Capítulo 53 : SI VIS AMARI, AMA

"Tengo escalofríos cuando caminas, escalofríos cuando hablas, escalofríos cada vez que dices mi nombre. Es la forma en que se siente cuando nos tocamos. No puedo tener suficiente. El amor me congeló en el lugar. "
- Chills (Why Don't We)

Jungkook apartó la mirada del televisor y posó sus ojos con confusión sobre Jin quién se mantenía de pie sosteniendo ese pastel de chocolate en una de sus manos. Su cabello estaba húmedo debido a la lluvía que caía en el exterior y portaba ropa deportiva, pues esa misma mañana había salido a correr sin tan siquiera despertarlo. Había sido tremendamente extraño despertar sin su novio o las perritas en la enorme cama de la habitación y probablemente se hubiese preocupado de no haber encontrado una nota sobre la almohada acompañada de una carpeta colorida que contenía su nueva propuesta de "entrenamiento duro".

"Saldré a correr hasta las diez. Me llevo a Peach y Mei conmigo, teniendo en cuenta que estás mucho mejor he decidido dejar que ojees tus nuevas rutinas. No te fuerces demasiado a leer si te sientes cansado.

Volveré con el desayuno. Portate bien, niño.

Jin :) "

Jungkook ni siquiera había dudado. En la oscuridad invernal de la mañana había encendido la lámpara de la mesilla y con la acogedora luz anarajanda se había estirado entre las sábanas térmicas índigo de su entrenador para revisar las nuevas propuestas de entrenamiento con la música de la lluvia chocando contra los cristales como acompañante.

Tras dos días en departamento de su padre, regresar al lugar que compartía con su pareja se sentía como volver a casa. Jungkook tenía todo lo que necesitaba entre aquellas paredes, desde su mullida manta hasta sus mascotas.

El simple hecho de abandonar la cama de Jin para ducharse y ponerse unos gruesos calcetines antes de caminar hacia la planta baja era tranquilizador. Aquel dúplex era mucho más tranquilo que su anterior departamento, la zona estaba cerca del gimnasio e incluso Yuqi había hallado la comodidad de poder tomar el autobús a solo cinco minutos andando de donde se encontraban.

-¿No se supone que estoy manteniendo una dieta estricta para mejorar mis niveles de magnesio? - preguntó con una sonrisa brotando de sus labios.

En realidad el entrenador se veía adorable con las mejillas sonrojadas tras el ejercicio y todas esas gotas de agua resbalando por su rostro. Jungkook estaba deseando poder volver a entrar en la piscina, pero aún así no podría negar lo mucho que disfrutaba de las constantes atenciones que su novio le regalaba debido a su pequeño resfriado.

-Es mi cumpleaños. - confesó Seokjin, haciendo reaccionar al chico. En cuanto Jungkook correteó hacia él dispuesto a abrazarlo dejó escapar una pequeña carcajada. - Bien. No lo es todavía, pero lo será durante los nacionales así que quiero celebrarlo contigo antes de que empiece la etapa de entrenamiento duro. Además, mi niño está enfermo y yo quiero mimarlo.

Jeon bufó por un instante antes de envolver con sus brazos alrededor del cuello de su entrenador. Besuqueó sus mejillas de forma ruidosa, ignorando el hecho de que este parecía estar teniendo problemas para mantener el equilibrio mientras sostenía el pastel todavía en su mano.

A veces se preguntaba todavía si su decisión era la correcta, si realmente iba a seguir adelante con todo aquello. Si estaba dispuesto a enfrentar al mundo en el futuro, porque sí, él estaba seguro de que le gustaban los hombres… pero no estaba seguro de si podría admitirlo ante las cámaras arriesgando así su carrera.

Había estado demasiado cerca. Swimmers los había atrapado cuando ni siquiera estaban juntos de verdad todavía, y su entrenador se vio obligado a solucionar el problema pidiendo favores.

-¿Cuándo es tu cumpleaños? - preguntó dejando ir finalmente a su novio a la par que espantaba sus pensamientos negativos. Él quería a Jin y estar a su lado lo hacía lo suficientemente feliz como para enfrentar a cualquier periodista necesitado de atención.

Tras dejar el pastel elegantemente adornado con su caja transparente y lazos en la mesa del salón, Jungkook se apresuró a obtener el abrigo de Jin para depositarlo en el perchero de la entrada. Las pisadas aceleradas de las perritas se escucharon sobre el suelo de la casa y no pudo evitar agacharse para revolverles el cabello percibiendo que todavía se encontraban empapadas. Al igual que su novio.

-El cuatro de Diciembre. Quedan dos semanas y estaremos completamente sumidos en la segunda competición nacional ese día. - explicó el entrenador apartando la manta del sofá.

Jungkook se acercó con Peach y Mei siguiéndole los pasos, las dos perritas correteaban a su alrededor felizmente mientras él sostenía una toalla para secar su pelaje húmedo.

Seokjin se tomó unos segundos para apreciar al chico ante sus ojos. Jeon era precioso, lo había percibido desde el primer instante en el que se vieron en la piscina pero ahora, allí, en su casa, mientras sonreía secando a las perritas y les hablaba cariñosamente, en ese instante, era más bonito que nunca antes.

El flequillo azulado del nadador resbaló sobre sus ojos mientras se ponía de pie y su mirada se cruzó con la del entrenador antes de lanzarle una toalla. La sonrisa imperturbable hacia de sus facciones algo completamente adorable.

-Secate el pelo Jinnie. Si no te he contagiado yo, que no te haga enfermar la lluvia.

Jin se limitó a asentir, mas antes de poder llevar la toalla hasta su cabello sintió como Jungkook se sentaba a horcajadas sobre sus piernas. El chico le arrebató la toalla y centro su atención en secar cada mechón de su pelo.

La manera atenta en la que lo trataba, de aquella forma tan natural, logró que toda la piel del entrenador se erizase. Sus manos volaron hacia la cintura del chico, bajo el sweater la piel de Jungkook estaba tibia en contraste con su tacto frío. Posó un beso bajo su oreja de forma cariñosa sin dejar de acariciarlo y le devolvió la sonrisa.

-¿Ha quedado bien? - bromeó revolviendo su cabello ante la atenta mirada de Jungkook.

Jungkook abrió la boca y después la cerro, como si su posible protesta no importase.

-Te queda bien el cabello húmedo. Incluso cuando estás despeinado, eso no debería ser normal. ¿No crees?

Seokjin se encogió de hombros antes de acomodar a Jungkook sobre sus piernas. Estiró una de sus manos hacia la mesa y tras posar la espalda contra el sofá comenzó a abrir la cajita que contenía el pastel de chocolate. Podía notar como su niño observaba sus movimientos.

-He traído leche de fresa también para ti. Está en la cocina niño.

Jungkook sonrió y asintió tras posar un beso cariñoso sobre los labios de su entrenador. Sólo le llevó un par de minutos obtener dos recipientes de leche y unos vasos, pero su mirada logró captar la imagen de Seokjin decaído apretando su hombro tan pronto como sus pies tocaron el salón de nuevo.

-¿Es por el clima? - preguntó preocupado acercándose - Quizás deberías darte una ducha y cambiarte de ropa. El pastel puede esperar, no tiene gracia celebrar algo si estás sintiendo dolor.

Jin suspiró asintiendo.

-Sí, puede que una ducha caliente me ayude. Yo… - Jin observó al chico ante sus ojos. ¿Cómo se supone que le iba a decir que si se operaba la fecha cuadraría con la competición final de los nacionales? Todavía no sabía qué era lo que quería hacer, molestar a Jungkook con aquello era absurdo. Podría esperar un poco más, así al menos no lo abandonaría durante un periodo importante de su carrera, pero Namjoon había insistido tanto en que debía operarse que el miedo había aparecido de forma inevitable. No quería vivir para siempre con ese dolor presente. - Me ducharé y después podremos desayunar juntos, lindo.

Jin era completamente consciente de que lo correcto era decirle la verdad a Jungkook, como su entrenador y como pareja. El muchacho merecía conocer la verdad, pero preocuparlo cuando la primera competición estaba tan cerca era lo que lo seguía empujando hacia atrás. Eso sumado a que ni siquiera él mismo estaba completamente convencido de cuál sería su decisión sobre la operación.

-Creo que tengo arriba una crema para las lesiones menores, puede que un pequeño masaje te ayude. - Jungkook llevó una de sus manos hasta la camiseta termica de su entrenador, comprobando que se encontraba levemente húmeda después de que este hubiese salido a correr bajo la lluvia - Vamos, la buscaré mientras te duchas.

Las cosas volvieron a la normalidad al siguiente día. Aquella mañana de lunes Jungkook se había levantado con la convicción de que se encontraba lo suficientemente bien como para regresar a la piscina y al gimnasio. Así que tras toparse con la preciosa imagen de Jin sosteniendo a Mei en brazos mientras preparaba algo para desayunar, él se mantuvo a su alrededor demostrando cuán ansioso se encontraba por regresar al agua mientras Peach los observaba con curiosidad desde la puerta.

-¿Tienes tu mochila lista? - Jin se giró con una sonrisa y su mano voló hasta el cabello de Jungkook para acariciar con parsimonia cada ebra.

-Desde ayer por la noche. ¿Podré entrenar entonces?

-Has dicho que ya te encuentras bien así que no encuentro ningún motivo por el cual no podrías. Podemos rebajar levemente la intensidad si lo necesitas, pero de momento no hay nada que me haga temer por verte de nuevo en el agua niño.

La vuelta a la rutina con Jin como entrenador era más emocionante ahora que ambos se encontraban en la burbuja que envolvía a las parejas que estaban comenzando algo. El nadador estaba mucho más abierto a seguir los consejos de Kim en el gimnasio, por lo que probó la nueva rutina completa sin dejar escapar ningún tipo de protesta. En primer lugar debido a que Seokjin sabía lo que hacía y en segundo lugar porque Jeon amaba ver como este se mostraba completamente feliz de haber hallado al fin una rutina que parecía satisfacer todos sus extremos perfeccionistas.

Tampoco protestó demasiado en la piscina. Aunque añadió alguna que otra idea, Jin parecía incluso gratamente feliz por aquello.

-¿A qué hora es el partido del equipo de baloncesto de Taehyung? - Jungkook se apoyó en el borde de la piscina. Su respiración estaba afectada todavía por su última serie de largos y algunos mechones de su flequillo se le escabullían del gorro, por lo que rápidamente se deshizo de este.

Frente a él, Jin se encontraba en cuclillas con una expresión tremendamente sensual mientras apuntaba detalles en su carpeta. El silbato todavía colgaba de su cuello, la camiseta blanca se pegaba a su pecho y su cabello había llegado a ondularse muy levemente debido al vaho de la climatización.

Aquella imagen era algo que llenaba de felicidad al nadador, por el simple hecho de que aquella era la forma en la que su entrenador se le antojaba más natural. Kim Seokjin estaba creado para mantenerse cerca de las piscinas, cada día que pasaba se encontraba más seguro al respecto.

-A las siete, mañana podemos empezar un poco antes el entrenamiento si quieres. De esa manera llegaremos con tiempo de sobra para comer con ellos antes del partido.

-He hablado con Tae y parece nervioso incluso cuando no jugará. Me pregunto si estar en un equipo se adaptaría bien a mí, no me imagino cediendo para que otro nadador sea mejor que yo. - dijo todavía atendiendo a lo que su entrenador escribía en la carpeta.

-No puedes saberlo si no lo pruebas. No tendrías que dejar que alguien sea mejor que tú sino que tendrías que concentrarte en dar lo mejor para ayudar al equipo completo. - Jin dejó finalmente su carpeta sobre la pequeña mesa y puso su atención nuevamente sobre Jungkook - ¿Por eso no quieres estar en la selección nacional? ¿Crees que eres demasiado individualista?

-O egoísta, no lo sé. Cuando nado pienso solamente en mí tratando de ser el mejor en lo que amo.

Jin asintió parándose a recordar sus propias ideas cuando él tenía una edad similar a la de Jungkook.

-Cuando yo nadaba. - dijo sentándose sobre el suelo y mirando al muchacho ante sus ojos - Quería estar en un equipo, así que lo di todo hasta entrar en uno. No podía dejar de pensar en que me sentía solo en la piscina, viajar de un país a otro para competir era bastante aburrido incluso si había logrado hacer amistad con varios de mis adversarios… Yo quería sentirme parte de un grupo, parte de algo más grande que yo siendo bueno en lo mío. - explicó - Cuando finalmente entre en la selección nacional tuve tantas experiencias buenas como malas. El deporte promueve la competitividad así que algunos lo llevan al extremo, mientras mantengas tus pies bien pegados al suelo… no necesitas un equipo para nada. Si por otro lado sientes la necesidad o curiosidad de formar parte de un grupo con tus mismos intereses, entonces te gustará a pesar de lo malo. Y yo estaré ahí para apoyarte, incluso si eso significa dejar que vueles alto lejos de mi en el terreno de la natación.

Jungkook negó con sus ojos completamente centrados en los de su entrenador.

-No, Jin. Si yo llego a aceptar una oferta para el equipo nacional, tú tendrás que ser el entrenador. Créeme, si me lo ofrecen entraremos juntos en esa mierda.

Jungkook sabía la mucha ilusión que le hacía a Kim ser el entrenador del equipo nacional, incluso Sejin había comentado en alguna ocasión que ese era el sueño de Seokjin. Llevar a un gran grupo de nadadores a los mundiales y lograr hacerse con alguna medalla.

Para él la idea del equipo nacional no era más que un trámite, hasta que Jin y todo ese amor por él llegaron para hacerse un hueco en su vida.

-Soñar es gratis Jungkookie pero no creo que sea tan fácil. Quizás para ti, eres bueno en la natación. Estás repleto de talento y ganas...

-Si vis amari, ama.

-¿Qué… - Jin observó a Jungkook extrañado por aquella frase.

-Si vas a amar, ama. Y yo te amaré bien, con tanta perfección como en la piscina Jinnie. No tiene nada que ver con soñar, podemos conseguirlo juntos. Eres el mejor entrenador para el mejor nadador, nadie ignorará eso.

Y Seokjin le creyó. Creyó en los ojos cargados de pasión que lo miraban como si él fuese un héroe, cuando solo era un simple a la par que triste intento de ello.



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Holaaaa!!!
I Hate U Mr.Handsome ha superado los 100k y no os hacéis una idea de lo feliz que eso me hace. JinKook lovers come to me!!

Os adoro,
un beso
Mel 💜

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