miró a Kim completamente incrédulo ante la forma en la que los acontecimientos se habían desencadenado. ¿Qué mierda estaba ocurriendo? No era suficiente el que fuese el primer entrenador que dejaba entrar en su casa, ese día por petición propia, sino que era el primero que decidía llevarse bien con su hermana. Lo peor de todo aquello era que el atleta ni siquiera sabía si le agradaba o no, después de todo su hermana parecía feliz.

Mientras ellos hablaban Jungkook decidió que era un buen momento para dejar que su cabeza se tranquilizase un poco, quizás estaba pensando demasiado. No era malo que un entrenador le agradase, sobretodo después de que durante los últimos años ni uno solo le pareciese lo suficientemente bueno. De nuevo, Kim no era perfecto pero sí superior a la mayoría de las personas que habían tratado de entrenarlo. Lo había analizado las suficientes veces como para estar seguro, prefería a alguien que sabía acerca del mundo de la natación por la práctica que a una persona que solo presumía de entender la teoría.

Observó nuevamente a aquel hombre que se encontraba sentado sobre la alfombra de su salón y charlaba con su hermana pequeña como si se conocieran desde hace años, no había podido evitar pensar en que este era diferente y odiaba darle vueltas a esa idea de forma constante. Lo estaba aceptando como entrenador, no debería ser tan difícil de admitir pero lo era, por gran cantidad de motivos.

—Es bueno saberlo, usaré todas esas canciones .

La voz divertida de Kim se coló entre sus pensamientos. La imagen de este con los brazos cruzados cómicamente, la sonrisa amplia y su preciosa perrita acurrucada sobre sus piernas… se había vuelto familiar en muy poco tiempo. No estaba acostumbrado a que los entrenadores se quedasen a su lado más de un mes y Jin llevaba allí tres semanas actualmente, ni siquiera parecía que tuviese planeado irse y él no sabía si quería que lo hiciera.

—Debería irme, la próxima vez encargaré algo en un restaurante. Nada de pizzas todos los días niño, mucho menos snacks constantemente. Están bien de vez en cuando pero…

—Lo sé - Jungkook protestó - ¿Necesitas que te lleve? Si te duele el hombro no podrás conducir de forma segura.

Jin negó.

—Puedo andar, de hecho eso me ahorrará tener que sacar a Peach en cuanto llegue a casa -Kim movió su cuello haciéndolo crujir levemente - No te preocupes niño, dejaré mi coche en tu garage y mañana te lo recogeré cuando venga a por ti para salir a correr.

Jungkook frunció el ceño.

—¿Tu casa queda cerca?

—A una media hora andando, no es mucho en realidad. La urbanización que construyeron hace unos años cerca del gimnasio.

A pesar de las palabras de Kim, Jeon ya tenía las llaves de su mimado Bugatti Chiron en las manos.

—Te llevaré de todos modos, está helando ahora y no quiero que Peach se enferme - aquello no era mentira. En realidad por norma general los animales siempre le preocupaban más que cualquier ser humano - ¿Cuándo iremos a la protectora que prometiste?

—Estoy organizando algo - de forma automática los dos muchachos caminaron hacia la salida mientras Yuqi mantenía su atención en el televisor - ¿Qué opinas de una carrera benéfica? Podríamos vender entradas y recaudar dinero para alguna asociación animalista, también serviría para analizar el entrenamiento en una carrera real.

—Me gusta la idea, puedo nadar todo lo que quieras por eso - los ojos de Jungkook mostraban verdadera ilusión - Pero no sé qué opinaran los promotores.

—Me encargaré de ellos, después de todo soy el entrenador que más te ha durado en los últimos seis años. Les interesa que me mantenga entrenandote, si digo que es mi idea y que pueden confiar en mí probablemente lo acepten. Pon tu fe en mi niño.

Jungkook rodó los ojos ante el apodo, cuando llegaron al garaje su entrenador le lanzó las llaves de su propio coche rechazando el paseo en el ostentoso Bugatti.

—Aunque tu coche es una belleza has olvidado el detalle de que Peach no estará cómoda ahí. ¿No es ella el motivo de que quieras acercarme a casa?

El nadador parpadeo por unos segundos antes de entender a lo que Jin se refería, definitivamente su coche no sería cómodo para Peach, no tenía todo ese espacio que el de su entrenador sí. Tampoco tenía asientos traseros en los que la perrita pudiese descansar cómodamente durante el trayecto.

—Vamos en tu coche entonces - aceptó avanzando hacia la salida del garage - La próxima vez puedes usar mi plaza, es lo suficientemente grande para que ambos vehículos quepan.

—Awww, ¿me darás las llave de tu garage Jungkookie?

Jungkook negó quitándole a Kim la correa de Peach para poder caminar con la perrita por la zona exterior del edificio.

—No, le diré a Jack que te deje pasar cuando vengas aquí. Es la mejor y única oferta que haré - Jungkook hizo una pausa antes de mirar a su entrenador, este mantenía las manos en los bolsillos de sus pantalones de deporte negros y los observaba a él y Peach con una sonrisa descarada - Dijiste que si la paseabas ahora te ahorrarías hacerlo luego, puedo ocuparme de eso.

—Peach todavía es mía, ¿lo recuerdas verdad?

Jungkook se encogió de hombros y tras esconderse del frío bajo su capucha comenzó a caminar con la perrita. Todavía había luz natural en la calle pero la niebla , el frío y las lluvias intermitentes hacían que el día pareciese más oscuro de lo normal a pesar de la hora. Podía notar al entrenador Kim caminando de espaldas justo en frente de ellos con una sonrisa cínica.

—Vas a caerte si haces eso. ¿Me recuerdas quién es el niño?

Jin frunció levemente el ceño fingiendo confusión. Desde esa posición podía ver el flequillo azulado de Jungkook siendo revuelto por el viento, tapando los ojos profundos del muchacho y haciéndolo resoplar molesto por la mala visión. Estaba sintiendo tentación de regalarle unas gomas para el cabello cuando llegase la navidad.

—¿Acaso no es obvio? Comparanos, tienes músculos de adolescente todavía. ¿Dónde están tus hombros?

—Preguntatelo a ti mismo, eres mi entrenador y el responsable de mi condición física.

Kim hizo un sonido con la boca antes de fingir ser golpeado por una bala.

—Touche. Qué daño me has hecho pequeño.

Ambos se miraron por unos segundos, Kim había usado muchos apodos antes pero nunca ese y de repente los dos notaron una leve sensación de timidez al respecto.

—Tus músculos están bien y estarán mejor cuando lleves un tiempo con mi programa de entrenamiento - Jin carraspeó antes de volver a caminar de la forma correcta, mirando hacia delante en lugar de a Jungkook - Pasea con Peach el tipo que quieras niño, esperaré en el coche. Mi hombro empieza a clamar por un poco de piedad.

Jungkook asintió, mientras el entrenador Kim caminaba hacia su vehículo volvió a fijarse en aquella venda que sobresalía del cuello de su sweater. Deseaba poder seguir nadando por el resto de su juventud, verlo a él lo prevenía de los peligros del sobre esfuerzo.

—¿Le duele mucho Peach? - Jungkook se acuclinó para acariciar las orejas de la perrita con sus manos - El entrenador Kim ha vivido la peor pesadilla de un atleta, creo que por eso no puedo rechazarlo. La sabiduría y experiencia valen más que el perfeccionismo.













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Sorpresa! Nuevo capítulo porque realmente estoy amando escribir esta historia. Espero que os haya gustando tanto como a mi escribirlo.

Un beso, Mel 😘

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